viernes, 12 de octubre de 2018

Cultivar La Esperanza



La esperanza es un estado de ánimo que nos motiva, nos calma y nos enseña, tanto a saber esperar, como recibir los anhelos que nacen de nuestro corazón. Sin importar la circunstancia, ésta -también- virtud nos permite insistir, persistir y resistir hasta lograr nuestro objetivo.

Existen diferentes escenarios y razones por las que una persona pierde la esperanza. Sin embargo, es posible recuperarla.

Imagina por un momento que tienes una semilla de un árbol de manzanas en tu mano, ¿qué te hace pensar que esa semilla se convertirá luego en un árbol? ¡La esperanza! Ahora, ¿qué te asegura que eso pueda ocurrir? Tú esfuerzo y dedicación.

En la vida nos encontramos muchas veces con situaciones en donde tenemos un anhelo que se convierte en esa “semilla” en nuestras manos. Así que debemos no solo tener el deseo de que ese sueño se haga realidad sino ir más allá y adquirir el fruto de eso. No conformarte con que ese árbol de manzanas crezca, sino que lógicamente obtenga manzanas. Allí es donde está la diferencia. Lo que hace que ese no sea un simple árbol.

Algunas acciones nos permiten cultivar la esperanza de manera correcta:

Tener confianza: Para lograrla necesitamos conocernos. Saber de qué somos capaces y con qué tipo de herramientas contamos. Esto requiere de tiempo y paciencia, no solo para tener autoconfianza, también para ganar y obtener la confianza de los demás. La sinceridad nos ayuda a enriquecer ese vínculo con las personas y fortalece nuestra esperanza.

Abrazar un deseo: Nos disponemos a luchar por ese sueño tomando en cuenta que, aún cuando no salga todo como lo esperábamos, debemos mantener la convicción de que el fruto de nuestra lucha será lo mejor que podemos obtener. Además, recuerda que si te mantienes firme en tus convicciones, los demás también creerán en ti.

Saber observar y escuchar: Está comprobado que cuando observamos y escuchamos testimonios de personas exitosas, nuestra motivación se incrementa y por ende, nuestra esperanza se aviva aún más.  

Ofrecer ayuda: El altruismo o cualquier obra que implique misericordia y bondad nos inspira. Así como entender que también somos instrumentos para encender la luz de esperanza de las demás personas.


Compartir con amigos y familiares: Cada momento que pasemos de nuestra vida junto a las personas que amamos, no solo nos hará ser más felices sino también a enriquecernos como personas. Es incluso una oportunidad que combina: altruismo, esperanza y felicidad.

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