sábado, 1 de febrero de 2020

La Convivencia

Hoy en día, los buenos modales parecen una rareza, para pesar de muchos y de quienes han visto cómo su retirada ha venido acompañada de costumbres indeseables.


Los buenos modales, esas añoradas expresiones de buen comportamiento que muestran preocupación y respeto por los demás, hoy parecen ser una costumbre añeja, que por más que nos resistamos a creerlo, bien podrían estar enfrentando el potencial riesgo de la extinción.

No es exagerado. Es una realidad que se constata día a día en las calles, los colegios, las universidades, los lugares de trabajo y los distintos escenarios donde las personas interactúan con sus pares.

Hoy en día, los buenos modales parecen casi una rareza, para pesar de muchos y de las sociedades que han visto cómo su retirada ha venido acompañada de costumbres indeseables que implican exactamente todo lo contrario.

Por lo mismo, rescatamos en este artículo 10 modales que parecen estar en extinción, que esperamos puedan volver a ocupar el espacio que les corresponde porque, hoy día, son más necesarios que nunca:

1.- Saludar al entrar a un lugar y al abandonar un recinto: “Buenos días”, “Buenas tardes”, “Hasta luego”, “Buenas noches”. Un simple saludo o despedida pueden hacer la diferencia. Indican respeto por el resto de la personas, buenas costumbres; en definitiva, buenos modales.
2.- Dar las gracias: Puede parecer de Perogrullo decirlo, pero cada vez menos personas están dispuestas a realizar el sencillo gesto de agradecer. Aunque la persona que nos haga un servicio esté cumpliendo con su trabajo, aunque sea lo esperable que realice determinada acción, dar las gracias permite cerrar un ciclo, y cada vez que lo hacemos, dejamos detrás  la imagen de que se valora lo que la contraparte hizo. No es difícil, y aporta mucho.
3.- Pedir por favor: En lugar de dar una orden, o de exigir un servicio porque se está pagando, el pedir por favor necesariamente implica que la contraparte adoptará una actitud positiva. No se trata de rogar, no se pierde el orgullo, no es ser menos valientes. Es una cortesía, una frase breve que puede hacer una gran diferencia.
4.- Ceder el asiento a quienes lo necesiten: Antaño una costumbre casi instantánea, hoy se bate en una triste retirada. No sólo en el tren subterráneo o los buses urbanos -donde para hacerlo más grave aún existen asientos marcados que son ocupados por quienes no les corresponde-, sino en todos aquellos espacios en que el sentido común nos indica que alguna persona necesita el asiento más que nosotros. Denota buena educación, modales, respeto y empatía.
5.- Sentarse correctamente y no recostarse como, literalmente, ocurre hoy: ¿Cuántas veces hemos visto a personas literalmente “desparramadas” en sus asientos? Es verdad que existe libertad, nadie cuestionaría eso, pero también es cierto que en espacios públicos, una señal de respeto y preocupación por los demás y uno mismo es sentarse correctamente. En la casa, en la privacidad del hogar, ya habrá espacio y tiempo para sentarse como a cada uno le parezca.
6.- Sacarse el gorro,  sombrero o lo que sea que tengamos en la cabeza cuando estemos en una situación más formal: Cada vez más, es posible ver que los gorros parecen pegados a las cabezas, ya que da lo mismo la situación, nadie parece dispuesto a sacárselos aunque la ocasión así lo amerite, aunque sea un espacio cerrado, aunque la persona que tenemos en frente merezca nuestro respeto. Esto puede cambiar muy fácilmente.
7.- Mirar a la cara a quien te está hablando y no al teléfono móvil: No eludir las miradas, no ver hacia otro lado en señal de aburrimiento, no concentrarse en el celular que nos controla y nos hace faltarle el respeto al que tenemos en frente. Mirar a la cara, prestar atención, mostrar interés. No desafectarse del otro, de lo que dice y de lo que nos quiere comunicar.
8.- Dejar pasar primero a las mujeres: Esto parece sacado de un libro de la antigüedad. ¿Quién es el caballero que lo hace actualmente? ¿Quién tiene la costumbre de dejar que ellas pasen primero? ¿Cuándo se perdió este gesto de buena educación? Por más que estemos en tiempo de igualdad de género, la caballerosidad sigue siendo un bien necesario.
9.- Expresarse correctamente, sin garabatos o groserías de por medio, para que te entienda tu interlocutor: Cada vez las expresiones groseras o de garabatos se meten con más fuerza dentro de todas las conversaciones. No se trata de no decirlos, que cada cual verá en su espacio privado cómo lo hace, pero hay momentos en los que conviene darse cuenta de lo que uno está diciendo, con quién está hablando, y cómo relacionarse de una manera que muestre educación y buenos modales.
10.- Escuchar sin interrumpir, en vez de hablar todos a la vez: Sana costumbre, buenos modales. El que habla más fuerte no es el que tiene algo más importante que decir. Y escuchar al otro permitirá tener un diálogo. Si todos hablamos a la vez, al final costará más entenderse. 

Algo tan simple y lógico, hoy parece estar rumbo a la extinción.


