jueves, 11 de octubre de 2018

El Abuso Emocional Social


Individuos y sociedades sufren cuando falla el attachment, es decir, las relaciones con las figuras e instituciones de referencia. Ya hace una década notamos que la sintomatología de los pacientes que sufrían abuso emocional era similar a los que encontramos como desórdenes grupales en el comportamiento de las personas en el contexto de la sociedad que integran. De allí derivó el nombre de abuso emocional social (Terceras Jornadas de Abuso Emocional y Abuso Emocional Social, Fundación Familia y Comunidad, Buenos Aires, 2002).

La psiquiatra británica Danya Glaser ha definido el abuso emocional como el resultado del maltrato psicológico consistente en acciones u omisiones que, según los parámetros de la comunidad, deben ser considerados como psicológicamente dañinos. Este abuso, a diferencia del físico y del sexual, para ser considerado como tal debe tener un desarrollo temporal y no constituirse en un acontecimiento aislado o de repetición esporádica. También se diferencia porque generalmente el abusador no es consciente de su conducta abusiva.

Hay una larga lista de conductas emocionalmente abusivas, tales como actos de rechazo y estigmatización, de aislamiento, de terror, de exigencias desmesuradas o por el contrario, de “no esperar nada” de esa persona, de sobreprotección o el opuesto, de exponer al otro a experiencias inapropiadas. Dejamos para el final lo que podría ser la forma más sutil y quizás la más destructiva que es la de ignorar al otro como tal, al no tener ninguna disponibilidad emocional para el mismo, al usarlo para fines emocionales propios, la desatención, el abandono. En resumen, lo que hoy en día acertadamente se llama el “ninguneo”.

El abuso emocional produce síntomas: retraso en el crecimiento, inclusive el físico, aumento de la agresividad hétero o auto dirigida, retraimiento, pérdida de la capacidad de solidaridad, depresión con pérdida de la anticipación positiva, aumento del temor hasta puntos de paranoia, conductas desorganizadas y antisociales, a veces en forma de retraimiento y aislamiento marcado. Estos síntomas no sonarán ajenos a lo que percibimos en el cuerpo social actual.

Para continuar este hilo tendremos que recalar en un concepto crucial: la teoría del attachment, cuya paternidad pertenece al psicoanalista inglés John Bowlby. La palabra no es de fácil traducción si queremos ser fieles a su concepto y por ello optamos con conservarlo así (erróneamente se lo ha llamado “teoría del apego”).

El attachment es de origen biológico y evolutivo y se relaciona con conductas instintivas y sistemas de control. Incluye componentes conductuales, sociales emocionales y cognitivos y es una de las propiedades de relación entre un individuo más débil que espera protección de parte de otro más experimentado y con mayores recursos. En esta díada, ambos componentes establecen comportamientos que mantienen la situación de attachment.

ara entender su idea, Bowlby nos invita a observar una pradera: veremos la vaca con su ternero, ovejas con el cordero, y yeguas con el potrillo (o parejas de teros con el terito). ¿Por qué están juntos de esa manera? ¿Para conseguir comida? A poco de observar vemos que en ese sentido se las arreglan muy bien. También observaremos que si la distancia entre madre (figura de seguridad y cuidado) y la cría se hace muy grande, ambos volverán a acercarse con tranquilidad o, si ha habido alguna alarma, a todo galope. Es decir que podemos describir dos funciones: regular la distancia manteniendo la proximidad y otra función de especificidad, que hace que se distinga la especie a la que cada uno pertenece y también cuáles son la madre y la cría.

En el ser humano el attachment también existe, por cierto, pero tiene, además, la característica de durar toda la vida y en este sistema, a diferencia del animal, se instalan vínculos afectivos que pueden ser muy poderosos y duraderos. A medida que avanza la maduración, la figura de seguridad inicial en el attachemnt es remplazado por otras y finalmente, en la adultez, las figuras son remplazadas por las instituciones de la comunidad a la que el individuo pertenece (el equipo de trabajo, la universidad, el club, el grupo religioso o el político).

En las situaciones de grave peligro, estas instituciones, las bases de seguridad, son convocadas no como abstracciones sino en la persona real y concreta de quien las dirige y está a cargo de la seguridad, de su supervivencia (un soberano, un presidente, de carne y hueso en la instancia última).

Cuando el attachment es inseguro o falla por completo, aparecen unas fases muy claras de reacción. Es muy notorio en los niños. La inicial es la de la protesta: hay desasosiego; el bebé quiere recuperar a su madre mediante gritos, llantos, arrojándose al piso y rechazando a quien se le quiera acercar. Todo el proceso tiene que ver con la espera del “regreso”. Luego le sigue el de la “desesperación”. La actividad física disminuye, no pide nada a los que lo rodean, y la actitud es de duelo profundo.

Finalmente, en la tercera etapa aparece un detachment: el niño acepta todo y a todos y si la madre reaparece, reaccionará como si no la conociera.

En esta breve síntesis de un tema de enorme complejidad, no podemos de dejar, al menos, de reconocer lo que le sucede al cuerpo social cuando falla el attachment. La falla principal, salvo los casos de pérdidas irreparables por muerte, se produce, por ejemplo, por serias deficiencias en el cumplimiento de quien está en el lugar de la figura del attachment –base que garantiza la seguridad, desde la que se puede partir para explorar la vida teniendo a donde volver cuando sea necesario (de adultos, las instituciones con sus líderes bien concretos en casos de emergencia)–.

La falla principal es, como entendemos nos pasa hoy y aquí, la ausencia, el abandono, el ninguneo. Ahí brota la protesta: ¡Qué se vayan todos!, seguido por la fase de desesperación y dolor: “No hay salida”; y culminando por el “voto al que sea, son todos iguales”, y yo mientras tanto, “hago la mía como ellos hacen la suya”.

Se instala la “anomia” (Durheim y entre nosotros, J.E. Miguens), esto es, la ausencia de normas, el vacío de solidaridad. Si no hay una ley que me proteja y me haga respetar, para qué habría de protegerla y respetarla si no rige ni sirve. El narcisismo patológico de tantos dirigentes hará patente el abandono en que se encuentra el sistema de attachment.

Y si todo da lo mismo, las normas de seguridad para mí y para los otros también darán lo mismo. El sistema biológico de supervivencia está en jaque. Los “accidentes” que últimamente nos acongojan, preocupan y hasta sublevan, son un síntoma. Como aquél que nos traería un paciente que viene a vernos lastimado una y otra vez “por raras casualidades del destino”(o de los archienemigos) en su contra: trataríamos de hacerle entender qué nos está hablando de lo que profundamente en él está perturbado y de la necesidad imprescindible de un cambio completo en el diseño y objetivos de su vida.

En este sentido, las repetidas tragedias motivadas por lo que llamamos “accidentes” nos dan una oportunidad de entender que cuando los que dirigen no se nos dirigen, el atentado que producen es contra la raíz biológica misma del ser viviente, esto es, de nosotros y de ellos mismos. El resultado seguirá siendo destrucción y muerte.


Mientras tanto, impera y se impone la desesperación seguida por una enorme, frígida distancia en la cual nadie tiene que ver con ninguno: he aquí, en esto, al accidente madre de todos los accidentes.

Valorar El Presente


Vivir el momento presente es algo de lo que todos somos conscientes, pero que muy pocos hacemos realidad debido a las prisas, el trabajo, el estrés y otros muchos factores que hacen que cada día sea como otro cualquiera. Solamente, cuando nos encontramos enfermos o ante una situación adversa somos conscientes del aquí y el ahora, de nuestro presente, ese que ignoramos sin darnos cuenta.

