miércoles, 25 de enero de 2017

Lo Que Abarca Tu Mirada

Abarca con tu mirada todos los caminos para que puedas elegir el tuyo,pero no lo escojas entre los que parecen fáciles y floridos porque no llevan lejos.
Elígelo entre los que se confunden con el infinito,
es decir, entre aquellos a los que tu ojo no alcanza a verles fin.
Y cuando lo hayas elegido, transita por él con alegría, con decisión, con fe.
La alegría te llenará de gozo,
la decisión te dará todo el valor que es necesario para las luchas que te aguardan,
la fe te hará invencible.
Piensa pues, antes de que elijas tu camino,
cuál te conviene seguir si deseas ir lejos.
Quienes solo trabajan para hoy nada más viven,
quienes trabajan para hoy y para mañana, viven y progresan,
pero los que trabajan para hoy, para mañana y para siempre, elevan y magnifican su vida.
En la medida de nuestras fuerzas, trabajemos para lograr un buen fin.
Cada día hagamos parte de la obra, si no es posible acabarla, pero es necesario que renovemos esperanza, fe y caridad porque en el camino de nuestras ilusiones hay siempre obstáculos, dificultades, lágrimas, decepciones y hasta fracasos.
Lentamente, pero siempre se realizan los sueños.
No te importe fracasar una y otra vez,
los más grandes de entre los hombres fracasaron muchas veces.
Levántate pues cuando tropieces, levántate pues cuando caigas, levántate siempre,
porque quizá un poco más allá de donde tropezaste,
un poco más allá de donde caíste,
Alguien te espera para repetir en nombre de la vida,
la esperanza y el amor:

¡Todo es posible para el que cree!


Hugo W Arostegui

Una Mirada Optimista


El sentido común y la mayoría de la gente, siempre nos ha dicho que ser optimistas nos ayuda a ser más exitosos en nuestra vida. Sin embargo, es posible que no tengamos muchas respuestas lógicas al por qué debe ser así, o no tengamos claro exactamente cómo podemos ser optimistas para experimentar sus ventajas.
En los últimos años, la investigación en psicología, se ha esforzado por conocer mejor cuáles fortalezas y competencias pueden favorecer a una mayor satisfacción personal que nos ayude a tener una vida plena 
Aparentemente, esta cualidad ayuda a protegernos de la visión desesperanzada que caracteriza a este problema y “amortigua” el impacto de las dificultades. A su vez, ayuda a vernos con más capacidad para enfrentar los conflictos y sobrellevar mejor el sufrimiento.
Además, se ha demostrado que el optimismo, también parece ayudar a presentar menos enfermedades físicas. Aparentemente, éste es un ingrediente fabuloso a la hora de enfrentar situaciones estresantes, lo que nos ayuda a compensar sus efectos nocivos sobre la salud.
Asimismo, el optimismo puede favorecer un mejor rendimiento académico, deportivo y una mejor adaptación profesional. Su presencia, nos ayuda a superar las dificultades, a la vez que nos permite construir metas y sueños ambiciosos, que nos mantienen motivados y orientados hacia su logro.

¿Cómo actúa el Optimismo?
El secreto parece estar en que las personas pesimistas y optimistas utilizan estrategias diferentes a la hora de afrontar situaciones estresantes
En el caso del optimismo, favorece que se empleen mecanismos mucho más eficientes y constructivos al enfrentarnos a los conflictos.

Esta potente herramienta promueve que se activen respuestas orientadas directamente a resolver el problema, lo que impide, por ejemplo, caer en el típico error de tratar de “olvidar” o de “huir” de ese elemento doloroso o angustiante, lo cual definitivamente no nos ayuda a buscarle una solución al conflicto.

Los optimistas, parecen moverse más fácilmente a resolver lo que les preocupa, se sienten más capaces, con más control y probabilidad de éxito. Por lo cual, hacen más para mejorar y piensan menos en su malestar, buscan más y mejores soluciones, y lo intentan muchas más veces. Por el contrario, los pesimistas tienden a enfocarse en las emociones negativas que les suscita el problema, quedan “encerrados” en un bucle del que es difícil salir y no les conduce a la solución.

Pero… ¿Cómo ser realmente optimista?

Parece tener mucho que ver con las expectativas. Los optimistas, tienen una predisposición a esperar resultados positivos en sus vidas, con una creencia general de que “las cosas van a salir bien” aunque pasen por momentos difíciles. Esta virtud parece desarrollarse en función de la explicación que hemos dado a los eventos en el pasado, es decir, cómo interpretamos nuestras experiencias.
Según se ha encontrado, las personas con un estilo optimista, suelen atribuir los acontecimientos positivos, a causas permanentes, globales y que tienden a deberse a sí mismos. 