Construye Tus Momentos


La vida no es, no nacemos con ella escrita, la vida se construye cada día, paso a paso.  Caminamos por ella, paramos, unas veces avanzamos y otras retrocedemos, pero siempre estamos dentro, construyéndola.

 Nuestra vida se hace con cada paso. Podríamos asemejar nuestra vida a una escalera de caracol. Cuando miramos atrás, vemos todos aquellos peldaños sobre los que un día depositamos nuestros pies, esos peldaños que quedaron en nuestro pasado. Unos firmes y otros inseguros, unos querríamos volver a pisarlos y otros intentaríamos no volver a pisarlos nunca. Por mucho que tratemos de retroceder a nuestro pasado, nunca llegaremos al punto inicial, no podemos volver sobre nuestros pasos, ni a lo bueno, ni a lo malo.  Pero sí podemos permanecer anclados a él, unas veces como una frenética huida de un presente insatisfactorio, buscando atrás tiempos mejores y, otras tratando de buscar "los qué" a las situaciones negativas que han acontecido en nuestra vida, lo que terminará, con una gran probabilidad, generándonos tristeza, culpabilidad, rencor...

Cuando miramos ahora detenidamente nuestros pies, sólo podemos ver ese peldaño pequeño que queda bajo ellos, ese que acabamos de alcanzar y ese mismo que quedará atrás en un breve espacio de tiempo, ese peldaño que abraza nuestro presente.  Pues bien, ese pequeño y breve peldaño es lo único que tenemos. Sólo en nuestro presente podemos sentir, amar, sonreír, enojarnos, llorar, sufrir, cantar, bailar... sólo vivimos en presente.

Cuando miramos hacia delante no vemos nada, todo está por hacer. Eso nos hace sentir desconcertados, inseguros, temerosos...

Suele decirse que el pasado pasó y no volverá, que el futuro está por hacer  y no podemos saber cómo será y que el presente, es el único momento de que disponemos en nuestra vida, el único momento para vivir. Por tanto, anclarnos a nuestro pasado  nos deprime y mirar constantemente nuestro futuro nos genera ansiedad. Sólo en nuestro presente podemos disfrutar y mejorar nuestra vida, sólo en nuestro presente podemos construir buenos momentos. El mejor momento es ahora.

No podemos construir buenos momentos desde lo negativo. Si estamos más empeñados en ver aquello que nos falta y no aquello que sí tenemos, nos sentiremos insatisfechos, frustrados...  Lo que tenemos vale, por el único hecho de que es lo que tenemos, es el fruto de nuestro esfuerzo, de nuestra vida, aquello que nos dieron o regalaron... y eso vale, sí, vale porque es lo que tengo. 

Un niño creció en una casa pobre, húmeda, sin casi espacio, sin ventilación... cuando creció se prometió a sí mismo que lo primero que tendría en su vida sería una buena casa. Tiempo después, siendo ya adulto, nos invitó a ver su casa. Había tardado varios años en poder comprarla, había trabajado duro para cumplir su sueño. Era una casa pequeña pero cómoda, acogedora y bonita. Ante nuestros halagos su respuesta fue la siguiente "Es muy pequeña, oscura y húmeda, no me gusta nada, ya estoy mirando otro lugar mejor para irme de aquí, esta casa no me vale".

Aquello que tenemos raras veces es perfecto, raras veces es exactamente como yo quiero que sea, pero no vale menos por ello. Si lo miro bien, seguro que tiene aspectos positivos, bonitos o prácticos para mí, seguro que el tenerlo me da ventajas frente a no tenerlo. En nuestra vida podemos escoger ver el vaso medio lleno o medio vacío. Ver y valorar cuanto de positivo hay en nuestra vida, por pequeño que sea, nos da más oportunidades de disfrutar y de ser felices.

 ¿Y qué hacemos con aquello que no nos gusta, aquello que desearíamos que fuese diferente en nuestra vida?. Podemos tratar de mejorarlo, al menos en todo lo que dependa de uno mismo. Si creo que puedo, podré, si quiero, podré,  y si lo intento, podré. Quizás no hoy ni mañana, quizás no a la primera ni a la segunda, seguro me equivocaré en más de una ocasión, a veces incluso tendré que cambiar mis metas o de camino, quizás incluso necesite que me ayuden para conseguirlo... y, aún a pesar de y con todo eso, podré conseguirlo. Para ello, tendré que darme el tiempo necesario y tendré que invertir un esfuerzo considerable, tendré que permitirme equivocar  y, sobre todo, tendré que abandonar el sillón de la pereza y del autoflagelo.

Y como dice Jorge Bucay, "recuerda que los malos momentos vienen por sí solos, pero es voluntaria la construcción de buenos".


Ahora es un buen momento para comenzar.


Crear Tu Camino


No tienes que encontrar tu camino, simplemente tienes que crearlo.

Con mucha frecuencia escucho a personas decir lo siguiente: “Tengo que conseguir encontrar mi camino”… Tal vez tú mismo hayas formulado o pensado en este mismo comentario. Y da la sensación de que se trata de un enfoque en el que tenemos que salir a buscar algo que está perdido con el fin de encontrarlo.

