jueves, 25 de agosto de 2016

La Idea De Uno Mismo


”Así pues, hace más de dos mil años que el « conocimiento de sí mismo » es objeto de nuestras preocupaciones y discusiones, de nuestras reflexiones y de nuestros intercambios de ideas, aunque con éxito dispar, ya que con frecuencia procedemos y actuamos de una manera demasiado simplista, pensando e imaginando lo que creemos ser después de tener uso de razón, o creyendo ser lo que oímos, leemos, percibimos, y entendemos, en relación a lo que otros han dicho, escrito, expresado, y entendido.
Recordemos que luego de iniciada nuestra existencia personal, sea ella feliz o desgraciada, se haya desarrollado ella en un hogar unido o mal estructurado, de una u otra forma nuestros mayores y/o nuestros referentes nos han impuesto reglas y principios de índole variada, así como diversos modelos familiares, sociales, culturales, y religiosos, y en muchos casos, de manera consciente o inconsciente, ellos querían que nosotros fuéramos los mejores, y/o que realizáramos lo que ellos mismos no habían podido realizar.
Así pues, ya sea que hayamos adherido o rechazado estas presiones parentales y de nuestros referentes, de todas maneras es necesario admitir que lo transmitido casi siempre deja una huella indeleble en nuestros espíritus, de la que es difícil sustraerse.
En consecuencia, no creamos todo lo que creemos ser en determinado momento.
Con frecuencia, creemos poseer cualidades que en realidad tenemos poco desarrolladas, y por el contrario pensamos no poseer destrezas para las que tenemos enorme potencial.
El quid de la cuestión es que muchas veces no nos damos ni el tiempo ni los medios para pensar en las consecuencias de nuestros actos, pues de una manera simplista, creemos que « actuamos bien » y que « tomamos las decisiones correctas »… Frente a los acontecimientos, en muchos casos actuamos impulsivamente buscando resultados, dando prioridad al interrogante « ¿Qué hacer? », y dejando algo de lado los interrogantes « ¿Cómo hacer? » y « ¿Para qué hacer? ».
Pensemos críticamente y con mucha honestidad, denunciando las injusticias del sistema, ocupando lugares públicos, exhibiendo carteles con atractivos eslóganes, firmando peticiones, y pidiendo a gritos (en la calle o en reuniones internacionales) que es necesario « cambiar el mundo », todo eso está irremediablemente orientado al fracaso, si esas acciones no son acompañadas de nuestra parte, por una profunda toma de consciencia de nuestra cuota parte de responsabilidad en la situación actual de cosas, así como cambios concretos en nuestros respectivos comportamientos cotidianos.
Oponerse (en los países pobres) a la explotación manufacturera infantil y a condiciones de trabajo miserables de casi esclavitud, puede ser una postura pública simpática a aplaudir, pero si nosotros mismos continuamos aprovechando los precios bajos de los productos así fabricados en China, Filipinas, etc, estamos marcando una conducta disonante o a dos caras.
Y lo que acaba de expresarse es pura lógica y sentido común. Nuestro mundo interior y nuestro mundo exterior están íntimamente relacionados.
Y esta relación es tan sólida, que es ilusorio intentar separar ambas cosas, de una forma o de otra, todo lo que pasa en nuestro interior tiene repercusiones en nuestro exterior, y viceversa.
https://es.wikipedia.org

Hugo W Arostegui



  

El Arte De Comprender


Nuestra capacidad de razonamiento se nutre de las vivencias que vamos incorporando a nuestras acciones diarias, a medida que nos interrelacionamos unos con otros nos vamos interiorizando de cuáles son los motivos que inducen a cada uno a manifestarse en una particular manera, la cual, generalmente, no necesariamente es coincidente con la idea que previamente hemos concebido sobre el mismo asunto.

La madurez de nuestro criterio es evidenciable en la forma en que reaccionamos ante posturas divergentes a la nuestra, darnos cuenta de la diversidad del escenario en el cual se materializan todas las singularidades que componen “nuestro elenco” donde todos partimos de una misma premisa “igualdad de elección y oportunidades”  nos será de gran utilidad a la hora de ubicarnos en el rol que nos corresponde realizar a cada uno.

Lamentablemente no conocemos un lugar donde pueda adquirirse un “ubicometro”  ese instrumento ideal para asegurarnos una buena ubicación en cada conflicto, en realidad nuestra capacidad de “estacionarnos” en la postura ideal, ha de surgir de nuestra experiencia y habilidad adquirida a la hora de conducirnos en un espacio que debemos compartir entre todos.

