La palabra insensatez está integrada por el prefijo de
negación “in” más “sensato” vocablo que procede del latín “sensatus” que indica
que alguien tiene un razonamiento correcto y realista, a lo que se le añade el
sufijo “ez” de cualidad.
Por ello la insensatez es aquella particularidad que poseen
aquellos que realizan actos sin pensar, movidos tan solo por sus pasiones.
El insensato percibe, opina, juzga, actúa y decide
irracional e imprudentemente. La falta de juicio y la necedad son sus características. Si bien es común que los
niños y las personas privadas de razón o con razonamientos confusos en virtud
de alguna afección como la demencia,
puedan realizar actos o tener ideas o juicios insensatos; personas adultas y
que deberían tener buen juicio, en ocasiones proceden o se manifiestan con
insensatez, causando graves riesgos para sí mismos y para los demás
especialmente si ocupan funciones sociales o políticas
relevantes.
Ejemplos: “El presidente del
club actuó con insensatez al golpear violentamente a un afiliado por negarse a
pagar la cuota social”, “La insensatez de los gobernantes de ambos países
impidió llevar a buen término las negociaciones de paz, y estalló una guerra
sangrienta y sin sentido” o “La insensatez del padre puso en riesgo la vida del
niño al dejarlo solo en la playa con tan solo tres años de edad”.
El periodista y escritor Horacio Castellanos Moya nacido en
Tegucigalpa (Honduras) en 1957 y nacionalizado en El Salvador, donde vivió
desde los cuatro años y hasta 1979, publicó en el año 2009 una novela, que fue
traducida al idioma inglés, cuyo título es “Insensatez”. La obra de tinte
político, trata de un periodista extranjero a
quien la iglesia le encarga de estudiar el genocidio indígena,
revisando el
informe oficial, ocurrido durante la guerra civil de un país que se supone es
Guatemala que padeció esta grave violación de los derechos humanos entre
1960 y 1996.
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