Pero, sacrificar nuestro presente por pensar en el futuro nos impide disfrutar del “ahora”. Este “ahora” que constituye todo lo que tu vida significa, donde se encierra todo lo positivo, toda nuestra felicidad.
“No te detengas en el pasado, no sueñes con el futuro, concentra la mente en el presente”
-Buda Gautama-

No dejes para mañana lo que puedas hacer hoy
Uno de los proverbios más conocidos y que quizás en alguna ocasión hayamos puesto en práctica. Pero, ¿cuánto ha durado? Seguramente, tan solo un día o dos. Las prisas, el estrés y la conciencia de pensar siempre en el futuro nos impiden mirar a nuestro momento presente y ver lo que hemos conseguido hasta el momento. Nos impiden disfrutar de nuestros logros, obligándonos a mirar siempre más allá de nosotros.

Lo curioso es que le damos más importancia a nuestro pasado y nuestro futuro que a nuestro propio presente. Ese que pasa tan rápido delante de nuestros ojos, tanto que ni nos damos cuenta de ello.

Estamos acostumbrados a mirar dónde vamos a pisar, en vez de fijarnos en nuestras propias pisadas.
Esto no quiere decir que no debamos pensar en nuestro pasado ni en nuestro futuro. El pasado nos ayuda a aprender y progresar; y el futuro nos ayuda a conseguir nuestras metas, a motivarnos y soñar con aquello que deseamos. Pero, ¿dónde queda el presente en todo esto?

Valora tu presente, al igual que tu pasado y tu futuro
Evadir el presente es algo que hacemos inconscientemente. Así nos han enseñado y por ello lo ignoramos sin darnos cuenta. Pero, ¿por qué lo hacemos? No vivir nuestro presente nos hace idealizar el futuro en el que siempre pensamos, ese futuro al que nos dirigimos, pero que vemos como algo muy lejano.

Pensamos en un futuro idealizado casi como un sueño que nunca será real.
Como ya mencionamos, el futuro es ese minuto, esa hora que está por llegar. Pensar en el futuro como algo lejano e idealizado es una vía de escape ante un presente con el que no nos sentimos conformes.

¿Por qué pensamos que lo que está por venir será siempre mejor? Porque todas las personas piensan así, pero ¿funciona? Cuídate de idealizar ese futuro en el que piensas, tal vez, cuando llegue te sorprenda la decepción. ¿Esto era todo? Pensarás. Tu futuro será un sueño decepcionante que no te satisfará.


Porque tras llegar a esa meta, seguirás pensando en el día de mañana y así sucesivamente. Siempre intentando ver más lejos cuando deberías ver los pasos que estás dando, cómo verdaderamente estás caminando.

Propósito De Las Habilidades


Las habilidades humanas son todas aquellas habilidades que tiene un ser humano, pero, a mí me gustaría ir más lejos porque la palabra: “habilidades humanas” en si mismo no nos dice más que una definición. Para mí las habilidades humanas son todas aquellas habilidades que te ayudan a mejorar como persona y a tener una mejor vida en todos los sentidos.

Esas son las verdaderas habilidades humanas, las que vale realmente la pena cultivar y mejorar constantemente. Si no cultivas las habilidades humanas que potenciarán tu vida te pasará como a una flor sin agua, poco a poco te irás marchitando hasta que sin darte cuenta terminas prácticamente muerto. Obviamente no estás muerto pero pareces una especie de zombi viviente, casi sin vida propia.

Tener un trabajo no te otorga más vida que ninguna otra persona si tú única tarea es ir del trabajo a casa y de casa al trabajo en una vida que odias. Cuando era adolescente me replanteé varias cosas. La primera era que no me gustaba cómo funcionaba la sociedad: “Ten una carrera para ganar mucho dinero con un trabajo”.

Yo pensaba: A ver, ¿Para qué tengo que ganar dinero con un trabajo? ¿Por qué demonios me tengo que levantar a las 7 de la mañana si lo odio? Prefiero vivir pobre siempre que vivir toda la vida con dinero, pero sin tiempo para mí, odiando mi vida y mi trabajo. Yo creo que en ningún momento razonaba de forma ilógica, al contrario, lo que estaba pensando era muy sensato.

No cesaba de ver a gente que odiaba su vida y su trabajo. Personas que odiaban levantarse cada mañana y yo pensaba: “¿Pero tan malo es vivir de lo que te gusta? ¿Realmente compensa tener que odiar tu vida a costa de tener un coche, casa y vivir de ello?”. Era algo que no me quedaba nada claro y como todo ser vivo yo solo buscaba una cosa: la felicidad.


Así que me empeñé en desarrollar las habilidades humanas al máximo y paradójicamente, perseguir lo que más te gusta en la vida te termina dando más dinero a la larga y mil veces más felicidad. Imagina lo que es hacer de tu vida el sueño que siempre has querido. Y no me refiero a cosas materiales sino a hacer de tu vida lo que más deseas. ¿Dónde te gustaría vivir? ¿Con quién quieres pasar el resto de tu vida? ¿Cómo quieres vivir?


miércoles, 10 de octubre de 2018

Desigualdad Social


La desigualdad social es una circunstancia socioeconómica en la que un colectivo o comunidad son tratados de manera diferente por los demás sujetos o grupos de su entorno.

Seguramente habrás oído hablar más de una vez de la desigualdad social, término que en los últimos años ha cobrado especial protagonismo cuando se trata de analizar las relaciones geopolíticas internacionales o la inclusión de sectores sociales que, por diversas razones, han estado históricamente marginados.

La desigualdad social es una de las lacras actuales. Veamos qué es, cómo se produce y las consecuencias que acarrea. Familias con hijos e hijas como la tuya están sufriendo sus efectos en su vida cotidiana. ¡Implícate!

Definición de desigualdad social
La desigualdad social es una situación socioeconómica que se presenta cuando una comunidad, grupo social o colectivo recibe un trato desfavorable con respecto al resto de miembros del entorno al que pertenecen.

¿Cómo se manifiesta?
No solo se manifiesta en aspectos como el poder adquisitivo, que es sin duda la causa principal de la exclusión y la falta de oportunidades en muchos lugares del mundo.

Otros elementos que pueden motivar la desigualdad social son la cultura, la etnia, la raza, la religión, el origen y la nacionalidad, las costumbres y la ideología.

¿Qué implica?
Es por esto que en casi todos los casos la desigualdad social conlleva, además de una situación de marginación y aislamiento, el señalamiento de esos grupos sociales que se han visto afectados directamente por esta circunstancia. Quédate con esta idea y reflexiona cómo puede llegar a afectar este hecho a las familias con menores, porque hay mucho más que contar.

Desigualdad y privilegios desde la antigüedad
La lucha por alcanzar una igualdad social plena ha ido variando a lo largo del tiempo en función de los cambios que han experimentado las sociedades.

Nunca ha existido un sistema socioeconómico completamente igualitario. De hecho, los privilegios y las jerarquías sociales han existido incluso desde las primeras formas de organización social que surgieron en la antigüedad.

El reconocimiento de los derechos del ser humano
La lucha contra la desigualdad social ha transcurrido paralelamente a la aparición de los derechos fundamentales. La Declaración de los Derechos del Hombre, en 1789, y la aprobación de la Carta de los Derechos Humanos, en 1948, son dos acontecimientos esenciales en este sentido.