“La comprensión es un proceso de creación mental por el que, partiendo de ciertos datos aportados por un emisor, el receptor crea una imagen del mensaje que se le quiere transmitir. Para ello es necesario dar un significado a los datos que recibimos.

Cuando utilizamos el término "datos" nos estamos refiriendo a cualquier información que pueda ser utilizada para llegar a comprender un mensaje. Los datos pueden ser de diferente tipo: palabras, conceptos, relaciones, implicaciones, formatos, estructuras, pueden ser lingüísticos, culturales, sociales, etc.

El proceso de comprensión, contrariamente a lo que habitualmente se cree, no es un proceso pasivo. Por el contrario, es un proceso que exige por parte del receptor tanta o más actividad que el proceso de expresión.

Básicamente, podríamos decir que el proceso de comprensión consiste en aislar, identificar y unir de forma coherente unos datos externos con los datos de que disponemos.

El proceso de comprensión en si, es el mismo en todos los casos aunque variarán los medios y los datos que tendremos que utilizar para llevarlo a cabo.

Un ejemplo nos ayudará a comprender esta idea: cuando un mimo hace una representación somos capaces de comprender el mensaje que nos quiere transmitir aunque no utilice palabras, cuando leemos una carta somos capaces de comprenderla aunque no veamos la expresión de la cara del remitente, cuando un amigo nos describe su lugar de vacaciones somos capaces de imaginarlo aunque no lo hayamos visto nunca, ...

Queda claro que si bien la labor que tenemos que realizar para comprender en cada una de las situaciones es la misma, la diferencia estribará en los medios y los datos que tendremos que manipular para poder llegar a hacerlo.

Es importante resaltar la necesidad que tiene el ser humano de comprender y por lo tanto de contar con una hipótesis sobre cualquier acontecimiento.

Ante cualquier mensaje o situación realizamos una interpretación, la más adecuada y acorde posible a los datos disponibles en ese momento.

Esto no quiere decir que sea la "correcta" pero si es suficiente para saciar nuestra necesidad de interpretar la realidad que nos rodea.

Es inevitable e imposible no realizar interpretaciones.

Todo es interpretado, aunque las interpretaciones estén continuamente variando y completándose.
El proceso de creación de interpretaciones es la mayoría de las veces inconsciente aunque a veces pueda ser controlado conscientemente.

La necesidad de realizar el proceso conscientemente es mayor cuando aprendemos una segunda lengua ya que algunos de los procesos que realizamos en nuestra primera lengua se ven anulados cuando los tenemos que llevar a cabo en la segunda.”

www.santurtzieus.com


Hugo W Arostegui

miércoles, 24 de agosto de 2016

Intromisiones


“Cada araña por su hebra y cada lobo por su sierra.”
Dice que cada quien debe ocuparse de sus asuntos y evitar intromisiones en los de otros.

Resulta mucho más común de lo que pensamos el hecho de que no podamos evitar lo que debe ser “una tendencia natural” de nuestra especie, de que por un exceso de curiosidad nos introduzcamos sin consentimiento previo en la vida privada de otras personas.

Cuando nos referimos al término “otras personas” incluimos, claro está, a todos aquellos que integran nuestra “constelación familiar” vale decir, conyugue, hijos, parientes, amigos, etc. aparentemente nadie escapa a ser sometido a “cierta vigilancia” muy probablemente bajo la excusa de un “paternalismo involuntario” que nos hace creer que la actitud que tomamos, la de ejercer cierta vigilancia, es justificable por nuestro afán de evitarle a nuestros seres queridos el riesgo de padecer, por falta de previsión, de consecuencias que a nuestro entender podrían ser evitables.

Demás está decir de que cuando se trata de evitar consecuencias que podrían ser evitables con cierta supervisión extraemos de nuestra manga, en la que guardamos, celosamente escondidas, nuestras justificaciones, que obran como una suerte de “comodín” prontas para esgrimir en caso de ser necesarias.

Lo cierto de todo esto es que ninguno de nosotros, bajo ningún concepto, debe entrometerse en la vida ajena, lo que no toleraríamos en nosotros mismos también es válido para los demás, está muy bien que nos preocupemos por ellos pero recordemos que cada uno es cada uno, su preparación individual y sobre todo, sus experiencias de vida, dependerán en una buena medida de que aprendan a tomar por sí mismo sus propias decisiones.

