Los hechos demuestran que el ser humano no nace con un
carácter agresivo, sino con un sistema muy organizado de tendencias hacia el
crecimiento y el desarrollo en un ambiente de comprensión y cooperación. Hay
pruebas de que las tendencias humanas básicas están dirigidas hacia el
desarrollo a través de la capacidad para relacionarse con los demás de manera
cada vez más amplia y creativa, haciendo más fácil la supervivencia.
Cuando estas tendencias básicas de comportamiento se
frustran, los seres humanos tienden hacia el desorden y a convertirse en las
víctimas de los otros humanos igualmente afectados por estos desajustes.
La salud es la capacidad para amar, para trabajar, para
jugar y para usar la propia inteligencia como una herramienta de precisión. Los
humanos han nacido para vivir, como si vivir y amar fueran una misma cosa.
Para amar hay que aprender a amar y sólo se aprende a
hacerlo cuando se es amado.
El afecto es una necesidad fundamental. Es la necesidad que
nos hace humanos. De ahí que una persona que no haya sido así humanizada durante
los seis primeros años de su vida padezca un proceso de deshumanización que le
lleva a comportamientos destructivos, aprendidos en un intento desordenado y
equivocado de adaptarse a un mundo también desordenado y provocador de
tensiones.
De estos desórdenes surgen toda la agresividad y los enfrentamientos
violentos, tanto a escala individual como colectiva.
Muchos profetas apasionados han predicado largamente las
virtudes del amor, pero pocos han señalado por sí mismos el camino. El
significado de una palabra radica en los actos en que se manifiesta; al amor se
le ha atribuido una significación ritual, pero casi nunca ha expresado su
significado real como compromiso en el sentido de algo que se practica, de algo
que es parte de nuestro comportamiento diario.
Recordemos siempre que la humanidad no
es algo que se hereda, sino que nuestra verdadera herencia reside en nuestra
capacidad para hacernos y rehacernos a nosotros mismos.
Que no somos criaturas, sino creadores de nuestro destino.
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