Ambos textos elaboraron el marco necesario para el reconocimiento de los derechos inherentes a la condición humana, entre ellos, el de la igualdad y sus diferentes manifestaciones: social, política, económica o cultural.

Hoy día, pese a que los Derechos Humanos constituyen un concepto general al cual se han adherido casi todas las naciones del mundo, la situación de desigualdad social no está del todo erradicada.


Por el contrario, existen indicios claros de que en los últimos años ha ido en aumento, lo cual le convierte en uno de los principales retos para la gobernanza mundial en el siglo XXI.

Sociedad Y Prejuicios


Los prejuicios, las críticas a alguien o algo previamente a conocer realmente quién es o de qué se trata, son una cualidad muy negativa del carácter de una persona. Generalmente son opiniones infundadas que se arraigan en la sociedad como estereotipos y, por lo tanto, nublan la capacidad de comprender lo que es ajeno a uno mismo.

Algunas investigaciones señalaron que las personas de menor capacidad cognitiva tienen más probabilidades de ser prejuiciosas, pero un análisis científico más reciente descubrió que los prejuicios no son exclusivos de las personas ignorantes. El nuevo estudio concluyó que las personas en los extremos altos y bajos del espectro de inteligencia realmente expresan niveles iguales de prejuicio, pero que la diferencia radica en las personas en contra de quienes apuntan esas críticas.

Los autores de este estudio, los psicólogos sociales Mark Brandt y Jarret Crawford, analizaron 5.914 sujetos en su experimento, "Respondiendo a preguntas sin resolver sobre la relación entre la capacidad cognitiva y el prejuicio". Sin tener en cuenta juicios de valor sobre si un prejuicio específico está justificado o no, midieron la cantidad de prejuicios presente en grupos de mayor capacidad cognitiva y menor capacidad cognitiva y estudiaron hacia quiénes dirigían sus prejuicios.

Brandt y Crawford pudieron así replicar hallazgos anteriores de que las personas de baja capacidad cognitiva tienden a ser prejuiciosas contra grupos que tienen "baja elección" en su grupo de estatus. Definidos por su raza, género u orientación sexual, por ejemplo. Las personas de baja capacidad cognitiva tienen en general más prejuicios contra grupos donde la gente no eligió ser parte, como los grupos étnicos o la comunidad LGBT

Pero, según su investigación, esta tendencia se invierte entre las personas de alta capacidad cognitiva. 

En otras palabras, fue más probable que los sujetos más inteligentes de su estudio tuvieran prejuicios contra grupos considerados "convencionales" o grupos percibidos como "de alta elección" en sus asociaciones. Aquellos que tienen una determinada ideología política o religión.

Los investigadores apuntaron el estudio, por ejemplo, a entender el fenómeno fronterizo con respecto al plan de Donald Trump de construir una gran pared a lo largo de la frontera sur de los Estados Unidos, es decir, la creación de un límite literal donde antes sólo existía uno mental.

Según los investigadores, los conservadores que apoyan este plan están expresando prejuicios hacia grupos de "escasos recursos de elección" (en este último caso, los mexicanos, que nacieron en México sin poder elegirlo).

"Por el contrario, la gente con alta capacidad cognitiva expresa más prejuicio contra grupos de altos niveles de elección. Ellos están especialmente enojados con grupos que creen que deberían ser capaces de cambiar de opinión", concluyeron.


El Valor De La Persona


1.- El valor esperado de la persona (o el valor innato).
Este concepto trata sobre cuanto debería valer una persona. Este concepto tiende a ser más personalista, porque le da a la persona un valor independientemente de los factores externos, y se centra en el “ser”.

Este tipo de valoración se adquiere mediante la educación y la transmisión del conocimiento. Se dice que la persona, por el solo hecho de ser una persona, tiene un valor innato; por lo cual tiene ciertos derechos, los cuales se le deben de respetar.

Este tipo de valor es el que trata de inculcar la religión, y es también el valor plasmado en la carta de las Naciones Unidas, o bien, en las constituciones de muchos países. Y la transmisión de este valor sirve para lograr la cohesión social y una sana convivencia en una sociedad.

Lo he bautizado de esa forma, porque en este concepto, el valor de una persona no es dado por los factores externos ni por evaluaciones o juicios, sino porque se espera que los demás valoren a las personas por el simple hecho de ser personas o seres humanos.

2.- El valor práctico de una persona.
Este concepto determina el valor de una persona, en base a las evaluaciones y juicios realizados por las demás personas (es decir, se evalúa a las personas en base a los valores externos, y no los innatos). Este concepto es más utilitario (no quiero decir que el utilitarismo no otorgue algún valor innato a las personas) y se basa en el hacer.

Es decir, el valor de una persona es determinado por el juicio que realicen otras personas sobre ella en base a su creencia y cultura. Por ejemplo, Juan es un empresario admirado, el cual es amigable y querido por todo el mundo, y Pedro es un empleado mediocre con mal carácter. Bajo este argumento, el valor práctico de Juan es más alto que el de Pedro, porque la sociedad hará una mejor evaluación a la primera persona que a la segunda.

Pero el valor práctico de las personas puede variar dependiendo del grupo o cultura social que la juzgue. Por ejemplo, frente a una sociedad de extrema izquierda los papeles se pueden invertir. Por ejemplo, los miembros del sindicato pueden percibir que Juan por el simple hecho de ser empresario, es un explotador, y Pedro aún con mal caracter, es una persona que se queja con justicia del trabajo. Entonces la valoración real se invierte, porque las características del grupo social que emite el juicio cambia.

Este tipo de valor es el que tratan de fomentar los publicistas que al vender un producto o servicio, buscan que la gente sienta aumentado su valor práctico, es decir, que un grupo social emita un mejor juicio de la persona.

3.- El valor real de una persona. Cuando los valores convergen.
El valor esperado (o innato) y el valor práctico no son excluyentes. Más bien, las personas terminan evaluando a las otras en base a una mezcla de los dos tipos de valores. Le dan un valor práctico en base al juicio que hacen de la otra persona, pero también le dan en parte el valor que se espera que le den.

Por un ejemplo, Carla es una prostituta. Un religioso le dará un valor práctico muy bajo, pero también le otorgará un valor innato por el simple hecho de ser persona. Entonces el religioso podrá decir -Carla ha caído en lo más bajo de su vida, pero merece ser respetada porque es un ser humano.

Entonces yo me atrevo a definir valor real de una persona, como un promedio de los dos tipos de valores. Es decir, sabemos que una persona obtiene resultados por parte de otras personas, en base al valor promedio de los dos conceptos, que le otorguen, aunque la balanza pueda diferir en algunos casos. Por ejemplo, en la búsqueda de un candidato para un empleo, se utiliza más el valor práctico que el innato, en cambio, en el amor de un padre a un hijo, el valor innato es más importante que el práctico.

¿Entonces cuánto vale una persona?. Para un empleador, valdrá de acuerdo a sus facultades laborales, aunque también le puede otorgar cierto valor por ser persona. Para un padre, un hijo valdrá mucho por el hecho de ser un hijo (valor innato) y en mucho menor medida por lo que haga (práctico).

En resumen, todos tenemos cierto valor por el hecho de ser humanos (que es una parte), pero también las demás personas (dentro de diversas circunstancias) nos otorgan un valor. El promedio de los dos será el valor real, y podrá diferir dependiendo del contexto social en el que se esté

La Búsqueda Constante


El camino hacia la búsqueda constante de oportunidades es un estado  en el que siempre estamos, se pude decir que es un estado constante en la vida de las personas.

