martes, 15 de agosto de 2017

Actitud Para La Vida


¿Qué es la actitud? ¿Mejorar la actitud puede ayudarnos ante las cosas importantes de la vida? ¿Por qué es tan importante tener buena actitud o tener una actitud positiva?

La actitud se desarrolla a partir de los propios sentimientos y pensamientos internos, y se inherente al comportamiento de cada uno. De esta manera, las actitudes pueden ser un resultado de la experiencia, tanto personal como de la se ha observado en los otros, y pueden estar influenciadas por las normas y los roles sociales. Las conclusiones que sacamos de esa experiencia influyen en nuestras creencias y comportamientos.

Pero las actitudes se pueden cambiar y mejorar. Todo el mundo se siente muy bien cuando es elogiado por su actitud ante las circunstancias cuando esta es positiva, optimista o implica la puesta en marcha de habilidades sociales que ayudan a otros o a uno mismo. Para llegar a esto es necesario analizarse a uno mismo para saber qué cambios es necesario hacer.

En el fondo, cambiar de actitud significa buscar un cambio en la perspectiva de la vida. La actitud positiva conlleva sentimientos positivos y energía  para vivir y, por lo tanto, te hace feliz. Sin embargo, las actitudes negativas fomentan los sentimientos de tristeza. 

La actitud se puede cambiar experimentando la belleza de la vida y siguiendo algunos sencillos pasos.

Madrugar y salir a dar un paseo es una excelente forma de empezar bien el día. Si no tienes costumbre, es fácil que te cueste un poco de esfuerzo, pero merece la pena.
Autoanalizarse es la mejor manera de encontrar lo mejor de uno mismo y de pensar en las cosas positivas que hay en el interior. Es necesario, además, pensar por qué los aspectos negativos afectan tanto, intentando destacar todo lo positivo.

No todas las cosas pueden ser siempre como tú quieres, pero eso no quiere decir que las cosas sean siempre así. Por eso, cuando las cosas no salgan como esperabas o surja algún contratiempo, piensa que mañana será otro día que te brindará una nueva oportunidad.

En la actitud influyen los factores externos, tanto para lo bueno como para lo malo. Por eso es muy conveniente buscar formas de obtener influencias positivas, escuchando charlas de motivación, películas que hablen sobre superación y actitud positiva y pasando tiempo con personas que muestren buena actitud.

La vida no es un camino de rosas. Todo el mundo pasa por dificultades. Centrarnos en los puntos negativos supone una actitud pesimista y negativa. Para ser optimista, piensa en los positivo, en las nuevas oportunidades que se presentan, y afronta las dificultades como nuevos retos que te permitirán mejorar como persona.

Para tener una buena actitud es necesario obtener energía positiva del entorno. Por lo tanto, busca estar acompañado de gente positiva y procura evitar a todas esas personas tóxicas que esparcen su negatividad y su mal humor. Si tú sacas la basura fuera de casa no permitas que nadie deje la suya en tu puerta.

Solo las personas con grandes sueños pueden lograr grandes cosas en la vida. Cuando sueñas, tus esfuerzos se enfocan en lograr eso que deseas. No importa lo grande o pequeño que sea tu sueño, ni lo extraño que parezca. Tener un sueño es el primer paso para una gran actitud, que se reflejará en todos los aspectos de tu vida.

Busca una afición que te guste y reserva un tiempo para ti. Eso te ayudará a aliviar la tensión y liberar estrés. Además, te sentirás realizado.

Todo lo que sucede a tu alrededor te da una oportunidad para aprender y mejorar, tanto las cosas positivas como las negativas. Además, es importante ser proactivo a la hora de aprender cosas nuevas que nos hagan ser mejores cada día. Aprender te hace sentir feliz y más confiado en ti mismo, lo que te permitirá desarrollar tu actitud en la dirección correcta.


Cuando estés estresado y  sientas que n o puedes más, que los esfuerzos no dan sus fruto, entonces tómate un descanso. Al tomar un descanso, revitalizas el ánimo tanto física como mentalmente. Descansar bien, dormir bien y comer bien son factores ayudan en tu bienestar general y pueden colaborar en el desarrollo de  una buena actitud y comportamiento. 

Después de un descanso, sentirás la diferencia.

lunes, 14 de agosto de 2017

Las Secuelas Del Egoísmo


La negación del sentir sistemática, automática e inconsciente que padece la mente humana está estrechamente relacionada con una vivencia generalmente basada en el miedo, un modo de ser insensible, defensivo, desconfiado, cruel y superficial que solo alcanza algún significado a la sombra del egoísmo. Miedo y egoísmo. El miedo es la negación del sentir, y esta es la principal herramienta del egoísmo.

 Muchísimo más extendido, enraizado y popularizado que el cristianismo, el agnosticismo, el ateísmo, el budismo, el judaísmo o el islamismo, el egoísmo es la religión con más adeptos del mundo. Se ha extendido desde el mismísimo origen de la humanidad, abarcando todos los tiempos y todas las culturas. Su principal baza precisamente consiste en que casi nadie sabe que el egoísmo es un sistema de creencias mucho más sofisticado que el de cualquier otro “-ismo”.

En el sistema de creencias del ego, su principio fundamental dice que en tu esencia eres algo horrible, y lo mejor que puedes hacer es no mirar adentro, ya que si vieras lo que eres en el fondo, quedarías espantado y no lo podrías soportar. Por esta misma razón, más vale que nadie te llegue a conocer de verdad. Esta culpa profunda e inconsciente ha sido llamada también “pecado original”, y viene a decir que tu esencia es el mal, una especie de error esencial por el cual sufres cada día. Esta ilusión es la base del ego.

Por otro lado, sabes intuitivamente que la mejor manera de mirar tus adentros consiste en sentir, ya que si bien el pensamiento puede estar engañándote sobre lo que realmente crees en el fondo, el sentimiento será noble y fiel a tu estado de tu conciencia actual, revelándote sin doblez lo que realmente hay en tu mente. Resultando tan evidente que el sentir es la manera de afrontar la verdad sobre ti mismo en el momento del ahora, y que sirve de conexión entre lo subconsciente y lo consciente, el ego ha establecido todo tipo de mecanismos por los cuales has llegado a creer que sentir es sinónimo de sufrir. Si sientes, te darás cuenta de lo horrible que eres y de lo horrible que es la vida
.
Para empezar, la idea de que tu esencia es “intrínsecamente mala” solo puede surgir de un punto de vista enjuiciador y condenatorio, ya que básicamente no existe nada malo o bueno por naturaleza. Lo que llamamos bueno y malo solo lo establecemos a partir de su utilidad en pro de un objetivo, o bien tras percibir “cómo se siente”. Lo bueno es aquello que nos permite conseguir lo que deseamos, y definitivamente, lo que deseamos es sentirnos bien. Lo malo es lo que nos impide estar bien o lo que nos produce sufrimiento. Visto así, la cosa queda mucho más simple, ¿no te parece?