Hugo W Arostegui


martes, 23 de agosto de 2016

Motivación


Hay personas que tienen incorporada a su participación periódica, por no decir diaria, en la difusión de sus inquietudes literarias o en sus publicaciones en los muros de “las redes sociales” en una clara intención de influir ánimo en todas las actividades en las cuales participa brindando un enfoque positivo y pleno de vitalidad el cual constituye un muy valioso aporte en la lucha que cada uno enfrenta en sus actividades diarias.

Ese sentido de “mantener la mano extendida” para colaborar con el o los otros demuestra un marcado interés en que todos puedan ser partícipes de la mayor cantidad posible de acciones gratificantes que renueven su ánimo y sientan que es posible coronar con éxito sus proyectos.

La motivación solidaria trae nuevo aliento al desánimo, disipando, tal como si fuese una suave brisa de viento pampero,  todas las tormentas, todos los grises, abriendo los cielos a una mayor claridad donde puedan vislumbrarse nuevos horizontes plenos de esperanza.

“La palabra motivación deriva del latín motivus o motus, que significa ‘causa del movimiento’. La motivación puede definirse como «el señalamiento o énfasis que se descubre en una persona hacia un determinado medio de satisfacer una necesidad, creando o aumentando con ello el impulso necesario para que ponga en obra ese medio o esa acción, o bien para que deje de hacerlo».

Otros autores definen la motivación como «la raíz dinámica del comportamiento»; es decir, «los factores o determinantes internos que incitan a una acción». La motivación es un estado interno que activa, dirige y mantiene la conducta


Hugo W Arostegui

lunes, 22 de agosto de 2016

Tiempos De Adversidad



“Todos atravesamos momentos difíciles a lo largo de nuestras vidas. Sin embargo, aunque nos parezcan a veces imposibles cuando nos encontramos sumergidos en ellos, solemos tarde o temprano superarlos para continuar avanzando.
Las dificultades que nos encontramos en uno u otros momentos de nuestras vidas como la pérdida de un ser querido, una ruptura amorosa o la mala noticia de un despido pueden ahogarnos en un mar de malestar del que nos será muy difícil escapar sino ponemos en marcha unas estrategias adecuadas. Ninguno nos encontramos a salvo de los vaivenes que puede tener nuestra existencia en momentos determinados.

Y es en estos momentos de adversidad cuando atravesamos emociones muy poderosas como la tristeza, la impotencia, la frustración, etc… produciendo en nosotros un intenso desequilibrio emocional.”

Cuando la adversidad se decide a golpearnos y experimentamos esas emociones tan poderosas, resulta beneficioso expresar aquello que sentimos ya sea con algún familiar o amigo, o a través de la escritura, para llegar a hacerlo cada vez más consciente y poder reconocerlo.
Cuando expresamos los sentimientos ya sea hablando o escribiendo, lo que estamos haciendo es liberarlos. Si ponemos palabras a qué o cómo nos sentimos, nos será más fácil aceptar las malas noticias que nos sucedan. Ya que lo que hacemos es asociar nuestros pensamientos con los sentimientos de forma rápida y casi simultánea. Por eso, cuando nuestras emociones sean demasiado negativas, podemos emplear la escritura como medio para expresarlas, librándonos de ellas sin tener repercusiones exteriores.
Cualquier situación adversa puede ser vista como una interrupción de nuestra trayectoria vital, pero si lo relatamos, estaremos más cerca de la posibilidad de aceptarlo y seguir avanzando.
Incluso si tenemos dificultades a la hora de la escritura, también podemos utilizar otro tipo de actividades como la pintura, el baile, el deporte o el teatro, que nos ayudaran a canalizar y reconocer nuestras emociones, puntos imprescindibles para poder llegar a controlar y elaborar lo que sentimos. Y tras esto, poner en marcha todo nuestro propio mecanismo de resolución de problemas en el que utilizaremos nuestros propios recursos para avanzar y hacernos paso ante la dificultad que se nos presenta.