Se evidencia en tener un perfil en una red social, una conversación, un chat o cualquier medio de comunicación que nos exponga a la sociedad, nos está generando algún tipo de oportunidad.

En el momento que  la persona queda expuesta debe preguntarse mi marketing  personal es adecuado para la mejor oportunidad posible, o que debo mejorar de mi marca personal para obtener mejores oportunidades.

La pregunta es: ¿la oportunidad que se está generando es la adecuada?
La diferencia  de las oportunidades radican en
El objetivo que buscamos con la nueva oportunidad
La velocidad de respuesta para aprovechar la oportunidad
La capacidad de respuesta es la adecuada para aprovechar la oportunidad.

Algunas veces una persona no se encuentra en búsqueda de trabajo  pero llega una mejor oferta, porque alguien vio su perfil o porque un amigo lo recomendó al ver la oferta, pero la persona no conocía la situación al verse tentado por una mejor oportunidad laboral, simplemente decide salir de la zona cómoda o de la situación en la que se encuentra por optar por una mejor oportunidad.

Una mejor oportunidad casi siempre la estaremos relacionando con la  parte económica, pero una mejor oportunidad es una situación que nos proyecta una mejor  calidad de  vida.


Si la oferta no mejora la calidad de  vida se  puede decir entonces que no es una muy buena oportunidad.

Errar Es Humano

Cometemos errores continuamente. Quizás no nos gusta que nos lo digan o nos cueste reconocerlo, pero así es, nos equivocamos con frecuencia. En ocasiones, además, erramos en el juicio o apreciación de forma sistemática; me refiero a eso que se denomina sesgos cognitivos. Algunos sesgos de ese carácter bien conocidos están en la base de muchas creencias irracionales y, por ello, en varias modalidades de pensamiento mágico.

Por otro lado, en el mundo de la ciencia estamos familiarizados con la existencia de lo que llamamos errores de tipo I y errores de tipo II. Pero esta distinción no tiene por qué limitarse al mundo de la investigación científica. En la vida cotidiana cuando realizamos juicios bajo condiciones de incertidumbre, podemos cometer errores de esos dos tipos. Los de tipo I son los que llamamos también falsos positivos; cuando los cometemos creemos ver algo que no hay. Los de tipo II son falsos negativos; lo que ocurre en esos casos es que no detectamos algo que sí ocurre o que sí existe.
Aunque esa distinción pueda parecer anecdótica, la verdad es que puede tener consecuencias muy importantes. No es lo mismo cometer un error de un tipo o del otro. 

Si, pongamos por caso, vemos que se dirige hacia nosotros un animal con cuernos de cierto porte, lo más probable es que salgamos corriendo en la dirección contraria. No solo es lo más probable, también es lo más sensato. Si luego resulta que el astado en cuestión era un manso, nuestra deducción habría sido equivalente a un falso positivo. O sea, en ese caso habremos cometido un error de tipo I, pero no creo que eso nos importase demasiado, porque lo más normal es que las consecuencias del error habrían sido de orden menor o prácticamente irrelevantes. Si, en vez de salir corriendo pensando que se trataba de un toro bravo, nos quedamos sentados tranquilamente porque nos parecía que era un pacífico buey que, casualmente, caminaba hacia nosotros, podíamos haber cometido un error de fatales consecuencias. Porque podía haberse tratado de un toro bravo. En ese caso habríamos incurrido en un error de tipo II, un falso negativo. Creo que, llegados a este punto, está bastante claro por qué puede tener muy diferentes consecuencias cometer un error de un tipo o cometerlo del otro.

Los psicólogos piensan que la evolución nos ha equipado con un sistema cognitivo que tiende a seleccionar los errores menos costosos en aquellas disyuntivas en las que las consecuencias o costes de los errores de juicio son asimétricos. Algunas observaciones avalan esa idea.

Cuando estimamos distancias verticales, por ejemplo, tendemos a cometer un error muy útil. Al asomarnos a un balcón o a una ventana y mirar hacia abajo, lo normal es que estimemos una distancia hasta el suelo bastante mayor de la que realmente hay. Además, el sesgo aumenta cuanto mayor es la altura desde la que miramos. Por ejemplo, una altura de 14 m nos puede parecer que es de 21 m. Ese sesgo nos protege porque al asomarnos a la ventana nos lo pensaremos dos veces antes de decidirnos a saltar al suelo o a la ventana de enfrente, si fuese esa la opción que valorábamos al mirar hacia abajo y hacer la estimación.

Otro ilustrativo ejemplo de uno de esos sesgos útiles es el de los niños que, al contemplar un animal inmóvil, piensan que está dormido en vez de pensar que está muerto. Los niños que, en el pasado de nuestro linaje, pensaron que un animal, por estar quieto, estaba muerto no dejaron descendencia, por lo que no transmitieron sus genes a las siguientes generaciones.


Errar es humano. Es más, en muchas ocasiones, además, la tendencia a errar de forma sistemática puede salvarnos la vida. 

Más que humano, pues, puede resultar providencial.

Confusión En Valores

El mundo del hombre esta signado por un conjunto de valores, que componen los principios que orientan nuestras conductas. Son creencias que nos permiten discernir, apreciar y elegir determinadas acciones, comportamientos o elementos en función de esa información que se recibe en los procesos educativos de la infancia. Una herencia cultural ineludible que se transmite por medio de la educación a través de generación en generación. Ese caudal informativo que asimilan los miembros de una comunidad está compuesto de hábitos, experiencias y distintas percepciones del mundo. El solo hecho de poseer ese bagaje de bienes espirituales es lo que eleva la figura del ser humano por sobre el reino animal. Hoy asistimos a una época de subversión de las escalas del valor en donde cada norma de conducta es alterada en función del interés a riesgo de que las próximas generaciones automaticen formas espurias de comportarse.

Hay un inacabable listado de virtudes conectadas al espacio espiritual, voy a enumerar algunas y acto seguido a analizar desde mi subjetividad como tiene su paralelismo con el proceder actual. 

RESPETO: Es la consideración con la cual se trata a un par, considerando que es digno y que debe ser tolerado como miembro de una sociedad. El respeto paso a ser una cuestión de cualidad extraordinaria cuando debería ser una obligación. La tercera edad y su experiencia es descartada, el adulto es sobrepasado por el joven que quema etapas de su madurez y se encuentra en un territorio que no es propio y se desorienta. Aunque también hay mayores que hacen lo posible por copiar costumbres de la juventud “el buen día”, “permiso”, “por favor” parecen expresiones antiguas.

SINCERIDAD: Es la ausencia de fingimiento en las cosas que se dicen o se hacen. La omisión se devoro ese concepto, La verdad se cuenta a medias. Hay personajes mentirosos que pueden estar en círculos de amistad o trabajo, los cuales ejecutan la falacia como cultura de vida. Te pasan por al lado con la bandera moralista y cuando determinado hecho afecta sus intereses esa apariencia altruista se clava como daga en tu espalda. Se miente para ascender en un espacio laboral, se justifica la mentira para engañar una pareja y quedar como héroe ficticio delante del núcleo de amigos/as, se esconde bajo la alfombra la certeza por miedo, por conveniencia o simple y mera especulación. El sincero sufre por la telaraña del mentiroso que muchas veces se precia de ser el primero en decir verdades para camuflar su tendencia reiterada.

