viernes, 5 de julio de 2019

Conocernos Mejor



Nuestra capacidad de razonamiento se nutre de las vivencias que vamos incorporando a nuestras acciones diarias, a medida que nos interrelacionamos unos con otros nos vamos interiorizando de cuáles son los motivos que inducen a cada uno a manifestarse en una particular manera, la cual, generalmente, no necesariamente es coincidente con la idea que previamente hemos concebido sobre el mismo asunto.

La madurez de nuestro criterio es evidenciable en la forma en que reaccionamos ante posturas divergentes a la nuestra, darnos cuenta de la diversidad del escenario en el cual se materializan todas las singularidades que componen “nuestro elenco” donde todos partimos de una misma premisa “igualdad de elección y oportunidades”  nos será de gran utilidad a la hora de ubicarnos en el rol que nos corresponde realizar a cada uno.

Lamentablemente no conocemos un lugar donde pueda adquirirse un “ubicometro”  ese instrumento ideal para asegurarnos una buena ubicación en cada conflicto, en realidad nuestra capacidad de “estacionarnos” en la postura ideal, ha de surgir de nuestra experiencia y habilidad adquirida a la hora de conducirnos en un espacio que debemos compartir entre todos.

“La comprensión es un proceso de creación mental por el que, partiendo de ciertos datos aportados por un emisor, el receptor crea una imagen del mensaje que se le quiere transmitir. Para ello es necesario dar un significado a los datos que recibimos.

Cuando utilizamos el término "datos" nos estamos refiriendo a cualquier información que pueda ser utilizada para llegar a comprender un mensaje. Los datos pueden ser de diferente tipo: palabras, conceptos, relaciones, implicaciones, formatos, estructuras, pueden ser lingüísticos, culturales, sociales, etc.

El proceso de comprensión, contrariamente a lo que habitualmente se cree, no es un proceso pasivo. Por el contrario, es un proceso que exige por parte del receptor tanta o más actividad que el proceso de expresión.

Básicamente, podríamos decir que el proceso de comprensión consiste en aislar, identificar y unir de forma coherente unos datos externos con los datos de que disponemos.

El proceso de comprensión en si, es el mismo en todos los casos aunque variarán los medios y los datos que tendremos que utilizar para llevarlo a cabo.

Un ejemplo nos ayudará a comprender esta idea: cuando un mimo hace una representación somos capaces de comprender el mensaje que nos quiere transmitir aunque no utilice palabras, cuando leemos una carta somos capaces de comprenderla aunque no veamos la expresión de la cara del remitente, cuando un amigo nos describe su lugar de vacaciones somos capaces de imaginarlo aunque no lo hayamos visto nunca, ...

Queda claro que si bien la labor que tenemos que realizar para comprender en cada una de las situaciones es la misma, la diferencia estribará en los medios y los datos que tendremos que manipular para poder llegar a hacerlo.

Es importante resaltar la necesidad que tiene el ser humano de comprender y por lo tanto de contar con una hipótesis sobre cualquier acontecimiento.


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