La sociedad que integramos nos permite
compartir inquietudes siendo a la vez una magnífica oportunidad de desarrollar
toda nuestra capacidad contributiva en el ideal motivador de hacer por los
demás todo aquello que nos gustaría recibir en un intercambio constructivo
donde podamos llevar a la práctica, como si estuviésemos en un hipotético
campo de pruebas, los valores y las virtudes que harán posible el mayor de
nuestros logros comunitarios: “que los más necesitados puedan ser los más
favorecidos”
Todos deberíamos reconocer e
identificarnos como seres esencialmente interdependientes los unos de los
otros, condición “sine qua non “de cada uno de los autoproclamados “homo
sapiens” digo esto en la absoluta convicción de que todo cuanto podamos saber
sobre quiénes somos, de dónde venimos y a donde vamos, así como cuanto digamos
o podamos aprender sobre nuestros orígenes, tendremos que aceptar que provienen
de lo que afirmamos nosotros mismos, sintetizando en una frase: ”tenemos la sartén
por el mango y el mango también”
“Desde el punto de vista de la sociología,
ciertos lugares como las cárceles o
los cuarteles también constituyen comunidades que pueden
ser descritas y analizadas.
Por otro lado, en el mundo del trabajo,
una empresa también
puede presentarse como una comunidad, ya que quienes forman parte de ella
comparten objetivos comunes y se encolumnan detrás de una filosofía
corporativa.
Gracias al desarrollo de las nuevas tecnologías y
de Internet, se
han formado lo que se conoce como comunidades virtuales.
Las redes sociales, los foros, los sistemas de mensajería instantánea y los
blogs son sitios que permiten la creación de este tipo de comunidades.
La psicología comunitaria,
por su parte, entiende que una comunidad implica una cierta cantidad de
elementos para ser comprendida como tal, que exista un grupo donde las partes
se sientan identificadas y tengan un objetivo en común.”
La vida comunitaria además de ser el
medio natural de garantizar nuestras posibilidades de sobrevida y prevalencia
también resulta ser el ámbito de cultivo de nuestra identidad así como la única
alternativa para el desarrollo de la razón y la inteligencia.
La sociedad que integramos nos permite
compartir inquietudes siendo a la vez una magnífica oportunidad de desarrollar
toda nuestra capacidad contributiva en el ideal motivador de hacer por los
demás todo aquello que nos gustaría recibir en un intercambio constructivo
donde podamos llevar a la práctica, como si estuviésemos en un hipotético
campo de pruebas, los valores y las virtudes que harán posible el mayor de
nuestros logros comunitarios: “que los más necesitados puedan ser los más
favorecidos”
La psicología comunitaria,
por su parte, entiende que una comunidad implica una cierta cantidad de
elementos para ser comprendida como tal, que exista un grupo donde las partes
se sientan identificadas y tengan un objetivo en común.”
La vida comunitaria además de ser el
medio natural de garantizar nuestras posibilidades de sobrevida y prevalencia también
resulta ser el ámbito de cultivo de nuestra identidad así como la única
alternativa para el desarrollo de la razón y la inteligencia.
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