Además ante una situación difícil hay veces que nos cuesta aceptar que nos afecta, negándonos a reconocer que en cierto modo nos duele. Pero este dolor, en parte es necesario, porque nos ayudará a elaborar todo lo sucedido, además de poder llegar a asumir la pérdida.
En estas situaciones, las personas de nuestro alrededor quizás puedan intentar con la mejor de sus intenciones que nos volvamos a sentir bien tan rápido como sea posible, pudiendo tener el efecto contrario, ya que pueden originarnos sentimientos de culpabilidad por no responder como los demás esperaban o incluso sentirnos no comprendidos. Todos necesitamos nuestro tiempo de asimilación y elaboración, unos más extensos que otros, lo importante es respetarlo, y no acelerarlo o posponerlo, sino manteniendo un cierto equilibrio. Es como atravesar por un proceso de duelo o pérdida, ya que se necesita un período de adaptación emocional necesario, pasando por una serie de etapas.
Y con el tiempo, tras haber superado ese momento difícil, seremos capaces de confiar en nuestra capacidad de sobreponernos a nuevas dificultades. Cada prueba superada nos irá fortaleciendo. Y aunque las dificultades o adversidades nos muestren nuestras partes más vulnerables, el hecho de superarlas nos ayudará a avanzar con más seguridad y confianza.”

Hugo W Arostegui



La Veleidad


“Cuando se califica a una persona como un sujeto de veleidad, se hace referencia a que se trata de un individuo que carece de tenacidad o perseverancia. La veleidad, en este contexto, se vincula a abandonar actividades sin que estén completas o a dejar proyectos en medio de su desarrollo.
Este tema aborda o intenta abordar una característica que suele notarse en el comportamiento de algunas personas que demostrando poseer una inteligencia desarrollada y que comprenden a cabalidad cuáles son los objetivos que los demás esperan que realicen, no obstante manifestarse de acuerdo con las acciones que deben efectuarse y además saberse capaz de llevar a cabo cualquier tarea en forma eficiente, de repente, sin que surjan dificultades aparentes , demuestra claros síntomas de abulia reflejados en un desinterés creciente en realizar la tarea encomendada y sin dar mayores explicaciones, sencillamente renuncian, cambian de opinión y se desentienden de todas sus responsabilidades.
Cuando nos encontramos con aptitudes como  las descriptas que no son casos excepcionales sino que pueden resultar mucho más comunes de lo que nos podamos imaginar, entonces, cuando estas cosas suceden, estamos presenciando un típico cuadro de veleidad.
“En psicología de la voluntad se usa para indicar un estado de volición deficiente. La veleidad es la a petición afectada de duda, mutabilidad e inconstancia.
El veleidoso no llega a decidirse de modo definitivo, no rechaza la acción, la considera posible y aun legítima, pero ardua y poco probable. Cuando la veleidad se hace persistente y habitual, se convierte en impotencia de determinación y abulia.
Leibniz entendía por veleidad el grado ínfimo del deseo, o sea aquel que está más cerca de la indiferencia; el disgusto, dice, que causa la ausencia de una cosa deseada es tan pequeño en el veleidoso, que no llega a despertar en su ánimo la inclinación a buscar los medios de conseguirla.
En un pasaje de su Teodicea añade que las veleidades no son más que una especie muy imperfecta de voliciones condicionales: 
Yo querría, si pudiese (liberet, si liceret) son los casos en que el contenido de la volición no es el querer, sino el poder.
Las causas de la veleidad son más complejas de lo que parece a simple vista, entre ellas: predisposiciones congénitas, enfermedades, hábitos contraídos, defectos de educación, etc.”
Ser veleidoso o veleidosa-no es una cuestión de género- es una condición que puede superarse y corresponde a todos quienes podemos convivir con un caso semejante “nadie está libre” de tal contingencia que pongamos lo mejor de nuestra parte en el intento de superarlo.
Hugo W Arostegui


Herencia Divina: La Voluntad


“Si hay algo en nosotros verdaderamente divino, es la voluntad. Por ella afirmamos la personalidad, templamos el carácter, desafiamos la adversidad, reconstruimos el cerebro y nos superamos diariamente.”
Santiago Ramón y Cajal (1852-1934) Médico español

De todas las acciones humanas en las cuales se señalan claramente la importancia de poder contar con la adhesión de todas las personas involucradas en un determinado proyecto, a lo que se apunta y en la cual se confía es en la libre y espontánea voluntad de cada uno.

Lo que queda en evidencia es que nada sustituye en todo nuestro ordenamiento social a la aceptación y aplicación voluntaria de cada uno de sus integrantes quienes además son los que sostienen con su voto a los gobernantes que determinaron la aplicación de tales normas.

“¡Gloria a Dios en las alturas, Y en la tierra paz, buena voluntad para con los hombres!”     
 (Lucas 2:14). 

Hugo W Arostegui