Nombre femenino
Aceptación con paciencia y conformidad de una
adversidad o de cualquier estado o situación perjudicial.
"ya no podemos hacer nada más, solo nos queda
la resignación"
“Creemos
aceptar una situación cuando conseguimos “sobrevivir” a ella, cuando la
olvidamos…sin embargo, estamos resignados a ella… cuando no nos movemos en la
dirección que deseo en mi vida, sino que quedo atrapado/a en la situación de la
que me resigno, compadeciéndome de mí mismo/a, sintiéndome
víctima de la situación, y no haciendo nada al respecto, ya que en contadas
ocasiones me digo a mi mismo/a “esto es lo que hay, no puedo hacer nada
De esta forma, me esclavizo a la situación, me ato a ella, me
bloqueo en mi vida, ya que creo que esto es lo que me ha tocado vivir y no
busco más opciones. Me resigno.”
Por el contrario, cuando
acepto una situación, a pesar de que me disgusta, significa que sigo buscando
otro camino para mi felicidad, he descubierto que éste no
es mi camino, que esto no me hace feliz, sin embargo, en ésta ocasión o
situación, ha ocurrido así.
No por ello me bloqueo, no por ello pienso que siempre será
así, sino que aprendo de ésta experiencia y sigo mi camino. La aceptación es
algo así, como no ir contra-corriente, sino aprovechando las situaciones para
aprender en la vida.
Siempre existe la posibilidad de re-dirigir mi vida.
La aceptación también es respeto, ya que, cuando
acepto a una persona tal y como es, desaparece el deseo de cambiarla, la
respeto profundamente, y posteriormente decido si me conviene o no, la relación
con esa persona, si me siento o no respetada también por ella.
Por ejemplo, cuando me resigno ante el fallecimiento de una
persona querida, sufro por ello, me siento enfadado/a con la vida y con el
mundo, no lo admito, quiero cambiar esa situación… Y esto es una etapa normal
del duelo, pero puede convertirse en un proceso duradero y presente en la vida
de aquella persona que realmente no llegue a aceptarlo nunca.
Aceptar el fallecimiento significa haber
superado el duelo. Aceptar el fallecimiento, supone dejar de sufrir, no sentir
enfado, y poner rumbo a tu vida de nuevo, que sigue y que tiene mucho más que
ofrecerte, en éste caso, la aceptación es la etapa final de un duelo sano.
Aceptar o Resignar, se convierten en dos caras de la misma
moneda, porque necesitamos “pasar página y olvidar” lo sucedido, necesitamos
seguir viviendo.
Si en mi vida aparece la Aceptación de todo lo
que me ocurre, seré el dueño de la misma, superando los obstáculos y
encontrando la felicidad en el camino de lo aprendido.
Si por el contrario, me
resigno, permanecerá conmigo siempre el dolor y el sufrimiento.
Hugo W
Arostegui
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