domingo, 11 de junio de 2017

Haz Que Tu Vida Sea Especial



“Disfruta cada momento como si fuera el último. No dejes que pase un día sin decirle a la gente a la que amas lo mucho que te importa. Convierte tu mundo en algo mágico y bonito”

Haz que tu vida sea especial. Puede parecer una frase manida para muchas personas, pero no lo es. Y no es así porque quien piensa que esto es una estupidez vive en una mentira de tristeza y ceguera.

Cumple tus sueños y haz que tu vida sea especial

Cada persona que puebla este planeta tiene una luz interior que lucha por querer salir. Los sueños y anhelos de cada ser humano que pulula por la Tierra y que desean hacerse realidad siempre estarán junto a nosotros.

Aleja de tu vida el adoctrinamiento y la rutina. Permite que tu vida sea especial y sincera. Conócete a ti mismo en profundidad, con lo bueno y con lo malo, pues solo así podemos tener un diálogo sensato.

Si deseas tener una vida especial, respeta a tus iguales. No juzgues a los demás por el color de su piel, su ideología o religión. Piensa que en cada una de las personas con las que te cruzas hay algo bueno y bonito, pero tal vez jamás tuvo la oportunidad de salir

Está en la naturaleza del ser humano hacer el bien, pero no siempre es fácil. Nos educan para seguir al líder y ser uno más del rebaño.

Trabaja, consume, procrea, aporta… ¿Dónde queda la necesidad del individuo? ¿Y la realización personal? ¿Cuándo desaparecieron de nuestros anhelos la consecución de nuestros sueños?
Si puedes imaginarlo, puedes hacerlo

Haz que tu vida sea especial. Tal vez estás imaginando cómo lograrlo, lo cuál significa que está en tu mano conseguirlo.

Será un camino difícil, pedregoso, lleno de obstáculos, plagado de incomprensión y zancadillas. Pero debes saber que el premio final merece la pena.


El premio al final del largo y complejo camino eres tú. Siendo la persona que siempre soñaste, 
viviendo la existencia que has imaginado desde que tienes uso de razón, sintiéndote tú mismo en cada poro de tu piel, gozando de cada segundo que pasa como si no hubiera un mañana, porque tal vez no lo haya, y entonces ya será tarde.

Hugo W Arostegui

Neurosis De Los Cambios Pospuestos


Ojalá existiera el hada madrina que nos trae lo que deseamos a ritmo de varita mágica pero,    al día de hoy, salvo en los inesperados golpes de suerte, que 'haberlos los hay”, tenemos que ponernos manos a la obra con la herramienta universal para alcanzar nuestros sueños: hacer cambios.

¿Quiere dos tallas menos? Cambie su estilo de vida. ¿Más felicidad? Modifica tus pensamientos.

La psicología indica que la permuta se realiza cuando hemos aprendido a hacer las cosas de otra manera. La moderna teoría señala que es el cambio y la acción en sí misma la que produce el aprendizaje también: empiezo a hacer ejercicio, mi cuerpo aprende a moverse y mi mente a tratarse de otra manera. 

Este es el modelo que he elegido para hablarle de los cambios voluntarios y conscientes. Partimos, como diría Antonio Machado, del "caminante, no hay camino, se hace camino al andar".

Cuando alguien a su alrededor o usted mismo se diga un categórico "yo soy así", lo que quiere decir es "no quiero cambiar", "no sé cómo cambiar" o "no puedo cambiar".

El ser humano está en permanente proceso de evolución y realiza cambios a diario.
Algunos son graduales y vienen poco a poco; otros son radicales donde un único episodio nos transforma la vida. Finalmente, los hay de efecto dominó, donde una sola transformación crucial produce una metamorfosis en cadena.

Todos sabemos lo que significa poner nuestro GPS mental en dirección a un firme propósito y encontrarnos a la vuelta de la esquina con una inesperada compañera de camino:

la resistencia, esa parte de nosotros que nos dice "más vale lo malo conocido que lo bueno por conocer". 

Es sorprendente que anhelemos el cambio y tendamos a resistirlo con el mismo ahínco, perseverando en las conductas ineficaces de siempre. ¿Por qué? Porque la psique busca la solución más simple: la conocida. Por ello, se vuelve a afrontar el problema con una mayor dosis del mismo remedio. La neurosis es repetir una y otra vez la misma conducta esperando que el resultado sea distinto.

Los autosabotajes suelen tener dos caras: las distracciones y los obstáculos. 

Las primeras se muestran en forma de despistes, olvidos, llegar tarde, posponer, perder el tiempo, adicciones y la comodidad. Entre los obstáculos están las justificaciones ("no servirá de nada"), identificarse con una sola identidad ("yo soy así"), las creencias limitantes, echarle la culpa a los demás, la negación de lo que sucede y los miedos.

Hugo W Arostegui



Mediocridad Estructural


“Una sociedad que pone el dinero por encima de los estándares mínimos de calidad termina poniendo en riesgo su integridad”

El común denominador de los acontecimientos políticos y sociales de los últimos meses está relacionado con la debacle de sistemas económicos en distintas latitudes, con diferentes escalas estructurales. Más allá de las latitudes y particularidades regionales, lo que muestran las noticias es el colapso de las estructuras políticas, económicas y sociales frente a un ciclo que se expande en nuevas condiciones históricas de vida. 

Lo que muestran los titulares es la expansión de la vulnerabilidad. Los síntomas se profundizan por las decisiones compulsivas de muchos líderes, hasta el momento, con gran efecto emocional y con enorme costo estructural. 

Los movimientos espasmódicos agravan la magnitud de los problemas y sus consecuencias multiplican los síntomas. En este círculo autodestructivo, las noticias son solo aspectos visibles de una vulnerabilidad estructural profunda relacionada con la incapacidad de muchos sistemas sociales para adaptarse frente a un nuevo ciclo de desarrollo.

“Y la miseria moral que nos atenaza es una terrible realidad que comienza a dar rasgos inhumano, Vivimos deslumbrados por la apoteosis de la mediocridad. Nunca ha sido tan brillante ni ha gozado de tanto éxito”
 (Alberto Corazón, pintor y diseñador gráfico español) 

Miseria moral hay en las brechas monstruosas entre los poderosos y sus recursos económicos, con los débiles, los más pobres y excluidos. Esta realidad exacerba la violencia que termina por volverse estructural. 