El problema que tiene este planteamiento es precisamente ese: presupone que algo está perdido, y cuando algo se pierde, siempre existen posibilidades de no volver a encontrarlo nunca.
La solución a este dilema es bien sencilla. Un enfoque mucho más efectivo es pensar que nuestro camino no tenemos que encontrarlo, sino simplemente ir creándolo día a día. Desde este planteamiento se abren ante nosotros infinitas posibilidades ya que cada instante de nuestra vida es una nueva oportunidad de comenzar a crear la vida de nuestros sueños. Sin importar todo lo que haya sucedido en tu pasado, si sigues respirando, tienes la oportunidad de un nuevo comienzo.

Por descontado, ninguno de nosotros podemos volver hacia atrás y crear un nuevo comienzo, pero lo que desde luego si podemos hacer es empezar a construir a partir de hoy una nueva vida, para terminar creando un nuevo final.

El futuro no es un lugar al que nos dirigimos, es un lugar que estamos construyendo constantemente.

Entusiásmate ante esa maravillosa posibilidad de CREAR tu propio camino a partir de este instante. Un camino que puedes ir construyendo como tú decidas que sea. Día a día. Sumando pequeños esfuerzos y dirigiendo tu enfoque en la dirección que hayas determinado… Y entonces te darás cuenta de que no necesitas “encontrar tu camino”. Es mucho mejor CREARLO en sintonía con tus verdaderas aspiraciones y anhelos.

Te garantizo que este simple cambio de enfoque supondrá un punto de inflexión tremendamente positivo en tu vida.


Comienza ahora mismo a crear un camino extraordinario.


viernes, 31 de enero de 2020

Las Razones Del Ser

Para una razón de ser debe haber un objetivo principal a lograr, y aunque a la vez podrías escoger varios objetivos a lograr, lo ideal es que escojas uno….y los demás vendrán por añadidura, serán como los vagones que arrastra el tren.


Tu objetivo puede estar referido a cualquier aspecto de la vida en que te haya parecido difícil sobresalir, aunque se trate de algo que te haya parecido imposible antes, hazlo tu objetivo si eso deseas. Puede estar referido a la salud, al trabajo, a los estudios, a los negocios, al amor……no importa el campo ni cuan alto apuntes en tus sueños, lo que tienes que hacer es enfocarlo bien, concebirlo en tu mente.

Que no te preocupe si tus objetivos le parecen ilusos o locos a los demás, está claro que los que viven aferrados al EMS “esquema mental de la sociedad” consideran ciertos logros imposibles para los demás porque los sienten imposibles para ellos.

No hagas caso a esa gente que sólo sabe criticar, deja que vivan a su manera, no te contamines con su ignorancia y falta de audacia. Debe ser triste poseer vidas que nunca se preguntan por qué están en este mundo, para que existen,…La gente sin sueños, sin metas…sólo saben seguir al rebaño.

Una vez que has hecho la lista de tus objetivos, ubica el principal, y concentra todas tus energías en él. Se trata de que enfoques tu objetivo fuertemente en tu subconsciente con convicción pero sin apego. Si tu disposición es la correcta, las condiciones favorables llegarán a ti por si solas, las fuerzas del universo atraerán hacia ti dichas condiciones, te prepararán, y te avisarán para cuando llegue el momento de entrar en acción.

En la realización de tus objetivos, no debes olvidar que estos son el medio para encontrar tu verdadera razón de ser, por lo cual se ha de reiterar que no debe haber apego alguno a las cosas que deseas lograr, lo que no significa que las pierdas de vista en ningún momento.

La visualización de lo que deseas lograr es importantísimo, las imágenes mentales contribuirán a que la realización de tus sueños se logren más pronto de lo que imaginas.

Visualiza en tu mente como te imaginas el futuro como si tus objetivos ya estuvieran logrados, sé lo más detallado posible en tu visión. Ten esta imagen mental bien aferrada a tu mente, y recurre a ella cada que te quieras estimular positivamente. Está claro que no sólo se tendrá que visualizar imágenes sino también sonidos, grabaciones que le recuerden al subconsciente el objetivo principal, escritos que uno puede leer sea en un papel o incluso mensajes para uno mismo que se puedan leer en el celular.

En la búsqueda de tu logro, debes ser capaz de armonizar todos los aspectos de tu vida: la familiar, el aspecto económico, el profesional, la salud física, el ámbito espiritual, etc.

Claro, es cierto que esto implicaría en tener varios objetivos a la vez, en realidad se puede tener varios porque entre ellos hay una interrelación. Pero como se dijo antes, se debe tener un objetivo principal, el cuál siempre se pondrá en primer lugar cuando se entre en acción.
Es muy importante el “objetivo principal” porque este es el motor que te impulsará al objetivo supremo que es: encontrarte a ti mismo, lo cual es tu verdadera razón de ser.

El objetivo principal es el medio por el cual tú entras en el camino del verdadero propósito en tu vida. Por ello es importante que escojas bien cual será. Salud física, Dinero, Reconocimiento, Amor, cualquiera de esos puede ser tu objetivo principal pero recuerda que ese objetivo es un medio para llegar a lo más trascendente….que es tu verdadero propósito, LA VERDADERA RAZÓN DE TU EXISTENCIA.

miércoles, 29 de enero de 2020

La Acción Motivadora


A menudo nos quejamos de lo mal que van las cosas a nuestro alrededor, pero no nos paramos a pensar en la multitud de pequeñas casualidades que nos han traído hasta aquí ni cómo, incluso antes de nuestra concepción, tuvieron que darse muchas situaciones que hicieron de nuestro nacimiento algo mágico.