LIDERAZGO:  Es la función remitida a una persona que se diferencia del resto por su condición de tomar decisiones acertadas para el grupo o equipo que encabeza. Muchos hoy tergiversan en sus aspiraciones, ser jefes con ser líderes. Un líder es elegido por su conjunto, venerado por sus capacidades de ponerse en el pellejo del otro para decidir, tiene una conciencia global y periférica de sus súbditos. No ejerce la coerción, sino que busca el consenso.
Tiene predominancia en toda la vida porque está asociada a un elemento de la personalidad. El jefe es circunstancial, puede ser seleccionado por un departamento o gerencia, pero a veces eso no significa que tenga facultades de conducción. Ocupa un rotulo temporal. Muchos jóvenes en sus trabajos, se preocupan por la jefatura como territorio de poder y estatus de prestigio y desechan la virtud de ser un conductor probo y reconocido. El dinero les obnubila sus principios. En las presidencias unipersonalistas de las últimas décadas hemos observado muy nítidamente como se venera de forma absurda a funcionarios preocupados en perpetuarse en los sistemas de mando, usando a sus seguidores partidarios como funcionales a sus planes.

HONESTIDAD: es la virtud de ser decente, razonable, recatado y justo. Esta cualidad se podría conectar íntimamente con la sinceridad. El dinero y las fluctuaciones económicas mundiales agravan las coyunturas de pobreza, las ambiciones crecen y en el medio se multiplico la corrupción. Un ambicioso escala con la ecuación de un medio para un fin sin reparar en cómo llegar a los objetivos. Se rige por el “que” y el “como” no entra en su percepción. El corrupto es el vanidoso con poderío, que teje a su gusto y usa cualquier red a su alcance para tapar o disfrazar sus comportamientos. En esta posmodernidad, el honesto tiene que desgarrarse sus vestiduras, sufrir y explicar los sucesos de un sistema corrompido por algunos, que tienen fama de “inteligentes” para otros. Más o menos como la genial comparación de Fontanarrosa en donde dice que “el verdadero hombre inteligente es el que aparenta ser boludo delante de un boludo que aparenta ser inteligente”

GRATITUD: Es un sentimiento de estima y reconocimiento que se tiene sobre alguien que nos ha hecho un favor o ha prestado un servicio. Se dice gracias actualmente, en muchas ocasiones como una reacción espasmódica y sin conciencia de corresponder a las personas en esos favores. Cuantos amigos que se pelean entre sí porque algunos piensan que es menester que los recomienden en los terrenos profesionales como si eso fuera una imposición obligatoria por el propio lazo. Cuantos hijos ignoran el agradecimiento para con sus padres por el solo hecho de pensar que el propio rol ya justifica que toleren algunas actitudes que pueden ser injustificables. El virtuosismo de agradecer radica en el desinterés de hacer un listado de favores y en el impulso del ánimo que implica ayudar al prójimo.

VALOR DE LA FAMILIA: no requiere explicación ya que se entiende por sí mismo. El siglo 21 ha posicionado a los lazos familiares en un terreno difuso. Parejas que prueban la convivencia como examen piloto sin dirección definida, hombres y mujeres viviendo cada uno por separados con sus hijos y los de relaciones anteriores. Madres que deciden alquilar su vientre, padres que ponen su semilla en un tubo de ensayo. Niñas que prueban la maternidad antes que el primer beso, niños que se encuentran con un bebe antes que saber su vocación de vida. El núcleo familiar se corrió y hoy vemos diseminados a un buen puñado de adolescentes desamparados que son potenciales almas perdidas en la adultez o salvadas por la gracia divina de otros personajes que se cruzan en sus caminos y corrigen sus rumbos
SOLIDARIDAD:  se manifiesta en el apoyo incondicional a causas o intereses ajenos, sobre todo en situaciones comprometidas. Ser solidario por estos tiempos pareciera estar más asociado al marketing de buena persona o empresa modelo que al propio acto y goce de ayudar. Se hacen eventos solidarios que en parte son genuinos, pero se contaminan cuando hay un patrocinio o una decisión empresarial de destinar un presupuesto para tener una buena reputación. La imagen de una bolsa de alimentos con una publicidad al lado no es compatible a una actitud inmaculada. El necesitado hay veces que no es tan necesitado, tiene disponibilidades para poder obtener un salario digno y se viste de pobre o finge una discapacidad para fomentar lastima y ganar dinero fácil. La hipocresía puede aparecer con el que necesita colaboración como con el que está dispuesto a brindarla con el factor publicitario abstracto de garante
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EMPATIA:  implica ponerse en la situación afectiva de otro ser humano, generalmente en sus sentimientos. El famoso ponerse en el lugar del otro.  Suele ocurrir con poca frecuencia que se tenga esa capacidad de dar vuelta una situación para sentir un pensamiento o una forma de actuar ajena. Salir del caparazón propio. Innumerables confrontaciones se llevan a cabo por el orgullo de encerrarse en la idea y la percepción particular que uno tiene de un hecho sin tomar una visión más global y enriquecedora de tratar de indagar o entender las razones del sujeto con el que se discute. Cuantas peleas se desarrollan sin tener noción cierta de porque se pelea. Por ejemplo, Llego tarde a un lugar y no considero el tiempo ajeno o Tener una posición de bonanza económica y hablar de carencia en un grupo de gente que apenas llega a fin de mes o está en otro nivel de economía. Vivimos en una realidad donde la rueda gira y gira para todos en condiciones diferentes de vida, pero en una misma coyuntura

EXPERIENCIA:  es el conocimiento o la habilidad para hacer algo que se adquiere al haberlo realizado, sentido, vivido o sufrido. Poseer experiencia es tener un croquis de determinadas circunstancias para cuando uno vuelve a experimentarlas ya tiene un esquema mental y corporal de cómo reaccionar ante ellas. Hoy se desecha en algunos puntos ese valor por la creencia de que lo nuevo irradia otros aires y no está sometido al desgaste. Lo cierto es que podemos ser testigos de cómo despiden de una compañía a un supervisor con 30 años de trabajo y se lo reemplaza por un chico de mitad de edad con la excusa de la nueva era y que la mente juvenil impulsa nuevos bríos. Cosa que es cierta pero que puede llegar al punto de la frustración si no tiene un proceso evolutivo natural que requiere el ámbito empresarial con el acompañamiento de gente que vivencio los nervios naturales de toparse con tamaña responsabilidad. El joven termina abandonando su puesto de trabajo o puede fortalecerse y crecer.  En la vida se da una extraña paradoja, el niño quiere ser adulto seducido por la libertad de desenvolvimiento. El adulto quiere volver a la niñez porque lo abruman las responsabilidades y el viejo, que tiene la sabiduría de las dos etapas a veces duda entre cual elegir. A cualquier evento hay que atesorar el saber de cada edad y compatibilizarlo con la nueva sangre.


Hay más valores para analizar, pero de forma arbitraria, elegí quedarme con un puñado para describir esta confusión que en cierta medida es una crisis de valores que se está regando con mucha fuerza en las nuevas generaciones donde el desamparo es preocupante. La educación tiene grietas que son invadidas por los mensajes subliminales de la sociedad del consumo que contamina criterios, la pobreza crece exponencialmente y en paralelo a un ritmo feroz, la delincuencia. 

Los legados culturales son cada vez más superficiales y el éxito fácil se devora al virtuosismo.  