En las grandes brechas entre la riqueza estructural y la pobreza estructural, germinan ideologías que impulsan el origen de la violencia estructural como cuna del delito, ya sea en el mundo de la pobreza o en el de la misma riqueza. A mayor brecha, mayor violencia. 

Hoy de forma similar a la prevención y gestión del riesgo en la seguridad laboral, debiera prevenirse y gestionarse el riesgo ético junto con el de la violencia debida al activismo ciudadano popular y/o étnico. 

Es síntesis de todas las virtudes que acercan al hombre y borran la sombra: donde ella falta no existe el sentimiento del honor y así como los pueblos sin dignidad son rebaños, los individuos sin ella son esclavos.

Todas sus formas implican dignidad y virtud. Los caracteres dignos permanecen solitarios, sin lucir en el anca ninguna marca de hierro. Prefieren estar solos mientras no puedan juntarse con sus iguales, cada flor englobada en un ramillete pierde su perfume propio, obligado a vivir sin sus iguales, el digno se mantiene ajeno a todo lo que estima inferior.

Hugo W Arostegui




sábado, 10 de junio de 2017

Motivación


Mensajes motivadores sobre el valor de la actitud, el esfuerzo y el sacrificio para poder alcanzar el éxito, hacer realidad nuestros sueños, metas, aspiraciones, anhelos y lograr lo que deseamos. 
Hacerle frente con mente positiva al fracaso y los obstáculos en la vida.

Una selección de frases motivadoras para ayudarnos nosotros mismos a hacerle frente a los obstáculos con los que tropezamos a diario en nuestra lucha constante e infinita por hacer realidad nuestros sueños y alcanzar la felicidad
. 
Piénsalo, después motívate, inténtalo y lucha hasta conseguir lo posible e imposible en la vida.
Algún día diré: "no fue fácil, pero lo logré".

Si lo puedes soñar, lo puedes hacer, todo depende solo de ti.

La única persona que estará contigo toda la vida, eres tú, Así que ámate, considérate, cuídate y vive orgulloso de ti.

Manten en tu vida gente que de verdad te quiera, te anime, te inspire, te motive, te haga mejorar, te haga feliz...
Si estás con personas que NO hacen nada de lo anterior: ¡Deja que se vayan! 

De todas las prendas que puedas ponerte, tu actitud es la más importante.

Recuerda, eres más valiente de lo que crees, más fuerte de lo que pareces y más inteligente de lo que piensas. 

El éxito es un viaje, no un destino.

Da gracias a Dios por lo que eres ahora y sigue luchando por lo que quieres ser mañana.

La cárcel más grande del mundo no tiene rejas ni barrotes, sino solo recuerdos negativos
...
La vida te va a poner piedras en tu camino. Depende de ti lo que haces con ellas, una pared o un puente.

No te conformes con lo que necesitas, lucha por lo que verdaderamente te mereces.

Ningún soñador es demasiado pequeño, ni ningún sueño es demasiado grande.

Esta es tu VIDA, haz lo que te gusta y hazlo seguido
...
LA VIDA ES CORTA, vive tus sueños y comparte tu pasión.

Un día brillante depende más de TU ACTITUD, que del Sol.

Si estás buscando al amor de tu vida, detente. Él te encontrara cuando te concentres en hacer lo que amas
.
Agradece mucho y aprecia lo que tienes hoy, porque no sabes si lo tendrás mañana!

. 
Hugo W Arostegui




Insistencia Intelectual


“Los auténticos héroes tienen la maestría de la paciencia, el doctorado en la tenacidad y la virtud de la insistencia”

Alcanzar un sueño, lograr una meta o conseguir un propósito vital no siempre depende de la suerte. Los auténticos héroes tienen la maestría de la paciencia, el doctorado en la tenacidad y la virtud de la insistencia. Porque quien crea lo contrario se equivoca: hay que luchar por lo que se quiere y quien no lo haga no merece lo que desea.

En la actualidad, son muchos los sociólogos y filósofos que nos advierten de algo muy concreto: estamos inmersos en la cultura de la falta del esfuerzo, de la ausencia de tenacidad. Para justificarlo, argumentan que vivimos un presente regido por la gratificación inmediata, ahí donde las redes sociales o la sociedad del consumismo nos hacen creer que existe un camino fácil y rápido hacia el éxito.

Si bien es cierto que en una determinada época de nuestra vida puede alimentar la creencia de que todos los sueños tienen atajos o caminos cortos, siempre llega un instante en que la realidad nos abre los ojos con un jarro de agua fría. Ese momento en nuestro ciclo vital es como una inflexión, un cruce de caminos decisivo y determinante.

La tenacidad psicológica, expresada en muchas ocasiones como resiliencia, es la mejor estrategia que podemos aplicar en estos casos. Estamos ante una herramienta de crecimiento personal donde confluyen múltiples procesos emocionales y cognitivos en los que invertir tiempo y esfuerzo. Lo que de ella podemos obtener, no tiene límites. Te proponemos profundizar en este tema tan útil como enriquecedor.

La tenacidad intelectual y la mente virtuosa

La tenacidad intelectual marca la diferencia entre el éxito y el fracaso, entre el cumplimiento de los objetivos vitales y la frustración. Muchos equiparan esta dimensión a una virtud, a una especie de entidad divina que a algunos les viene de fábrica. 

No es así.La tenacidad es un valor, de hecho, hay quien la aplica ya en su día a día porque así se la inculcaron sus padres. Otros, en cambio aprendieron a desarrollarla por sí mismos como otra dimensión más de su propio crecimiento personal.



Lectura E Imaginación

El arte de leer es, en gran parte, el arte de volver a encontrar la vida en los libros, y de comprenderla mejor gracias a ellos”.

Hay distintas experiencias que pueden generar cambios cerebrales positivos. Una de ellas es la lectura y provoca modificaciones fascinantes. Hay que decir que no todos los libros son capaces de causar un gran impacto mental. Según diversas investigaciones, leer historias sobre personajes, reales o ficticios, es quizás una de las actividades que más transformaciones logra generar.

Actualmente muchos se preguntan para qué sirve la literatura. De hecho, hay quien pone en duda su valor, pues consideran que es igual a ver una película, pero con una dosis extra de dificultad. Un libro y las letras que contiene deben competir con los efectos especiales que se consiguen en el cine o la televisión. No todos logran llegar a ese punto en donde eres parte del libro que estás leyendo, entonces, prefieren verlo todo en una pantalla.

