domingo, 12 de enero de 2020

El Placer De Aprender

Pero Qué Es Aprender?

Podríamos decir que aprender es el proceso por el que una persona o un grupo social adquieren conocimientos, capacidades, habilidades, bagaje cultural, lenguajes, normas, creencias, reglas de conducta, inteligencias, ….

Aprender significa «adquirir el conocimiento de algo por medio del estudio o de la experiencia o la vivencia. Si nos fijamos en la etimología apprehendere significaba «coger», «tomar». Este concepto de tomar nos lleva a una primera reflexión: Aprender es una acto de voluntad. Cuando tomamos algo: tomar decisiones, tomar compromisos, incluso tomar una bebida, …) hacemos un ejercicio de tomar partido, de haber elegido algo. Por lo tanto el aprendizaje cotidiano depende de la actitud que tenemos ante la posibilidad de adquirir nuevos conocimientos. El motor es el hecho de optar, de tener conciencia, desde la curiosidad.

Sólo aprendemos lo que queremos aprender, lo que no fijamos desde el aprendizaje es fugaz y no lo incorporamos en nuestros comportamientos ni acciones. Querer aprender es un hecho indispensable en la construcción del conocimiento propio que vivimos cada día. Para optar, para tomar una decisión necesitamos saber y tener conciencia, por tanto aprender es una forma de hacer consciente la vivencia, la experiencia, desde la voluntad desde la comprensión «comprender»

Sólo aprende quien quiere aprender, aprender nos pide unos comportamientos específicos que nos han de encaminar el aprendizaje significativo en el que los contenidos nuevos se relacionan con conocimientos previamente adquiridos por la persona y que por lo tanto son la base nuevos aprendizajes significativos, por lo que quedan asimilados a la estructura cognitiva personal. Es un cambio metodológico que implica que la capacidad de aprender es el eje vertebrador del progreso personal Somos protagonistas de nuestro proceso de aprendizaje.

Aprender nos pide no tener un rol pasivo, nos mueve a tener flexibilidad y mente abierta para vivir la experiencia. Este hecho que nos permite profundizar en lo que conocemos. Aprender requiere un compromiso claro y exigente que facilita que podamos alcanzar aprendizajes potentes y perdurables que no nos permiten volver atrás.

Para aprender debemos ser como una esponja. Debemos observar y absorber y exprimir los conocimientos adquiridos. La capacidad de aprender nos pide que seamos capaces de observar, en el sentido de prestar atención. Podríamos definir la observación como la mirada atenta y continuada que nos permite descubrir, la realidad del entorno que nos rodea. Esta mirada nos ayuda ampliar la visión y por tanto a conocer, vivir y reconocer nuevas posibilidades que se traducen en aprendizajes que podemos aplicar en nuestra vida cotidiana.

También debemos ser capaces de absorber. Absorber información nueva constantemente nos ayuda a descubrir un abanico de posibilidades. La capacidad de absorber se fundamenta en la curiosidad, querer conocer, querer saber. Cuanto más sabemos, más queremos saber. La curiosidad nos activa la capacidad de escucha, ya que es escuchando cómo podemos saber más.

Pero el aprendizaje no tiene sentido sino se traduce en acciones de utilidad, en acciones de valor hacia el entorno social o personal. No debemos hacer un uso egoísta de los aprendizajes que logramos, es necesario que desde la generosidad, entendida como capacidad de generar oportunidades en los otros, seamos capaces de exprimir el conocimiento para hacer que éste se traduzca en mejoras tanto a nivel personal como en la relación con los demás. El aprendizaje aplicado al mundo laborar nos permite ser creativos pero nos pide el compromiso, la exigencia de compartir lo que sabemos para construir una sociedad más justa.

Seamos esponjas !!!!

La Disposición De Servir


Si tienes vocación de servicio, tienes que saber que este aparte de ser un valor, en sí, es todo un arte. Es la cualidad sincera que puede nacer de ti para servir. Es cuando tienes empatía con el resto. Es cuando tienes ese compromiso real de ayudar desinteresadamente a los demás. También, significa que eres proactivo, es decir, que no esperas a recibir indicaciones para realizar alguna acción que cumpla las expectativas del otro. Por lo contrario, te adelantas a los hechos.

Si generas empatía, ya sea con un conocido, amigo, pariente, compañero de trabajo, clientes entre otros, tienes la mitad del camino ganado. Pero, ¿qué es tener empatía? Es cuando te pones en el lugar del otro. También, es cuando tratas a los demás como te gustaría que te traten, entre otros puntos.

Tener vocación de servicio significa cuando tienes siempre el compromiso necesario, esa disposición para servir al otro, en cualquier contexto y sin hacer ningún tipo de diferencias, superando cualquier tipo de “barrera” ya sea personal o social. Es cuando eres servicial aquí y allá, es decir en todos lados.
Vocación de servicio es cuando consideras al otro sin esperar nada a cambio. Es una cualidad que logra identificarte como ser humano por lo cual eres bien considerado tanto por los demás como por ti mismo. En conclusión, tener vocación de servicio es cuando tienes una actitud de vida y de colaboración para con los demás.