Desahogarse no está mal e incluso puede ser necesario, pero la queja continua termina siendo la excusa perfecta para no hacer nada. Si estás en este punto, siento decirte una cosa: aunque te parezca una putada, puedes elegir la vida que deseas. Y no solo tienes la oportunidad, sino la responsabilidad de hacerlo.

Entonces, ¿qué es lo que hace que nos cueste tanto conseguir lo que queremos?

1.- El principal problema para conseguir lo que quieres es que no sabes lo que quieres.
Parece algo obvio, pero no lo es tanto. La vida no tiene guión ni manual de instrucciones. Somos nosotros mismos los que debemos ir creando nuestro destino. No existen verdades absolutas, 
remedios infalibles ni mapas trazados de antemano para ti. A cada persona le hacen feliz unas cosas.

Si aún no tienes un objetivo grande, no te preocupes. Empieza buscando objetivos pequeñitos, brillantes, retadores y bonitos que te motiven y te hagan ir creciendo y conociendo tus capacidades. Formúlalos siempre en positivo y, si no lo tienes muy claro, piensa en las cosas que no quieres en tu vida, lo que no te apetece o no te hace feliz para que tu destino esté en hacer tu vida lejos de ellas.
“La queja es la excusa perfecta para no hacer nada”.

2.- No conseguirás lo que no creas merecer
Todos tenemos miedo. De hecho, su presencia es imprescindible para nuestra supervivencia, pero no te dejes vencer por él. Tu vida es tuya, tus capacidades son únicas y tu sueño es especial para ti. El gran Billy Wilder decía que “eres tan bueno como lo mejor que hayas hecho en tu vida” y creo que tenía muchísima razón: escucha tu interior, admira los tesoros que te llenan, piensa en todas las cosas de las que sientas orgullo y llévalos en tu corazón como un mantra lleno de energía.

¡Mírate, perdónate y trátate con cariño! Mereces ser feliz y conseguir tus sueños.

3.- El primer paso no te lleva donde quieres ir, pero, al menos, te saca de donde estás
Los sueños no sirven de nada si no les añades ACCIÓN. Tendrás que salir ahí fuera y echarle “un par”, porque en ausencia de recetas mágicas, lo que queda son ganas, determinación, sudor, alegría, lágrimas, iniciativa, esfuerzo, tiempo y amor.

Escoge con cariño un espacio en tu vida para tus objetivos, hazles hueco en la rutina diaria y no olvides hacer algo cada día relacionado con tus MIT (most important things) para no alejarte nunca de lo que verdaderamente es esencial para ti.

Que el no tenerlo claro o equivocarte no te pare. Haz cosas por primera vez, déjate llevar, prueba, ensaya y ten todos los errores necesarios para conseguir lo que quieres. Mira tus equivocaciones con cariño y ganas de aprender, que la búsqueda de perfección sea sólo un aliciente y no un verdugo.

“Ten todos los errores necesarios para conseguir lo que quieres”.

4.- Tu verdadero éxito está en hacer las cosas mirándote hacia dentro, no en hacerlas pensando en lo que dicen fuera
Muchos criticarán lo que haces, te mirarán de reojo, hablarán a tus espaldas, esperarán que te caigas e incluso intentarán que te detengas. Pero recuerda que no eres la papelera donde otros dejan sus frustraciones (y sus sueños incumplidos).

Mira con perspectiva. Notarás que todo está yendo bien cuando empiecen a copiarte y cuando quieran “salir en tu foto”. Éste es un momento importante. No te ciegues y selecciona a las personas que quieres contigo, a las personas DE VERDAD: las que te miran a los ojos, las que suman, las que no quieren nada a cambio.

5.- Si vas a hacer algo, hazlo con AMOR porque el amor mueve el mundo.
Firma un compromiso de amor eterno contigo mismo, la única persona con la que seguro estarás toda tu vida. Acuerda ser feliz, mantener tu autenticidad, estar completo, hacer cada cosa con cariño y compartir todo lo que te hace grande.


lunes, 27 de enero de 2020

Aprender A Instruirnos

Actualmente, igual que se hizo por los últimos cientos de años, dedicamos una gran parte del tiempo en la primera parte de la vida a instruirnos, pero después el estudio queda completamente relegado por el trabajo, las responsabilidades hogareñas y demás menesteres de la edad adulta. 


Simplificando, dedicamos a aprender el 100% del tiempo durante el 20% de la vida (entre los seis y veintipocos años) y después prácticamente nada. Mi propuesta es invertir esta ecuación: dediquemos a nuestra formación el 20% del tiempo durante el 100% de la vida. Esto es, un día por semana desde hoy y hasta el fin de nuestros días.

Aprender nuevas cosas requiere más esfuerzo con el paso de los años. Pero, paradójicamente, en lugar de destinar cada vez más tiempo, dada la creciente dificultad, la mayoría dedicamos menos a nuestra formación. Esto aplica también a las empresas, que hoy destinan una fracción mínima (quizás un par de días al año) a la capacitación y entrenamiento de sus integrantes.

