viernes, 26 de julio de 2019
Las Discrepancias
Nos movemos a un ritmo de vértigo desde que nos levantamos hasta que, probablemente tarde en la noche, el agotamiento acumulado por tantas horas de ajetreo nos obligue a desconectarnos, o lo más probable sea que la mencionada desconexión se produzca porque hemos quedado fuera de combate completamente dormidos al pie de nuestro ordenador.
Quienes suelen ser usuarios del caudal informativo acumulado en las redes sociales y han llegado a establecer “relaciones de confianza” con una enormidad de personas incorporan a esta inusual actividad cierta vehemencia que les conduce, casi sin darse cuenta, a no dejarse convencer tan fácilmente ante algunas posturas con las cuales no concuerdan, sin lograr en este “tire y afloje” conciliar una misma opinión que les satisfaga a ambos.
“La presencia de discrepancia en el entorno de la comunicación demuestra justamente la importancia de fortalecer la comprensión y el respeto dentro de las comunicaciones entre las personas, puesto que cada individuo va a percibir la situación desde su punto de vista. Los individuos que se caracterizan por ser inflexibles emocionalmente, suelen pasar malos momentos cuando se topan con alguien que no esté de acuerdo con ellos. Existen individuos que siempre quieren tener la razón y cuando están conversando con otros se esfuerzan mucho por demostrar que ellos tienen la razón.
A decir verdad, las diferentes opiniones o puntos de vista enriquecen las conversaciones, ya que cada persona puede obtener un aprendizaje de la manera de pensar del otro a través de la conversación, sin embargo para lograr esto es importante que la persona sea lo suficientemente tolerante y tenga la capacidad de saber escuchar, y por qué no, hasta ser capaz de poner en entredicho su mismo punto de vista."
Cuando surjan las consabidas discrepancias de opinión resultará mucho mejor que en lugar de “sacar a relucir al indio que llevamos dentro” montarnos a caballo “con nuestro sable en ristre” listos para un largo e inútil “combate verbal” que nos acordemos de quienes somos y a quien tenemos como eventual oponente, sin duda alguna sabremos encontrar un “punto de Equilibrio” entre nuestras posturas y aceptemos que intercedan entre nosotros “otros puntos de vista” que nos proporcione ese tan necesitado “ubicometro” que nos permita zanjar nuestras diferencias.
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