jueves, 25 de octubre de 2018

Honestidad Y Sinceridad


Por un lado la  honestidad proviene del término latino honestĭtas. Que, básicamente, es la cualidad del honesto.

Por lo tanto, la palabra hace referencia a aquel que es decente, decoroso, recatado, pudoroso, razonable, justo, recto y/u honrado.

Mientras que por otro lado la sinceridad es el modo de expresarse sin mentiras, ni fingimientos. El término está asociado esencialmente a la verdad y la sencillez. En este sentido, la sinceridad supone la concordancia entre aquello que afirmamos o hacemos con lo que se sabe, se siente o se piensa.

Son términos diferentes, con conceptos distintos que por su estrecha relación tienden a confundirse entre sí.

Términos no equivalentes
Aunque muchas veces sean empleadas como sinónimos, esto no significa que ambas términos sean equivalentes.
Por el contrario, una es fruto de la otra, la honestidad engloba, por así decirlo, a la sinceridad.
Si hablamos de sinceridad no nos referimos exactamente a la honestidad. Por consiguiente son palabras que no deben usarse como sinónimos.

Hablar de sinceridad no significa hablar de honestidad
Es cierto que ser sincero es decir lo que se piensa y lo que se siente. No obstante no necesariamente una persona sincera es un ser honesto y viceversa.

A veces lo que decimos puede ser absolutamente cierto y completamente sincero. Sin embargo, si lo que se  dice es incorrecto o no tiene relación con el respeto, no es honestidad. Puesto que, a pesar de que  sea verdad eso no significa que tenga honor o sea correcto.


Se puede estar diciendo una verdad, es decir, no estar ocultando o alterando la información. No obstante para que sea honesto debe haber honor.

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