Para hacer las cosas más sencillas, hoy las alternativas que internet nos ofrece son enormes. Desde tutoriales caseros en YouTube hasta las mejores universidades del mundo ofrecen gratis sus cursos. Eso brinda a los más exigentes la inusitada oportunidad de aprender los temas que más les interesen de los más destacados profesores del mundo, estudiando en Harvard, MIT, Stanford, Oxford o La Sorbonne, sin siquiera moverse de su living.

Uno de los principales hallazgos de estudiar como adultos es, finalmente, poder enfocarnos por completo en aquello que nos gusta, nos sirve y nos motiva. Para unos pueden ser habilidades duras, para otros habilidades blandas, destrezas manuales. O cualquier combinación. Somos grandes, ¡ya nadie nos fija qué debemos aprender!

Sé que puede sonar difícil, entre la multitud de ocupaciones actuales, encontrar tiempo para esto. Pero si entendemos el fenómeno de la cada vez más rápida obsolescencia de nuestros saberes, resultará claro que a mediano plazo el beneficio de estudiar supera al desafío de hacer espacio en la agenda.

Me atrevo a vaticinar que los profesionales independientes que destinen ese 20% a perfeccionarse lograrán transformar esa inversión de tiempo en una diferenciación que los destaque en este contexto laboral crecientemente competitivo. Y las empresas que propongan a su gente que destine cuatro días a producir y uno a mantenerse actualizados serán lugares mucho más buscados para trabajar y obtendrán resultados económicos superiores y más sostenibles a largo plazo.

A quienes sienten que ciertos aspectos del mundo actual (como puede ser el acceso a ciertas tecnologías o el uso de dispositivos) se les escapan de sus posibilidades, los invito a preguntarse: ¿cuántas horas destinaron realmente a intentar adquirir esas habilidades que les resultan esquivas? Como alguna vez dijo John F. Kennedy respecto del viaje a la Luna, la idea no es intentarlo porque sea fácil, sino precisamente por ser difícil. 

Igual que sucede con los músculos, nuestra mente necesita que la sigamos exigiendo para mantenerse ágil y en forma.


La Gentileza


La gentileza, es sinónimo de la cortesía. 

Una persona gentil, es la que guarda dentro de sí principios de educación para tratar a los demás.

La gentileza, es la que nos permite impartir agrado a los demás con un buen trato, la que nos motiva a sonreír cuando damos un saludo, a saber que todas las personas merecen amabilidad de parte de nosotros.

Bueno, quiero volver a la gentileza de antaño, donde teníamos tiempo para ser esposos, papas, empleados, jefes, hijos, hermanos, amigos .. hoy con suerte nos da para un par de roles bien desempeñados .. el resto .. no hay tiempo, ni menos gentileza de serlo.

Escribo estas palabras a modo de compromiso, conmigo mismo y con quienes me rodean, que desde hoy me preocupo de la gentileza como valor primordial de la comunicación, siento que ha sido mi forma mucho tiempo, pero que de un tiempo a esta parte (varios años ya!!) .. este valor se había quedado atrás.... bueno .. se acabó .. desde hoy vuelve a mi vida ... pues como lo habrán notado .. estoy comprometido con ser feliz ... y la gentileza es una de las caras mas hermosas de ser feliz.

domingo, 26 de enero de 2020

Siempre Aprendemos


La importancia de seguir aprendiendo. “Aprender es un placer intenso. ... El proceso de aprendizaje del ser humano es algo que debe tener lugar durante toda la vida. Constantemente estamos aprendiendo, y el aprendizaje nos proporciona un crecimiento intelectual, cultural, y resulta fundamental para crecer como personas.

Aprender a Aprender  es una competencia primordial  que puede cambiar radicalmente nuestras vidas.  La habilidad que podamos desarrollar en  nuestra forma de aprender a aprender tendrá un impacto muy importante   en nuestra efectividad, productividad y bienestar personal, mejorando nuestra calidad de vida. El futuro se muestra más promisorio para aquellas personas que saben cómo ampliar continuamente su aprendizaje.

"En tiempos de cambio, quienes estén abiertos al aprendizaje se adueñaran del futuro, mientras que aquellos que creen saberlo todo estarán bien  equipados para un mundo que ya no existe"               Eric  Hoffer

Es necesario desafiarnos con el  objetivo de expandir nuestras áreas de aprendizaje y vencer la tendencia natural que tenemos los seres humanos a repetir acciones del pasado, que responden  a patrones de conducta aprendidos  o  heredados  por mandatos familiares, cuando los mismos  nos alejen de los resultados deseados,  generando  insatisfacción.

Desde la mirada del coaching hacemos una distinción entre informarnos y aprender, vinculando al aprendizaje  con la acción efectiva.

El coaching es un proceso de aprendizaje, en el cual pasamos de un estado de insatisfacción, cuestionando nuestras formas de pensar, de comunicarnos, de observar, de actuar para aprender nuevas respuestas ante los viejos y los nuevos desafíos.  Es un proceso para diseñar futuro.

