martes, 12 de mayo de 2020

Las Meras Intenciones

Iba a ponerme. No si ya lo se, pero es que no puedo. Mañana me pongo. El lunes empiezo. Este año sí.


¿Por qué motivo nos cuesta tanto hacer lo que decimos?

En primer lugar tienes que plantearte si realmente quieres hacerlo. A veces decimos cosas o nos planteamos objetivos o retos por presión social. Tengo que estudiar tal cosa, correr tal carrera, dejar de comer tal alimento, visitar a tal persona o ir de vacaciones a tal lugar.

Cuando en realidad no queremos hacer algo nos cuesta encontrar la motivación para culminar nuestra intención en una acción. Es más fácil decirlo, sin duda, que cumplirlo. Quizás en un apretón de buena voluntad lo decimos, incluso nos lo planteamos, pero luego nuestro cuerpo no nos deja hacerlo. Escúchate, quizás el problema es que deberías plantearte si en realidad quieres hacerlo o no.

Cuidado, posiblemente estarás pensando en todas aquellas cosas que te pide tu pareja, familiares y amigos. De nuevo elige si lo quieres hacer o no. Si lo haces resignadamente tardaras poco en culpabilizar a tu pareja y a adoptar una actitud victimista. Si no lo haces y lo dialogas constructivamente es posible que ambos deis un salto madurativo a la relación; y si finalmente decides hacerlo, recuerda que lo has decidido tu desde la empatía, el respeto o la responsabilidad pero no olvides que lo has elegido, libremente, así que no culpabilices a nadie de tus decisiones.

El segundo paso consiste en analizar si puedes hacerlo. Lo de querer es poder es muy relativo y ha generado muchos problemas, efímeras ilusiones y desengaños. Analiza si puedes realizar lo que pretendes realizar. El tiempo es finito, a veces lo olvidamos y olvidamos que tenemos que trabajar unas horas al día, dedicar unas horas a amar a nuestra pareja, unas horas a educar y jugar con nuestros hijos y unas horas para cuidarnos nosotros mismos. Recuerda, a veces queremos hacer algo sin tan solo analizar si lo podemos hacer, sin priorizar nuestro tiempo y sin contemplar los daños colaterales que ocasionaremos a las personas que nos rodean.

Finalmente analiza si el motivo por el que no transformas tus intenciones en acciones es porque no sabes cómo hacerlo. A veces deseas complacer a otra persona pero no sabes cómo hacerlo, quizás desees cambiar algunos hábitos pero no sabes ni por dónde empezar o lo que es peor, has empezado, pero no de manera adecuada, por lo que has concluido que es mejor no seguir o posponer el siguiente paso. Sobre el papel todo es muy fácil, los amigos lo pintan todo como muy sencillo y los famosos muestran sus logros y facilitan marcas comerciales y productos para conseguir emular sus aparentes proezas.

Si sufres por no poder materializar tus intenciones probablemente sea porque no puedes o por que no sabes. Pero querido, querida, si te da igual posiblemente sea porque no quieres. En cualquier caso no te castigues más. Revisa si quieres hacer lo que tienes que hacer y si la respuesta es afirmativa, pues venga a tope, pero si la respuesta es negativa revisa tu vida y adáptala a tus deseos y necesidades.


Potenciales

El potencial humano se define como lo que el hombre es capaz de hacer, el potencial que tiene una
persona en su interior y obviamente dicho potencial se puede entrenar. 

El concepto del Potencial humano es importantísimo porque hay que ser consciente de que todos tenemos un gran potencial humano y podemos utilizarlo para mejorar nuestra vida y por qué no mejorar el mundo, de hecho desarrollar nuestro potencial humano es mejorar el mundo porque si nosotros somos mejores personas el resto del mundo lo va a notar.


No esperes sacar tu potencial humano del día a la mañana, el desarrollar el potencial humano requiere una mayor conciencia sobre el mundo, quién eres tú y qué puedes hacer en la vida, una vez que tienes claro esto y lo interiorizas serás capaz de poco a poco sacar tu potencial humano para conseguir cosas increíbles.

Desarrollar el potencial humano es un proceso que requiere mayor madurez, un entendimiento y conciencia mucho mayor de ti mismo y el mundo.

¿Por qué es difícil que alguien alcance por sí mismo el potencial humano?
¿Qué motivos tienes para mejorar?
¿Te conoces realmente para decidir qué es lo mejor para ti?
¿Puedes responder con claridad y contundencia estas preguntas?

Las personas que siguen el día a día como personas sin alma, que viven rodeadas de hipocresía, que apenas aspiran a nada más que un día más en el que vivir y dónde el fin de semana es la única salvación son personas que ni siquiera conocen la existencia o concepto de potencial humano y no hablo solo del significado sino de lo que implica el potencial humano. Hay mucha gente que ni siquiera se plantea sacar lo mejor de sí misma o que no tienen interés alguno en mejorar.