Servir implica ayudar a alguien de una forma espontánea, es decir adoptar una actitud permanente de colaboración hacia los demás. Una persona servicial supone que traslada esta actitud a todos los ámbitos de su vida: en su trabajo, con su familia, ayudando a otras personas en la calle, cosas que aparecen como insignificantes, pero que van haciendo la vida más ligera y reconfortante. Es posible que recordemos la experiencia de algún desconocido que apareció justo cuando necesitábamos ayuda, que luego después de ayudarnos, se perdió y no supimos nada más.

Las personas que son serviciales están continuamente atentas, observando y buscando la oportunidad para ayudar a alguien. Siempre aparecen de repente con una sonrisa y las manos por delante dispuestos a ayudar, en todo caso, recibir un favor hace nacer en nuestro interior un profundo agradecimiento.

La persona servicial, ha superado barreras que parecen infranqueables para las otras personas:

– El miedo a convertirse en el que “siempre hace todo”, en el cual, las otras personas, descargarán parte de sus obligaciones, aprovechándose de su buena predisposición. Ser servicial no es ser débil, incapaz de levantar la voz para negarse, al contrario, por la rectitud de sus intenciones sabe distinguir entre la necesidad real y el capricho.

– Muchas veces nos molestamos porque nos solicitan cuando estamos haciendo nuestro trabajo, o relajados en nuestra casa (descansando, leyendo, jugando, etc).

En estos momentos pensamos ¡Qué molesto es levantarse a contestar el teléfono, atender a quien llama la puerta, ir a la otra oficina a recoger unos documentos… ¿Por qué “yo” si hay otros que también pueden hacerlo?

Cada vez que ayudamos a alguien, por pequeño que sea, nos proporciona esa fuerza para vencer la pereza, dando a quienes nos rodean, un tiempo para atender otros asuntos o simplemente, descansar de sus labores cotidianas.

Esperar a recibir atenciones tiene poco mérito y cualquiera lo hace, para ser servicial hace falta iniciativa, capacidad de observación, generosidad y vivir la solidaridad con los demás, haciendo todo aquello que deseamos que hagan por nosotros, viendo en los demás a su otro yo.




Tropezar Nos Enseña

Con el tiempo te das cuenta de que en realidad lo mejor no era el futuro, sino el momento que estabas viviendo justo en ese instante.

Con el tiempo verás que aunque seas feliz con los que están a tu lado, añoraras terriblemente a los que ayer estaban contigo y ahora se han marchado.

Con el tiempo aprendí que intentar perdonar o pedir perdón, decir que amas, decir que extrañas, decir que necesitas, decir que quieres ser amigo…. ante una tumba…, ya no tiene ningún sentido…

Pero desafortunadamente…esto solo lo entendemos con el tiempo.
Maduramos más con los daños que con los años

No es el tiempo el que nos hace entender que las derrotas merecen que miremos de frente y nos sintamos orgullosos de nosotros mismos. Son los daños y las punzadas en el estómago los que le dan la vuelta a nuestro mundo y desmantelan nuestra vida.

Con los daños aprendemos a resistir a lo que nos aprisiona, a pelear contra la fuerza de nuestros prejuicios, a dejar de lado nuestras ganas de rendirnos, a abandonar la queja, a hablar con nosotros mismos, a comprender la envidia, a deshacernos de modas y a descansar.

Cuando tropiezas y cuando sufres te das cuenta de que todo llega, todo pasa y todo se transforma. Y es que, por paradójico que resulte, el momento en el que empezamos a cambiar coincide con aquel en el que empezamos a aceptarnos tal y como somos.

Confianza Psíquica


“Aprender a usar la energía psíquica de manera sabia permite darle un mejor manejo a las adversidades que día a día enfrentan los humanos”

El cerebro es una estructura disipativa especialmente potente. Opera con la energía difusa de los entornos en los que se encuentra; una energía que parte del Sol, después pasa a los alimentos y, por último, llega al sistema digestivo. El cerebro convierte esa energía en energía psíquica (influjos nerviosos en el cerebro) para sentir, pensar, solicitar acciones al cuerpo y estructurar el entorno.

El cerebro es capaz de crear el orden y, potencialmente, joyas tecnológicas u obras de arte de una complejidad fuera de lo común.

Pero por supuesto, como todo sistema complejo, el cerebro humano puede permanecer también en un estadio yermo, estéril y desorganizado, incluso perjudicial.

Puede ser como un poderoso río que irriga las tierras fértiles y hace brotar culturas, jardines, ciudades y monumentos. Pero también puede ser como un impetuoso e incontrolado torrente montañoso que destruye todo a su paso.