El aprendizaje  tomado con RESPONSABILIDAD, nos aleja de las excusas que solemos  contarnos para dar respuesta a todo aquello que no podemos lograr y nos genera  insatisfacción.  El coaching busca desarticular juicios y creencias sobre nuestra manera de SER que obstaculizan la posibilidad de expansión en el aprendizaje, para dejar de ser víctima de las circunstancias y convertirnos en protagonistas de nuestras vidas.

"No pretendamos que las cosas cambien, si siempre hacemos lo mismo. La crisis es la mejor bendición que puede sucederle a personas y países, porque la crisis trae progresos. La creatividad nace de la angustia como el día nace de la noche oscura. Es en la crisis que nace la inventiva, los descubrimientos y las grandes estrategias. Quien supera la crisis se supera a sí mismo sin quedar 'superado'.


Quien atribuye a la crisis sus fracasos y penurias, violenta su propio talento y respeta más a los problemas que a las soluciones. La verdadera crisis, es la crisis de la incompetencia. 

El inconveniente de las personas y los países es la pereza para encontrar las salidas y soluciones. Sin crisis no hay desafíos, sin desafíos la vida es una rutina, una lenta agonía. Sin crisis no hay méritos. Es en la crisis donde aflora lo mejor de cada uno, porque sin crisis todo viento es caricia. 

Hablar de crisis es promoverla, y callar en la crisis es exaltar el conformismo. En vez de esto, trabajemos duro. Acabemos de una vez con la única crisis amenazadora, que es la tragedia de no querer luchar por superarla."

sábado, 25 de enero de 2020

La Superación


Hay personas que hacen cosas extraordinarias y a pesar de las dificultades logran superarse a sí mismas y dar ejemplo. Son personas como tú o como yo, que tienen una vida normal, pero a las que un día les sucede algo que las cambia radicalmente, y en lugar de compadecerse siguen adelante y nos dejan historias para reflexionar sobre la superación personal.

Nick Vujicic nació en Melbourne (Australia) en el año 1982 y debido a una enfermedad vino al mundo sin extremidades. A pesar de las limitaciones, Nick ha logrado hacer paracaidismo, protagonizar cortometrajes, escribir un best-seller (No legs, no arms, no worries), jugar al fútbol y al golf, convertirse en un gran orador, casarse y tener hijos.
Nick es feliz: no piensa en lo que no tiene, sino que está agradecido por lo que sí tiene, por quién es, y deja de lado sus miedos. Lo que transmite Nick es que es necesario aceptar la vida tal y como viene, sabiendo que podemos conseguir lo que queramos con esfuerzo y perseverancia.

Ganó el Premio Nobel de la Paz en el año 2014. Con 17 años fue víctima de un ataque terrorista y logró sobrevivir tras varias operaciones en las que su vida estuvo en peligro. A día de hoy lucha por los derechos humanos, se dedica a promover la igualdad y a intentar resolver los problemas de su país de origen, Pakistán.
Aparece a menudo en diversos programas de televisión y tiene un blog que es conocido en todo el mundo. Las balas que la hirieron cambiaron su vida radicalmente, pero no mermaron su determinación de luchar para que las niñas de Pakistán tengan acceso a la educación.

Oliver Hellowell es un muchacho que, con 18 años, sueña con convertirse en un fotógrafo profesional. Sus fotografías de la naturaleza son conocidas en todo el mundo y tiene miles de seguidores en Facebook.
Al nacer le diagnosticaron el síndrome de Down y tuvo problemas en el aprendizaje del lenguaje, pero se ha convertido en un deportista que ha encontrado en la fotografía una forma de expresión única. Ha aprendido a reflejar en sus fotografías su sensibilidad y su amor por la naturaleza. Oliver es el perfecto ejemplo de que todo es posible.

La historia de Idris la contó el fotógrafo de Bangladesh GMB Akash en su página de Facebook. Idris trabajó sin descanso limpiando alcantarillas para que sus hijas pudieran ir a la universidad. No les contó a sus hijas a qué se dedicaba e iba acumulando dinero para pagar sus estudios.
El día que tuvo que pagar la matrícula no tenía dinero suficiente porque no había podido trabajar ese día, así que sus compañeros le dieron todo el dinero de esa jornada y pagó la matrícula. Idris es un ejemplo de amor y de la voluntad firme de dar a sus hijas un futuro mejor a pesar de las circunstancias.

Todos le conocemos a él, a sus teorías y a su historia. A este físico y cosmólogo le diagnosticaron ELA a los 20 años, pero eso no le ha impedido desarrollar sus teorías sobre singularidades espacio-temporales, agujeros negros o la conocida como radiación Hawking.

La ELA ha ido agravando su estado de salud con el paso de los años hasta que le ha dejado completamente paralizado y en una silla de ruedas. Pero eso no le ha frenado para seguir estudiando y trabajando. Su trabajo divulgativo más conocido es A Brief History of Time. Si quieres conocer su historia, puedes ver la película La teoría del todo, que narra su vida y su enfermedad.

viernes, 24 de enero de 2020

Ilusiones


La ilusión de Cornsweet o cómo el idioma da forma al entorno
La Vista, La Lengua Y El Cerebro
Al mirar a nuestro alrededor vemos un mundo lleno de objetos y eventos, al añadir a esta mezcla colores, olores, sonidos, sabores o sensaciones, pensamos que estamos experimentado el mundo tal como es. Pero no, lo que estamos experimentando es una realidad virtual construida dentro de nuestros cerebros.