De modo que imaginar que existe una esencia intrínsecamente negativa es absurdo, ya que lo esencial no puede ser ni negativo ni positivo a no ser que lo sometamos a un punto de vista, una manera de sentir particular con objetivos particulares. Esto es ni más ni menos que un sujeto observador, es decir, un ego. Lo bueno o malo es relativo al que observa, mientras que la esencia es absoluta por definición. En otras palabras, el ego no tiene ni idea de cómo es la esencia.

Una vez desmantelada la falacia primordial del egoísmo, descubrimos que los motivos por los cuales el ego tiene miedo a sentir, son los mismos motivos por los cuales el ego tiene miedo a la verdad. Si nuestra conciencia alcanzara la verdad, el ego desaparecería como una sombra ante la luz del sol. El ego tiene miedo a la verdad. En realidad, el ego es el miedo en sí, y evita la verdad.

De ahí su gran interés en que evitemos el sentir. En nuestra sociedad del egoísmo, evitar sentir se considera algo normal. Existe un dogma tácito de represión a todo sentir, a cualquier sentir. Si en un momento de tristeza rompes a llorar, pronto alguien se te acercará a decirte que no llores. Si expresas temor, alguien vendrá a decirte “no temas”. Si te enfadas, pronto te dirán que no te enfades, llenos de temor. Y si estás nervioso, te dirán “cálmate”.

Es como si existiera un sistema globalizado de amortiguación de la emoción. Debajo de todo esto subyace la idea de que sentir solo te puede llevar a la desgracia o a cometer más errores, hay una idea generalizada de que sentir es malo, de que las emociones deben de ser extirpadas y comportarnos todos como robots muy razonables y eficientes
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Pero no solo no es verdad, sino que no es efectivo. Solo si estás en un creciente y profundo contacto con tu sentimiento podrás limpiar tu mente. Lo que ocurre es que la sociedad expresa con claridad su ancestral miedo a sentir: la principal herramienta para limitar el crecimiento de la conciencia de que dispone el ego.


Esto no significa que debamos hacer constantemente una apología del miedo, el sufrimiento o la ira. Fíjate que aunque el ego haya establecido y generalizado el miedo a sentir, la sociedad ya hace una constante apología del sufrimiento, el miedo y la ira. Porque la sociedad hace grandes sus miedos, los difunde por sus periódicos, televisores y otros medios de comunicación, se hacen patentes en sus leyes y en sus resoluciones, en las reuniones y conversaciones. 

La sociedad del miedo es un círculo vicioso que aunque teme sentir, no deja de sentir aquello que más teme.

Altruismo

Entendido como una de las cualidades más admirables e inherentes al ser humano, el altruismo es la capacidad de actuar desinteresadamente en beneficio de otros que pueden necesitar la ayuda o que se encuentran en condiciones de inferioridad. 

Se considera que el altruismo es una condición inherente al ser humano ya que el mismo, al vivir en sociedad, se relaciona con otros individuos y desarrolla todo tipo de sentimientos de compasión, empatía y amor que lo llevan a actuar de manera desinteresada y compasiva. 

La palabra altruismo tiene su origen en un vocablo del francés antiguo, altruisme, que significa darse a uno mismo para ayudar a aquel que lo necesita.

El altruismo implica en la mayoría de los casos actuar en favor de un otro aún cuando el resultado de esa acción puede ser perjudicial o dañina para quien la llevó a cabo. 

En este sentido, los comportamientos altruistas que muestran los seres humanos y otros seres vivos se oponen a la teoría darwinista de la supervivencia de los más aptos ya que supone la completa entrega a pesar de conocer la posibilidad de la muerte o la extinción.


El altruismo es uno de los elementos más celebrados por todas las religiones tradicionales, especialmente el Cristianismo, el Judaísmo, el Islamismo, el Budismo y el Hinduismo entre otras.

Para todas ellas, el ser humano es un ser noble creado a semejanza de su dios y por tanto actúa naturalmente en beneficio de aquellos que más lo necesitan. En el caso del Cristianismo, la entrega de Jesús al sacrificio con el objetivo de salvar a la Humanidad del pecado es el ejemplo más patente y conocido de altruismo.

Hay muchas actitudes que normalmente acompañan al altruismo y que tienen que ver con comportamientos considerados éticos y morales. Entre estas actitudes debemos mencionar la compasión, el amor por el prójimo, la empatía, la solidaridad, etc.

Del mismo modo, también hay actitudes y formas de actuar opuestas al altruismo y algunas de ellas pueden ser el egoísmo, el individualismo y la búsqueda de la propia satisfacción sin importar la necesidad de los demás.


Universalidad



La inmensidad del cerebro es similar a la del universo

Una reciente publicación de David Jou(Cerebro y Universo, Dos Cosmologías) parte de la observación científica de las estructuras globales del universo y del cerebro. 

Jou es físico, científico y poeta; catedrático de física en la Universidad Autónoma de Barcelona y traductor de la última obra de Stephen Hawking “El Gran Diseño”, publicada en español en el año 2010. 

El universo está poblado de galaxias y el cerebro de neuronas. La sensación de totalidad es común al cerebro y al universo. Nos cuesta imaginar el cerebro como un universo, porque es reducido, laberíntico y opaco. Pero lo que convierte un espacio en un universo es la sensación de totalidad. No es necesario que esa totalidad se manifieste explícitamente a los sentidos.

Tanto el cerebro como el universo nos producen el vértigo de la totalidad indefinidamente inabarcable. Es más pertinente, incluso, que se imponga ante nosotros con una cierta sensación de vértigo, como algo indefinidamente inabarcable y escurridizamente misterioso. 

El estilo del libro es escueto, en el planteamiento de las reflexiones científicas; y profundo, en la búsqueda de metáforas que amplían el horizonte del pensamiento. David Jou describe en él relaciones entre los conocimientos científicos del universo y del cerebro que proyectan nuevas facetas, científicas y humanas, en el estudio de ambas realidades. 

El punto de partida del libro es la observación científica de las estructuras globales del universo y del cerebro. El universo está poblado de galaxias y el cerebro de neuronas. La sensación de totalidad es común al cerebro y a universo. Nos cuesta imaginar el cerebro como un universo, porque es reducido, laberíntico y opaco. Pero lo que convierte un espacio en un universo es la sensación de totalidad.

No es necesario que esa totalidad se manifieste explícitamente a los sentidos. Tanto el cerebro como el universo nos producen el vértigo de la totalidad indefinidamente inabarcable. Es más pertinente, incluso, que se imponga ante nosotros con una cierta sensación de vértigo, como algo indefinidamente inabarcable y escurridizamente misterioso.

