113 millones de niños no tienen formación escolar, según la
UNESCO. La organización calcula que en el mundo hay 877 millones de adultos que
no saben leer ni escribir. También muchos alemanes enfrentan este problema.
En Alemania 7,7 millones personas mayores de 15 años apenas
pueden leer. Casi 4 millones de alemanes son analfabetos funcionales, es decir,
tienen grandes dificultades con la lengua escrita. Para ellos la vida diaria
está llena de obstáculos. No saben manejarse bien en el tránsito, porque no
pueden leer los letreros. Si van al restaurante no saben qué plato elegir. Si
tienen que pagar sus cuentas en el banco no saben qué hacer. Inventan trucos y
mecanismos para su lucha diaria contra el alfabeto y sus oportunidades son
escasas en el mercado laboral.
Dificultades cotidianas
Esta variante del analfabetismo tiene diversas causas.
Numerosos analfabetos vienen de familias que no muestran interés en la
formación escolar de sus hijos. En muchos casos, los padres y los profesores de
escuela no ponen atención a los problemas de los jóvenes.
Así le ocurrió a Fred Mai quien, a la edad de 52 años,
asiste a un curso de alfabetización de la asociación "Leer y
escribir", en el barrio de Neukölln, en Berlín. Durante su vida trabajó en
varias fábricas y, cuando tuvo que vérselas con formularios y papeles, se
defendió copiando minuciosamente las letras.
Falta de ayuda
En la escuela no se dieron cuenta de sus dificultades para
leer y escribir, de modo que a los 12 años decidió no preocuparse más de las
clases. Tampoco sus padres le prestaron ayuda. Pero justamente esta falta de
apoyo de parte de la familia y la escuela es decisiva para el futuro de los
analfabetos funcionales. Así opina Marie-Luise Oswald, la presidenta de la
asociación "Leer y escribir".
Iniciativas privadas
Durante sus estudios, en los años 70, conoció casualmente a
una mujer que no sabía escribir. Junto con otros estudiantes organizó entonces
un curso para analfabetos. De esta pequeña iniciativa surgió en 1983 la
asociación "Leer y escribir", en Neukölln. Sin embargo, en Alemania
hay muy pocos cursos de alfabetización.
"Todos los cursos se basan en iniciativas privadas.
También la Asociación Federal de Alfabetización es una iniciativa privada, que
no recibe dinero de una entidad pública. Es un trabajo honorario" dice
Marie-Luise Oswald. En Alemania falta, sobre todo, una profesionalización de
esta labor. Esa es al menos la conclusión de esta pedagoga comprometida con la
alfabetización.
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