La Lucha Diaria Por Aprender


113 millones de niños no tienen formación escolar, según la UNESCO. La organización calcula que en el mundo hay 877 millones de adultos que no saben leer ni escribir. También muchos alemanes enfrentan este problema.

En Alemania 7,7 millones personas mayores de 15 años apenas pueden leer. Casi 4 millones de alemanes son analfabetos funcionales, es decir, tienen grandes dificultades con la lengua escrita. Para ellos la vida diaria está llena de obstáculos. No saben manejarse bien en el tránsito, porque no pueden leer los letreros. Si van al restaurante no saben qué plato elegir. Si tienen que pagar sus cuentas en el banco no saben qué hacer. Inventan trucos y mecanismos para su lucha diaria contra el alfabeto y sus oportunidades son escasas en el mercado laboral.

Dificultades cotidianas
Esta variante del analfabetismo tiene diversas causas. Numerosos analfabetos vienen de familias que no muestran interés en la formación escolar de sus hijos. En muchos casos, los padres y los profesores de escuela no ponen atención a los problemas de los jóvenes.

Así le ocurrió a Fred Mai quien, a la edad de 52 años, asiste a un curso de alfabetización de la asociación "Leer y escribir", en el barrio de Neukölln, en Berlín. Durante su vida trabajó en varias fábricas y, cuando tuvo que vérselas con formularios y papeles, se defendió copiando minuciosamente las letras.

Falta de ayuda
En la escuela no se dieron cuenta de sus dificultades para leer y escribir, de modo que a los 12 años decidió no preocuparse más de las clases. Tampoco sus padres le prestaron ayuda. Pero justamente esta falta de apoyo de parte de la familia y la escuela es decisiva para el futuro de los analfabetos funcionales. Así opina Marie-Luise Oswald, la presidenta de la asociación "Leer y escribir".

Iniciativas privadas
Durante sus estudios, en los años 70, conoció casualmente a una mujer que no sabía escribir. Junto con otros estudiantes organizó entonces un curso para analfabetos. De esta pequeña iniciativa surgió en 1983 la asociación "Leer y escribir", en Neukölln. Sin embargo, en Alemania hay muy pocos cursos de alfabetización.


"Todos los cursos se basan en iniciativas privadas. También la Asociación Federal de Alfabetización es una iniciativa privada, que no recibe dinero de una entidad pública. Es un trabajo honorario" dice Marie-Luise Oswald. En Alemania falta, sobre todo, una profesionalización de esta labor. Esa es al menos la conclusión de esta pedagoga comprometida con la alfabetización.

martes, 9 de octubre de 2018

La Solidaridad En Peligro


Con el viento social en contra y sin la existencia de un movimiento social en favor de la solidaridad como los que han existido en estos últimos 30 años. Muchas ONG  nacimos con uno de esos movimientos sociales de solidaridad con la población civil afectada por la guerra en Bosnia y otros países de la ExYugoslavia. También con el movimiento por el 0,7% del PIB para Cooperación, con tiendas de campaña instaladas en muchas plazas de ciudades españolas. El movimiento contra la abolición de la Deuda Externa y el referéndum en el que participaron más de un millón de personas. Y por último el movimiento Pobreza Cero que ha venido estando activo en los últimos años, pero que ahora está prácticamente desaparecido.

La acumulación de todos estos aspectos de la realidad, todo empujando en sentido negativo,  puede llevar a reducir a casi nada un importante movimiento de solidaridad, creado y construido trabajosamente y con grandes esfuerzos en estos años, y debilitar la cultura solidaría que se ha venido construyendo en nuestra sociedad, motivando las preocupaciones de mucha gente por las desigualdades de nuestro mundo y por la profunda injusticia y sinrazón de mantener más de la mitad de la población mundial viviendo en una grave pobreza. 

Debilitar también el esfuerzo a favor de propuestas de cambio orientadas a combatir esta situación desde el 0,7% del PIB, el impuesto a las transacciones financieras, terminar con los paraísos fiscales, denunciar los desmanes de muchas empresas multinacionales en los países del Sur o los tratos injustos de la UE, defender un comercio e intercambio más justos, tejer lazos sólidos de relación entre las sociedades del norte y del sur, y tantas otras opciones defendidas por los colectivos solidarios.

¿Cuáles son las aportaciones de los movimientos de solidaridad a nuestra sociedad?
En primer lugar traemos los problemas del Sur a la sociedad rica, sin la información y la denuncia que proporcionamos mucha gente desconocería estas situaciones y no se motivaría para aportar recursos, denuncia o movilización en su favor. En alguna medida “tratamos de representar” los intereses de la gente del Sur.

La educación en valores que promovemos, la defensa de la justicia, de los derechos humanos para todas las personas, de la igualdad hombre/ mujer, de la defensa del medio, de la empatía y compasión hacia los que viven en penuria, de la rebelión y la indignación contra millones de sufrimientos que podrían resolverse si hubiera voluntad política. El debate sobre estos asuntos enriquece la ética y el humanismo crítico en nuestra sociedad.

Los cambios promovidos en el Sur por medio de proyectos y actividades diversas que en estos años han mejorado la vida de millones de personas en el campo educativo, sanitario, alimentario, en el empleo…, que han cambiado la vida de mucha gente y ha dado esperanza en un futuro mejor con mayor justicia y dignidad.

Los logros que  conseguimos por medio de la denuncia y la movilización. Frenar o eliminar algunas políticas negativas, fomentar el 0,7% y las prácticas solidarias; forzar a los gobiernos a retirar medidas negativas y proponer políticas más justas.

La formación sobre el mundo en el que vivimos. El peso de la realidad local y estatal nos impide muchas veces ver el mundo en el que vivimos. Los temas que promovemos para la formación y el debate: pobreza en el mundo; cambios en el poder económico, emergentes, emigración, relaciones hombre-mujer en el mundo árabe, democracia, revueltas en el mundo árabe, relación norte /sur… nos ayudan a promover una formación y conocimiento de la realidad mundial que de otra forma no nos interesaría o no la comprenderíamos.

Todos estos valores, logramos promoverlos en sectores reducidos con nuestra práctica diaria, en los cursos, debates en institutos y universidades, voluntarios que acuden a las ONG o participan en algunas de sus actividades, permite educar a minorías que mantengan la llama encendida de la solidaridad internacional. Pero, cuando este trabajo logra construir movimiento social, como los que hemos conocido y contribuido a crear, estos valores pasan a la agenda social y su alcance es muy superior, contribuyen a educar a sectores más amplios de la población en estas problemáticas y en las alternativas para resolverlas.

Todas estas razones son sólidos argumentos para seguir luchando y proponiendo que la solidaridad internacional sigue siendo uno de los ejes de la vida social y política de nuestras sociedades con el objetivo de crear un mundo más justo, pacífico y solidario, creando lazos y aunando los esfuerzos de las poblaciones del norte y del sur en una dirección común.


Satisfacción Personal


Para poder desarrollar un proyecto de vida estratégico lo primero que debemos determinar es por qué vale la pena hacerlo. Cuál debe ser nuestra principal motivación para luchar y tratar de alcanzar metas.

El primer mito que debemos eliminar es pensar que el propósito o el sentido de la vida es tener felicidad. La felicidad es importante, pero no es lo más importante y para entender esto tenemos que analizar que es la felicidad y que la ocasiona.