Vivimos aturdidos, confusos y apresurados, sin prestar suficiente atención a aquello que requiere un esfuerzo de concentración y una disciplina de silencio. Existe un silencio científico y un silencio poético y metafísico ante el misterio que nos supera. El espacio exterior del universo y el espacio interior del cerebro nos invitan a ir más allá de la familiaridad y entrar de vez en cuando en la sorpresa.

Jou recorre el camino que va del universo inabarcable al cerebro inabarcable. Desde hace un siglo, el espacio exterior a la galaxia ya no es impenetrable. Desde hace dos décadas, el espacio del cerebro interior tampoco es impenetrable. Destellos, sensores, algoritmos, pantallas, muchas horas de observación, muchos tanteos más allá de los sentidos. Al hablar, al escuchar, al pensar, en la oscuridad de nuestro cerebro se encienden luces virtuales como galaxias efímeras. Somos más que esos fulgores, pero ellos nos revelan parte de lo que somos. 

El desarrollo tecnológico de la neurociencia no nos deja impresionarnos por su inmensidad global. Sin embargo sí que vivimos impresionados por la inmensidad global de la ciencia del Universo. Aún no hemos tenido tiempo de asimilar tanta novedad, tanta información, tantos nombres extraños. Al contemplar el cielo nocturno, sabemos los nombres de unas pocas constelaciones y desconocemos las demás, pero ello no nos impide impresionarnos ante sus presencias. Quizás ocurrirá lo mismo con el cerebro: más allá del agobio de centenares de nombres especializados nos iremos familiarizando con las imágenes internas de nuestros cerebros, y querremos saber más, ir más lejos. 

El libro de David Jou sin dejar de circunscribirse a un lenguaje científico, apunta hacia la metáfora creadora. Jou va más allá de la mera descripción del cerebro físico hasta la mente personal insinuando intuiciones que van más allá de la escueta presentación de las áreas excitadas del cerebro a las sensaciones y emociones subjetivas y las vivencias únicas tal como todo eso puede ser visto por la ciencia actual. El nexo que sirve para conectar el cerebro físico con el universo cosmológico es sobre todo el últimamente el mundo de la información. 

El espacio cósmico y el espacio del cerebro son junto con el genoma los tres espacios más fascinantes de la actualidad. ¿Cuál es el papel de la información en la cosmología física, basada hasta ahora sólo en materia y energía? ¿Cuál es el papel de las células de glía sobre la memoria y la capacidad de procesamiento del cerebro? 

Para Jou, cerebro y universo sugieren dos modos diferentes de considerar la razón. La razón como conjunto de leyes inteligibles y la razón como capacidad humana de entender las leyes. Detrás de estas dos visiones está el misterio de lo incomprensible: Lo más incomprensible del universo es que sea comprensible (Einstein). 

Hugo W Arostegui


Refranes


De Ayer Ahora Y Mañana
Los refranes son dichos breves, que representan algún aspecto del sentido común o de sabiduría popular.

Los refranes, asimismo, pueden ser entendidos como proverbios. Ya que refranes y proverbios son sinónimos. La palabra refranes, viene del francés refrían. En cambio, la palabra proverbios, proviene del latín, proverbium.

Es así, como los refranes o proverbios, expresan verdades básicas de la vida o algún tipo de concepto práctico sobre el quehacer humano.

De igual manera, los refranes o proverbios, pueden hablar sobre conductas humanas, en cuanto a las reglas que las determinan.

Refranes:


Hijo De Tigre Sale Pintado

Árbol Que Nace Torcido Jamás Su Tronco Endereza

Mal De Muchos Consuelo De Tontos

Con Dinero Baila El Perro

El Habito No Hace Al Monje

El Que Nace Para Tamal Del Cielo Le Caen Las Hojas

Más Vale Maña Que Fuerza

El Que Nace Para Maceta Del Corredor No Pasa

El Que Con Lobos Anda A Aullar Se Enseña

El Amor Para Que Dure Debe Ser Disimulado

Del Árbol Caído Todos Hacen Leña

Paga Lo Que Debes Y Sabrás Lo Que Tienes

Los Hechos Son Amores Y No Buenas Razones 


Donde Manda Capitán No Gobierna Marinero

domingo, 13 de agosto de 2017

Pensamiento Trascendente


La vida está llena de sutilezas que pasamos por alto o banalizamos. Sin embargo, son esas sutilezas las que nos hacen reflexionar y ponernos a prueba. En estos tiempos de incertidumbre que vivimos, es más importante que nunca hacer aflorar ese lado delicado de nosotros mismos, a nivel de pensamientos, de emociones y sensaciones. Es nuestro aliado más valioso, el que nos da las claves para superar los miedos y volver a confiar en la vida. Tenemos que recuperar esa delicadeza que nos humaniza y glorifica, que nos permite sentir toda la belleza que nos rodea.

Atreverse a sentir
La vida consciente es para valientes. Requiere quitarse la armadura, estar dispuesto a conocerse, atreverse a nadar en aguas profundas para hallar las respuestas que están dentro de nosotros mismos y afloran a nuestra conciencia. Paradójicamente, en un intento fallido de evitar el dolor, nos hemos ido endureciendo cada vez más. Hemos bloqueado nuestra sensibilidad, cuando lo que más sufrimiento nos causa es, precisamente, desconectarnos de ella.

El trabajo de autoconocimiento requiere todo nuestro coraje y sinceridad para producir esa renovación interior que nos permite evolucionar, ser más coherentes con nuestra esencia y con nuestros actos. Es imprescindible tomarse tiempo para reflexionar en profundidad acerca de quiénes somos, en qué momento de nuestra evolución estamos y de qué manera podemos acceder a una visión global, más actualizada y real de nosotros mismos. Solo así podremos afrontar los desafíos que nos plantea la vida.

Los grandes enigmas existenciales
¿Quién soy?, ¿qué hago aquí?, ¿qué sentido tiene mi vida?, ¿por qué no puedo ser feliz?, ¿por qué tengo miedo?, ¿por qué enfermamos?, ¿qué ocurre después de la muerte? Esas preguntas que se hace todo buscador de la verdad son las que centran el debate de los seminarios y a las que cada uno podrá ir dando respuesta a lo largo del mismo. La finalidad de este trabajo es tomar conciencia de la naturaleza de nuestros miedos para trascenderlos, adentrarnos en nuestro dolor esencial para liberarlo, conocer nuestros talentos y apoyarnos en ellos. 

En suma, ofrecer al mundo lo mejor de nosotros mismos y para lograrlo tenemos que ser los promotores de nuestro propio cambio. Debemos equilibrarnos, drenar todo el material denso que hemos acumulado a lo largo de la vida: los miedos, el sufrimiento, los parámetros de referencia que oscurecen y empobrecen nuestro mundo afectivo.

Nadie muere, la vida continua
La muerte es, sin duda, el miedo raíz del ser humano, el que alimenta todas sus inseguridades y temores. Vivimos de espaldas a la muerte, perdiendo el sentido natural del fin de la existencia y de la continuidad multidimensional de la Conciencia. 