En el primer caso, usted es el dueño de sus pensamientos y emociones:

Usted es capaz de movilizar su energía psíquica para tareas útiles que le aporten felicidad, serenidad y satisfacción. Va cada vez más lejos en el desarrollo de sus capacidades creativas y contribuye a mejorar el mundo a su alrededor.
Es apreciado en su entorno y los demás le tienen presente. Mantiene relaciones armoniosas con sus allegados y evita las situaciones complicadas y conflictivas.
En caso de decepción, problema o inconveniente, usted es capaz de reponerse y adoptar una estrategia transformadora.
La expresión “estrategia transformadora” fue creada por el psiquiatra George Vaillant en oposición a la idea de “estrategia regresiva”.
Adoptar una estrategia transformadora consiste, en caso de problema o accidente, en ajustar los objetivos a las nuevas restricciones y fijarse un nuevo fin realista, así como retomar tan pronto como sea posible la construcción, el avance y el progreso.
Esta capacidad de resiliencia, de acuerdo con la expresión consagrada por Boris Cyrulnik, le ofrecerá una felicidad auténtica y duradera, tanto ante los éxitos como en las adversidades.

En el segundo caso, en el que sus pensamientos son como torrentes salvajes que destruyen todo a su paso, usted se convierte en una víctima de sus emociones:
Pasa de una idea a la otra y de una exaltación excesiva al abatimiento más profundo con facilidad. Patalea sin aprender nada nuevo y perdiendo el tiempo, y haciéndoles perder también el suyo a los demás.
Cultiva pensamientos sombríos, pesimistas y que generan ansiedad. Deprime a los que le rodean, que tratan de evitarlo. No obstante, la primera víctima es usted mismo, ya que se impone un mundo interior que supone una prisión oscura y llena de criaturas hostiles e inquietantes.
Invierte demasiado tiempo en actividades que no le llevarán ni a ser más grande ni a progresar, como por ejemplo ver pasivamente la televisión, hojear las revistas sin interés, navegar por la red en busca de divertimento, vagar por las calles o los centros comerciales, pasar el rato en los bares o simplemente sentarse y no hacer nada.
A la mínima contrariedad usted explota o se hunde en una resignación enfermiza. Los desafíos le perturban e inquietan y prefiere huir de la realidad, por ejemplo, “ahogando” sus penas en alcohol u otros medios destructores. 

Vive en un estado de miedo, yendo desde la tristeza a la desesperación. Lo que usted sigue es una estrategia de regresión, y su vida parece dominada por el absurdo y el caos.

Si usted ha vivido episodios similares o se siente más identificado con el segundo caso, le invito a que siga leyendo. Está a punto de descubrir la fuerza de las estructuras disipativas en su cerebro para instalar en su mente el orden en lugar del caos.

Podrá convertir el torrente salvaje de su energía psíquica incontrolada en un tranquilo y poderoso río que le devuelva al camino del progreso y la felicidad.

Avanzar Paso A Paso


Seguro que a ti no te ha pasado pero, a que conoces a alguien que habiendo intentado algo una, dos o quizás tres veces, ha dicho algo parecido a: esto no me sale….yo no valgo para esto….. Esto no es para mí…… esto es imposible….. Estoy harto/a de fracasar….. Podría seguir pero creo que ya es suficiente y nos hacemos una idea.

Pues bien, esto que le pasa a gente a la que conocemos, es bastante común y me atrevo a decir que peligroso para cualquier tipo de avance o transformación personal.  En la vida real, las cosas no suceden al toque de una varita mágica, más bien requieren planificación, adquisición de herramientas y conocimientos, entrenamiento y perseverancia.

En los procesos de coaching hacemos mucho hincapié en la importancia de avanzar paso a paso. De hecho la mayoría de las veces lo más importante es dar el primer paso. Para dar ese primer paso en busca de un sueño o de una vida más plena y consciente, tenemos que traspasar un umbral.  Tenemos que cruzar esa línea imaginaria que nos enfrenta a nuestros miedos, que nos hace tomar conciencia de los obstáculos que vamos a encontrar.

Uno de esos obstáculos es el miedo a que como alguna vez lo intenté y no salió, ya nunca voy a poder hacerlo. Y yo me pregunto: ¿acaso tenemos una bola de cristal que nos indica el futuro? ¿quién te ha dicho que porque una vez o dos no salió es que nunca saldrá?

Tirar la toalla, y fingir que ya no nos interesa algo, puede salvarnos la cara delante de los demás, pero te aseguro que el daño interno es mucho más profundo.

Otro obstáculo muy común es proyectarnos a un futuro en el que todo ya está conseguido y olvidarnos de que para llegar allí, tenemos que avanzar paso a paso. Lo contrario será vivir de espejismos.

 ¿Podrías decirme cómo caminas? ¿Qué es lo que haces exactamente para caminar?

Ah!, pues va a ser lo mismo que yo, avanzar paso a paso, primero un pie y luego el otro y si te fijas y lo haces despacio, te darás cuenta de que pierdes un poco el equilibrio y parece que te vas a caer, pero no… sigues y das otro paso.

Pues esto mismo ocurre con todo en la vida real, esa que experimentamos instante tras instante.

En esta vida avanzamos paso a paso, nos caemos y nos volvemos a levantar, que nos miran y nos ven caer, pues genial, pero que nos vean también levantarnos, re-inventarnos, y darnos todas las oportunidades que necesitemos. 