Por ejemplo, cuando son ascendidos en el trabajo, lo atribuyen a que la vida es justa y que ellos son realmente competentes. Esto ayuda a tener creencias positivas que invitan a aproximarnos al mundo, a la gente, a experimentar sin miedo, y a confiar en nuestras capacidades, sobre las que tenemos control y son estables en el tiempo.

A su vez, los eventos negativos suelen atribuirlos a factores externos, temporales y específicos. 

Por ejemplo, una actitud hostil de su pareja o un amigo, la atribuyen a que posiblemente ha tenido un mal día y lo ha hecho sin pensar.

Este tipo de explicación nos invita a darle una segunda oportunidad, protege la relación con el otro y a nosotros mismos.

Esto es mucho menos doloroso y más fácil de manejar, que pensar que todas las personas son crueles y que hay algo malo en nosotros que no nos permite tener buenas relaciones. Por lo tanto, el optimista, pone la causa de este evento negativo en algo pasajero y puntual, ¡mañana será otro día!

Aunque el éxito de las cosas que hacemos depende de muchos factores, parece que puede resultarnos mucho más útil aprender a cambiar las explicaciones que damos a nuestras experiencias. 

Mantener la esperanza de que las cosas vayan a mejorar definitivamente nos puede hacer la vida un poco más fácil y ¡más exitosa!


Hugo W Arostegui

martes, 24 de enero de 2017

Cuando Nuestra Alma Se Expresa


Hay veces en los que un día te levantas, parece que es un día más en el que piensas que será muy fugaz. Te miras al espejo, observas una mirada, una mirada mezclada por un sinfín de emociones que inexplicablemente sientes que han partido muy veloz. Te ahogas en un mar de recuerdos que habías creído estaban muertos y es entonces que a partir de aquel reflejo, que sientes una gran necesidad de volar, de salir e intentar perderte aunque sea un día más.
Tomas un par de suspiros como si cada uno de ellos contuviera lo indomable que se ha vuelto darle a la vida un sentido, intentando comprender lo que sientes dentro.
La tristeza te saluda nuevamente, como señalando que siempre está presente. Tienes una sensación de desolación, te cuestionas sobre qué es lo que te ocurre y que duele en tu interior.

Quieres encontrar y no dejas de buscar, extrañas aquel sentimiento de no sentir nada, no entiendes a dónde se ha marchado cuando tanto lo has necesitado. 

Entonces miras al cielo esperando que te regale un poco de consuelo y es ahí cuando la soledad aparece de nuevo, manifestando que en realidad nunca ha muerto, sólo se había hecho a un lado, pues sabía que estabas contento.

La soledad te mira con un veneno disfrazado de ternura, recuerdas como te aconsejaba, pues ella era más que tu amiga. Te sientas a su lado y de nuevo vuelves a tomar su mano, platican como si su amistad fuera la de dos hermanos. La miras a los ojos y descubres que siempre has tenido miedo de estar en solitario, sin embargo, no es tan mala lo haz notado. Hablan y hablan, poniéndose al tanto luego de estar un tiempo cada quien por su lado. Recuerdas como eras hace apenas un año, memorizas aquel dolor que te llevó hasta una clínica y es ahí cuando reflexionas que de no haber sido insoportable, no te hubieras transformado en lo que eres, pues eres tú el responsable.
El dolor está presente, incrustado en nuevas lecciones, apareciendo nuevamente, tomando cascadas de tus lágrimas, imprimiendo recuerdos  de palabras, alejándote del odio y convenciéndote de que el recuerdo es sobrio.
Abres tu conciencia, miras las paredes, ahí están resanando, limpiando, acomodando cada incierto en el caos y el orden. Sabes que eres ese rayo que alcanzó tu cambio y que te convirtió en un mejor ser humano. Los silencios a veces queman, a veces envenenan, provocando que los sentimientos se ahoguen en mares de dolor cuando ellos te desbalancean.
Efectos encadenados son los que te lastimaron después de haber roto la armadura que protegía lo que tanto escondía.
Perdiendo la fe, aquella  arma que se activa persuadiendo para controlar la rabia seca cada vez que un sueño o una expectativa no se cumple.
Tú miras, tú naces, tú creces, la esencia que te hace brillar son los triunfos que conseguiste atándote al ardor de tus venas cada que saliste de esas aguas negras, pues te conoces como un valiente. Sintiendo todo no diciendo nada, fingiendo algo que no es del todo cierto, buscando complacer a los demás aunque sea sólo un momento, cuando en realidad buscas no mirarte; suena raro, pero es cierto.
Tu pensamiento es eterno, es el arma que atraviesa el tiempo, por eso los acontecimientos te atan, pero los sentimientos son libres, te lo confieso.


lunes, 23 de enero de 2017

Cuando La Ilusión Se Encarna



En muchas ocasiones es factible la observación de que algunas personas suelen confundir la ficción con la realidad sustancial, aquello que sucede a nuestro alrededor y forma parte de la cotidianidad de la vida diaria, aquella en la que vemos su ocurrencia dentro de los parámetros normales del devenir social en el cual nos encontremos insertos.