Prepararse para afrontar la muerte es todavía una asignatura pendiente que llena de incertidumbre a millones de personas. El pánico a desaparecer, a dejar de ser uno mismo, se contrarresta mediante el desarrollo consciente de nuestra propia trascendencia. Solo entonces podemos disipar la angustia existencial de perder la identidad. La muerte es un umbral evolutivo de transformación que nos conduce a la vida multidimensional y a las infinitas posibilidades de evolución de la Conciencia. Es el reto más importante que el ser humano debe acometer en su vida.

La muerte lúcida, despojada de todo dramatismo, es la consecuencia natural de encontrar sentido a la vida, de haber perdido todos los miedos y transformado las creencias en conocimiento directo. 

Cuando superamos el miedo a morir, porque entendemos cómo está organizado el Universo y qué ocurre cuando abandonamos el cuerpo, empezamos a comprender nuestra naturaleza trascendente y a vivir con plena conciencia.


Ser Genuinos


Todos buscamos sacar lo mejor de nosotros mismos, pero muy pocos lo logran.
Somos el peor enemigo al momento de alcanzar el éxito, soñar y vivir la vida que deseamos. Algunas personas incluso adoptan comportamientos autodestructivos como adicciones.

No importa la edad que tengas, siempre resulta complicado sacar lo mejor versión de nosotros mismos.

Hay quienes son autodestructivos sin darse cuenta y otros que lo saben, pero no hacen nada para cambiar. Si te sientes listo y decidido para ser la mejor versión de ti mismo sigue los siguientes pasos
:
Deja de hablar en negativo
“Soy un fracaso en el amor”, “nunca podré tener el cuerpo que deseo” y “mi vida es un asco” son solo tres de las frases que solemos decir constantemente.

Cuando tienes esta clase de conversación negativa te convences de que ciertas ideas irracionales son reales y verdaderas.

Esto es un verdadero problema porque ocasiona que te sabotees o que dejes de intentar las cosas. Aprender a callar la autocrítica negativa es muy importante y debes comenzar tomando conciencia de ella.

Identifica los momentos en que estas frases comienzan a aparecer en tu mente.
En cuanto veas que has comenzado a sabotearte, piensa en algo positivo y cambia por completo esta conducta. Con el tiempo te será más fácil.

Deja de criticar y juzgar a los demás
¿Te has dado cuenta de lo fácil que resulta criticar a los demás? Esto nos da una sensación de superioridad aunque no tenga fundamento alguno.

Para ser la mejor versión de ti mismo necesitas eliminar toda la energía negativa de tu vida
El primer paso puede ser evitar juzgar a otros. Cuando pasas el tiempo criticando, dañas a esa persona en su autoestima y a ti en tus relaciones interpersonales.

Permítete conocer a quienes te rodean sin crear ningún tipo de expectativa y sin esperar que sean como deseas. Cada uno de nosotros es distinto y eso está bien.

Cada uno vive como desea y tú debes hacer lo mismo.
Deja de temer al fracaso
Una de las cosas que evitan que seas la mejor versión de ti mismo es el miedo al fracaso. Quizás deseas algo con todas tus ganas pero no atreves a lanzarte porque tienes miedo de equivocarte. Entonces optas por evitar el riesgo y pasar el tiempo sintiendo que algo va mal con tu vida.

Las personas más auténticas son aquellas que saben lo que quieren y van por ello
El resto solo se conforma con recibir lo que la vida le da. 

No temas equivocarte, los errores son la mejor fuente de conocimiento y crecimiento.
Haz lo que deseas

Esto tiene mucho que ver con el fracaso. Si pasas la vida entera huyendo del fracaso es probable que termines haciendo cosas que realmente no quieres. Desde estudiando algo que ni te interesa hasta casándote con alguien que no te hace feliz.

La mejor versión de ti mismo aparece cuando te arriesgas a encontrarte. Sueña y haz lo posible por volver reales esos sueños.


No permitas que alguien te diga que no puedes hacerlo solo porque no es lo normal.

Todo Aquello Que Nos Conmueve


¿Estás buscando una motivación distinta? ¿Obtener mejores resultados en tu vida? En esta oportunidad me gustaría compartir con cada uno una llave que puede ser la catalizadora del potencial dormido que podemos tener en nuestro interior. Quiero que todos podamos sumergirnos en un tema muy interesante: Desafíos personales.

Si podemos aprovechar cada una de las ventajas que el ponernos a prueba sabiamente puede traernos, estaremos aumentando nuestras posibilidades de superación personal. A continuación los cuatro beneficios que podemos obtener al plantearnos un desafío personal.

Creo, sin temor a equivocarme, que tener un desafío que atravesar es una de las formas más efectivas de superarnos, como dice Charles Dickens “Nunca sabe un hombre de lo que es capaz, 
hasta que lo intenta”. Tener algo que nos movilice a dar más de lo que normalmente ofrecemos puede ser lo que la mayoría de las personas necesitemos para llevar nuestro desarrollo personal a niveles superiores.

Generalmente, por nuestra condición de seres humanos, tendemos a conformarnos, es decir,  permanecer en nuestras áreas conocidas, lo que comúnmente llamamos zona de confort. En este lugar el tiempo de crecimiento parece detenerse, no hay nada nuevo que nos estimule ni movilice, las mismas cosas suceden una y otra y otra vez. La mala noticia es que esto no es lo peor, ya que el hecho de permanecer en esta zona actúa como un poderoso somnífero en nosotros, dejándonos dormidos a lo largo de los días, y esto es triste. Y para empeorar las cosas, es muy fácil acostumbrarse, y podemos llegar a morir sin haber conocido aquellas cosas de las que éramos capaces.

Creo que una de las tragedias más grandes para el ser humano es no poder llegar a ver y darse cuenta del inmenso potencial que reside en su interior, es por esto que dedico mi vida a buscar maneras de transmitir la pasión por crecer y seguir renovándonos. En esta oportunidad me gustaría recalcar esta idea: proponerte un desafío nuevo es una de las llaves para que puedas salir de tu zona de confort y comenzar a caminar en el universo novedades que no conocemos de nosotros. Esto te estimula a superarte, ese es el poder de un desafío.

Un desafío te ayuda a enfocarte
“Tener la disciplina de ir renovando nuestros desafíos creativamente no nos da más energías, sino que ayuda a ordenarlas y encausarlas de forma más efectiva.”

Como pude comentar en artículos previos, la capacidad de enfocarme es una de las cosas que más impacto tuvo en mi vida. No solo porque podía ver más detalles en las cosas que emprendía, sino que me permita dar de mis más y mejores esfuerzos para avanzar.