Sin embargo, es claro que la lectura es una experiencia muy diferente a la de ver una película.

Primero, exige de ti mayor concentración, abstracción e imaginación. Segundo, los cambios cerebrales que te provoca son mucho más intensos y duraderos. Veamos lo que dicen algunos expertos al respecto.

Tu percepción del mundo se modifica cuando estás leyendo. Según lo ha indicado Keith Oatley, profesor de Psicología Cognitiva de la Universidad de Toronto (Canadá), leer una escena bien descrita equivale a verla
.
Lo que tu mente hace es traer de la memoria los objetos que son similares a los que la escena describe. Esto es como crear una especie de fotografía mental. Por lo tanto, se ponen en marcha muchos procesos a la vez, que involucran a la memoria, a la percepción y a la creatividad.

Al final de una lectura que contenga varias escenas bien descritas nos da la posibilidad de crear un álbum de escenas propio e intransferible. Es tu mente la que acomoda todos los elementos, haciendo una asociación entre lo que lees y lo que sabes. Esto produce cambios cerebrales en términos de percepción e inteligencia.

Leer es también vivir

El investigador Raymond Mar, doctor en psicología de la Universidad de York, va más allá. Según los estudios que ha hecho al respecto, todo parece indicar que el cerebro no distingue bien aquello que lee de aquello que vive. Algo similar ocurre al ver una película, pero en el caso de la lectura la experiencia es más íntima y profunda, por lo cual genera cambios cerebrales más importantes.

Los investigadores han hecho un gran énfasis en los cambios cerebrales que induce la lectura en relación con la empatía. En primer lugar, pudieron detectar que las zonas del cerebro que se emplean para leer y comprender las acciones de determinados personajes son las mismas que utilizamos para comprender a otras personas. Al fin y al cabo lo que subyace en el fondo de ambas experiencias es un proceso de comunicación.

Así que, por un lado, vivimos lo que el personaje hace como si nosotros mismos lo estuviéramos haciendo; por otro lado, al hacer ese ejercicio también estamos incrementando nuestra capacidad de comprender a los demás, de asociar situaciones y emociones. Conclusión: leer es una forma de practicar y enriquecer nuestra empatía. De una u otra forma, alteramos nuestro punto de vista cuando hacemos una lectura que implique la narración de una historia.



Laberintos


No sabemos cómo ni por qué. Pero hay personas que nunca parecen tener problemas, personalidades que resuelven con éxito y tranquilidad sus asuntos cotidianos sin mayor dificultad. Ahora bien, hemos de admitirlo, hay problemas y problemas, y nunca será comparable lo que uno sufre con lo que otro simplemente, esconde.

Cada uno de nosotros tenemos nuestras propias preocupaciones, pero lo que está claro es que no todos los afrontamos de igual modo. Hay quien no deja de poner en voz alta cada uno de sus asuntos, volcando en otros sus ansiedades, problemas y cavilaciones."No te puedes ni imaginar todo lo que tengo encima, es que todo me pasa a y no sé qué voy a hacer con mi vida". Estas expresiones las oímos habitualmente en boca de las personas que nos rodean, casi obligándonos a decir aquello de "Pues hombre, no te compliques tanto la vida".

Pero no es fácil. La existencia a veces nos pone duras pruebas y muchas piedras en el camino. Y hemos de tener claro un aspecto: somos nosotros mismos quienes hemos de aprender a hacerles frente. Solo nosotros deberemos encontrar las fuerzas y el ánimo suficiente para salir de nuestro laberinto. Te damos a continuación, unas pautas generales para ayudarte. Para tenderte este hilo de Ariadna con el cual, encontrar la salida.

Puede que tu problema tenga que ver con alguna o algunas personas en concreto. Alguien te ha decepcionado, alguien te ha hecho daño o ha surgido un inconveniente que no esperabas. Es algo habitual que ocurrirá no una sino varias veces a lo largo de nuestro ciclo vital. Así que lo primero que deberemos entender es que no podemos esperar que los demás cambien de pronto para adecuarse a tus necesidades o tus expectativas. No esperes que el mundo se ajuste a tus necesidades o tu punto de vista. El cambio para afrontar dicha preocupación debe partir de ti. 

Deberás esforzarte para cambiar algo, algo que en esencia debe aportarte más tranquilidad y felicidad. Y recuerda, todo cambio personal requiere esfuerzo y valentía.

En realidad, todo problema está a su vez formado por muchos otros más pequeños. ¿Tienes problemas en el trabajo? ¿Por qué ocurre? ¿Es insatisfacción personal, problemas con los jefes, los compañeros, el trabajo te genera demasiado estrés? Cuestiona cada elemento de tus preocupaciones y ve al fondo del asunto, a la raíz misma de lo que te causa tanta ansiedad. No veas solo dicho problema como un túnel del que no puedes asomar, un laberinto sin salida. Divídelo en partes pequeñas y afronta cada uno de ellas hasta llegar a la solución.

Lo más curioso es que, la mayoría de las veces nosotros mismos ya sabemos en realidad cuál es la solución a nuestro problema. Tal vez deba irme a otra provincia o a otro país en busca de un mejor trabajo. Tal vez deba dejar a mi pareja actual en vista de mi infelicidad. Tal vez deba cambiar de amigos. O tener un poco más de iniciativa en las cosas. 

La solución está en ti, y sin embargo, no te atreves a dar el paso. Y es que siempre cuesta, lo sabemos. Pero recuerda ante todo una cosa: que tienes derecho a ser feliz, y que para ello, todo esfuerzo merece la pena. Recuerda también que en realidad, no hay problemas. Solo soluciones que no nos gustan…



viernes, 9 de junio de 2017

Amigos


Tienes un problema y parece que el mundo se desmorona a tu alrededor. Sientes la necesidad imperiosa de hablar con alguien, pero no con cualquiera. Descuelgas el teléfono, marcas un número y después de unos minutos te sientes mucho mejor. La voz del otro lado, está a cientos de kilómetros de distancia, pero ha escuchado lo que te pasa, te ha dicho lo que opina y te sientes reconfortado.

La amistad. Bonita palabra y mejor sentimiento. Es ese lazo invisible que nos une a otros. Un vínculo de afecto que nace con personas que se cruzan en nuestro camino y, de manera casi mágica, se convierten en seres imprescindibles en nuestra vida. Es una relación entre iguales, que nos otorga la satisfacción de compartir experiencias, sentirnos seguros y confiar en alguien sin fisuras.

