Aprender a gestionar la propia energía frente a unas
demandas siempre crecientes, ahora más que nunca, se ha convertido en una
necesidad.
De hecho atravesamos lo que podemos considerar una crisis:
se nos exige producir 24 horas al día y no tenemos herramientas para responder
al nivel de demanda que requiere lo mejor de nosotros en cada campo.
La única solución viable es el aprendizaje que nos ayude a
una adaptación más eficaz a las condiciones del entorno y que nos permita
obtener el máximo rendimiento del principal instrumento de trabajo que tenemos:
Nosotros Mismos.
Es la energía de nuestro cuerpo, nuestras emociones, nuestra mente
y nuestro espíritu la que dirige, vende, produce y crea valor y por lo tanto su
gestión adecuada es la clave del rendimiento.
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