La luz entra en nuestros ojos, el sonido llega a nuestros oídos y el cerebro crea una experiencia consciente de lo que, más o menos, es la realidad. Pero nuestro cerebro no es sólo un receptor de datos, sino que está haciendo constantemente predicciones sobre la información que recibe. De hecho, hace caso omiso a mucha de la información que recibe de los sentidos, especialmente en situaciones en que no coincide con la información almacenada.

Un ejemplo de ello es la ilusión Cornsweet (imagen). El cuadrado superior de la imagen parece ser más oscuro que el inferior. Pero si usted coloca el dedo entre medio de los dos cuadrados, puede verificar que, en realidad, son del mismo color.

Ahora que sabe que los dos cuadrados son del mismo color, usted podría creer que la aparente diferencia desaparecería cuando se quita el dedo, pero no. El cerebro obstinadamente vuelve a la interpretación original ¿Por qué ocurre esto? 

La razón es porque toda su vida el cerebro ha estado lidiando con patrones de iluminación y sombreado. Si ambos cuadrados son del mismo color, entonces el cuadrado superior parece ser más oscuro porque está en la zona de más luz. Del mismo modo, el inferior debería ser más claro, ya que está en la sombra. 

Esta es la manera en que el cerebro lee, es decir, nos muestra lo que especula que debe ser, no lo que le realmente es.

La ciencia sabe acerca de estos procesos desde hace más de cien años. Pero este tipo de percepción no se limita sólo a procesamientos como el de la iluminación y el sombreado. En realidad, son métodos por defecto que tiene el cerebro para relacionarse con el mundo.

Imagínese caminando por su casa en la oscuridad, lo puede hacer porque su experiencia le ayudará, ya que el cerebro está seguro de sus expectativas. En cambio, cuando ocurre lo contrario, por ejemplo, cuando conduce por un lugar desconocido, en este caso dependerá mucho más de la percepción de "abajo hacia arriba".

Este juego entre percepción y predicción influye en todo tipo de experiencias cotidianas y también desarrolla un papel importante en nuestras relaciones interpersonales. Estamos constantemente haciendo predicciones sobre lo que otras personas digan o hagan, sólo que ni siquiera lo notamos, a no ser que alguien se comporte contrario a nuestras expectativas y nos llame la atención.

En el caso del lenguaje, el idioma que hablamos también crea expectativas que influyen en nuestra percepción del mundo en general. Esto se debe a que no nos limitamos a utilizar el lenguaje para comunicarnos con los demás, lo usamos también para pensar acerca de nosotros 

 



La Coherencia

La coherencia tiene relación con alinear internamente en una misma dirección lo que pensamos, lo que sentimos y lo que finalmente hacemos en el mundo, tanto para nosotros mismos como para los demás. Si esa acción en el mundo es coherente y conectada con un sentido de vida positivo y más elevado, creará como resultado un progresivo y sostenido estado interno de orden y de bien-estar que reforzará nuestro propósito como personas. Ese bienestar, aun cuando pueda verse comprometido por diversas circunstancias, será una construcción, una base interna y externa (familia, pareja, amigos, compañeros) cada vez más sólida que nos sostendrá en los malos momentos e impulsará en los buenos.


Como resultado de tener un sentido de vida, una coherencia interna lo más alineada posible entre el pensar, el sentir y el actuar, así como un sistema de relaciones interpersonales en crecimiento (pareja, amigos, compañeros, hijos, familia), vivenciaremos un progresivo y sostenido estado de felicidad. Una felicidad que no es estática sino que se construye, refuerza y retroalimenta, en un trabajo continuo. Por esto es importante meditar regularmente sobre el avance de la felicidad o el sufrimiento en uno y nuestros afectos más cercanos como una forma de medir nuestra alineación o desvío del sentido de nuestra vida.

Creer o no creer en la existencia de un sentido o un propósito es una decisión exclusivamente personal, y más allá de dejar esto en el simplismo de creer o no creer, lo recomendable es animarse a probar cómo es vivir con un sentido o sin ninguno en particular. No todo está dicho, ni esto aquí escrito es algún tipo de dogma. Muy por el contrario hay quienes encuentran en un momento de su vida la felicidad en la ausencia total de un sentido, y en un devenir en función de lo que el mundo les propone. Aun así, es importante no cerrarse a una u otra opción, sino estar siempre atentos a meditar si a medida que pasa el tiempo crece en nosotros y nuestros seres queridos la felicidad o el sufrimiento. Así entonces, puede ser que para un momento de nuestra vida el sin sentido nos provea un tipo de felicidad, pero en otro, nos enfrente a la necesidad encontrar un sentido que nos brinde orientación y dirección una vez agotada esa etapa vital del sin sentido. Entender que se puede sin problemas pasar de uno a otro y que la vida requiere múltiples estrategias a medida que crecemos y evolucionamos, incluso cambiar de sentido, o tener más de uno, es entender que somos seres complejos y que merecemos cuidarnos y auto-observarnos constantemente.