Existen varios tipos de “amigos” y, por tanto, de amistad. Centrémonos en la amistad verdadera. En esa que ni se impone, ni se programa. Se construye poco a poco, a base esfuerzo y dedicación muta. Con el paso del tiempo, esta relación crea un vínculo tan fuerte capaz de mantenerse y prolongarse en el tiempo.

Valores que cimentan la amistad

Nos refugiamos en nuestros amigos para que nos ayuden en nuestros problemas, escuchamos sus consejos, porque no nos juzgan, no nos dicen lo que queremos oír, sino lo que es mejor para nosotros. Les confiamos nuestros secretos, nuestras inquietudes y nuestros proyectos. También son a quienes recurrimos para hacerles partícipes de nuestras alegrías.

Una verdadera amistad no entiende de distancia, de horarios, ni tiene fecha de caducidad. Es una relación donde buscamos y ofrecemos apoyo mutuo. Un buen amigo nunca anula al otro, sino que lo ayuda a superarse. La amistad se basa en la empatía, es decir, la capacidad de comprender y ponerse en la piel de la otra persona, de sufrir y alegrarse con ella. Es un vínculo que nos capacita para “dividir las penas y multiplicar las alegrías”.

Una relación sana y constructiva se cimenta en valores tales como la sinceridad, la compresión, el afecto mutuo, el respeto, la comunicación, la entrega, la preocupación por el otro, la confianza sin límites, la paciencia, la capacidad de escuchar y el saber perdonar. La coherencia, la flexibilidad, la generosidad, el agradecimiento y la lealtad son otros valores a tener en cuenta para consolidar una relación de amistad.

Nuestra condición de seres sociales es lo que nos crea la necesidad, casi imperiosa, de establecer relaciones y vínculos con otras personas. La amistad, por tanto, es importante en la vida de una persona por lo que aporta a nivel emocional. Dice el refrán que “quien tiene un amigo, tiene un tesoro” y no le falta razón. 

Sentirse querido por alguien con quien no tenemos lazos de sangre, nos da satisfacción y apoyo emocional. Este vínculo fortalece nuestra autoestima y el placer de sentirnos acompañados. Además, nos otorga la confianza y seguridad de contar con el respaldo de alguien en los momentos difíciles.


jueves, 8 de junio de 2017

Trabajo Duro E Inteligente


“No hay nada más agotador que tener
 un trabajo eternamente por terminar”.
William James.

Hay veces que por más que nos esforzamos en conseguir resultados en nuestro trabajo parece que nos estrellamos contra un muro, no avanzamos. Aquí es donde podemos comprobar que no es lo mismo trabajar duro que trabajar con inteligencia. Cuando trabajamos inteligentemente significa que estamos siendo eficaces, productivos y efectivos. 

Muchas veces menos es más. Según la regla de Pareto 80/20, el 80% de nuestros resultados surgen del 20 % de nuestros esfuerzos. La conclusión está clara. Si fuésemos capaces de eliminar el 80% del esfuerzo restante seríamos más eficaces. Eso es trabajar con inteligencia.

Obtener mejores resultados con menor esfuerzo. Vamos a ver algunas ideas que nos van a ayudar a conseguirlo.
En primer lugar si nos preguntamos por qué nos sucede esto, podemos ver fácilmente que tenemos demasiadas ocupaciones y estrés.Trabajamos duro, pero perdemos la perspectiva de lo que es importante, no vemos nuevas oportunidades por nuestra dispersión y se cometen errores. Esto lleva al cansancio, al aburrimiento y al agotamiento. Realmente, así nos alejamos de lo que queremos conseguir.

Una buena idea es descubrir cuáles son nuestros puntos fuertes y centrarnos en ellos, delegando el resto. No digo que no haya que trabajar en nuestros puntos débiles, pero el hecho de hacer muchas cosas aceptablemente bien nunca tiene tanto valor como centrarse en lo que se nos da realmente bien. Concentra tu energía en ello, si hay algo que se te da bien de forma 
natural, trabaja en fortalecerlo aún más, de forma que llegues a ser excelente en ello. Intentar hacerlo todo bien consume mucha energía, sobre todo si lo que pretendemos hacer bien no nos gusta. 

Piensa en lo que realmente es importante que hagas bien para tu trabajo. El resto delégalo. Si no puedes delegarlo, encuentra formas de que te consuma la menor energía posible, por ejemplo, siendo un poco menos perfeccionista o buscando atajos.

Otra idea para trabajar inteligentemente es prometer poco pero dar mucho. Es decir, superar las expectativas. Si prometemos poco nos estamos dando más tiempo para realizar la tarea y podremos hacerla mejor y dar más calidad de la esperada. Todos tenemos la tendencia natural a prometer todo para ya mismo, sin tener en cuenta otras prioridades. Al final esto es contraproducente porque  si no conseguimos cumplir lo prometido quedaremos mucho peor que si damos más de lo esperado. Hay personas que están prometiendo continuamente cosas para ya. Esto no sólo genera estrés en esta persona sino a la persona a la que se lo prometes, dando una mala imagen de informalidad.

Muchas veces nos pasamos el día diciendo que vamos a intentar hacer esto y lo otro, ideamos planes, nos imaginamos el resultado, pero no pasamos a la acción. Esto produce gran frustración. Deja de decir que vas a intentar hacer algo y ¡hazlo! O no lo hagas. Pero no lo intentes.

En la vida tiene que existir un equilibrio, el trabajo no puede ni debe ser el centro de todo. Y paradójicamente conseguiremos trabajar con más inteligencia y dar lo mejor de nosotros mismos.

Porqué Sucede Lo Que Me Sucede


Hay ocasiones en las que parece que todo me supera. Hoy es uno de esos días en los que los problemas se agolpan tras la puerta y te quedas sentado sin querer abrirla porque sabes que te van a caer encima… Intentas mantener la calma y recordar, como ya sabes, que todo esto es un aprendizaje y que lleva un mensaje para que te puedas superar.

