En la década de 1960, en Francia, se acuñó el término
marginalización o marginalidad para referirse a los individuos que no están
integrados en las redes productoras de riqueza y de reconocimiento social
(Massé, 1965; Lenoir, 1974). La extensión de este concepto aplica a la
"corte de los milagros", es decir, al conjunto de personas formado
por mendigos, vagabundos, prostitutas, criminales, truhanes, pillos,
malabaristas, comediantes, etc. (Geremek, 1991). Pero la marginalización no es
la exclusión, al decir de Robert Castel:
Para dar un mínimo de rigor a este término hay que tener en
cuenta los procedimientos ritualizados que marcan la exclusión. Éstos son muy
diversos, pero
remiten a un juicio pronunciado por una instancia oficial, apoyándose en
reglamentos y movilizando cuerpos constituidos (Castel, 1998: 127).
El concepto reaparece en la década de 1990, cuando Europa en
general y Francia en particular transitan hacia un nuevo modelo económico,
adoptando medidas de cambio estructural. De hecho, la hipótesis propuesta por
Castel es que el cambio se expresó en una modificación fundamental en el
proceso de promoción —inclusión— de los asalariados que se había dado entre la
Segunda Guerra Mundial y la década de 1980: a) precarización e
individualización del proceso de trabajo; b) desigualdades frente a la
transformación de las relaciones de trabajo —desigualdad frente al riesgo del
desempleo y degradación de las condiciones de trabajo; predominio de la
incertidumbre del trabajo sobre la reducción de las desigualdades, se deja de
hablar de la desigualdad, aunque ésta se acentúe (Castel, 1998: 149-55).
Sobre la base de estas tres tendencias que tienden a
polarizar a la sociedad describe Castel el proceso de desestabilización de los
empleos estables, especialmente una parte de la vieja clase obrera clásica, una
instalación en la precariedad en pequeños trabajos con periodos de desempleo, y
asistencia social que afecta especialmente a los jóvenes, así como la
reaparición de un sector de población que se podría calificar de
supernumerarios (Castel, 1998: 157).
En los hechos, el concepto exclusión intenta describir el
proceso a través del cual una serie de actores sociales que habían sido
incluidos en los frutos del desarrollo y del bienestar en los
años de bonanza económica, emergencia y consolidación del Estado benefactor son
excluidos —especialmente del mercado laboral—, debido a los cambios inducidos
directa o indirectamente por la globalización.
Con el propósito de pensar la situación de los países de
América Latina desde el punto de vista de la exclusión social, se le enriquece
agregándole el ingrediente de los derechos sociales. Minujin sostiene que
"la inclusión social está referida explícitamente a tener la posibilidad
real de acceder a los derechos sociales" (Minujin, 1998: 171). Después de
reconocer que la vaguedad del concepto exclusión ha llevado a aplicarlo a
situaciones diversas haciéndole perder su especificidad (Minujin, 1998: 173),
propone priorizar tres de las facetas del concepto inclusión/exclusión social,
que se relacionan directamente con los derechos sociales: a) la política, que
está relacionada con la ciudadanía formal y con la participación ciudadana, b)
la económica, que se refiere al empleo y la protección social y c) la social,
que se puede sintetizar en el acceso al capital social (Minujin, 1998:
176-187).
La categoría exclusión social no parece tener una clase de
referencia claramente establecida, en efecto, en ocasiones se refiere a
individuos; en otras, a procesos de trabajo, y a veces, a relaciones de
trabajo. En consecuencia, no es posible definir inequívocamente su extensión.
Por otra parte, tampoco está claro su sentido, pues en la medida que se trata
de una categoría descriptiva, que no está inserta en
una teoría, no es posible identificar los enunciados que le preceden, aun
cuando es posible derivar a partir de ella una serie de proposiciones
consecuentes.
No es de extrañar, entonces, que se reconozca la vaguedad del
concepto, debido a que su significado, como sabemos, derivaría de su referencia
o denotación junto con su sentido o connotación.
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