Mientras tenga cosas superficiales a las que agarrarse para ella todas estas cosas serán secundarias, terciarias o ni existirán.



Intensidad


No estamos acostumbrados a tener mucha energía. Cuando vivimos una situación intensa, nuestra mente intenta reducir la intensidad.

Tener un nivel alto de energía requiere entreno, o desentreno, según como se quiera entender.

El parto es una situación muy intensa (para la madre y el bebé). Los bebés tienen este nivel alto de energía. Todos pasamos por ello.
Pero luego, en nuestra sociedad actual, aprendemos a que la intensidad no es buena.

Molesta el buen funcionamiento de los ciudadanos de a pie. Por lo tanto, aprendemos a reducir la intensidad.

Cuando un niño vive con mucha intensidad (y por tanto, necesita moverse, tiene fantasía, sentimientos fuertes), se le diagnostica hiperactividad y se le trata correspondientemente: con tranquilizantes.

Aprender a tener un nivel alto de energía requiere estar dispuesto a sentir la intensidad que significa.

La intensidad nos asusta, porque hemos aprendido que la intensidad rompe:
Hemos vivido la intensidad principalmente cuando algo horrible ha pasado: una muerte, un accidente, un cambio violento en nuestra vida. 

Por lo tanto evitamos la intensidad, como si fuera el acontecimiento mismo. 

Sin embargo, la vida es intensa de por sí.


lunes, 11 de mayo de 2020

Los Condicionamientos



Vivir como lo sueñas, estar conectado con tus sentimientos más profundos y elegir quién querés ser, es posible! Pero para lograrlo, primero es necesario hacer consciente la matriz o molde de vida que internalizaste en tu infancia, y que aún hoy actúa como limitante y sabotea tus acciones. 

Esta matriz o molde que rige tu vida y marca patrones de comportamiento, comienza a grabarse en tu mundo emocional desde el momento de la concepción hasta la pubertad, y consiste en una sucesión de imágenes, que configuran una película que se activa compulsivamente a partir de la adolescencia. 

El mundo de nuestra infancia determina la mirada que tenemos para con los demás y para con nosotros mismos durante la adultez. Prejuicios, valores, actitudes y el "deber ser", son sólo algunos de los aspectos que conforman dicha matriz inconsciente. Para poder reformular esta visión que hoy tenés del mundo, de vos y las personas que te rodean, resulta fundamental hacer consciente todo aquello que fuiste asimilando como "verdad absoluta" durante la infancia.

Para derribar los bloques que te impiden ser feliz, es una condición necesaria desactivar la "Programación Negativa" que aprendiste sin darte cuenta y hacerla consciente. 


Pero para lograrlo es necesario llevar a cabo un profundo trabajo de autoconocimiento, involucrarte con tu historia y animándote a decidir quién querés ser realmente, más allá de lo que habías aprendido.

Superar Limitaciones

Hay momentos en la vida en los que buscas cambios y en medio de ellos se encuentra con crisis en las que no sabes a dónde ir, todo parece desplomarse, momentos en los que crees que nadie está ahí para ayudarte.


Momentos en los que crees que la mejor solución es echar reversa y retomar lo que habías dejado atrás, tal vez la peor decisión que puedes tomar.

Son esos momentos de la vida en los que uno decide echarse al agua, dar la pelea, enfrentarse al mundo, tal cual. Porque ya es hora de hacer lo que realmente le apasiona, porque ya es hora de dejar las máscaras atrás o simplemente porque cree que hay un mejor rumbo que tomar, esos momentos en los que uno decide renunciar a muchas cosas con el sueño de conseguir muchas otras.

Y es que no es fácil dedicarse a hacer lo que uno realmente quiere hacer, ni ser quien uno de verdad es. Yo sé que parece extraño, pero para muchos es más fácil llevar máscaras con tal de ser aceptado por su entorno, o mejor dicho, por la sociedad. 

También es fácil seguir haciendo lo que siempre hemos hecho, igual lo sabemos hacer muy bien y será difícil que alguien nos quite el “privilegio” de seguir en esa zona de confort que seguramente nos da mucha tranquilidad pero también nos hace infelices.

No nos digamos mentiras, siempre es mucho más fácil ser lo que todo el mundo quiere que uno sea, porque desde pequeños nos están vendiendo un mundo en el que lo importante es ser aceptado, tener un trabajo estable y ser uno más del montón, como si eso fuera suficiente para muchos a quienes los estigmas, los esquemas y los lineamientos de la sociedad nos saben  muy mal.