Lo que pasa es que llevas tiempo intentándolo y no llegas, no lo consigues y ya no se te ocurre qué más podrías hacer para seguir adelante porque se te acaban las ideas y el empuje afloja. La rabia se te acumula en el estómago y te apetece lanzarlo todo por la ventana, sin piedad… Llorar tanto que el mundo se ahogue con tus lágrimas y reaccione ante tu dolor… 

Y te armas de valor y abres la puerta. Y ves que te caen las consecuencias de no sabes qué… ¿de no creer en ti? ¿de no confiar? ¿de no valorarte lo suficiente? ¿de no haber sido capaz de decir que no? ¿de postergar las decisiones? Y algunas cosas más a las que todavía no les puedes poner nombre y fecha y que seguro que son las que más pesan puesto que son las que más te cuesta detectar…  El problema de alguien que no es tu problema, pero que te acaba pesando como una losa y que si te cae es porque lo asumes y así lo decides tú, no busques culpas… No sirve más que para delegar en otro las soluciones. Hay que afrontar… 

Y piensas ¿no debería tener yo herramientas para salir de esta? Se supone que tengo claros los conceptos y que llevo en mis espaldas suficientes conocimientos como para hacerlo… Llevo años conociéndome y diciéndome verdades feísimas a la cara para aprender y vivir en paz… Me he releído y asumido mi infancia entera para encontrar todos mis miedos más rotundos agolpados en mis mazmorras… He intentado dejar mi necesidad de control y me he sumido en un caos delicioso para fluir y sentir, para poder dejar de pensar y encontrar las respuestas que siempre me faltan.

No dejo de repetir… “Esto tendrá un sentido que ahora no veo”. Tengo que comprenderlo para sacarle la lección y aceptar, para seguir adelante… Y no lo veo. No aparecen las instrucciones por ningún sitio. No hay manual de crisis especial para que el formador en inteligencia emocional que está en crisis… Llamas a un amigo que se ha formado como tú. Y recuerdas, que muchas veces,  como cualquier otro ser humano, nunca ve la viga en su ojo y sólo la paja en el ojo ajeno… Pero, eso sí, siempre tiene claro que hay una viga, aunque no la vea.

Y me dice que el también tiene un día horrible y me pregunta qué veo yo sobre su viga porque también sabe que está ahí y no la ve… ¡Qué barbaridad! estamos en las mismas… 

Esto de saber que hay una viga y no verla hace que a veces sueñes con un poco de bendita ignorancia para poder descansar… Pero esto no tiene vuelta atrás, cuando uno aprende a decirse lo que se ocultaba hasta ahora a la cara, ya no puede esconderse nada más o no puede hacerlo de forma consciente…

A veces, cuando necesitas encontrarle un sentido a todo, todo pierde sentido. 
Te pierdes en una espiral de sensaciones y afinas tanto que llega tu subconsciente y te aplaude y te dice «vas para nota, genial» pero eso no te calma, no te ayuda, no te libra de los problemas tras la puerta. Todos somos ignorantes cuando se trata de conocernos y aceptar, no sabemos nada… 

Y piensas… Me pasa porque en realidad debo entender que no tengo que librarme de los problemas, en realidad son una bendición, un regalo, un síntoma del algo más gordo que subyace en mí y que puedo curar… Tengo que comprender qué hacen ahí y por qué los he traído hasta mí… Tengo que entender cuál de mis creencias les ha abierto la puerta, si yo misma creo mi propia realidad… ¿qué he hecho yo para creer que merezco esto? ¿qué he pensado y temido que ha traído hasta mí esta situación? porque somos responsables (no culpables) de todo lo que aparece en nuestra vida… Antes de que los engendros malignos que llaman a mi puerta pudieran encontrarla, mi inseguridad los puso ahí, les llamó para que vinieran y les susurró que eran necesarios para superarme… Y la vida, sabia como nada, los trajo sin demora… Y ahora están ahí, esperando a que responda, a que tome unas cuantas decisiones…

Y el colmo de los colmos es saber que mis decisiones no pueden ser parches… Porque podría tapar lo que pasa, pero si no quiero que vuelva a pasar, tendré que resolver la causa y no tapar el síntoma
… 
Bendita frase esa de que todo lo que pasa en tu mundo exterior es un reflejo de lo que pasa en tu mundo interior… Yo que me he hecho mil veces una autopsia emocional y me he desgajado ante mi psicólogo… ¿Qué más tengo que hacer?¿Qué me falta? ¡Con la cantidad de personas que van por la vida sin darse cuenta de nada y no las veo tan agobiadas como yo!! ¿quién me mandaba a mí meterme en esto? ¿Por qué tuve que descubrir que cada uno de mis pensamientos y actos escriben mi destino? ¿por qué tuve que asumir el compromiso de ser coherente y ahora no puedo buscar una solución «apenas normal» y tapar la herida sin más pretensiones? 

Y luego pienso “esto no es nada, en el fondo, da gracias y asume que es necesario, que te pertenece, que te hará mucho bien…”


Toxicidad De Las Relaciones


Las relaciones tóxicas son grandes “vampiros” para nuestras energías. Sin embargo, muchas veces no nos resulta fácil identificar este tipo de relaciones, bien por falta de habilidad, porque el daño es muy paulatino y está muy bien disfrazado o porque la relación que nos perjudica tanto también nos aporta otras cosas a las que no estamos dispuestos a renunciar. Las relaciones tóxicas nos atrapan, como si fuera un pantano con arenas movedizas y cuánto más queramos librarnos, más difícil se nos hace desengancharnos de sus garras.

No se enseña mucho acerca de este tipo de relaciones y puede que esta sea la razón principal de nuestro problema de soltar lo que nos hace mal. Y si realmente recibimos enseñanza al respecto, es cuando ya hemos salido heridos. Pero como siempre decimos, los errores son los mejores maestros de nuestra vida.

Por más que consultemos, no hallaremos a nadie que haya podido despegarse de alguien tóxico de la noche a la mañana, como si fuera un poco de tierra que ha quedado en nuestros zapatos. Las relaciones tóxicas nos atrapan en una red negativa, lo mismo que ocurre con un insecto que ha caído en una tela de araña. No solo hablamos de las parejas, sino también existen personas tóxicas en otros ámbitos: familiares, amigos, colegas, conocidos, etc.

Como primera medida, una relación tóxica nos hace mal, nos impide avanzar, manipula todo aquello que nos reconforta de nuestra existencia, destruye aquello que somos, no nos da “permiso” para pensar ni actuar como queremos… en definitiva, nos hace seres infelices. Y como dijimos antes, se hace cuesta arriba poder salir airosos al intentar desengancharnos de esa red que ahoga, reprime, lastima…

La relación tóxica se desarrolla entre dos personas, una dominante y otra sumisa, aunque puede que ninguno de los dos se de cuenta de ello. Existen muchos problemas de comunicación, a los que se suman las mentiras, los chantajes emocionales y sobre todo, la manipulación. Si bien ambas partes pueden sufrir, el que se lleva la peor parte es aquél que acata las órdenes.
Las relaciones tóxicas que deberíamos evitar son:

En primer lugar, aquellas donde una sola persona está a cargo o decide. Quiere siempre tener el control, no escucha las opiniones ajenas, no está de acuerdo en la justicia ni en la equidad. Esa persona es la única que crece, mientras que la otra cada vez se hunde más.

