La persona que no cultiva su capacidad de agradecimiento por todas las cosas que recibe se torna insensible y carente reconocimiento.
En realidad nuestra vida se tornaría imposible de ser vivida de no contar con todos los elementos que nos rodean y que han sido puestos allí, a nuestro alcance y usufructo, por personas a las cuales ignoramos en todos los aspectos, personas que nos han legado la posición que hoy ocupamos, incluyendo nuestra filiación, educación, entorno y posibilidades de sobrevida.
“La ingratitud es la actitud contraria al agradecimiento, muestra la actitud distante y poco considerada de una persona que no valora los gestos de los demás o los detalles positivos que alguien haya podido tener hacia él. De este modo, una persona que es ingrata olvida con facilidad estos detalles.
Se considera una persona ingrata a aquella que tras haber recibido ayuda de alguien, olvida pronto esta ayuda y no corresponde del mismo modo en caso de que la situación sea a la inversa. Una persona ingrata responde con indiferencia hacia este tipo de comportamientos que la persona agradecida valora tanto.
La gratitud parte de la humildad de reconocer que todo ser humano puede necesitar ayuda en algún momento pero también, debe de tener la misma humildad para ofrecer esta ayuda. Por el contrario, la ingratitud muestra el deseo de autosuficiencia que surge de la soberbia.
Falta de empatía
La persona que es ingrata puede serlo incluso con los familiares y amigos más cercanos, en ese caso, carece de la empatía suficiente para ponerse en el lugar del otro. La ingratitud también se muestra por un diálogo emocional carente de términos clave como gracias, lo siento y por favor.
Una persona ingrata decepciona al otro ya que con su actitud hiere las buenas intenciones de aquel que ofreció su ayuda en algún momento. Así como el amor es un sentimiento que puede ser correspondido o no serlo, del mismo modo, la gratitud es un sentimiento que puede darse de forma mutua entre dos personas. Así ocurre, por ejemplo, cuando dos amigos que se sienten bien juntos se sienten agradecidos por poder contar el uno con el otro. Sin embargo, la ingratitud muestra la falta de correspondencia en este sentimiento.”
Se considera una persona ingrata a aquella que tras haber recibido ayuda de alguien, olvida pronto esta ayuda y no corresponde del mismo modo en caso de que la situación sea a la inversa. Una persona ingrata responde con indiferencia hacia este tipo de comportamientos que la persona agradecida valora tanto.
La gratitud parte de la humildad de reconocer que todo ser humano puede necesitar ayuda en algún momento pero también, debe de tener la misma humildad para ofrecer esta ayuda. Por el contrario, la ingratitud muestra el deseo de autosuficiencia que surge de la soberbia.
Falta de empatía
La persona que es ingrata puede serlo incluso con los familiares y amigos más cercanos, en ese caso, carece de la empatía suficiente para ponerse en el lugar del otro. La ingratitud también se muestra por un diálogo emocional carente de términos clave como gracias, lo siento y por favor.
Una persona ingrata decepciona al otro ya que con su actitud hiere las buenas intenciones de aquel que ofreció su ayuda en algún momento. Así como el amor es un sentimiento que puede ser correspondido o no serlo, del mismo modo, la gratitud es un sentimiento que puede darse de forma mutua entre dos personas. Así ocurre, por ejemplo, cuando dos amigos que se sienten bien juntos se sienten agradecidos por poder contar el uno con el otro. Sin embargo, la ingratitud muestra la falta de correspondencia en este sentimiento.”
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