Y si las cosas no salen a la primera recuerda que lo importante siempre es dar el siguiente paso.


Destraba Lenguas



 Los destrabalenguas se han hecho para destrabar la lengua. 

Para jugar a los trabalenguas con los niños se comienza diciendo lentamente cada frase y luego se continúa repitiéndolas cada vez más rápido.

Los trabalenguas son un juego de palabras con sonidos y presentan dificultad de pronunciación.

Puede ser muy divertido introducir los destrabalenguas en las actividades que tienen el propósito de enriquecer el lenguaje y favorecer la expresión oral de los niños. Permiten adquirir rapidez del habla, con precisión y sin equivocarse.

Los destrabalenguas permiten ejercitar y mejorar el lenguaje y la forma de hablar de los niños

1) Pablito clavó un clavito. ¿Qué clavito clavó Pablito?

2) Como poco coco como, poco coco compro

3) Tres grandes tigres tragones tragan trigo y se atragantan.

4) Me trajo Tajo tres trajes, tres trajes me trajo Tajo.

5) El hipopótamo Hipo está con hipo.
¿Quién le quita el hipo al hipopótamo Hipo?

6) Pepe Pecas pica papas con un pico.
Con un pico pica papas Pepe Pecas

7) Teresa trajo tizas hechas trizas

8) R con r cigarro, r con r barril,
rápido ruedan los carros,
cargados de azúcar del ferrocarril

9) Poquito a poco Paquito empaca poquitas copas en pocos paquetes.

10) ¿Usted no nada nada? No, no traje traje.

11) Juan junta juncos junto a la zanja.

12) ¡Qué ingenuo es Eugenio!
¡Y qué genio tiene el ingenuo Eugenio!

13) Cuca cose en casa de Coco Suca

14) Había un perro debajo de un carro,
vino otro perro y le mordió el rabo.

15) Las ruedas son redondas de aquel ferrocarril,
las ruedas son redondas para rodar sin fin.

16) Yo compré pocas copas, pocas copas yo compré,
como yo compré pocas copas, pocas copas yo pagué.

17) Cuando cuentes cuentos, cuenta cuantos cuentos cuentas,
porque si no cuentas cuantos cuentos cuentas, nunca sabrás cuantos
cuentos cuentas tú.


18) En el juncal de Junqueira juntaba juncos Julián.
Juntóse Juan a juntarlos y juntos juntaron más.


19) Si tu gusto gustara del gusto que gusta mi gusto,
gustaríamos los dos del mismo gusto.
Pero como tu gusto no gusta del gusto que gusta mi gusto,
disgusto se lleva mi gusto al saber que tu gusto no gusta del
gusto que gusta mi gusto.

20) María Chuchena su techo techaba, y un techador le pregunta:
“¿Que techas Maria Chuchena? O techas tu choza o techas la ajena?”
“No techo mi choza ni techo la ajena. Yo techo el techo de María
Chuchena.”

21)Erre con erre, guitarra; erre con erre, carril:
rápido ruedan los carros, rápido el ferrocarril.

22) Un podador podaba la parra y otro podador que por allí pasaba le
preguntó: Podador que podas la parra. ¿Qué parra podas?
¿Podas mi parra o tu parra podas?
Ni podo tu parra, ni mi parra podo, que podo la parra de mi tío Bartolo.

23) Mariana Magaña desenmarañará mañana
la maraña que enmarañara Mariana Magaña

Cualidad De Persona


Persona, en nuestra cultura, se opone a cosa y a animal, aunque de distinto modo. En cuanto opuesto a cosas y a animales el término persona se aproxima al término hombre. Sin embargo no se superpone con él:

(1º) Porque existen, entre las creencias de nuestra cultura, y sobre todo en el lenguaje, personas no humanas (personas divinas: Padre, Hijo y Espíritu Santo; personas angélicas o diabólicas; o incluso las extraterrestres).

(2º) Porque hay seres o cosas que son humanos, pero no son personales (por ejemplo el «hombre de Neanderthal» –nadie dice: «la persona de Neanderthal»– o bien una máquina, un mueble, y en general, la «cultura extrasomática», que es humana, «cultura humana», y no es personal).

Persona humana añade algo no sólo a «persona» sino también a «humano». El hombre recibe una determinación importante cuando se le considera como persona así como la persona recibe una determinación no menos importante cuando se la considera como humana. Por tanto, no es lo mismo hombre que persona, como tampoco es lo mismo hombre que ciudadano. «Hombre» es un término más genérico o indeterminado, que linda con el «mundo zoológico» (decimos hombre de las cavernas pero sería ridículo decir persona de las cavernas); «persona» es un término más específico que tiene que ver con el «mundo civilizado» o, si se prefiere, con la constelación de los valores morales, éticos o jurídicos propios de este mundo.

La misma etimología de la palabra persona demuestra que es un concepto sobreañadido al concepto de hombre. Un refrán de origen jurídico, también lo recuerda: homo plures personas sustinet, es decir, el hombre sostiene o desempeña muchas máscaras o papeles (un mismo hombre es empresario y delincuente, es padre y metalúrgico, &c.). «Persona» era, en efecto, la máscara o careta que usaban los actores de la tragedia para hablar –per sonare–. No decimos que los hombres actuales puedan no ser personas; decimos que cabe un concepto de hombre al margen del concepto de persona.