En segundo término, las relaciones que cumplen la función de “llenar” o “completar” un vacío existente. Debemos conseguir sentirnos plenos por nosotros mismos, sin que otro sea el encargado de suplir las carencias.

El tercer tipo son las relaciones co-dependientes, es decir, cuando ambos integrantes son pasivos y dependen del otro para ser felices, no saben lo que es la individualidad y precisan de la aprobación externa para actuar, siempre priorizan las necesidades ajenas por sobre las propias.

La idealización o las expectativas subrreales son también un tipo de relación tóxica.Estas ocurren cuando se exige una perfección imposible de alcanzar, cuando se espera todo el tiempo cambiar al otro hasta que se amolde a nuestros gustos, etc.

En quinto lugar, tenemos aquellas personas que utilizan sus problemas del pasado para justificar lo que hacen en el presente. Pueden ser unos padres muy autoritarios, una pareja celosa o un abandono en la niñez. Todo vale como excusa de los actos diarios.

Otro tipo de relación tóxica a evitar es la que está basada en mentiras continuas, donde nunca se sabe qué es cierto y qué es una falacia. También podemos incluir aquí ocultar información o todo aquello que derrumbe la confianza (que es muy difícil de recuperar).

De la mano de ella, podemos señalar las relaciones donde el perdón no es un sentimiento genuino o frecuente y además no hay intensiones de reparar lo que se ha dañado.

Por último, las relaciones que se basan en la agresión-pasividad durante la comunicación. Cuando en vez de hablar abiertamente se lo hace con indirectas o prejuicios, cuando las palabras o la actitud siempre es hostil y cuando no hay atención al tratar entablar un diálogo.
Tal vez con esta explicación podamos estar más alertas y determinar en qué momento una relación se ha vuelto tóxica.


Unanimidad En La Diversidad



“La creencia es involuntaria; nada involuntario es meritorio o condenable. Un hombre no puede ser considerado mejor o peor por su creencia”
-Percy Bysshe Shelley-

En esta sociedad en la que parece que, si no estas conmigo estás contra mí, es importante valorar a las personas por su trato más que por sus creencias. Al fin y al cabo, una creencia es un estado de la mente en el que suponemos verdadero el conocimiento o la experiencia que tenemos acerca de un suceso u objeto.

Las creencias describen el contenido educativo y cultural de las personas, en cambio la forma de tratar a los demás muestra algo más personal, la capacidad de empatía. Como tratamos a los demás, dice mucho de nosotros mismos.

Toda la información que recibimos y la forma en la que organizamos el mundo pasa por nuestro filtro perceptivo. La interpretación que hacemos de la realidad que nos rodea es fruto de nuestro bagaje personal en forma de expectativas, emociones, necesidades, valores.

La percepción de los demás es el proceso a través del cual pretendemos conocer y comprender a otras personas. Se refiere a cómo percibimos a los otros y sigue los mismos principios que la percepción que hacemos de nosotros mismos. El autoconcepto está ligado íntimamente a la percepción de los demás, porque en parte aprendemos cómo somos por la percepción que tenemos de la reacción de los demás.

“El regalo más preciado que podemos dar a otros es nuestra presencia. Cuando nuestra atención plena abraza a los que amamos, florecen como flores”
-Thich Nhat Hanh-

Necesitamos categorizar a los demás en esquemas o grupos, en forma de guía para poder orientarnosEsta evaluación tiene que ver con la evolución de nuestra especie y es un recurso adaptativo. Necesitamos hacernos una impresión sobre los demás para adaptar así nuestra reacción. Necesitamos información para valorar si nos tenemos que mostrar cercanos, alejarnos lo máximo posible o mostrar indiferencia.

Rodéate de gente que te haga más fácil la vida. Las personas de trato agradable y que nos hacen sentir apreciados comparten una serie de características. Son afables, nobles, cariñosas, respetuosas y les gusta escuchar a los demás. Todo lo contrario hacen las personas que no respetaran nuestra forma de vida, nuestras decisiones y nuestra manera de ver el mundo.
Pensemos, ¿es preferible estar rodeados de bordes, soberbios y prepotentes que piensan igual que nosotros o de personas amables, cariñosas y que nos cuidan, aunque no compartan varias de nuestras creencias?

Cada quien tendrá su opinión, pero está demostrado que rodearte de personas empáticas nos ayuda a afrontar de manera más optimista nuestro día a día ya que contar con ellas ya es en sí un gran motivo para este optimismo. No olvidemos que una creencia es una manera de interpretar la realidad, no la única. Son múltiples los beneficios de rodearte de personas por su manera de relacionarse y apreciar a los demás y no exclusivamente por sus creencias, aparte de enriquecernos con otras culturas y opiniones.


"Cuando todos los días resultan iguales es porque el hombre ha dejado de percibir lo bueno que se ha ido atesorando en su vida"

miércoles, 7 de junio de 2017

Yo Puedo Hacerlo


No existe ninguna varita mágica que vaya a traer suerte y éxito a tu vida, porque este no suele llamar a las puertas sin invitación previa. Si lo quieres, vas tener que construirlo y darle forma con tus propias manos. Pero, para ello, tienes que delimitar aquello que quieres conseguir, o dicho de otra manera, hacia qué dirección el viento te sería favorable. Una vez identificado, una buena formación y una ilusión desbordante, en forma de energía, que te den la fuerza suficiente como para enfrentarte a las primeras dificultades, serán unos buenos señuelos para el éxito
.
Pero no todo será un camino de rosas. El fracaso -o él o su sombra- estará esperándote en cada esquina para atemorizarte y hacerte dudar sobre si seguir adelante o dar marcha atrás. Sin embargo, esto será parte de tu escalada hacia el éxito, parte del aprendizaje

No te lo tomes como una llamada de atención para que abandones lo que con tanta ilusión empezaste. Tu esfuerzo siempre tendrá su recompensa si lo administras con paciencia e inteligencia.