De un momento a otro la vida va pasando y uno se da cuenta que todo el tiempo se la pasó haciendo lo que los demás querían: porque era la carrera que toda mi familia ha estudiado, porque era la empresa donde han trabajado todos mis ancestros, porque en mi familia no pueden haber artistas, porque ser homosexual es un pecado, porque casarse y tener hijos es lo que todo el mundo debe hacer, porque hay que estudiar algo que de plata, porque y porque y porque…, y nos pasamos la vida con una cantidad de justificaciones inútiles que solo nos llevan a ser lo que realmente NO SOMOS.

Ley Cangreja: “La vida es eso que pasa mientras sigues siendo todo lo que a los demás les da la gana que seas y cada vez estás más lejos de quien realmente quieres ser”.

Uno tiene que aprender a soltar, a soltar todos esos pesos que nos echan desde pequeños y que a medida que vamos creciendo nos afianzan y nos van echando cada vez un poco más de peso, como para que no nos podamos mover de ese punto, de esa situación “ideal” que a todos hará felices por siempre, porque en últimas “es lo que debemos ser y hacer” ¡Puras patrañas!

Nos vendieron una idea muy errada de la vida, en donde los sueños propios no se pueden hacer realidad porque hay que hacer realidad los sueños de los demás.

Qué horrible estar toda la vida atado a lo que los demás piensan, hay momentos en los que hay que volar sin importar las consecuencias, sin importar el qué dirán. Pero nadie ha dicho que esto sea fácil, salir de la zona de confort es un tema muy complicado, sobre todo cuando el cambio en el estilo de vida es radical.

Las crisis hacen parte de la vida de los seres humanos, sin ellas no podríamos crecer ni superarnos, porque son las crisis las que le enseñan a uno lo valiente que puede ser a la hora de enfrentarse a cualquier situación.

Para muchos que hemos decidido tirarnos al agua, hacer lo que queremos y ser lo que realmente somos, estos momentos de crisis han llegado en uno u otro momento, es allí donde uno se pregunta si realmente valió la pena luchar por sus sueños o si hubiese sido mejor quedarse en esa zona de confort que lo llenaba a uno de nada.


Pensar en echarse para atrás es una de esas cosas que es normal en algún momento, pero es la peor decisión que se pueda tomar. 

La vida siempre será justa con quienes deciden enfrentarse al mundo para lograr ser y hacer lo que realmente desean, porque todo en la vida se devuelve y quienes trabajan para bien y hacen bien tarde o temprano reciben su recompensa, yo sé que suena a cuento de hadas pero es más cierto de lo que ustedes creen, todo en la vida se devuelve, pero tengan cuidado, porque lo malo también y a veces en cantidades superiores.

Estímulos Asociados



Resulta muy curioso el modo en que las personas reaccionamos ante ciertos estímulos que sólo son significativos para nosotros mismos. 

Imaginemos que caminamos por la calle y, de pronto, el peculiar sonido de una motocicleta que cruza a lo lejos, nos genera una potente reacción fisiológica, alterando nuestro ritmo cardíaco, nuestra respiración, y nos hace conectar inmediatamente con un recuerdo muy personal. Lo mismo puede ocurrir al identificar un perfume entre la multitud, o al leer una palabra en un muro de la ciudad.

Efectivamente, los humanos generamos un tipo de aprendizajes, denominados asociativos y que, una vez grabados en nuestro recuerdo, se comportan de una manera muy parecida a los reflejos. Es decir, nos provocan respuestas automáticas, involuntarias, e inmediatas, y tienen un carácter eminentemente emocional. Sin embargo, no somos los únicos en crear este tipo de asociaciones. 

Otros animales, como los perros y los gatos, también lo hacen.

En el estudio de estos mecanismos primitivos, destacó el médico norteamericano Paul MacLean, quien fue el primero en identificar las áreas cerebrales relacionadas con la regulación de los elementos básicos para la supervivencia y los instintos básicos. Les llamó cerebro reptiliano y cerebro paleomamífero, y corresponden al tallo encefálico y al sistema límbico respectivamente. 

Mientras la corteza cerebral, se encarga de funciones superiores, razonamientos abstractos, cálculos matemáticos y deducciones complejas, existe un núcleo en nuestro cerebro que procesa los instintos básicos.

Por su parte, y refiriéndonos ya específicamente a aquel aprendizaje asociativo del que hablábamos al inicio, el fisiólogo ruso ganador del Premio Nobel Iván Petróvich Pávlov, designó con el término «condicionamiento clásico» al modo en el que nuestra mente es capaz de enlazar poderosamente un estímulo cualquiera a una reacción fisiológica. Para demostrarlo, acostumbró a un perro a recibir comida pocos segundos después de hacer sonar una campanilla. Posteriormente y, según cuentan por casualidad, observó que el perro comenzaba a salivar nada más escuchar el familiar sonido de la campanilla, a pesar de que en aquella ocasión no se le proporcionara alimento alguno. Y este condicionamiento se mantenía por algún tiempo.