Tener la disciplina de ir renovando nuestros desafíos creativamente no nos da más energías, sino que ayuda a ordenarlas y encausarlas de forma más efectiva. Para entender mejor este punto voy a ilústralo de la siguiente manera: Imaginemos la lluvia. Es agua que cae en forma de gotas dispersas y, por si solas y separadas no pueden tener un gran impacto. Ahora bien, vivo en una zona en la que las calles suelen inundarse. Cuando la lluvia es persistente, todas estas gotas insignificantes son capaces de inundar las calles y provocar grandes incidentes.

No es una de las analogías más positivas, pero el punto es el siguiente: si nuestra energía se encuentra dispersa o inactiva no puede lograr demasiado pero, al igual que las gotas, cuando podemos enfocar nuestras energías en un punto, su potencial se vuelve inmenso, y es por esta razón que un desafío puede ayudarte a reorganizar tus fuerzas y darle un mismo sentido. 

Adquirir esta práctica puede sacar lo mejor que hay en nosotros y llevar nuestra vida a lugares que no nos creíamos capaces de alcanzar. Un desafío te ayuda a enfocarte, y esto te da un gran impacto como ser humano.


Determinación


La palabra determinación admite varios usos en nuestro idioma, aunque, entre los más extendidos, sin dudas, destaca aquel que expresa a través de ella decisión y resolución respecto de algo. Es decir, cuando se emplea la palabra en ese sentido es porque se tendrá tomada una decisión respecto de alguna situación a resolver. Ya tome la determinación de finalizar mi relación con Patricio, no tiene futuro y me hace daño.

Entonces, el sinónimo más usado para esta referencia es el de decisión.

Por otra parte, la determinación puede consistir en la osadía, el valor o el atrevimiento con el cual se actúa, comporta, una persona, en determinada situación.
Tenés que demostrarle mayor determinación a tu hijo sino siempre te va a llevar por delante. Gracias a su determinación se graduó antes de fin de año.
O sea, que este sentido del término es especialmente usado para indicar la ausencia o la presencia de valor en alguien.

Otro uso que también se le atribuye a la palabra es el de establecimiento de los límites que presentará algo. Si no se procede a una concreta y eficiente determinación de fronteras, padeceremos un constante problema de comercio ilegal.

También, la palabra se usa para definir las características que ostenta algo. El médico le mando a hacer varios estudios para así llegar a una definitiva determinación de su enfermedad.

Entre los sinónimos más usados para estos últimos dos sentidos de la palabra indicados se destaca el de evaluación.

Mientras tanto, el concepto que se opone es el de indecisión, que justamente refiere la dificultad que presenta alguien a la hora de tener que decidirse sobre algo.

Por su parte, la autodeterminación consiste en la independencia que dispone una persona, un grupo, una entidad, y que entonces le permitirá tomar sus propias decisiones en temas de interés sin necesidad de tener que consultar la decisión con nadie.


En las entrañas de la mente


“Vivimos en un país y en un sistema educativo donde ni todo el mundo lo hace mal ni todo el que lo hace mal lo hace mal siempre. Tenemos muy buenos profesionales, pero lo triste es que estemos llenando de "neuros" todos los campos del conocimiento, con el peligro de crear una burbuja que un día nos puede estallar en la cara”

“La gran esperanza para borrar las memorias indeseables está en una de las técnicas más modernas de la biología molecular y la neurociencia: la optogenética. Ésta, que ya se aplica en roedores con sorprendentes resultados, permite, mediante radiaciones luminosas especiales, activar o desactivar las memorias almacenadas en el cerebro”

“Los estudios e investigaciones que se han hecho para tratar de conocer cuánta inteligencia heredamos de nuestros progenitores no atribuyen a la herencia biológica más de un cuarenta por ciento de la que tenemos”

“La razón es un proceso cerebral y mental lento, necesita tiempo para imponerse y las circunstancias extremas no suelen otorgarlo. Ese es su talón de Aquiles”

“Hace unos 100 años Santiago Ramón y Cajal propuso que el sustrato nervioso para el aprendizaje y la memoria era el reforzamiento de las conexiones, o incluso la formación de nuevas conexiones, entre células nerviosas. Hoy tenemos la confirmación definitiva de que tal cosa ocurre. Hace unos 100 años Santiago Ramón y Cajal propuso que el sustrato nervioso para el aprendizaje y la memoria era el reforzamiento de las conexiones, o incluso la formación de nuevas conexiones, entre células nerviosas. Hoy tenemos la confirmación definitiva de que tal cosa ocurre”

“Los neurocientíficos deterministas, los que no creen que seamos plenamente libres, afirman que la libertad es otra de esas grandes ilusiones que crea el cerebro. Si la libertad es una ilusión, podemos decir que es una ilusión que nos ayuda a vivir mejor y eso incluye el sentido de responsabilidad, que aunque fuese otra ilusión más es algo que crea cohesión social y promueve la cooperación entre...”

“El pensamiento es la actividad mental, y, por tanto, cerebral, que tiene lugar en ausencia de la cosa misma sobre la que se piensa. El cerebro no se para nunca pues, mientras funcione, estamos pensando de un modo u otro, o procesando información de manera inconsciente. Una mente sin pensamientos tiene poco sentido, sería algo así como un recipiente vacío y, por tanto, un mero adorno”

“El mal llamado "equilibrio emocional" no consiste tanto en victorias o imposiciones racionales, ni en la represión o el control de las propias emociones, como en el encaje o acoplamiento entre nuestras emociones y nuestro razonamiento, o sea, en un equilibrio entre diferentes procesos mentales


“Erróneamente, hay quien ha llegado a creer que la homosexualidad es una condición basada en sentimientos perversos adquiridos y modificables, cuando, en realidad, es una condición tan biológicamente normal, como la heterosexualidad o la bisexualidad”

Lo Que Será


“Que será, será lo que deba ser, el tiempo te lo dirá, que será,  será”
Y si bien algunas personas encuentran en esta frase algo de tranquilidad, la realidad es que este comportamiento no es más que un sinónimo de pasividad y resignación.

Si eres de los que piensa que tu destino ya está definido y premeditado, no existe razón alguna por la cual debas tomar acción y levantarte cada día, ¿para qué hacerlo?

Si vas a asumir que tu vida es una novela, ten presente que somos nosotros, tú y yo, los que la estamos escribiendo a medida que la vamos viviendo, y solo hasta que experimentemos cada instante y decidamos qué significado le queremos dar y qué tanto nos vaya a afectar; los momentos serán eventos insignificantes y poco determinantes en nuestro “destino”
.
Imagina que un terremoto en tu ciudad mata a miles y miles de personas. Si tu solución es preguntarte por qué sucedió esto, tu propuesta resulta ser un ejercicio bastante inútil, lo que realmente debes cuestionarte es ¿qué voy a hacer al respecto? Debes ser consciente que ser exitoso es una decisión tomada por ti.

Puedes ayudar a los sobrevivientes. Puedes mejorar el plan contra los desastres naturales. Construir un computador que pronostique los terremotos. O puedes simplemente sentarte y decir: Todo ocurre por alguna razón.