Dar el primer paso es siempre una difícil decisión: es crear una inercia partiendo de una posición estática. Es como el escritor que se encuentra ante ese papel en blanco que despierta todos sus miedos. Sin embargo, una vez hemos pasado esta barrera será más fácil avanzar, llevando de la mano a nuestra gran aliada: la determinación.

Tenemos miedo a dar el primer paso porque en muchas ocasiones nuestra mente anticipa sufrimiento o fracaso. Un fracaso que quizás no llegue, pero al que nos adelantamos. Tal vez porque deseamos la inmediatez de los resultados, que el camino hacia el éxito sea lo más corto posible. Esto sí nos trasmitirá una gran frustración, pues todo llega a su tiempo.

Cuanto más lejos esté nuestro objetivo, cuanto más sepamos que tardaremos en conseguir lo que queremos, más difícil nos resultará tomar la decisión de dar ese primer paso. Pues las dudas y las preocupaciones nos abordarán. ¿Y si nos quedamos por el camino? ¿Lograremos superar todos los fracasos a los que nos tendremos que enfrentar?

Nuestra vida está llena de “no puedo”. Dos palabras que forman parte de nuestro vocabulario y que las utilizamos más de lo que deberíamos. Como bien decíamos al principio la magia no existe. El éxito no vendrá a buscarnos, a menos que nosotros salgamos en su búsqueda. Sin embargo, esto no será posible si nosotros mismos nos limitamos.

Nuestras palabras tiene un gran poder. Si yo digo “puedo”, así será. Si yo digo “no puedo”, así será. 

En ocasiones, todo lo negativo que nos decimos proviene de nuestro entorno. De personas que tenemos a nuestro alrededor y no confían en nosotros, de gente que constantemente insiste en lo descabelladas que son nuestras metas. Todo esto nos hace replantearnos si vamos a conseguir lo que queremos, si seremos capaces.

Ante todo esto solo hay una solución. Hacer oídos sordos a todas esas palabras que los demás nos dirigen y que no hacen más que frenarnos en el camino hacia nuestro éxito y responderles a todas esas personas con una amplia sonrisa. Sabemos mejor que nadie lo que somos capaces de conseguir y hacer. Nadie tiene por qué hacernos dudar de nosotros mismos.


Lo Rudimentario


 “Definición de rudimentario. Rudimentario es un adjetivo que refiere a lo que está vinculado al rudimento. Este término, procedente del latín rudimentum, menciona un desarrollo precario o imperfecto; el estado primordial de un ser; o las primeras investigaciones de una disciplina
científica o profesional”.

Lo rudimentario puede vincularse a algo material o físico. Una construcción rudimentaria es aquella que no tiene una estructura sólida y que, por lo tanto, podría llegar a derrumbarse. Un dispositivo rudimentario, por su parte, tiene un funcionamiento muy simple y es poco probable que sirva para desarrollar una tarea compleja
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Muchas personas se ven obligadas a habitar viviendas rudimentarias, sin suministro de energía eléctrica o agua potable, con cimientos poco estables, paredes incapaces de aislar el frío y el calor, e incluso con partes sin techar, entre otras características. 

Dadas las necesidades consideradas básicas por la sociedad actual, una casa de este tipo no es adecuada para el correcto desarrollo personal y profesional de un individuo, ya que puede repercutir negativamente en varios aspectos de su vida, como ser su salud física (ante la falta de protección contra las inclemencias del tiempo) y su participación de ciertas actividades sociales (esto acaba por afectar su salud mental).

Cuando un individuo es acusado de rudimentario, se estará haciendo referencia a su supuesta falta de inteligencia o a su comportamiento rústico. Una persona puede acusar a otra de rudimentaria por considerar que sus gustos e intereses son básicos y poco variados, que su manera de pensar es cerrada y machista y que no hace nada por su desarrollo intelectual.

Si bien la noción de rudimentario usada en este contexto puede ser subjetiva, ya que cada individuo tiene su propio punto de vista basado en ciertos parámetros, lo normal es que la persona que la recibe se sienta insultada. Así como cuando se aplica en otros campos, un ser rudimentario no tiene muchas habilidades, no es capaz de realizar tareas de gran complejidad ni de proponerse objetivos interesantes, sino que lleva una vida muy simple y con una escasa o nula visión a futuro.

A lo largo del proceso de aprendizaje de una disciplina, por lo general se comienza por los conceptos considerados rudimentarios, o sea, los básicos para que el estudiante pueda acercarse a los conocimientos con facilidad y no se sienta abrumado. En consecuencia, si se trata de una materia práctica, los ejercicios que puede realizar al principio también serán rudimentarios.

Por ejemplo, la programación informática es un complejo proceso que puede dar lugar a un sinfín de productos, que van desde una simple aplicación móvil a un sistema usado para la seguridad de una compañía. Incluso los programadores más capaces, aquellos que aprenden de forma autodidacta y en poco tiempo consiguen crear software avanzado, comienzan por pequeños programas que pueden ser catalogados de rudimentarios, como ser uno que simplemente imprime un mensaje de texto en pantalla o uno que pide al usuario el ingreso de dos números para luego devolverle la suma de ambos.

Hugo W Arostegui


martes, 6 de junio de 2017

Cuando Retener Es Morir En El Intento


“Es mejor retirarse y dejar un bonito recuerdo que insistir y convertirse en una verdadera molestia. No se pierde lo que no tuviste, no se mantiene lo que no es tuyo y no puedes aferrarte a algo que no se quiere quedar”.

Dejar ir es darte cuenta que algunas personas son parte de tu historia, no de tu destino.

Eso no significa que no duela. Las despedidas siempre duelen, aun cuando hace tiempo que se ansíen. Esa es una de las leyes emocionales que rigen nuestra vida en interacción con los demás.

Hay relaciones (o personas) que hacen mella pero por más que luches, por más que intentes salvar, por más que ames, por más que se deba permanecer, simplemente, con un soplo, se desmoronan.  No es bonito decir adiós pero, a veces, sí es liberador y es en esa libertad donde reside la belleza y la necesidad.

Porque, a veces, tenemos esa necesidad de irnos para ser felices, de dejar atrás una vida llena de dolor y de inquietudes, de abandonar la incertidumbre emocional, de obtener nuestra paz interior y de ser artífices de nuestra libertad emocional.