Es importante entender que somos seres sociales viviendo en comunidad, y que no podemos abstraernos de nuestro medio social. Por esta razón es posible que tropecemos en esta construcción interna y externa múltiples veces. Algunas por errores propios, pero muchas otras por situaciones que escapan a nuestras decisiones y control. Por eso es altamente importante ser, para con nosotros mismos, los mejores amigos posibles, tratándonos bien, amablemente, tenernos paciencia, y buscar tiempo y espacio para meditar sobre nuestra vida y la dirección que estuviera tomando.

Recordemos siempre preguntarnos si a medida que pasa el tiempo crece la felicidad o el sufrimiento en nosotros y en quienes nos rodean.

Y no olvidemos que dar es tanto o más importante que recibir.  Gran parte de la unidad interna tiene relación con el dar y con la coherencia que provee la “regla de oro” de tratar a los demás como quisiéramos ser tratados.

 



jueves, 23 de enero de 2020

Compartir Lo Que Somos

Compartir. Dicen que somos lo que pensamos, lo que sentimos, lo que hacemos, lo que intentamos, incluso lo que comemos. Pero ¿qué sucede con aquello que compartimos? 

“Estamos en dos mundos, uno externo que penetra por los sentidos y es compartido por todos. Y uno interno que nuestros sentidos no encuentran”. (Alejandro Jodorowsky)

Compartimos a todas horas. Imágenes, vídeos, noticias, palabras, objetos, comida, espacios. Cosas que se pueden ver, oír, tocar, incluso oler y saborear.

Pero también existe una información imperceptible de la que nos desprendemos durante nuestra actividad diaria. Y compartimos con familiares, amigos, conocidos, incluso desconocidos, algo de lo que apenas somos conscientes.

Esto puede originar conflictos. Sobre todo en una actualidad donde compartir fácil y rápidamente a través de un clic, siendo guiados por una emoción o un sentimiento es tendencia.

Lo interesante es que hoy podemos convertir una acción tan sencilla como ésta, en herramienta para nuestro crecimiento personal.

Piensa dónde estuviste ayer. Con quién. Qué hiciste.

Teniendo en cuenta que los elementos de comunicación más importantes son aquellos que no se ven ¿qué crees que revelaste a través del lenguaje social no verbal que utilizaste?

Eres responsable de lo que compartes, no de lo que yo interprete.

Pero si el diálogo no es el adecuado levantarás muros allí donde quieres tender puentes.

Cuando compartes, lo notable no es el espacio sino el lugar desde donde lo haces.

El corazón es la caja fuerte donde guardamos los sentimientos. Donde escondemos nuestros motivos y donde mejor resuena el valor que damos a cada cosa.


Solidarios


La solidaridad nace del ser humano y se dirige esencialmente al ser humano.
La verdadera solidaridad, aquella que está llamada a impulsar los verdaderos vientos de cambio que favorezcan el desarrollo de los individuos y las naciones, está fundada principalmente en la igualdad universal que une a todos los hombres. Esta igualdad es una derivación directa e innegable de la verdadera dignidad del ser humano, que pertenece a la realidad intrínseca de la persona, sin importar su raza, edad, sexo, credo, nacionalidad o partido.
La solidaridad trasciende a todas las fronteras: políticas, religiosas, territoriales, culturales, etc. Para instalarse en el hombre, en cualquier ser humano, y hacer sentir en nuestro interior la conciencia de una “familia” al resto de la humanidad.
La solidaridad implica afecto: la fidelidad del amigo, la comprensión del maltratado, el apoyo al perseguido, la apuesta por causas impopulares o perdidas, todo eso puede no constituir propiamente un deber de justicia, pero si es un deber de solidaridad.
Un análisis del concepto del valor de la solidaridad nos ofrece los siguientes componentes esenciales:
1º Compasión: porque la solidaridad es un sentimiento que determina u orienta el modo de ver y acercarse a la realidad humana y social, condiciona su perspectiva y horizonte. Supone ver las cosas y a los otros con los ojos del corazón, mirar de otra manera. Conlleva un sentimiento de fraternidad, de sentir la empatía por el dolor de los otros.
2º Reconocimiento: no toda compasión genera solidaridad, sólo aquella que reconoce al otro en su dignidad de persona. La solidaridad así tiene rostro, la presencia del otro demanda una respuesta.
3º Universalidad: “La desnudez del rostro”, la indefensión y la indigencia es toda la humanidad y simboliza la condición de pobreza de esfera intimista y privada.
¿Qué entendemos por solidaridad?
Su concepto ha experimentado un proceso de transformación que se refleja en todos sus ámbitos. Para algunos es la reivindicación de derechos fundamentales y para otros sólo una actitud de piedad centrada en la limosna y en la asistencia.
La solidaridad siempre implica los siguientes puntos:
· La solidaridad es una virtud contraria al individualismo y al egoísmo.
· Se refleja en el servicio y busca el bien común.
· Su finalidad es intentar o solucionar las carencias espirituales o materiales de los demás.
· Requiere discernimiento y empatía –ponerse en el lugar del otro-

¿Por qué solidaridad?
Solidaridad, porque es lo justo, porque todos vivimos en una sociedad, porque todos necesitamos de todos, porque todos estamos juntos en este barco de la civilización; porque somos seres humanos, iguales en dignidad y derechos.