Las implicaciones de este tipo de asociaciones son fundamentales en nuestra vida. A la hora de analizar las conductas adictivas, por ejemplo, observamos que muchas personas experimentan deseos de fumar un cigarro cuando terminan la jornada laboral. Otros asocian el consumo de cocaína a estilos musicales específicos. En otras áreas, hay quienes sienten náuseas ante el olor a gasolina porque lo vinculan a viajes interminables por carreteras de curvas.

Pese a todo, gracias a la enorme plasticidad de nuestra mente, también podemos reaprender, y generar nuevas asociaciones más sanas.

Nuestro Yo Interior

Diálogo Interior
Actualmente, estamos en un mundo en donde los terapeutas le preguntan a sus clientes porque decidieron recurrir a ellos y la respuesta, ya de por sí generalizada es: “para encontrarme a mí, mismo” o  a “mi yo interior”.

Muchos se han lanzado a esta aventura del auto-conocimiento y es algo de aplaudirse, pero algo que debes tener en cuenta, es que este proceso nunca termina, ya que eres un ser vivo y cada día vas cambiando. Por ello, esta búsqueda no es algo que hagas sólo una vez, sino que estás comprometido contigo mismo a hacerla siempre.

Pero no te alarmes por muy cambiante que pueda ser tu mundo interior, siempre habrá cosas que serán parte di como: tus gustos, disgustos, experiencias. Datos importantes que dan forma a quien eres.

En primer paso es siempre identificar qué es lo que te gusta, que te da sensación de placer, así como en caso contrario. Tomar situaciones ya realizarlas desde estas perspectivas pueden arrojar resultados significativos para estar en conocimiento de ti mismo.

Debes prestar atención al flujo de conversaciones que ocurren en tu cabeza, increíblemente te podrás dar cuentan de que coexisten varias, y que pueden o no, ir en la misma dirección y ésta, quizás es una de las razones por la cuales te sientas inseguro y con ciertas dudas antes actuaciones o decisiones.

Esta es una especie de conciencia, a la que Sigmund Freud describió como una “atención libremente flotante” y que recomendaba ampliamente a aquellas personas que se dedicaran al psicoanálisis.

Esta es una capacidad de la conciencia de uno mismo, que permite dominar nuestras reacciones frente a otras que expresen otras personas. Es un estado de autorreflexión de las reacciones quien tenemos frente a emociones. Es como observar en tercera persona o que pasa por nuestra cabeza y entender por qué pasa y controlarlo.

Como ves se trata de identificar nuestras acciones, porqué las realizamos, que sentimientos están detrás de ella, ya sea que nos gusten o nos desagraden. Al tener pleno conocimiento de esto, podemos actuar más conscientemente para condicionarnos de la mejor manera para que nuestro desenvolvimiento en la sociedad sea exitoso.

¡Lánzate a la aventura de conocer a tu yo interior!

Los Trastornos Personales

La personalidad puede sintetizarse como el conjunto de características o patrón de sentimientos y pensamientos ligados al comportamiento, es decir, los pensamientos, sentimientos, actitudes y hábitos y la conducta de cada individuo, que persiste a lo largo del tiempo frente a distintas situaciones distinguiendo a un individuo de cualquier otro haciéndolo diferente a los demás.

La personalidad persiste en el comportamiento de las personas congruentes a través del tiempo, aun en distintas situaciones o momentos, otorgando algo único a cada individuo que lo caracteriza como independiente y diferente. 

Ambos aspectos de la personalidad, distinción y persistencia, tienen una fuerte vinculación con la construcción de la identidad, a la cual modela con características denominadas rasgos o conjuntos de rasgos que, junto con otros aspectos del comportamiento, se integran en una unidad coherente que finalmente describe a la persona.

Ese comportamiento tiene una tendencia a repetirse e a través del tiempo de una forma determinada, sin que quiera decir que esa persona se comporte de modo igual en todos los casos. Es decir, la personalidad es la forma en que pensamos, sentimos, nos comportamos e interpretamos la realidad, mostrando una tendencia de ese comportamiento a través del tiempo, que nos permite afrontar la vida y mostrarnos el modo en que nos vemos a nosotros mismos y al mundo que nos rodea.

Nos permite reaccionar ante ese mundo de acuerdo al modo de percepción, retro-alimentando con esa conducta en nuestra propia personalidad. 

Cada persona al nacer ya tiene su propia personalidad con ciertas características propias, que con el paso del tiempo más el factor ambiental y las circunstancias es como se definirá esa persona. La personalidad será fundamental para el desarrollo de las demás habilidades del individuo y para la integración con grupos sociales.