No hay nada más triste que un adiós. Porque hasta nunca es hasta nunca, pero un adiós es ¿hasta qué? Duren lo que duren los amores, las amistades o cualquier otro tipo de relación, estas se deben fundamentar en la expresión de los sentimientos, emociones o pensamientos.

Es importante que no nos quedemos con la sensación de que no hemos dicho lo que sentíamos. Porque el adiós es más doloroso cuando nuestra pluma contiene tinta. Si no la usamos, esta se secará y, probablemente, estropee nuestro útil de escritura.

Esto es, dicho de otra forma, que nuestro pasado emocional determinará nuestro presente. Así que es importante gestionar nuestros sentimientos, emociones y pensamientos, de acuerdo al momento que nos toca vivir.

Así que mantengamoso muy presente, un adiós duele, pero las despedidas más dolorosas son las que no se pronuncian, las que dejan asuntos pendientes en un cajón dorado con múltiples esquinas que pueden dañar nuestro corazón.


La Verdad No Requiere Matices


No hay peor cobarde que el que hace uso constante de las medias verdades. Porque quien conjuga la verdad con la falsedad tarde o temprano evidencia la mentira completa, porque los engaños camuflados con buenas maneras son dañinos y desgastantes y tienden a salir a flote, al igual que las mentiras enteras.

Decía Unamuno en sus textos que no hay tonto bueno, que todos, a su manera, saben conspirar y desplegar eficaces artimañas para cogernos desprevenidos. Ahora bien, si hay algo que abunda en exceso en nuestra sociedad no son precisamente los tontos ni los ingenuos. La mentira incompleta o la verdad a medias es la estrategia más familiar que vemos en casi todos nuestros contextos, en especial en las esferas de la política.

“¿Dijiste media verdad?. Dirán que mientes dos veces si dices la otra mitad”
-Antonio Machado-

Hacer uso de las verdades sin cabeza, o de las falsedades con muchas patas cortas, ofrece a quien las utiliza la sensación de que no está haciendo nada malo, de que sale indemne de la responsabilidad que tiene con el otro. Parece que la piedad por omisión descarga de responsabilidades; es como quien nos dice aquello de “te quiero muchísimo, pero necesito un tiempo” o “aprecio mucho cómo trabajas y valoramos todo tu esfuerzo, pero tenemos que prescindir de tu contrato unos meses”.

La verdad, aunque duela, es algo que todos preferimos y que a la vez necesitamos. Es el único modo con el que podemos avanzar y aunar fuerzas para desplegar las estrategias psicológicas adecuadas con las que pasar página, dejando a un lado la falta de certeza, y ante todo, esa inestabilidad emocional que supone no saber, desenmascarando a las falsas ilusiones.

Por curioso que parezca, el tema de las mentiras y su análisis psicológico es algo bastante reciente. Freud apenas tocó el tema, porque hasta entonces, era un aspecto que quedaba en manos de la ética e incluso la teología y su relación con la moral. Sin embargo, a partir de los años 80 los psicólogos sociales empezaron a interesarse y a estudiar en profundidad el tema del engaño y toda la interesante fenomenología asociada al respecto, para confirmar algo que el propio Nietzsche ya dijo en su momento: “la mentira es una condición de vida”.

Sabemos que puede parecer desolador, porque a pesar de que nos socializan desde bien niños en la necesidad de decir siempre la verdad, poco a poco y a partir de los 4 años, nos vamos dando cuenta de que recurrir a la mentira, a menudo, conlleva obtener ciertos beneficios. Ahora bien, algo que a su vez nos queda claro de forma muy temprana es que una falsedad directa y sin aroma de verdad casi nunca es rentable a largo plazo.


La Inteligencia Emocional


Hemos de tener clara una cosa: las personas somos emocionales antes que racionales. Pensaremos del modo más lógico y razonable posible, pero casi siempre actuaremos de acuerdo a nuestras emociones. De ahí que a menudo suela verse cómo los mejores líderes empresariales siempre son aquellos que saben ver las necesidades de sus empleados, fomentando un buen ambiente de trabajo, ahí donde cada individuo se sienta cómodo para expresar ideas, ahí donde exista flexibilidad, oportunidades de participación, donde todos se sientan escuchados y valorados.

La inteligencia emocional es indispensable tanto para llegar a ser un buen líder, como para rendir y aprovechar al máximo la realidad laboral de cada uno. Un ejemplo ilustrativo de cómo las emociones y su manejo tienen un peso esencial en este ámbito, lo tiene un reciente estudio realizado en Reino Unido y publicado en el periódico "The Guardian". En él intentaba verse cómo afrontaban los trabajadores los altibajos económicos actuales en sus respectivos puestos y sectores. El resultado fue curioso y comprensible, podía verse como la mayoría de individuos se posicionaban en el "modo de supervivencia", es decir, se aferraban a lo que tenían en esos instantes fuera cual fuera su situación.

Esta sensación de "anclaje absoluto" a ese trabajo fueran cual fueran las situaciones, les generaba a su vez una fuerte sensación de estrés e infelicidad. Eran pues incapaces de ver otras opciones, nuevas oportunidades. Es decir, el propio estrés terminaba bloqueándoles.

Obviamente estas situaciones son más que comprensibles, ante épocas de crisis toda persona se aferra a lo poco que tenga, a ese trabajo que le aporta un medio económico con el que subsistir a pesar de que, las condiciones en las que trabaje, no sean las adecuadas. Pero los expertos en Inteligencia Emocional nos señalan que hemos de aprender a gestionar nuestra realidad y nuestras emociones.

En ocasiones, tiempo de crisis es también tiempo de oportunidades, ahí donde empezar a ser creativos, a buscar nuevas opciones de crecimiento personal y laboral. Hay que evitar bloqueos, manejar el estrés y evitar ante todo que se nos priven de nuestros derechos como trabajadores.

Las emociones no solo están en nuestras palabras, sino también en nuestros gestos y expresiones. Atiéndete no solo a ti mismo y en cómo ofreces "información no verbal a tus compañeros", fíjate también en ellos, atiéndelos para comprenderlos y obtener así aún más información del medio laboral en el que te mueves cada día.

Piensa que los escenarios de trabajo son como micromundos dotados de un lenguaje propio, están llenos de rumores, de emociones, de miedos y deseos, en ocasiones de envidias y por qué no, también de deseos de alcanzar grandes metas y proyectos. Si todos los miembros fueran capaces de entenderse y respetarse unos a otros, seguro que se seríamos mucho más productivos, efectivos… y felices.