La atribución puede entenderse como una interpretación o
explicación que cada individuo hace acerca de las causas, motivos y/o razones
de algún suceso, sentimiento, creencia o comportamiento.
Muchos autores han relacionado la atribución con las fuerzas
motivadoras que empujan a cada individuo y que pueden llegar a influir tanto en
el autoconcepto como en la autoestima propia.
La autopercepción que cada uno tenga sobre sí mismo o sus
actos, va a recaer en el valor propio, es decir, para que los resultados sean
reforzadores y motivadores, deben además de ser exitosos, ser consecuencia de
la valía personal.
Esto también se puede aplicar a los fracasos, en el sentido
opuesto; se tiende a pensar que estos son debidos a causas externas y no a los
de la propia valía.
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