Para quienes no tienen ningún trastorno de la personalidad, los rasgos de la personalidad son patrones de pensamiento, reacción y comporta

Libres Para Pensar

Defendemos la libertad de expresión, aunque no tenemos costumbre de pararnos a pensar si tenemos libertad de pensamiento. Entendiendo a esta como la oportunidad de tomar una decisión libre y meditada con la que elijamos nuestros valores sin condicionamiento cultural, político, social ni económico.


Desde que nacemos, lo habitual es que las personas que nos cuidan traten de hacernos partícipes de su manera de pensar. Pueden hacer esto de una manera abierta, manifestándolo directamente, o indirecta, solo permitiéndonos contacto social con las personas que siguen su misma línea de pensamiento y no hablando demasiado bien de las que se oponen.

Es difícil saber si somos libres para pensar. Lo cierto es que estamos condicionados por lo que hemos vivido y habitualmente lo tomamos como punto de partida para construir el resto del mapa que configuran nuestros pensamientos. Así, este condicionante ha penetrado tan hondo en nosotros que puede costarnos una gran cantidad de esfuerzo y tiempo determinar cuánta y cómo ha sido su influencia.

Esto significa que es difícil opinar o pensar de una manera distinta a la que estamos acostumbrados. Hacerlo probablemente supondría poner en cuestión otros aspectos que van más allá de la parcela que nos ha elicitado ese pensamiento. Sería como arriesgarnos a que ocurriera un pequeño o gran terremoto.

Sin embargo, pensar libremente sería “salirse” de cualquier opinión o forma de vida conocida, cuando en realidad, estamos acostumbrados a coincidir y agruparnos en semejanza de opiniones. Bien mostrando acuerdo hacia lo que piensan “los nuestros” o bien mostrando desacuerdo hacia lo que piensan “los otros”.

Sin duda, nuestros progenitores fueron un referente -bueno o malo- en algún momento. Así aunque más tarde, nos desmarquemos de lo que nos enseñaron, siempre quedará en nosotros esa forma particular de ver la vida nuestros padres nos enseñaron. Podemos diferenciarnos mucho de ellos respecto a tendencias o matices, pero si buscamos en nosotros mismos, encontraremos valores, opiniones, sentimientos y actitudes, que reconoceremos en ellos también.

Esto también nos condiciona para no ser “libres” pensando. No partimos de “cero”, sino desde una educación y de unas vivencias de la infancia que nos predisponen para enfrentar el resto de acontecimientos que se nos presenten.

Por otro lado, desde la infancia, todo nuestro contexto social, cultural, político y familiar, nos transmite claramente lo que se espera de nosotros. Es decir, nos van indicando cual es nuestro sitio, o lo que es lo mismo, el lugar que la vida espera que nosotros ocupemos.

Por otro lado, crecemos inmersos en una cultura, con sus ideales y formas particulares de vivir. Sin duda, esto es lo que en gran medida nos aporta cierta seguridad y bienestar, ya que lo hemos hecho así durante muchos años y al final hemos creado una manera particular de identificación.

En muchos casos, no nos atrevemos a romper la “zona de confort” en la que hemos crecido, ya que nos aporta protección y comodidad. 

Nos quedamos quietos a pesar, de que a veces no nos sintamos dueños de nuestra vida, sino parte de una tradición o forma de vivir “que siempre fue así”.

Ser libre de pensamiento significa ser diferente a la mayor parte de las personas que te rodean, sentirse un “bicho raro” y, asumir que no vamos a coincidir de manera absoluta con nadie. Significa entender que ese precio, que en determinadas ocasiones nos puede parecer muy grande, es el que tenemos que pagar por configurar nuestra propia identidad.

Para ello, te animamos a salir de tu zona de confort, a romper y cuestionar las tradiciones de toda la vida, ser creativo para atreverte a pensar diferente y no a favor o en contra de las posturas más conocidas. Es en esta determinación donde reside tu libertad.

domingo, 10 de mayo de 2020

El Lenguaje


El idioma español está considerado como una lengua romance del grupo ibérico y uno de los más limpios del habla moderna porque a no ser porque la H es muda, se lee y escribe tal cual se pronuncia. Es rico en conceptos y se los articula fácilmente y con una curiosidad: tiene 15.000 verbos que han sido publicados ya hace mucho tiempo en un diccionario especial (Sopena).

En ese número de verbos están incluidos los de la vieja habla castellana pero ello no impide reflexionar sobre la poca cantidad de verbos que se utilizan en la actualidad. Desde la Academia Nacional del Idioma se dijo que la mayoría de los rioplatenses empleaba alrededor de 600 palabras en el lenguaje coloquial cotidiano. Este achicamiento idiomático está relacionado seguramente con el abandono del hábito regular de la lectura, algo que ha ido decayendo pronunciadamente en los últimos años como consecuencia de la invasión tecnológica y de un cierto debilitamiento en la enseñanza dentro del sistema educativo.