La realidad es que tus acciones, hoy y mañana, aumentarán o disminuirán la felicidad y tu grado de satisfacción en este mundo, así que ten presente que es tú responsabilidad hacer la diferencia
.
Y la próxima ocasión que se te presente un desastre en tu vida, recuerda que son tus decisiones y acciones las que verdaderamente van a importar. Así que, en vez de decir “todo ocurre por alguna razón” empieza a creer y actuar pensando que “todo lo que hago es por alguna razón”.

Asume la evidencia de los efectos reales de tus pasos y no insistas en lo que creías que tenía que haber pasado.

Trabajar desde el ego produce más ego, confusión, cansancio y angustia. Habrás elegido el camino duro de la enfermedad para aprender. Si no aprendes por la vía de la comprensión lo harás por la vertiente áspera de la experiencia. Es así.

Hacerlo desde el susurro de tu esencia te encamina hacia el sendero de tu auténtica dimensión, recibirás permanentemente y de manera exacta lo que necesitas para crecer y vivir de verdad. Perfecto.

¿Crecer hacia dónde? Hacia tu serena felicidad, que es el objetivo de tu vida y el estado que te encuentras al aceptar la cuestión de que eres humano.

Hugo W Arostegui

Animarnos A Asumir Los Riesgos


Pensamientos sobre el espíritu de lucha, el pensamiento positivo que nos debe acompañar y la tenacidad de la que debemos armarnos, para seguir siempre hacia adelante.

En la vida siempre vamos a tropezar o caer, pero debemos levantarnos y volver a intentarlo.
En la vida siempre encontraremos muros en nuestro camino, que será necesario derribar o saltar por encima.

En la vida a veces vamos a fracasar, pero quizás solo sea para comprobar la fortaleza de nuestros propósitos o de nuestros sueños.

De nosotros depende hacerlos realidad
.
"Corre por tu vida y felicidad, sin miedo a caer o a tropezar"

"No soy un perdedor, aunque a veces he caído..."

"Si caigo, me levanto; si me equivoco, aprendo; me arriesgo aunque falle; me han herido pero estoy vivo. Y no por eso soy un perdedor."

"Soy humano, pero no perfecto"

"Perdedor es el que no cae porque no se arriesga, el que no se equivoca porque no se atreve, el que no ama, el que no sueña, ni lucha por lo que quiere...."

"El que no pierde algo… porque nunca lo ha obtenido"

"Sigue corriendo por tu vida y por tu felicidad, sin miedo a caerte o a tropezar"

“En el amor hay que arriesgarse, esperar e intentarlo, una y otra vez sin cansancio.
Amar y entregarse es ARRIESGARSE a que no te quieran, te engañen o que te ignoren.
ESPERAR por alguien puede traerte dolor, desilusión o decepción"

"INTENTARLO una vez más significa quizás fracasar o hasta hacer el ridículo.
Pero hay que arriesgarse y esperar, porque lo más triste en esta vida es no obtener lo que más queremos, por el temor de no arriesgarnos o no haber sabido esperar.
O perder lo que más apreciamos por no haberlo intentado solo una vez más...”

“No me rendí o No, me rendí. ¿Con o sin coma? ¡Tú eliges!

Quizás encontraremos muros en la vida, pero podemos saltarlos o hasta usarlos para construir”

Estuve a punto de tirar la toalla... pero decidí solo usarla para limpiarme el sudor con ella y seguir luchando”

Tu pasado no es tu destino, tu destino depende de ti, comienza ahora mismo a construirlo”

"Si nunca pierdes, entonces nunca podrás apreciar las victorias”


"Aléjate de quien duda de ti y acércate a quien te valora. Libérate de quien te estorba y ama a quien te acepta sin condiciones” 

sábado, 12 de agosto de 2017

Alimento Para La Mente


Porque todo en exceso produce hartazgo. Como dicen los sabios, el equilibrio es la mejor medida.

También se dice que no hay que esperar nada a cambio de lo que se da, pero la realidad es que buena parte de nuestra felicidad radica en la reciprocidad del amor.

No importa en qué fase de nuestra vida nos encontremos, siempre es gratificante dar y recibir; ambos son corrientes del mismo flujo. Hay que estar lleno para poder dar.

Nuestra psique es un tejido que se desarrolla y crece dando y recibiendo. Absorbe y devuelve energía positiva; pero también se deteriora por las faltas de amor, por desprecio, por indiferencia, por egoísmo.

Cuando esto sucede, se detiene el flujo regenerador de nuestra mente. No siempre es fácil detectar el fallo. Suele estar oculto bajo una capa de fracaso personal o por una falta de proyecto vital, y con frecuencia adopta formas de despecho y de intolerancia con uno mismo y con los demás.

Es entonces cuando necesitamos la ayuda de un especialista en nutrición psicológica para analizar las causas del deterioro y reiniciar la puesta a punto de nuestra alma.

Es necesario saber cuáles son los mejores nutrientes para nuestro espíritu. Hay mucho producto indigesto que se presenta en atractivos envases. Por supuesto, en una dieta sana son imprescindibles los pensamientos positivos
.
Es el psicólogo quien sabe orientarnos en el consumo y dosificar las cantidades. Como en todo lo concerniente a la salud, es fundamental el ejercicio para conseguir los mejores resultados.

Los padres de la filosofía clásica procuraron definir con precisión el ámbito de actuación de nuestra mente, y las circunstancias más propicias para el crecimiento de nuestras facultades.

Hoy bien sabemos que “Un buen estado físico es el logro y el mantenimiento de un cuerpo uniformemente desarrollado, con una mente sana y capaz de llevar a cabo, de modo natural y de manera satisfactoria, nuestras muchas y variadas tareas cotidianas.” (J. H. Pilates).


Estar Solos

Estar solos y sentirnos solos es totalmente diferente. Podemos estar solos y sentirnos bien o podemos estar rodeados de gente y sentirnos, completamente solos.

"¿Por qué, en general, se rehúye la soledad? Porque son muy pocos los que encuentran compañía consigo mismos".
Carlo Dossi (Escritor italiano).

¿Qué es lo primero que te viene a la mente, cuando escuchas la palabra soledad?
A pesar de que existen muchas definiciones, generalmente soledad significa la ausencia de compañía y casi siempre le damos a la soledad un significado negativo.
La soledad se puede volver tan amenazante para nosotros, que estar solos y sentirnos solos, puede llegar a ser casi lo mismo.

Desde pequeños aprendemos a calificar negativamente a la soledad.
Para un niño chiquito, quedarse solo significa ser abandonado, ser poco querido y poco importante.

Además, generalmente en nuestra cultura se considera que una persona que está sola o que tiene pocos amigos, está mal.

Cuando unimos estos dos elementos, casi siempre de manera inconsciente, puede surgir en nosotros cierto temor a la soledad.

