adjetivo/nombre masculino y femenino
[persona] Que acostumbra entremeterse en asuntos
ajenos.
sinónimos:
|
entremetido
|
“Se
emplean para referirse a la persona que acostumbra a inmiscuirse en asuntos que
no son de su incumbencia, con los cuales nada tiene que ver, o a meterse donde
no la llaman. Por lo general, posee una carga peyorativa. Puede emplearse como
adjetivo y también como sustantivo.
Hoy en día, el uso de entrometido es
ampliamente mayoritario entre los hablantes, quedando relegada la forma entremetido, uso ligeramente más común
en el pasado.”
“Lo típico es que sea la suegra
quien se meta en todo pero en mi caso es mi suegro, me llevo bien con él pero o
está metido en mis problemas de pareja o es el causante
Mi marido lo permite, es el único
culpable que nuestro matrimonio haya fracasado porque todo lo que nos ocurre
como pareja o familia se lo cuenta a su padre, no resuelve nada sin él, yo no
cuento para nada
Estoy tan cansada de esta
situación!! Estoy asistiendo a terapia sobre autoestima en la casa de la mujer
con mujeres víctimas de violencia de género, porque mi marido me insulta como
le da la gana.
Hace un momento me dice que ya
"alguien" le ha dicho que estoy loca está más que claro que ese
alguien es el padre o incluso la madre.
Cuando vamos al super se pasa
llamando a su madre para coordinar la compra, y yo de adorno...”
Post desahogo
Post desahogo
Todo indica que la intromisión en
lo que podríamos llamar “la vida ajena” causa enormes daños entre aquellos que
aducen que han estado expuestos “ a esta forma de proceder” por parte de
allegados que aparentemente no tienen escrúpulo alguno en lo que se entiende
como ”meter la cuchara” en asuntos en los cuales no solamente no son de su
incumbencia, sino, que además, implican una grosera intromisión en la vida
privada de aquellos que se sienten “invadidos” en lo que entienden son asuntos
que solamente deben ser dirimidos entre quienes pueden y deben tomar cartas en
la solución de tales temas.
Quienes no se han librado de este
hábito suelen desconocer las facultades que las demás personas, (expresamente
las que integran la constelación de sus más íntimos allegados) necesitan
desarrollar, para de esta manera, poder superar sus circunstanciales
dificultades, ganar en autoestima y confianza en sus propias posibilidades de
alcanzar una tan sólida como armónica convivencia.
Dejemos de lado los excesos, permitamos
ocupar los espacios de libre determinación que todos necesitamos en el proceso
de maduración en la toma de decisiones, lo que denominamos “vida ajena”
es eso, algo que no nos pertenece y de la cual, aunque estemos “expectantes”
sólo deberemos intervenir a “expresa solicitud” de los involucrados.
Hugo W Arostegui
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