La felicidad es un sentido de tranquilidad y de paz interior. La felicidad está caracterizada por un sentido de aceptación del mundo tal como es. Somos capaces de ver las cosas como son sin tratar de darle una calificación de bueno o malo. La felicidad es una emoción positiva que nos hace sentir bien, nos ayuda a ser más productivos, a tener mejor relaciones con otras personas y a mantenernos abiertos a nuevas experiencias y aprendizajes sin dejar que las emociones negativas nos paralicen o nos hagan hacer cosas de las que nos podemos arrepentir.

Aprender a ser felices es muy importante pero no es tan difícil ni tan demorado como podemos pensar. Para ser felices no necesitamos nada aparte de lo que ya tenemos. No necesitamos conocer medio mundo, ni tener el trabajo de nuestros sueños, ni estar con la pareja perfecta ni siquiera disfrutar de excelente salud. No necesitamos nada más aparte de lo que ya tengamos, e incluso aunque creamos que no tenemos nada, hay algo que todavía tenemos y eso es la vida. Siempre podemos dar gracias por seguir vivos y apreciar cuán afortunados somos de estarlo.

La base de la felicidad es la gratitud y la apreciación. Las probabilidades de que estemos vivos, de que tengamos un sitio donde pasar la noche, de que no nos tengamos que preocupar por lo que vamos a comer. Todas estas son situaciones de las que deberíamos estar continuamente agradecidos. 

A lo largo de la historia del mundo y del hombre han tenido que suceder una cantidad de eventos extraordinarios que nos han permitido estar donde estamos ahora y poder disfrutar de todas las herramientas y experiencias a las que tenemos acceso en este momento de la humanidad. No debemos dar por hecho esta gran oportunidad de estar vivos en este momento de la historia. Es algo realmente sorprendente.

Mucha gente es infeliz porque todo el tiempo se la pasan pensando en lo que no tienen o en otras personas que tienen más que ellos. Ésta es la receta número uno para ser infelices y miserables. En el momento en que empieces a pensar de esta manera intenta detenerte y pensar en lo afortunado que eres de tener lo que tienes y de estar pasando por las situaciones por las que estás pasando. 

Desarrollar esta habilidad de mantenernos positivos requiere práctica y tiempo, pero si nos enfocamos en ella, en un periodo menor a un año, vamos a ser capaces de sentirnos felices bajo cualquier situación y en cualquier momento sin importar lo que pueda estar pasando en el exterior.

Esta es la razón por la que la felicidad no debe ser nuestro principal propósito en la vida. Para conseguirla no necesitamos nada y por lo tanto no tenemos que hacer nada aparte de un cambio en la forma en que miramos el mundo. Si todo mundo viviera sólo para sentirse feliz probablemente nos estaríamos muriendo de hambre y pasaríamos todo nuestro tiempo sacándonos los piojos los unos a los otros como nuestros antepasados
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Nuestra naturaleza humana nos hace imposible que nos quedemos quietos mientras sigamos vivos. Siempre vamos a tener que estar tomando decisiones, siempre vamos a tener que adaptarnos a los cambios en nuestro entorno, siempre vamos a tener que seguir luchando por mantenernos vivos, siempre vamos a querer seguir mejorando, en definitiva, siempre vamos a estar en movimiento.

Aquí es donde entra una sensación que es más poderosa que la felicidad. Esta sensación es la satisfacción. Las personas no nos sentimos satisfechas por lo que tenemos ni tampoco por lo que somos. No importas que tengamos diez carros parqueados en nuestro garaje o que tengamos una medalla de oro colgada en nuestra repisa. Nada de estas cosas nos hacen sentir realmente satisfechos. Las personas nos sentimos satisfechas por lo que hacemos. La satisfacción depende cien por ciento de nuestras acciones diarias.

Si a lo largo del día hacemos lo que consideramos que es correcto bajo nuestro sistema de valores y bajo nuestro mejor conocimiento, el resultado es que nos vamos a sentir satisfechos aunque las cosas que tengamos que hacer sean difíciles o dolorosas, y aunque las cosas al final no salgan como nosotros esperábamos.

En cambio si a lo largo del día traicionamos nuestro sistema de valores, hacemos cosas contrarias a lo que creemos ya sea por miedo, inseguridad u cualquier otra razón, nos vamos a sentir mal e insatisfechos.

La satisfacción no es algo que conseguimos una vez y la podemos seguir disfrutando hasta el día de nuestra muerte. La satisfacción es algo por lo que debemos luchar todos los días de nuestra vida. 

Cada día es un nuevo día y es un nuevo desafío para saber si al final de él nos podemos acostar satisfechos o no.

No necesitamos alcanzar todas nuestras metas para sentirnos satisfechos. Lo único que necesitamos es hacer nuestro mejor esfuerzo tratando de no dejar al miedo o la inseguridad ganar. Si morimos en mitad de la batalla, aunque no hayamos ganado, podemos morir satisfechos sabiendo que hicimos todo lo que pudimos, que dimos lo mejor de nosotros mismos y que afrontamos nuestra vida con verdadero coraje e integridad.

Si optimizamos nuestra vida para sentir satisfacción diaria, van a ocurrir una serie de consecuencias positivas. Lo primero es que vamos a crecer a un ritmo mucho más acelerado que de ninguna otra forma posible. Vamos a mejorar constantemente, a mejorar nuestras habilidades, a mejorar nuestro entendimiento del mundo y a mejorar nuestras situaciones particulares. A medida que crecemos y nos volvemos mejores vamos a poder crear un mayor impacto positivo en el mundo. Vamos a hacer nuestro trabajo por hacer del mundo un mejor lugar para vivir donde haya más oportunidades para más personas de crecer y actualizarse y esto va a beneficiar a todos, tanto a las personas de nuestra generación como a aquellas de generaciones futuras.


Así que mi recomendación es que primero aprendas a sentirte feliz sin importar lo que pueda estar pasando en el exterior. Al aprender a sentirte feliz podrás ser mucho más efectivo y tendrás mejores posibilidades de hacer lo que tienes que hacer cada día de tu vida para sentirte realmente satisfecho y al vivir para sentirte satisfecho podrás jugar un papel más importante en tu propia evolución y en la evolución del mundo y la humanidad.

El Valor De Nuestro Tiempo

La mayoría de los profesionales de inversión conocen el esfuerzo que supone empezar una carrera en este sector: interminables jornadas laborales y disponibilidad total para atender al cliente. Aprenden a trabajar bajo la presión de plazos apretados y el ritmo (acelerado) lo determina el mercado. Es decir, hay que dedicarle mucho tiempo (en horas) para convertirse en un profesional de éxito. Sin embargo, empezamos a observar una nueva generación de profesionales en la industria cuyo perfil va cambiando: valoran más su vida personal y necesitan tiempo para desconectar. Siguen teniendo ambición y ganas de crecer en sus carreras, pero traen una nueva visión al sector centrado en el bienestar global del individuo. De hecho, hay estudios que comprueban el riesgo añadido de enfermedades en virtud de largas jornadas laborales (por ejemplo, según una investigación de University College de Londres, personas que trabajan más de 55 horas a la semana incrementan la probabilidad de desarrollar arritmias cardíacas en un 40% en comparación con los que tienen horarios más moderados de hasta 40 horas semanales).