Este temor puede provocar que, cuando estamos o nos sentimos solos:
Se altere de manera importante nuestra conducta,

nos alejemos aún más, de las personas con las que nos relacionamos o con las que queremos relacionarnos y nos provoque: Depresión, angustia y una muy baja autoestima
.
¿Qué es lo primero que te viene a la mente, cuando escuchas la palabra soledad?

A pesar de que existen muchas definiciones, generalmente soledad significa la ausencia de compañía y casi siempre le damos a la soledad un significado negativo.

La soledad se puede volver tan amenazante para nosotros, que estar solos y sentirnos solos, puede llegar a ser casi lo mismo
.
Desde pequeños aprendemos a calificar negativamente a la soledad.

Para un niño chiquito, quedarse solo significa ser abandonado, ser poco querido y poco importante.

Además, generalmente en nuestra cultura se considera que una persona que está sola o que tiene pocos amigos, está mal.

Cuando unimos estos dos elementos, casi siempre de manera inconsciente, puede surgir en nosotros cierto temor a la soledad.


Pero eso no quiere decir, que para ser felices tenemos que estar siempre rodeador de gente o que estar solos o tener pocos amigos significa que estamos mal.

Cada persona, de acuerdo a sus características y forma de ser, decide el tiempo que quiere y necesita compartir con otras personas y el tiempo que quiere estar solo.

Una persona introvertida (que es diferente que ser tímido), necesita estar solo una gran parte del tiempo para sentirse bien, para procesar sus pensamientos, sentimientos y poder desarrollarse y crecer.
Mientras que una persona extrovertida necesita estar con gente, para poder hacer esto mismo.

Y esto no es ni bueno ni malo, es lo que cada uno necesita de acuerdo a su manera de ser.

Principios


Transcripción de principios de convivencia social
Importancia de los principios de convivencia social en el desarrollo del ser y de una nación
Los principios son normas impuestas por el hombre que buscan guiar las acciones del propio ser humano.

Podemos decir que estos principios en parte son culturales, pues aunque existen principios universales (no mentir, respetar la vida etc.) asociados a la condición humana, existen muchos otros que variarán dependiendo del país y cultura en el que nos encontremos.

Podemos decir que los principios nos ayudan a desenvolvernos en el día a día. Así, gracias a ellos, podemos actuar siguiendo ciertos patrones a la hora de encontrarnos ante un dilema. Asimismo, gracias a estos principios podemos dar pasos importantes en nuestra vida, por ejemplo en el terreno laboral, pues principios como la ética en el trabajo pueden abrirnos muchísimas puertas.

A nivel comunal, los principios son normas de comportamiento que ayudan y fomentan la convivencia entre personas. Por este motivo, es importantísimo que estos principios sean lo más parecidos posibles en una sociedad. Varios individuos con diferentes principios pueden llegar a chocar entre ellos y terminar discutiendo, pues es evidente que ambos tienen formas diferentes de ver la vida y sus prioridades.




No Te Detengas


Nunca dejes de Caminar, Nunca te detengas
Las piedras quebrarán tus huesos,
Las heridas sangrarán de nuevo,
El sol se perderá en el olvido,
Mutilando los viejos recuerdos.
Ya no habrá estrellas que den brillo,
Solo memoria de un gris macilento;
La noche cercenará la esperanza
y la oscuridad se llenará de lamentos.
Y cerrarás los ojos por la locura,
Entre desvaríos y sufrimiento,
Para sembrar en el mar de la duda,
Tu rendición y tu desconsuelo.
Pero por fin te detienes y suspiras,
Mirando la vida por un momento,
Pisas fuerte en la tierra,
Lanzas los brazos al viento,
Observas la luz del horizonte,
la oportunidad de otro sendero.
Porque, por muy negro que pinten el cielo,
Por muy triste que cante la luna,
Sólo en la hora más oscura,
La claridad levanta el vuelo.
La luz ilumina tu rostro,
Se espabilan tus deseos,
El entusiasmo está en tu mirada,
¡Sé valiente y no tengas miedo!.
Jamás detengas tus pasos,
Jamás te rindas, te lo ruego,
Que peldaño, tras peldaño,
Con perseverancia y esfuerzo,
Verás otro sol en el horizonte,
Sentirás tu corazón más despierto;
El ansia de hacer camino,
De disfrutar de cada momento,
De beber sorbo a sorbo la vida,
De pintar de azul tus anhelos,
De seguir siempre adelante,
Empeñando todo tu aliento.
¡Jamás detengas tus pasos!
¡Tú puedes hacerlo!
Aunque la puertas se cierren,
Aunque caigas mil veces al suelo.
Aunque el viento gélido arrecie,
Aunque sea claro el destierro,
Sólo serán tus pasos alegres,
y una mochila llena de sueños,
Los que te lleven a la cima,
Conquistando el universo.
No desfallezca ahora, no te rindas,
No vaciles en tu vuelo,
Que por muy oscura la piedra,
y el temporal traicionero,
Tu voluntad te da la fuerza,
de levantarte y seguir insistiendo.
¡Jamás detengas tus pasos!
¡Sabes que puedes hacerlo!
Que la vida es camino,
Que la vida es eso,
Punzadas de dolor y aire,
Caída, fervor y sufrimiento,
Lágrima, sonrisa y abrazos
Para seguir resistiendo.
¡No te detengas ahora!
Lucha y sigue persistiendo.
Nunca dejes de caminar,
¡Por qué tú puedes hacerlo!



La Humanidad Discriminada


Como si el deprimente panorama migratorio a nivel federal no fuera suficiente, con una Fuerza de Deportación que no discrimina entre delincuentes y trabajadores y madres y padres de familia honrados, a nivel estatal funcionarios republicanos también siguen dando de qué hablar. Por ejemplo está el caso del representante estatal de Texas, Matt Rinaldi, quien, según reportes, dijo haber llamado a ICE contra  manifestantes que protestaban en el Capitolio estatal la ley antiinmigrante SB4 y tras una confusa escaramuza con dos colegas latinos, le habría dicho a uno de ellos que le dispararía en defensa propia.

No sé si los detalles de la historia varíen, pero lo que no parece cambiar es esta atmósfera tóxica que vivimos desde la elección general de 2016 y el posterior triunfo de Donald J. Trump.


La semana pasada el congresista republicano de Carolina del Sur, Mark Sanford, dijo que Trump había “desenterrado algunos demonios”
.
No solo ha desenterrado demonios, sino que quienes lo siguen como borregos al matadero, desde los líderes republicanos del Congreso hasta su más fiel base, han normalizado su prejuicio y sus desplantes, al grado de justificar y pasar por alto sus escándalos conocidos y los que se cocinan, como el caso del Rusiagate. Esto, motivados por la ceguera del triunfo y el control de las ramas ejecutiva y legislativa,  sin reconocer que la agenda que pretendían avanzar se ha empantanado por el drama diario de los escándalos de Trump.