En el derecho romano los esclavos eran hombres pero no eran personas. Lo que queremos subrayar es que aquellos juristas romanos que usaban el concepto de hombre lo disociaban del concepto de persona; de suerte que, históricamente, ocurre como si nuestro concepto actual de persona, como equivalente a hombre, fuese el resultado de una ampliación del concepto de persona a los esclavos. 

Según esto cabría decir que el concepto de persona apareció como resultado de un proceso vinculado a la liberación, al menos teórica, de los esclavos (o de los bárbaros) y no como un mero concepto abstracto, mental, intemporal. {SV 115-119}


El Lenguaje


¿Formamos parte los seres vivos de la Tierra de un macroorganismo que se encuentra en la actualidad en fase reproductiva? ¿Cómo podemos estar seguros de ello y hasta qué punto? La posibilidad de dar respuesta a estas dos cuestiones se encuentra en el lenguaje y desde una perspectiva racional nunca llegaremos más lejos de lo que alcance el tipo de código lingüístico que utilicemos.

El lenguaje es un instrumento básico para los humanos. Del mismo modo que observando una herramienta nos hacemos una idea de sus posibilidades funcionales, igualmente analizando el lenguaje, es posible caer en la cuenta de lo que podemos realizar mediante su empleo e incluso establecer sus límites de eficacia. El lenguaje es sin duda un instrumento fabuloso, nos permite utilizar la razón, una capacidad característica nuestra por la que nos calificamos de racionales, sin embargo la irracionalidad también se muestra en el lenguaje humano, más de lo que pudiéramos pensar a priori.

El lenguaje como todo instrumento arrastra un error en su uso, es más, al ser una herramienta dotada de una notable imprecisión y ambigüedad, no es nada desdeñable el factor de distorsión que introduce sobre la realidad que creemos percibir.

Nos tenemos que enfrentar a la vida, y por tanto al conocimiento, con un instrumento limitado en el que la racionalidad se manifiesta, pero también la irracionalidad, en el que la ambigüedad es una propiedad básica del instrumento, y en el que hemos podido comprobar la existencia de unos límites que probablemente nunca podremos atravesar.


Este instrumento nos transmite visiones borrosas de la realidad. Es importante considerar que tener una seguridad total en este tipo de imágenes es un error, por tanto debemos guardar una cierta duda y procurar incrementar nuestro grado de información a partir de otras perspectivas. Así hacemos en el acto de mirar un cuadro, donde la proximidad nos puede dar una visión más cercana de las partes, pero la lejanía nos ofrece otra clave en la que veamos una imagen global y más completa, otra dimensión de la información a nuestra disposición.

¿Formamos parte los seres vivos de la Tierra de un macroorganismo que se encuentra en la actualidad en fase reproductiva? ¿Cómo podemos estar seguros de ello y hasta qué punto? La posibilidad de dar respuesta a estas dos cuestiones se encuentra en el lenguaje y desde una perspectiva racional nunca llegaremos más lejos de lo que alcance el tipo de código lingüístico que utilicemos.

El lenguaje es un instrumento básico para los humanos. Del mismo modo que observando una herramienta nos hacemos una idea de sus posibilidades funcionales, igualmente analizando el lenguaje, es posible caer en la cuenta de lo que podemos realizar mediante su empleo e incluso establecer sus límites de eficacia. El lenguaje es sin duda un instrumento fabuloso, nos permite utilizar la razón, una capacidad característica nuestra por la que nos calificamos de racionales, sin embargo la irracionalidad también se muestra en el lenguaje humano, más de lo que pudiéramos pensar a priori.

El lenguaje como todo instrumento arrastra un error en su uso, es más, al ser una herramienta dotada de una notable imprecisión y ambigüedad, no es nada desdeñable el factor de distorsión que introduce sobre la realidad que creemos percibir.

Nos tenemos que enfrentar a la vida, y por tanto al conocimiento, con un instrumento limitado en el que la racionalidad se manifiesta, pero también la irracionalidad, en el que la ambigüedad es una propiedad básica del instrumento, y en el que hemos podido comprobar la existencia de unos límites que probablemente nunca podremos atravesar.


Este instrumento nos transmite visiones borrosas de la realidad. Es importante considerar que tener una seguridad total en este tipo de imágenes es un error, por tanto debemos guardar una cierta duda y procurar incrementar nuestro grado de información a partir de otras perspectivas. Así hacemos en el acto de mirar un cuadro, donde la proximidad nos puede dar una visión más cercana de las partes, pero la lejanía nos ofrece otra clave en la que veamos una imagen global y más completa, otra dimensión de la información a nuestra disposición.



sábado, 11 de enero de 2020

Dualismo Ético


Aunque “fuerza de voluntad” es una expresión que todos usamos sin reparar en ello, la verdad es que se trata de un concepto frente al cual hay grandes controversias.