Está claro que emergen nuevas exigencias en cuanto a la gestión de nuestro tiempo. Es fundamental que las empresas establezcan políticas conciliadoras o integradoras de gestión del tiempo, como herramienta potente para mejorar la productividad. En el caso de parejas con hijos, por ejemplo, en EE.UU. el 60% de los padres/madres que no trabajan dicen ser por necesidad de cuidar a sus hijos. Es normal que las madres quieran ser madres y que los padres quieran ser padres. Y que ambos quieran ser buenos profesionales. Pero eso exige un cambio total en la forma de trabajar y valorar el tiempo ¿Cuántos profesionales de la industria se ven obligados a elegir su vida personal, abdicando de ciertas carreras profesionales, por no tener el soporte de las empresas en determinadas fases de su vida? ¿Cuánto talento se está perdiendo por el camino?

Poco a poco, se va notando el cambio. Algunos bancos de inversión de Wall-Street han empezado con medidas de conciliación: por ejemplo, UBS han implementado una política de dos horas a la semana para dedicarlas a temas personales, y Morgan Stanley lanzó un programa de excedencias remuneradas para empleados que alcanzaran determinado nivel dentro de la compañía.  

Hay ya muchas organizaciones que están avanzando en materia de diversidad y de conciliación de vida profesional y personal: CFA Institute – la asociación global de profesionales de la inversión – es un referente internacional al llevar a cabo una política que fomenta de forma inequívoca la conciliación de sus colaboradores, fomentando horarios flexibles y teletrabajo, la posibilidad de tomarse varios días al año para acciones de voluntariado,  así como promoviendo el debate y la concienciación al respecto mediante la organización de foros y eventos en todo el mundo.

Son pasos importantes, y es vital que tengan el soporte de la alta dirección en empresas y organizaciones. Empezando desde arriba, es más fácil implementar un nuevo paradigma de gestión del talento centrado en redefinir tanto el significado como la medida de una carrera de éxito.


Quizás el tiempo que buscamos incesantemente tenga un valor mucho más intangible. Hay un vacío entre la medida objetiva de tiempo físico y nuestra medida subjetiva de tiempo psicológico, por eso el tiempo es algo tan difícil de valorar. Cuando hablamos de políticas de conciliación, no solo nos referimos al tiempo medido en horas sino a diferentes percepciones sobre su valor. 

Es muy importante entender la importancia de ciertos momentos para las personas – son ellas el principal activo de las organizaciones –Esos momentos que supuestamente estorban tu agenda profesional, como presenciar la fiesta de fin de curso de tu hijo a media mañana, igual son instantes fugaces (en tiempo físico), pero tan cargados de ilusión, que potencian nuestra motivación y productividad para las restantes horas del día.

¿Por qué somos capaces de entender tan bien el valor temporal del dinero y nos cuesta tanto asimilar el valor emocional del tiempo?

Atribuciones

La atribución puede entenderse como una interpretación o explicación que cada individuo hace acerca de las causas, motivos y/o razones de algún suceso, sentimiento, creencia o comportamiento.
Muchos autores han relacionado la atribución con las fuerzas motivadoras que empujan a cada individuo y que pueden llegar a influir tanto en el autoconcepto como en la autoestima propia.

La autopercepción que cada uno tenga sobre sí mismo o sus actos, va a recaer en el valor propio, es decir, para que los resultados sean reforzadores y motivadores, deben además de ser exitosos, ser consecuencia de la valía personal.


Esto también se puede aplicar a los fracasos, en el sentido opuesto; se tiende a pensar que estos son debidos a causas externas y no a los de la propia valía.

Cualidades Humanas


Cualidades, de una forma genérica, son todas aquellas características definitorias de algo o de alguien. Es la forma en plural de la palabra cualidad, que procede del latín qualitas, -atis.
Pueden hacer referencia a cualidades físicas como dureza, elasticidad y conductividad o cualidades personales, que se consideran como características positivas de la forma de ser y actuar de una persona.

Cualidades de una persona
Existe multitud de cualidades que se pueden encontrar en una persona, algunas de ellas son complementarias entre sí. Normalmente en una persona se pueden distinguir diferentes cualidades en distintos ámbitos. Está relacionadas con la personalidad, el carácter y especialmente, con las capacidades.

Una cualidad depende de cómo sea percibida, dependiendo, por ejemplo, del entorno social. Por ejemplo, una determinada forma de ser, por ejemplo, 'saber escuchar' se puede considerar en determinado contexto como una cualidad positiva y en otra situación como un defecto.

Cualidades en una entrevista de trabajo
Es habitual en las entrevistas de trabajo preguntar o hacer referencia a qué tipo de cualidades tiene la persona entrevistada o qué cualidades debería tener un determinado profesional. Existen multitud de cualidades dentro de una persona, pero es conviene selección aquellas que estén relacionadas con el puesto de trabajo al que se candidata.

Por ejemplo, una persona puede tener, entre otras, las cualidades de trabajar en equipo, saber escuchar a las personas y ser puntual. Si esta persona se presenta a un puesto de trabajo de responsable del cobro en las autopistas de peaje, no es relevante en este caso que la persona sepa trabajar en equipo, puesto que va a desarrollar su función en un lugar básicamente aislado y es más importante en este caso la puntualidad.

Cualidades personales, virtudes, habilidades
Estos términos están interrelacionas entre sí y forman parte del ser humano. Los términos cualidades y virtudes se suelen utilizar indistintamente. Las habilidades hacen referencia a un nivel más procedimental, centrado en las capacidades de hacer algo.

Una cualidad se identifica con cada uno de los caracteres, que pueden ser naturales o adquiridos, que distinguen a las personas, se relaciona con la idea de 'manera de ser' desde un punto de vista positivo. 

De un modo más específico, se entiende que la virtud es la eficacia para mantener o restablecer un modo de actuar basado en una serie de principios y valores. Por último, la habilidad se considera como una destreza en el modo de proceder.


Emociones Y Temperamento


No existe una persona igual a otra sobre la tierra y la personalidad que tiene cada una de nosotras es un vivo ejemplo de esto. No obstante, nuestro carácter y nuestra personalidad la construimos sobre unas bases que se cree, vienen determinadas desde nuestro nacimiento; a estas bases las llamamos temperamento.

Desde hipócrates hasta el día de hoy, nos han agrupado según los temperamentos del ser humano, en un intento de resaltar esas características innatas de nuestra forma de ser que compartimos con otros. Te contamos todo sobre los 4 tipos de temperamento que existen.

¿Qué es el temperamento?
El temperamento es la estructura básica sobre la cual construimos nuestra personalidad y es aquella peculiaridad que predomina en la forma en la que está constituido nuestro humor y nuestra motivación.

Esta estructura viene dada desde nuestra configuración genética, que por lo tanto tiene un componente de nuestra personalidad que es heredado. Esto es importante de resaltar porque significa que nuestro tipo de temperamento no lo podemos cambiar, permanece casi que igual siempre, independiente de la situaciones a las que nos veamos expuestas en nuestras vidas, así como la manera en la que vivimos nuestras emociones.

De los 4 humores a los 4 temperamentos

Sabemos que desde el inicio de nuestras civilizaciones hemos estado interesados en estudiar y entender la personalidad humana. Pues bien, existen 4 tipos de temperamentos que podemos tener y los hemos podido determinar gracias a la teoría de los cuatro humores escrita por Hipócrates alrededor de los siglos V y IV a.c.


Hipócrates fue un médico de la antigua Grecia que, a partir de la creencia de la época de que tan solo unos pocos elementos combinados entre sí configuran todo lo que existe en el mundo, construyó la idea de que nuestro cuerpo está compuesto por 4 sustancias líquidas básicas a las que llamó humores.