El mundo del idioma español es muy rico y ello se nota en los grandes disertantes y en los escritores. La riqueza que ha dejado Jorge Luis Borges en su producción es inmensa y ha sido considerada mundialmente.

El idioma se articula con palabras y la palabra es la unidad mínima del significado de una lengua. La palabra es considerada específicamente como un conjunto de sonidos que expresa una idea. Por ello, utilizar los términos con precisión impide que quien escucha se equivoque en la interpretación de los significados. 

Esta observación es fundamental para la apreciación del idioma.

Por otra parte, las diferencias generacionales son visibles en el uso idiomático. En principio porque el idioma responde a la realidad de la vida, es decir tiene un presente en su expresión así como un pasado en su estructuración. No obstante, en un amplio sector de los jóvenes se incluyen modismos antojadizos y contracciones en el uso de la palabra, por ejemplo no dicen «vamos a ver una película» sino vamos a ver una «peli». Y, hay que admitir que estas caracterizaciones se llevan aula y que a los profesores de lengua les cuesta poner las cosas en su lugar. Mucho más con la indisciplina tan frecuente hoy en el ámbito escolar.

El aporte más importante que puede hacer una persona al idioma, es hablar bien en la vida cotidiana, es decir expresar correcta y claramente sus ideas para evitar cualquier confusión . 

Hay que hablar teniendo en cuenta que la palabra es el vínculo y que, entendida como tal, mejora y profundiza la comunicación.



La Intuición


 Todos estamos acostumbrados a utilizar nuestros cinco sentidos, mente e intelecto para analizar y percibir estímulos. Esto es porque todo nuestro sistema educativo está orientado a enseñarnos sólo a usar nuestros cinco sentidos a la hora de analizar situaciones y resolver problemas. Las ciencias modernas generalmente ignoran la dimensión sutil, ya que no pueden probar su existencia utilizando herramientas tradicionales de medida y análisis…

Desconocido para la mayoría de la humanidad, hay un vasto mundo sutil e intangible más allá de la comprensión de nuestros cinco sentidos, mente e intelecto. 

Este mundo también se conoce como mundo sutil, dimensión sutil, mundo espiritual, reino espiritual o dimensión espiritual. Este mundo sutil influencia nuestra vida en gran medida, tanto positiva como negativamente. 

Muchos de los problemas y dificultades de nuestra vida se deben a influencias dañinas procedentes del mundo sutil. Nuestra ignorancia e incapacidad para percibir e influenciar el mundo sutil nos convierte en víctimas indefensas de estos efectos dañinos. También nos priva de la oportunidad de mejorar nuestras vidas espiritualmente. Como el mundo sutil afecta a cada aspecto y a cada paso de nuestra vida, tener conocimiento sobre él nos ayuda a tomar las decisiones correctas que nos ayudarán a fomentar la felicidad y a protegernos de su influencia dañina.

Se llama percepción extrasensorial a la supuesta habilidad que permitiría adquirir información por medios diferentes a los sentidos conocidos. La percepción extrasensorial se denomina a veces sexto sentido. 

El término Percepción Extrasensorial (por sus siglas en inglés ESP) fue acuñado por Joseph Banks Rhine  pero la noción de la percepción extrasensorial existe desde la antigüedad. Los antiguos Chamanes u Oráculos basaban su trabajo en el supuesto uso de poderes sobrenaturales para obtener conocimiento como son la Precognición o la Clarividencia. 

Ancestralmente siempre se ha relacionado el uso de estos poderes con alguna deidad o poder diabólico, no siendo hasta el siglo XX cuando, además, se intenta profundizar y darle una explicación científica o más esotérica.

La intuición es el resultado de una serie de fenómenos que no residen en la conciencia. La intuición es la voz del alma y es más poderosa que la razón. El ser humano tiene la capacidad de poder entrenarse para educar sus reacciones inconscientes para hacer juicios de manera efectiva. Porque, efectivamente, nuestros juicios y primeras impresiones pueden educarse.

La evolución ha dotado al ser humano de herramientas esenciales como el lenguaje o la capacidad de abstracción, no debería extrañarnos que también haya sido dispuesto con la capacidad de tomar decisiones de manera rápida y eficaz, y más aún en la sociedad de ritmo tan acelerado que le está tocando vivir
.
Hasta finales del siglo XX, pocos eran los científicos que confiaban en este tipo de estímulos inconscientes en la toma de decisiones, y se había determinado que eran estímulos irracionales carentes de fundamentos de peso. Sin embargo, numerosos estudios han demostrado que la intuición puede llegar a ser mejor que los modelos de elección racional, fundamentalmente porque el cerebro se mantiene alerta las 24 horas, y ante situaciones que requieren respuestas inmediatas, piensa mucho antes de ser nosotros conscientes de ello, y nos envía señales a modo de respuesta, pero que en la mayor parte de las veces ni siquiera podemos apreciarlas porque no estamos lo suficientemente preparados para comprenderlas.