Desde el punto de vista filosófico, tiene su origen en la metafísica, particularmente en Aristóteles. Desde allí se introdujo en las diversas religiones occidentales, convirtiéndose en una virtud de primer orden.

La fuerza de voluntad se define como la capacidad para dirigir y controlar las acciones propias.
Los metafísicos y las religiones señalan que esa fuerza nace exclusivamente de la libre determinación de cada persona.

Sin embargo, el psicoanálisis planteó serios reparos tanto al concepto de “voluntad”, como al de “fuerza de voluntad”, debido al descubrimiento del inconsciente.

Lo que se sale de control
Para el psicoanálisis, los procesos conscientes son solo “la punta del iceberg” en la actividad mental. En realidad, los pensamientos y los actos están determinados por una fuerza que no es la de la voluntad, sino la del inconsciente.

Ese descubrimiento permitió explicar muchos hechos. Por ejemplo los “lapsus linguae”, o episodios en los que una persona quiere decir algo, pero, “sin quererlo”, termina diciendo otra cosa.

También el inconsciente es el responsable de los llamados “actos fallidos”: la persona se propone conscientemente hacer algo, pero termina realizando una acción muy diferente.

Lo vemos todos los días en la vida cotidiana. Alguien que quiere llegar temprano a su cita, pero “sin querer” se retrasa o nunca llega. O los que quieren “poner empeño en su trabajo”, pero terminan ocupándose en otras cosas, mientras laboran.

Para el psicoanálisis, entonces, la voluntad no es una fuerza, sino la expresión de un deseo inconsciente. Solo cuando una persona es consecuente con su deseo, acude la voluntad. Si no es así, esa “voluntad le traiciona”.

Por eso hay planes que siempre se posponen, decisiones de cambio que nunca se hacen realidad, o intenciones que jamás se convierten en actos.

Las filosofías orientales, como el Zen, tampoco abordan la llamada “fuerza de voluntad” en sus prácticas. Sostienen que la misma es una autoagresión y que debe ser sustituida por el entendimiento y el amor, que son, finalmente, las fuerzas que llevan a la acción.

La voluntad y la conciencia
Lo que hay en común entre el psicoanálisis y las filosofías orientales es la idea de que la voluntad no es un acto de fuerza. Y que, en cambio, solo puede nacer de la comprensión y, por lo tanto, de la conciencia.

Quizás necesitamos menos forzarnos y más comprendernos para lograr que las intenciones se conviertan en actos. Y que esos actos sean coherentes con lo que realmente queremos hacer de nuestra vida.


Cuando Acabe La Función



Nunca se puede estar sin ser. La vieja escolástica decía: operari sequitur ese. Es decir: el obrar sigue al ser.
Pretender estar en un lugar geográfico manteniendo un ser de otro diverso, es vivir de modo desquiciado.
Este desequilibrio conduce a enfrentamientos con los naturales del terreno donde pisas, porque pretender a hacer a los demás al modo y manera particular y subjetiva, es un papel imposible.
Por eso, el paso por los lugares varios supone vivir en un permanente teatro, donde aplauden los bufones solamente. El resto de espectadores está deseando que acabe pronto la función, de la que procurarán olvidar sus contenidos cuanto antes.
Cuando llega el final inevitable, quedarse en la única "tierra" es la mejor solución, y demuestra cómo toda una vida ha sido un puro teatro de estar sin ser, de aparentar sin convencer, de vivir con careta de cartón piedra.


Un Nuevo Amanecer


DESPERTE.....
LAS PUPILAS DE MIS OJOS RESPLANDACIERON
AL MIRAR LA LUZ DE ESTE DIA NUEVO
QUE GRANDE ES MI DICHA
EL PENSAR QUE HAY SALUD Y SIGO VIVA.
Y PENSAR QUE AL MUNDO ENTERO
SE LE DA UNA ENSEÑANZA
ES DE VIDA NO LO DUDES
EN LA LUCHA TODO AVANZA.
QUE A PESAR DE TERREMOTOS
Y DE TANTAS CRUELES GUERRAS
HAN DE AFERRANSE A LA VIDA
SIEMPRE EXISTE LA ESPERANZA.
VIVE EL HOY.....
Y NO EL MAÑANA
QUE EL MAÑANA LLEGARA
SIN TANTA PRISA.
LUCHA, ALCANZA
NO TE RINDAS.
QUE TU ESFUERZO YA SERA RECOMPENSADO
DARA FRUTOS, DARA VIDA.
DA GRACIAS POR TUS SABANAS CALIENTES
Y NO POR FRIOS ESCOMBROS
QUE COBIJAN A LA GENTE.
QUE AUN ASI, BAJO PENUMBRAS
 LUCHAN....
SE AFERRAN....
Y  ALCANZAN,
LA ESPERANZA A COMENZAR
UN NUEVO DIA.
marilu35


Identificar Valores

Identificar nuestros propios valores, esos que están profundamente arraigados en nosotros, y aplicarlos en nuestra vida nos facilitará la obtención no solo del éxito en la vida y en el trabajo, sino también de la felicidad.

