En muchas ocasiones es factible la observación de que
algunas personas suelen confundir la ficción con la realidad sustancial,
aquello que sucede a nuestro alrededor y forma parte de la cotidianidad de la
vida diaria, aquella en la que vemos su ocurrencia dentro de los parámetros
normales del devenir social en el cual nos encontremos insertos.
Lo que ocurre en el imaginario mundo de la ficción llega a
ser percibido como aquello que no solamente es algo que puede llegar a ocurrir
sino que salvando las distancias de todo aquello que anhelamos y lo que en
realidad pudiera suceder en la monótona “línea horizontal” de los sucesos
grises de cada día se convierte en un refugio dentro del cual compartimos
nuestras poco probables expectativas con lo que sucede en la ficción con
aquellos personajes que vamos incorporando y con los cuales nos sentimos
copartícipes de la aventura.
Lo que sucede en aquellos espectáculos que se nos dosifica
para nuestro periódico consumo, especialmente las telenovelas, es que los
personajes en cuestión pasan a integrar nuestro entorno son los héroes y los villanos,
las buenas y las malas, personas que trascienden al personaje en cuestión e
integran el conjunto de sucesos que acaparan todas las preocupaciones sobre lo
que les pueda suceder en el próximo episodio.
“La ilusión mental, también llamada mentalismo, es, por su
parte, aquella ciencia o arte que hace que quien la desarrolla use la sugestión,
la agilidad mental o la magia escénica para poder acometer control mental,
psicoquinesis, clarividencia o precognición. Podemos establecer además que
aquel es una rama dentro del mismo conocido como ilusionismo.
Para la psicología, la ilusión es una esperanza que no tiene fundamentos.
En sentido simbólico, puede decirse que una ilusión es un
espejismo (algo que parece real pero que no lo es): “Tenía la ilusión de solucionar
las cosas con ella pero me di cuenta que es imposible”, “Pensé que podía ganar la
carrera, aunque era sólo una ilusión”.
Cabe destacar que la acepción positiva de ilusión (“Mi ilusión más grande es viajar a Europa para reencontrarme con
mi abuelo”) sólo existe en el idioma español.
En otras lenguas, el término siempre está relacionado a aquello
que carece de sostén.
Se conoce como ilusionismo,
por último, al arte escénico que consiste en utilizar diversos medios para
crear la ilusión de que ocurre algo imposible desde el punto de vista lógico: “Anoche vi en la televisión a
un ilusionista que cortó a la mitad a una muchacha”.
Hugo W Arostegui
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