El problema es que el pensamiento consciente y el inconsciente funcionan independientemente y difícilmente se van a poner de acuerdo si el individuo no ha sido preparado para ello
.
La sudoración o la variación en el ritmo cardíaco son solo alguna de las consecuencias físicas a las señales que nuestro inconsciente nos puede estar mandando en estas situaciones. Pero hay otras muchas que no apreciamos, porque nuestro cuerpo no está preparado ni entrenado para sentirlas conscientemente, porque la mayor parte de ellas se deshilachan a un nivel tan bajo a nuestra mente que no somos capaces de detectar. Pero como toda capacidad del ser humano, si se practica y ejercita con dedicación, se volverá fuerte y eficaz.

Cuando meditamos, el cuerpo reduce nuestro stress y prepara nuestra mente para recibir información que muchas veces pasamos por alto, porque favorece nuestra concentración, y es una de las mejores maneras de desarrollar y potenciar nuestra intuición.

Un ejercicio muy sencillo y al mismo tiempo efectivo consiste en sentarnos cómodamente en una silla, con la espalda recta y los pies descansando en el suelo, cerrando los ojos y sintiendo como la silla absorbe todo nuestro peso, nuestro estrés y nuestras preocupaciones, centrándonos en todo momento en nuestra respiración, lo que hará que nos sintamos más y más relajados, podamos acallar nuestros pensamientos mas superficiales de modo que podamos llegar a escuchar nuestra voz interior. A medida que más practiquemos, mayor será la capacidad que vayamos adquiriendo.

La mejor manera de desarrollar nuestra intuición es confiando plenamente en ella. Al principio, nos podría asustar la idea de dejar todas nuestras decisiones en manos de nuestra intuición, pero lo cierto es que ella es nuestra guía interior y debemos comenzar a confiar en ella.


Empecemos a escuchar nuestra voz interior. Aquella que nos hace experimentar una sensación en el estómago que nos impulsa a hacer algo sin razón aparente, y prácticamente sin haber tenido el tiempo suficiente para pensarlo. Dejémonos guiar por ella, porque nuestra intuición sabe, por experiencia propia, lo que la razón desconoce.

Percibamos El Tiempo

En la revista digital Psychology Today, otra de las teorías afirma que “el paso del tiempo que percibimos está directamente relacionado con la cantidad de nueva información perceptual que absorbemos”. Con muchos estímulos nuevos, 
nuestros cerebros tardan más en procesar la información, por lo que el tiempo pasa y nosotros no nos damos cuenta realmente
.
Además, en situaciones no habituales nuestro cerebro graba con más detalle los recuerdos y como consecuencia, lo vivido parece más lento y a la vez más extenso de lo que realmente fue.

Una de estas hipótesis en la web Buffer Social es casi contraria, pues explica que “cuanto más edad tenemos, más familiar y reconocible es nuestro entorno.

Nuestra casa o nuestro lugar de trabajo ya no nos sorprende”. Para los niños, el mundo es un lugar desconocido que está continuamente lleno de nuevas experiencias. “En las vivencias cotidianas, el tiempo no se percibe al cien por cien y por ello parece que avance más rápido”.

Peter Mangan, psicólogo en el Colegio Clinch Valley de Virginia, junto a sus compañeros realizó un experimento, publicado en Sun Sentinel, a jóvenes de entre 19 y 24 años y adultos de entre 60 y 80 años. A ambos grupos y de forma separada, se les pidió que contaran 3 minutos, segundo tras segundo y a la vez.

El primer grupo lo hizo de manera casi perfecta: solo se pasaron 3 segundos. Por su parte, los ancianos creyeron que habían llegado al objetivo 40 segundos después.

Mangan reflexiona que “los relojes internos que controlan los ciclos diarios de actividad, perciben el tiempo de forma totalmente diferente según los años”. Así que todas esas veces que miras el reloj y te sorprendes son totalmente normales según tu edad.

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Te das cuenta que dependiendo de la forma en que veamos las situaciones que nos acontecen serán las reacciones y acciones que asumamos, lo que a su vez genera ciertas consecuencias o resultados. Nuestras conductas guardan estrecha relación con la manera como vemos las situaciones y dependen de nuestro punto de vista personal; de esta manera, podemos afirmar que detrás de cada conducta, hay una actitud.