Los valores son aquellos rasgos o cualidades que cada uno de nosotros considera que vale la pena y que representan las prioridades personales. Son, en definitiva, aquello que nos mueve desde lo más profundo de nuestro ser. Estos valores nos acompañan allá donde estemos, tanto a nivel personal como laboral.

Hacer una declaración de valores, reconocerlos como propios y aplicarlos en nuestra vida nos define como personas y nos ayuda a lograr nuestros objetivos personales y a vivir feliz y plenamente.

Cada uno debemos ser fiel a nosotros mismos. Es fácil que en ocasiones neustros valores choquen con los valores (o falta de valores) de los demás. Pero vivir en función de los valores o no-valores de los demás no sólo nos alejará de la felicidad, sino que nos dificultará lograr el éxito en la vida.
Algunos valores por los que vale la pena vivir

A veces puede resultar algo difícil identificar estos valores, sobre todo si vivimos en entornos fuertemente represivos, no respetuosos o impositivos. En la siguiente lista encontrarás algunos valores por los que realmente merece la pena vivir y sobre los que merece la pena establecer una base de comportamiento y actitud en la vida.
No es necesario que todos estos valores formen parte de nuestras aspiraciones personales. De hecho, muchos te criticarán por tener exceso o falta de alguno de ellos. Lo importante es que identifiques los que realmente te mueve a ti, sin autocensura, y que los vivas.

Algunos de estos valores son la ambición, la competencia, la individualidad la responsabilidad, la exactitud, el respeto, la dedicación, la diversidad, la mejora, la diversión, el disfrutar de la vida, la lealtad, la credibilidad, la excelencia, la honestidad,la responsabilidad, la autonomía, la calidad, la eficiencia, la dignidad, la colaboración, la innovación, el trabajo en equipo, la administración, la empatía, el logro, el coraje, la sabiduría, la independencia, la seguridad, el desafío, la influencia, el aprendizaje, la compasión, la amabilidad, la disciplina, el orden, la generosidad, la persistencia, el optimismo, , la igualdad, la integridad , el servicio, la fiabilidad, y la flexibilidad, entre otros.
¿Por qué identificar y establecer tus valores?

Tus valores se componen de todo lo que te ha sucedido en la vida e incluyen influencias de tu familia, religión, amistades y compañeros, así como de tu educación o de los que has visto o leído. Las personas efectivas y exitosas reconocen estas influencias ambientales, las identifican y desarrollan un conjunto claro, conciso y significativo de valores, creencias y prioridades. Una vez definidos, estos valores crean un gran impacto cada aspecto de la vida, ya que modelan el comportamiento e influyen en la toma de decisiones y en las interacciones personales y ayudan a establecer las metas y los propósitos.

Elijir los valores que son más importantes para ti, los valores en los que crees y que definen tu carácter es muy importante para la autoestima, base para el éxito y la felicidad. Vivir visiblemente todos los días en el trabajo y en casa estos valore es una de las herramientas más poderosas para ser la persona que quieres ser y para alcanzar tus metas y sueños, y para influir positivamente en los demás.

La Confianza


El miedo y la preocupación pueden ayudarnos en ciertos momentos a preservar la vida, pero también pueden mantenernos en situaciones que ya no queremos, que nos significan algo ya para nosotros. Pueden paralizarnos o impedirnos disfrutar de nuevas aventuras, de resultados más grandiosos y de gozar la vida bajo nuevos matices y emociones.

La confianza es un poder que sentimos cuando estamos convencidos de que algo llegara a nuestra vida, porque tenemos el poder para crearlo. Es ese poder que sentimos cuando tenemos la certeza de que podemos influir en nuestra realidad.

¿Y cómo podemos sentir confianza en estos tiempos donde todo parece inspirar más bien inseguridad y temor? Empezando, primero, por reconocer que tú posees un poder para transformar e influir las situaciones que hay o habrá en tu vida. Empezando, sobre todo, por no dar el poder de tu gozo, paz o infelicidad a los demás.

Si eres feliz o infeliz, si eres grandioso o te sientes limitado, si estás enfermo o te la pasas riendo. Tú eres el creador de esa vida que tienes y de la que está por venir.

Mientras dependas de algo externo para estar bien, para hacerte feliz, para darte lo que quieres, no podrás confiar en ti, porque estarás confiando en que los demás te den, digan o hagan. Depender frena la confianza y te hace sentir carente y vulnerable a las decisiones ajenas y a poderes que no son tuyos. No dependas de lo que está afuera para sentirte bien, o para conseguir algo. Mejor, practica tu confianza, empezando por no traicionar o engañarte tú mismo.

Por ejemplo: puedes empezar a ser leal a lo que quieres y sientes. No hagas las cosas en función de lo que piensen los demás o de lo que pensaran. No vivas para complacer tu imagen o al vecino. Se honesto contigo y encuentra que es lo que realmente quisieras ver en tu vida. Luego, prueba caminos nuevos, los cuales ayudaran a fomentar tu confianza.

