Existen muchas situaciones que ponen sabor a nuestro diario vivir
(algunas de ellas merecerían figurar en algún libro de los récords como el
Guinness por lo insólitos) pero lo cierto es que tales situaciones nos alegran
la existencia y nos ayudan a pensar con mucho afecto en algunas personas cuyas
características superan largamente nuestra capacidad de asombro.
“Si bien la verborragia está entendida
como una condición inusual y no común del uso del lenguaje en el sentido de que
es una forma de expresión excesiva e ilimitada, no se la considera una
enfermedad ni un problema de salud ya que muchas veces es una respuesta a
sensaciones tales como la ansiedad o el estrés, la preocupación, el miedo, la
ira. Junto con muchos otros síntomas, la verborragia podría entenderse como un
mecanismo de defensa particular ante ciertas situaciones.
En este sentido, mucha gente se transforma en verborrágica cuando tiene que hablar en público, cuando su comportamiento está siendo evaluado, cuando se ve puesta en peligro o bajo amenaza, etc., tal como del mismo modo otras personas reaccionan paralizándose por completo. El mayor problema de la verborragia es que normalmente la persona no se detiene a pensar en lo que dice si no que lo hace más que nada para salir de un lugar de incomodidad. Es por esto que la verborragia puede fácilmente aturdir, ofender o molestar a aquellos que la presencian ya que es una actitud o forma de comunicación inusual.”
En este sentido, mucha gente se transforma en verborrágica cuando tiene que hablar en público, cuando su comportamiento está siendo evaluado, cuando se ve puesta en peligro o bajo amenaza, etc., tal como del mismo modo otras personas reaccionan paralizándose por completo. El mayor problema de la verborragia es que normalmente la persona no se detiene a pensar en lo que dice si no que lo hace más que nada para salir de un lugar de incomodidad. Es por esto que la verborragia puede fácilmente aturdir, ofender o molestar a aquellos que la presencian ya que es una actitud o forma de comunicación inusual.”
Recuerdo que cuando alguien era visto como muy
locuaz y que se tomaba su tiempo en cada oportunidad que tenía para
demostrar esa forma tan particular de comunicarse, sus conocidos solían utilizar
un dicho muy particular para referirse a ella “esta persona habla hasta por los
codos”
Lo dicho, parece que son solamente algunas aves las que tienen bien
ganado el mote de “parlanchinas” de una forma u otra todos tenemos muy cerca
nuestro a algunas figuras que nos pueden aturdir con esa particularidad tan
natural de saturar los oídos con su verborragia.
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