Somos humanos y percibimos el mundo como humanos.
Nuestros sistemas sensoriales nos dan una visión única del mundo, que es muy
distinta a la que tienen otras especies de seres vivos. Aunque nunca podremos
estar seguros, ya que ésta es la única forma de percibir el mundo que tenemos.
Nuestro sentido de
la visión está bastante más desarrollado que en el resto de las especies
animales. A excepción de algunos animales, entre los que encontramos ciertas
aves como el cóndor, el águila y otras similares que pueden divisar un objeto
del tamaño de una pelota de golf a miles de metros de distancia. Somos una de
las pocas especies que tienen la capacidad de distinguir los colores, o al
menos los colores tal cual los conocemos nosotros.
En cuanto al olfato
y el oído estamos en un nivel muy inferior a la mayoría de las especies. Por
ejemplo; es bien sabido que en los perros, el olfato está muy desarrollado y
que pueden oler a sus amos a más de 100 metros. Además tu perro puede saber con
quién estuviste, qué hiciste y cómo te sientes gracias a su poderoso olfato,
que se puede comparar al de muchos otros animales. Lo mismo sucede con la
audición de sonidos.
Este es un terreno
completamente desconocido. La forma en que percibimos el mundo se relaciona con nuestras
necesidades y capacidades como especie. Pero lo mismo sucede con todas las
especies de seres vivos. Es imposible imaginarse cómo sería realmente tener
otros mecanismos sensoriales como por ejemplo el sistema de sonar que poseen
los cetáceos y que utilizan para elaborar un mapa mental que puede abarcar
cientos o miles de kilómetros cúbicos.
Los tiburones
también tienen un sistema sensorial único. Cuentan con unos sensores
electromagnéticos que les permiten percibir cualquier alteración eléctrica o
magnética a su alrededor.
¿Qué sienten o qué ven los tiburones cuando estos
sensores se ven estimulados? Esto es algo que seguramente nunca lo sabremos con
exactitud.
No hay comentarios:
Publicar un comentario