viernes, 12 de octubre de 2018

Paciencia


No tengo paciencia.  La fui aprendiendo a los cachetazos y me falta bastante.  En parte, tiene que ver con mi propia estructura; en parte, me he contagiado de los demás y de esta cultura que privilegia lo veloz, lo instantáneo, lo procesado y predigerido, lo superficial.  ¡Lo queremos todo y ya!

 En realidad, estamos más acelerados en muchos aspectos.  El tiempo que antes tomábamos para comprender algo, para concretarlo, para darnos cuenta de los aprendizajes, para liberar o sanar, para el retorno del karma, para transitar duros momentos, se ha hecho más corto y más rápido.  Ya no necesitamos de elaborados rituales ni largas terapias ni sanaciones porque la Nueva Energía es potente y simple.

 El otro aspecto por el que no valoramos la paciencia es porque es una cualidad femenina dada por irrelevante por el patriarcado, al igual que otras como la entrega, la confianza, la presencia, la receptividad, la perseverancia, la sensibilidad, etc.  ¿Para qué tener paciencia si puedo tenerlo, forzarlo, conquistarlo ahora?

Según Diseño Humano, hay cuatro Tipos de personas: Manifestadores, Generadores, Proyectores y Reflectores.  Solo los primeros pueden expresar y manifestar (iniciar algo), sin necesidad de esperar ni de necesitar a otros;  constituyen un 9% de la población.  La mayoría de los cursos y programas de desarrollo personal están dirigidos a ellos (que no los necesitan), ya que el resto de los Tipos tiene como estrategia ESPERAR.


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