Lo que ocurre en el imaginario mundo de la ficción llega a ser percibido como aquello que no solamente es algo que puede llegar a ocurrir sino que salvando las distancias de todo aquello que anhelamos y lo que en realidad pudiera suceder en la monótona “línea horizontal” de los sucesos grises de cada día se convierte en un refugio dentro del cual compartimos nuestras poco probables expectativas con lo que sucede en la ficción con aquellos personajes que vamos incorporando y con los cuales nos sentimos copartícipes de la aventura.

Lo que sucede en aquellos espectáculos que se nos dosifica para nuestro periódico consumo, especialmente las telenovelas, es que los personajes en cuestión pasan a integrar nuestro entorno son los héroes y los villanos, las buenas y las malas, personas que trascienden al personaje en cuestión e integran el conjunto de sucesos que acaparan todas las preocupaciones sobre lo que les pueda suceder en el próximo episodio.

“La ilusión mental, también llamada mentalismo, es, por su parte, aquella ciencia o arte que hace que quien la desarrolla use la sugestión, la agilidad mental o la magia escénica para poder acometer control mental, psicoquinesis, clarividencia o precognición. Podemos establecer además que aquel es una rama dentro del mismo conocido como ilusionismo.

Para la psicología, la ilusión es una esperanza que no tiene fundamentos.

En sentido simbólico, puede decirse que una ilusión es un espejismo (algo que parece real pero que no lo es): “Tenía la ilusión de solucionar las cosas con ella pero me di cuenta que es imposible”, “Pensé que podía ganar la carrera, aunque era sólo una ilusión”.

Cabe destacar que la acepción positiva de ilusión (“Mi ilusión más grande es viajar a Europa para reencontrarme con mi abuelo”) sólo existe en el idioma español.

En otras lenguas, el término siempre está relacionado a aquello que carece de sostén.

Se conoce como ilusionismo, por último, al arte escénico que consiste en utilizar diversos medios para crear la ilusión de que ocurre algo imposible desde el punto de vista lógico: “Anoche vi en la televisión a un ilusionista que cortó a la mitad a una muchacha”.

Muchos son los personajes que a lo largo de la historia se han convertido en un referente dentro del ilusionismo. Sin embargo, entre todos ellos adquiere especial relevancia el francés Jean Eugène Robert-Houdin, que ha sido calificado como el padre de la magia moderna. Entre los trucos que realizó a lo largo de su carrera y que luego se generalizaron destaca aquel en el que una persona del público le disparaba y él no sólo no caía herido sino que aparecía con la bala entre los dientes”.


Hugo W Arostegui

domingo, 22 de enero de 2017

Para Nadie Y Para Todos




Nunca está demás que reiteremos tantas veces como creamos necesario que el contenido de los artículos que compartimos a través de enlaces en Facebook no tiene un destinatario específico en particular, ninguna de nuestras reflexiones es consecuencia de alguna respuesta que por la vía indirecta estemos formulando  a nuestros amigos lectores.

Cierto es que el contenido de todos nuestros artículos tiene como finalidad el compartir aquello que es el fruto de nuestro pensamiento y que éste, nuestro pensamiento no surge como consecuencia de una mera improvisación sino que se convierte en una lectura intelectualmente elaborada por la expresa voluntad de lo que el corazón y nuestra mente  consideran necesario manifestar.

Lo que exponemos no debe ser considerado como meros consejos esparcidos al azar, como quien siembra al voleo, la criatura humana posee la capacidad intelectual y está provista de tales sentimientos que seguramente podrá encontrar en nuestra lectura ciertas afinidades que nos resulten comunes, algunas semejanzas  a  vivencias ya experimentadas que puedan oficiar de un bálsamo que alivie y mitigue las heridas recibidas.

Es por eso que escribimos y publicamos, lo que exponemos lo manifestamos a los cuatro vientos para todos y cada uno, reiteramos son el contenido de todo aquello que sentimos y albergamos en la inquietud de nuestra mente, una mente humana libre e independiente como lo debe ser la tuya y la de todo aquel a quien le lleguen mis ideas.

