“El
concepto de serenidad suele asociarse a la capacidad de una persona para actuar de manera racional y templada en todo momento.
El
sujeto que es sereno, de este modo, no se deja llevar por los impulsos ni por
las emociones”.
Una
de las virtudes más valiosas que pueda tener el ser humano es sin duda la
serenidad con la que pueda integrarse a las variadas e intensas situaciones que
la cotidianidad de la vida pueda depararle.
Esta
capacidad de estar sereno y no alterarse es un atributo incorporado a la
personalidad de un individuo de una forma integral, no deberían coexistir
conjuntamente diferentes maneras de reaccionar ante eventuales situaciones que
pudieran suscitarse en algunos momentos de nuestra convivencia, la serenidad es
una característica indicativa de la integridad y madurez de quien posea estas cualidades,
no debe estar condicionado a “tiempos y ocasiones” como tampoco a los diversos
grados de compatibilidad o afinidades , digamos que deberá manifestarse, la
serenidad, como “un reflejo condicionado” que brota “de la piel para adentro”
que acciona espontáneamente cada vez que es necesario tomar alguna actitud.
Hugo
W Arostegui
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