Se dice que la persona dedicada es aquella que ha encontrado la manera
de identificarse con lo que considera es su “cuota parte” la oportunidad de
brindar, a través de su esfuerzo una mejor forma de expresar su “capacidad de
servicio” a todos aquellos con quienes convive.
Cuando podemos observar “el punto de equilibrio” que armoniza con
nuestras mayores aspiraciones es entonces cuando ponemos “ese esfuerzo
adicional” necesario y vital para superar todos los obstáculos, esa es la
dedicación que destacamos y admiramos.
“Es la actitud de ser firme en alcanzar un objetivo, en momentos que uno
se propone llegar a un final definido por el mismo, es ese antelogro en el que
se basa el hombre para formar parte de una vida con perseverancia en su mismo
cuestionamiento, es querer algo que uno se autopropone, motivando así esta
virtud conocida como la perseverancia y llevándola a una satisfacción o algo ya
alcanzado.
Comienza con una decisión que se gesta en el intelecto que en el
mundo solo el ser humano lo tiene más desarrollado o completo y a partir del
conocimiento que posee (este), realiza una elección que si perdura en el tiempo
hasta alcanzarla se puede hablar de perseverancia teniendo claro que una
decisión no siempre va de la mano de las ganas o el sentimiento que la persona
tenga, por eso aunque no sienta placer o bien o aunque no tenga ganas si
persevera sigue ya que en su intelecto ha optado previo estudio que si lo hizo
bien es el camino a seguir o el mejor, y así llegará al éxito ya que es la
única forma; conectado con la filosofía que es el amor/amistad con la sabiduría
llegamos a conocer que lo mejor para uno es actuar de manera moral (y/o ética),
es decir, hacer lo mejor para todo el mundo y no solo para uno mismo.”
Dedicación es sinónimo de perseverancia, es la gota de agua que en su
persistencia continua logra horadar la solidez de la roca, es la identidad del
“ser creativo” con la magnitud de su obra.
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