Algunas personas me han preguntado si yo les podría
dar alguna opinión sobre que entendía que pudiera haber en la relación
existente entre cordura e imaginación.
A decir verdad esto es algo que alguna vez me lo he
preguntado a mí mismo y la respuesta que tendría para dar, digo tendría porque
a fuer de ser sincero no tengo muy claro cuál sea la tal relación que intento
desarrollar a continuación:
Veamos, entiendo por cordura la cualidad de
mantener el rumbo de nuestro objetivo en la vida y el de la
imaginación(esencial en nuestra tarea) la facultad de contar con lo que
podríamos llamar “pase libre” para ingresar en los dominios de la locura,
compartir nuestro tiempo con los genios internados allí (creo que por su propia
voluntad) y poder regresar (aún a regañadientes) nuevamente a desarrollar
nuestra tarea entre los considerados “cuerdos o normales”.
A modo de respuesta me he permitido incursionar en
las opiniones de otras personas que considero autorizadas a decirnos algo al
respecto.
Esto es lo que hemos recogido:
“El estado de cordura implica poseer equilibrio
psíquico que es más que una cualidad real, una aspiración, ya lo dice el refrán
“de niños y de locos todos tenemos un poco”
Sin embargo es innegable que hay personas más
cuerdas que otras. No significa que quien posee cordura no
pueda desarrollar una fructífera imaginación, necesaria si se desea realizar producciones artísticas o
literarias, pero debe saber diferenciar estrictamente la realidad de la fantasía,
como vulgarmente se dice “tener los pies sobre la tierra”. Sin embargo, un
exceso de cordura, pasando todo por el tamiz de la razón, sin permitirse
pequeñas “locuras” cotidianas, o no dejar volar la imaginación, puede no ser
demasiado saludable, y convertir la vida en un largo, monótono y aburrido
camino”
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