Hugo W Arostegui

Resignación



Nombre femenino
Aceptación con paciencia y conformidad de una adversidad o de cualquier estado o situación perjudicial.
"ya no podemos hacer nada más, solo nos queda la resignación"

Creemos aceptar una situación cuando conseguimos “sobrevivir” a ella, cuando la olvidamos…sin embargo, estamos resignados a ella… cuando no nos movemos en la dirección que deseo en mi vida, sino que quedo atrapado/a en la situación de la que me resigno, compadeciéndome de mí mismo/a, sintiéndome víctima de la situación, y no haciendo nada al respecto, ya que en contadas ocasiones me digo a mi mismo/a “esto es lo que hay, no puedo hacer nada

De esta forma, me esclavizo a la situación, me ato a ella, me bloqueo en mi vida, ya que creo que esto es lo que me ha tocado vivir y no busco más opciones. Me resigno.”

Por el contrario, cuando acepto una situación, a pesar de que me disgusta, significa que sigo buscando otro camino para mi felicidad, he descubierto que éste no es mi camino, que esto no me hace feliz, sin embargo, en ésta ocasión o situación, ha ocurrido así.

No por ello me bloqueo, no por ello pienso que siempre será así, sino que aprendo de ésta experiencia y sigo mi camino. La aceptación es algo así, como no ir contra-corriente, sino aprovechando las situaciones para aprender en la vida.

Siempre existe la posibilidad de re-dirigir mi vida.

La aceptación también es respeto, ya que, cuando acepto a una persona tal y como es, desaparece el deseo de cambiarla, la respeto profundamente, y posteriormente decido si me conviene o no, la relación con esa persona, si me siento o no respetada también por ella.

Por ejemplo, cuando me resigno ante el fallecimiento de una persona querida, sufro por ello, me siento enfadado/a con la vida y con el mundo, no lo admito, quiero cambiar esa situación… Y esto es una etapa normal del duelo, pero puede convertirse en un proceso duradero y presente en la vida de aquella persona que realmente no llegue a aceptarlo nunca.

Aceptar el fallecimiento significa haber superado el duelo. Aceptar el fallecimiento, supone dejar de sufrir, no sentir enfado, y poner rumbo a tu vida de nuevo, que sigue y que tiene mucho más que ofrecerte, en éste caso, la aceptación es la etapa final de un duelo sano.

Aceptar o Resignar, se convierten en dos caras de la misma moneda, porque necesitamos “pasar página y olvidar” lo sucedido, necesitamos seguir viviendo.

Si en mi vida aparece la Aceptación de todo lo que me ocurre, seré el dueño de la misma, superando los obstáculos y encontrando la felicidad en el camino de lo aprendido.
Si por el contrario, me resigno, permanecerá conmigo siempre el dolor y el sufrimiento.


Hugo W Arostegui

Chupando Limones


“Aparentemente, no se puede andar amargado por la vida.
Si no es con una carita feliz y rosada, con labios regordetes de anémona, mejor ni mostrarse.
Hay que resignarse y hacer como el conde, esconderse a chupar limones amargos en secreto”.

Muchas personas, demasiadas diría yo, comienzan su día como si lo primero que han hecho al levantarse fuese mirarse la cara en el espejo que tienen a su frente y claro al observar su propia imagen pareciera que les irrita a tal punto que mejor les sería no hacerlo y evitarse, de esta manera , el disgusto de observarse, así, en vivo y en directo, como si todo lo que tienen por delante, en este nuevo día que recién se inicia, les sumiese en “la hiel de la amargura” como si se hubiesen levantado “chupando limones”

He tenido mucha experiencia en el trato con personas así y seguramente muchas de ellas recordarán lo que les he dicho al verlas por la mañana: “vamos a borrar todo y empezar de nuevo” “si mirarse a la cara frente al espejo les pone de ese modo mejor quítenlos todos, rompan todos los espejos y evítense comenzar tan mal este día.”

En realidad nos llama la atención el observar tanta gente que se desplaza entre la multitud, que se detiene en las paradas de ómnibus, que se sientan prácticamente juntas a tomar su desayuno o se encuentran como lo hacen todos los días en sus puestos de trabajo, sin siquiera mirarse, totalmente ajenas a lo que pudiera acontecer a su alrededor, algunas sumidas en la digitación de sus celulares, como escondidas del resto y siempre luciendo esa cara de rostros adustos, labios crispados que se parecen a muecas, ausencia de sonrisas y ese malhumor que contagia y muchas veces irrita a los demás.

Repito, la vida en sí misma, vale la pena de vivirla, podemos transformar con nuestra actitud todo su entorno, cambiar las tonalidades grises de la amargura con el brillo de nuestros ojos llenos de esperanza con el marco iluminado de una sonrisa confiante, siempre confiante,

Hugo W Arostegui