Así, las actitudes negativas sólo llegan a ser un obstáculo en la vida, en consecuencia no existe una proyección del futuro idóneo que queremos vivir para lograr nuestra superación personal; si por el contrario asumimos una actitud positiva obtendremos resultados favorables que serán proyectados sin lugar a duda en nuestra conducta y en consecuencia de lo que deseamos hacer y ser en la vida. 

Creer que nuestras vivencias cotidianas son producto del destino, la suerte o el azar implica una resistencia a reconocer que todo lo que obtenemos va en función de la manera como lo hacemos, lo pensamos o creemos, es decir, de la actitud que asumimos ente los diversos acontecimientos que se nos presentan
.
Las personas que salen adelante en la vida mantienen una actitud positiva ante las circunstancias. En su comportamiento podemos encontrar que suelen ser optimistas, entusiastas, no creen en la suerte o el destino, si no por el contrario son persistentes, luchan y buscan cómo salir adelante o cómo lograr lo que desean; saben  que lo que quieren no les caerá del "cielo" y con esta actitud proyectan seguridad en sí mismas.

Los valores personales determinan las actitudes que asumimos en la vida y que proyectamos con nuestros comportamientos. Algunas personas se dejan llevar por lo que otros piensan porque no cuentan con valores que orienten su decisión para hacer o decir algo, lo cual indica que su actitud ante la vida es la de actuar en función de los intereses de otros y no de los propios.

Si tenemos ciertos valores éstos serán los que determinan nuestra forma de pensar, propiciando actitudes positivas ente la vida que proyectamos con nuestros comportamientos, sin embargo, no siempre es así ya que podemos encontrar personas que piensan de cierta manera y actúan contrariamente a sus pensamientos y/o sentimientos, quedando en juego sus "valores" y viviendo con actitudes negativas.

Si actuamos en base a nuestros valores lo hacemos por convicción y no por obligación o presión de otras personas, estaremos practicando algunos valores que se consideran de índole universal, como la honestidad, responsabilidad, justicia, solidaridad, entre otros.

Las personas pasamos por situaciones en las que se hace evidente que algo nos gusta o nos atrae, manifestando conductas que muestran las preferencias por ciertos tipos de actividades o experiencias, y cuando esto sucede entonces estamos hablando de que algo nos interesa, es decir, nos agrada.

Podemos decir que el interés es una actitud positiva que nos conduce hacia la elección de una situación, objeto o actividad relacionada con nuestros valores.
Los intereses no se manifiestan con palabras, sino con acciones a través de la participación en actividades cotidianas. 


Hacer lo que te gusta y hacer lo que mejor sabes hacer, es un hábito importante para que amplíes los horizontes de tus intereses.



Escuchar Con El Corazón


Hace unos días leí una pequeña historia de la que hablaba de la importancia, a veces, de estar junto a una persona que sufre algún dolor, solo con el corazón... 
Un médico psicólogo atendía una consulta en un hospital... sus pacientes eran adolescentes... Cierto día le derivaron un joven de 14 años que desde hacía un año no pronunciaba palabra y estaba internado en un orfanato... Cuando era muy pequeño, su padre murió... Vivió con su madre y abuelo hasta hacía un año... a los 13 muere su abuelo, y tres meses después su madre en un accidente...
 Solo llegaba al consultorio y se sentaba mirando las paredes....sin hablar... Estaba pálido y nervioso... 

Este médico no podía hacerlo hablar.. Comprendió que el dolor del muchacho era tan grande que le impedía expresarse...y él... por más que le dijera algo, tampoco serviría de mucho. Optó por sentarse...y observarlo en silencio....acompañando su dolor.... 

Después de la segunda consulta, cuando el muchacho se retiraba....el doctor le puso una mano en el hombro: "Ven la semana próxima si gustas....duele verdad?..." el muchacho lo miró, no se había sobresaltado ni nada... solo lo miró y se fue... 

Cuando volvió a la semana siguiente....el doctor lo esperaba con un juego de ajedrez.. Así pasaron varios meses...sin hablar....pero el notaba que David ya no parecía nervioso... y su palidez...había desaparecido... 

Un día mientras el doctor miraba la cabeza del muchacho mientras él estudiaba agachado en el tablero... pensaba en lo poco que sabemos del misterio del proceso de curación... 

De pronto....David alzó la vista y lo miró: "Le toca - le dijo" 
Ese día empezó a hablar... hizo de amigos en la escuela, ingreso a un equipo de ciclismo... Y comenzó una nueva vida... su vida. 

Posiblemente el médico le dio algo... pero también aprendió mucho de él... Aprendió que el tiempo hace posible lo que parece dolorosamente insuperable... a estar presente cuando alguien lo necesita... a comunicarnos sin palabras. Basta un abrazo, un hombro para llorar, una caricia... un corazón que escuche 

¿Será verdad que el tiempo lo cura todo, aun por doloroso que sea?