sábado, 6 de julio de 2019

Prevalece La Impronta



En nuestras acciones diarias, principalmente cuando se sigue el “rastro de nuestra impronta” es factible que se nos pueda identificar y que de tal identificación surja espontáneamente el valor intrínseco que cada uno de nosotros tiene como conceptos firmemente adheridos a nuestro comportamiento tanto individual como colectivo.
Entendimos como un aporte interesante el que podamos adjuntar a este trabajo que exponemos algunas definiciones que son obra del “pensamiento filosófico” en el abordaje de tan trascendentes valores.
“Algunas corrientes filosóficas establecen la diferencia entre lo extrínseco y lo intrínseco. Lo extrínseco no es característico de algo y lo intrínseco sí lo es. Esta distinción resulta útil para comprender las propiedades de ciertos conceptos. Así, el principio intrínseco de algo es aquello que lo define, su elemento sustancial y sin lo cual no podría existir. Por el contrario, el principio o valor extrínseco de un concepto tiene un carácter accidental y secundario.

A lo largo de la historia del pensamiento humano los filósofos han reflexionado sobre qué es lo intrínseco de la naturaleza, de la razón humana, de la voluntad o del amor. El motivo de este tipo de reflexiones es evidente: descubrir lo genuino y lo auténtico para diferenciarlo de lo superfluo o accesorio.
Dicho con otras palabras, los filósofos buscan lo fundamental, aquello sin lo cual lo demás no podría existir.”

 


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