Muchas veces no queremos probar caminos nuevos porque tememos el resultado, y estamos demasiado acostumbrados al camino habitual. Por ejemplo: tomar medicamento es para muchos un hábito. Si tú les dices a estas personas que pueden curarse sin medicina, quizá muchos no lo crean. Y, sin embargo, el camino nuevo les podría hacer confiar en nuevas habilidades del cuerpo.

Para desarrollar confianza hay que arriesgarse poco a poco a lo nuevo, a lo que te hace “clic”. Es decir, a aquellas cosas que te despiertan interés o curiosidad, y que intuyes te traerán un beneficio o algo más grandioso que lo que tienes o eres. Así que prueba hoy mismo: piensa en algo que te gustaría probar o hacer, y que no te has atrevido por miedo a perder o a no tener, pero por otro lado sabes que te traería un beneficio o te liberaría o daría más paz, tiempo o alegría.

Si lo sientes, si ya lo tienes en mente, hazlo. Escríbelo en un papel y empieza a valorar la forma de concretarlo, confiando en que eso te llevara a un destino más grandioso, porque sin duda así será. Realmente no perderás nada al probar lo que realmente te inspira y has soñado algunas veces en secreto, sabiendo que te va a traer un bien. Lo único que podrías perder seria la duda. Cuando lo hagas y empieces a caminar de acuerdo a lo que quieres y sientes te inspira, y no de acuerdo a lo que perderás o temes, verás como poco a poco te empiezas a sentir una persona más segura, confiada y con poder.

viernes, 10 de enero de 2020

Lazos Que Unen

Hoy día vivimos en un mundo globalizado donde la comunicación es vital vayas donde vayas. Para poder expresarnos y conectar con la sociedad, es vital que sepamos hablar en público, tanto si es numeroso o a una sola persona.

Nuestras ideas, habilidades y capacidades se quedan muy cortas si no somos capaces de compartirlas con los demás. Llega el momento en el que les quieres sacar provecho y, por ello, decides enseñarlas a alguien más para dejar tu huella al mundo y conseguir muchas más cosas. Y es que el arte de explicar mediante la palabra cualquier conocimiento que uno tiene es complicado: no todo el mundo se cree capaz de hacerlo, y ahí está el problema.

Desde pequeños estamos influenciados por este tipo de comunicación. Recuerda cuando tus profesores te explicaban los colores, los números o las letras de forma que tú y tus compañeros lo comprendíais. Esto nos sirve como ejemplo de cómo debe ser ese tipo de comunicación: clara, entendible y memorable.

Llega el día en el que hemos de hacer una presentación de un producto o servicio en nuestro trabajo y nos damos cuenta de que no es tan sencillo como parece. Puede que, después de una noche en vela, la hayas finiquitado… No obstante, el día siguiente, al exponerla, tu público bosteza, te miran con ojos aborrecidos y sientes como el rubor se extiende por tu cara. Algo va mal, y es que rara vez nos enseñan a hablar frente a otras personas.

La emoción, la seguridad y la confianza: tres partes fundamentales en un proceso comunicativo

La emoción es la que convierte una presentación aburrida en una interesante y memorable. Está demostrado que el mejor aprendizaje es aquel que contiene emociones. Para lograr hablar a tu público y llegar a sus corazones es importante que haya un nexo, un lazo entre ellos y tú, y eso se crea mediante la palabra que llega a alguna parte: aquella que es emotiva. Las palabras solas son invisibles, son las emociones las que le dan brillo y color.

La seguridad y la confianza nos permiten comunicar de forma inconsciente al público que todo va bien y que sabemos que lo que vamos a decir va a ser clave para sus vidas. Sin ellas, el público pensará que no eres digno de ocupar su tiempo.

El Hogar Compartido


Los hombres han mostrado interés por los primates no humanos desde tiempos inmemoriales y los han venerado, como lo atestiguan los numerosos mitos y los registros históricos y prehistóricos de diversas culturas. Con el advenimiento de la teoría de la evolución darwiniana y el establecimiento de la idea de que todos los seres vivos tienen un ancestro en común, este interés ha crecido, ya que los primates no humanos pasaron a ser el grupo biológico con mayor potencial para brindarnos información sobre el origen de nuestra especie y explicar nuestro comportamiento social.

El aporte que los primates no humanos pueden hacer a la comprensión del comportamiento humano es evidenciado por la diversidad de líneas de investigación que se han desarrollado con primates desde perspectivas que involucran directamente el estudio del hombre.

Campos como los de la antropología, la psicología experimental y la lingüística se fusionan con la ecología, la etología y la biología evolutiva para encontrar respuestas al origen del comportamiento humano.

Podemos obtener registros paleontológicos de nuestros ancestros y conocer sus dimensiones, su forma de locomoción, su dentición (y por lo tanto inferir su dieta) y su tamaño cerebral.

Podemos también reconstruir los paleoambientes donde vivían, pero poca es la información que los fósiles nos dejan sobre su comportamiento social
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Estas preguntas han dominado la escena en los estudios primatológicos desde hace un par de décadas y son aún campo fértil de estudio.