Y aunque el bombardeo diario de noticias, enredos y ataques puede tener el efecto de desensibilizarnos, no puedo normalizar nada de lo que está ocurriendo.

Ni la madeja de Rusia y su posible coordinación con la campaña de Trump para influir en la elección presidencial a su favor; ni la indiferencia con que los republicanos le restan importancia  a los alegatos como si se tratara de algo usual o anticipado.

Tampoco puedo normalizar la crueldad de nuestra política migratoria ni cómo los agentes que dicen ir en busca de criminales se llevan por delante a quien se encuentren, aunque los detenidos no tengan historial delictivo, sin considerar vidas ni familias. En Ann Arbor, Michigan, agentes de ICE vestidos de civil entraron a un restaurante, desayunaron, elogiaron al chef y luego procedieron a detener a los empleados de la cocina, incluyendo, brevemente, a un cocinero con residencia permanente.

Ni puedo normalizar los ataques racistas que cada vez son más descarados, como el individuo que despotricó contra un joven puertorriqueño por hablar en español por teléfono con su madre en un aeropuerto de Reno, Nevada; o violentos, como el supremacista en un tren de Oregon que mató a dos hombres que salieron en defensa de dos jóvenes musulmanas contra quienes el individuo lanzaba ataques xenófobos.

Tampoco puedo normalizar los crecientes ataques a la prensa ni que la violencia física se minimice, como el ahora congresista republicano de Montana, Greg Gianforte, que golpeó a un periodista por hacerle una pregunta.

Normalizar todo este despelote sería claudicar.

 MARIBEL HASTINGS 30 MAYO 2017
(Maribel Hastings es asesora ejecutiva de America’s Voice)

La Coherencia


Coherencia, del latín cohaerentia, es la cohesión o relación entre una cosa y otra. El concepto se utiliza para nombrar a algo que resulta lógico y consecuente respecto a un antecedente.

Lo coherente, por lo tanto, mantiene una misma línea con una posición previa. Si un hombre afirma que nunca se iría de su país y, a las pocas semanas, viaja para instalarse en el extranjero, habrá tenido una conducta incoherente (no coherente). En cambio, si un futbolista asegura que no jugaría en un club diferente al que lo vio debutar y luego rechaza una oferta millonaria de otro equipo, puede decirse que se trata de una persona coherente.

La coherencia también se asocia a aquello que resulta entendible a partir de la lógica. Un político hablará con coherencia si no realiza promesas imposibles de cumplir ni distorsiona la realidad. Lo contrario sería que prometiese cosas que no podrá cumplir.

Este concepto resulta especialmente subjetividad, dado que la falta de coherencia puede ser muy grave en ciertos contextos, pero algo sin importancia en otros. En los ejemplos antes dados, especialmente en lo que respecta a las decisiones y promesas de un gobierno, ser coherente con las propias declaraciones y con los planes es sinónimo de responsabilidad, y es un rasgo que los ciudadanos buscan en sus dirigentes para poder confiar en ellos.

Sin embargo, la vida se compone de miles de situaciones triviales, tales como escoger un sabor de helado o un color de zapatos, y de ninguna manera un cambio repentino o una contradicción en tales decisiones puede representar un rasgo negativo de una persona, ni una amenaza para la seguridad de quienes lo rodean, a pesar de ser ejemplos válidos de falta de coherencia.

En otro plano, más profundo, las sociedades actuales se caracterizan por una falta de coherencia entre las necesidades de los ciudadanos y su accionar. Muy comúnmente, los seres humanos nos sentimos perdidos, especialmente al llegar a ciertos puntos clave de nuestra vida, como si no supiéramos quiénes somos, cuáles son nuestros objetivos, por qué actuamos de una u otra forma. 

Esa sensación de no tener control sobre nosotros mismos está relacionada con la falta de conexión que existe entre nuestros deseos profundos y lo que realmente hacemos.

¿Por qué escogemos estudiar una carrera universitaria que no representa nuestra verdadera vocación? ¿Por qué nos casamos si preferimos la soltería? ¿Por qué tenemos hijos antes de conseguir la estabilidad económica y emocional necesaria para llevar adelante una familia?

No actuar con coherencia a la hora de tomar tales decisiones puede afectarnos gravemente para el resto de nuestras vidas, así como al resto de las personas involucradas, como ser pareja e hijos. 

Pero no se trata de una mera equivocación, sino de la consecuencia de una fuerte influencia que nos condiciona desde que nacemos, y que nos la transmiten nuestros mayores y los medios de comunicación: el mundo nos dice cómo debemos ser, qué debemos hacer, qué debe gustarnos y, en muchos casos, acabamos por creerlo; aunque, tarde o temprano, la verdad aflora.


La Esencia Del Ser


En lo más profundo de nuestro ser reside nuestra Esencia, una fuerza innata que trasciende los límites de lo físico.

Se trata de una inteligencia más profunda y antigua que aquella que rige nuestro desarrollo morfológico, nuestros gustos, nuestro carácter o nuestras aptitudes. Es algo que va más allá de nuestro ADN, nuestra educación o nuestro carácter. Algunas culturas lo llaman conciencia, otras culturas lo llaman alma y a mi me gusta llamarlo Esencia. Es la parte del Todo que vive en cada uno de nosotros y nos conecta al universo y sus principios. Nuestra Esencia, además, es la fuente que nutre nuestra brújula interna y constituye la guía principal que debe orientar nuestros pasos en la vida.

Aquello que nos hace hermanos y dicta nuestro destino

Cada persona es cuerpo, es mente y tiene un carácter único e irrepetible. Pero cada persona es también Esencia. Ésta última parte no es más que un testigo silencioso. Es la parte de la Gran Consciencia que yace en nuestro interior y cuyo mayor anhelo es poder manifestarse en todo su esplendor durante su existencia física. 

Nuestra Esencia es la parte de nosotros mismos que nos convierte a todos en hermanos, pues ésta forma parte de un mismo todo cuya sabiduría infinita yace en el fondo de nuestro ser. Pero, a la vez, nuestra Esencia es también aquello que nos hace diferentes, únicos e irrepetibles, pues es allí donde yace la misión que cada uno de nosotros viene a cumplir en este mundo. Una misión propia que cada cual debe encontrar y experimentar en el juego de la vida a través de sus propias circunstancias, entorno y posibilidades físicas.

De hecho, la vida no es más que un gran juego, un gran teatro confeccionado para jugar y aportarnos las más variadas experiencias. Nuestro cuerpo no es más que un medio para que nuestra Esencia pueda experimentar dicho juego. Y la realidad física no es más que un grande e inmenso decorado en el que jugar. Por tanto, juguemos, pero no nos preocupemos tanto por lo externo, es decir, por el medio o por el decorado. Nuestro camino y nuestros intereses deberían partir de nuestra Esencia y dirigirse hacia ella a la hora de manifestarse en el mundo físico. Nunca al revés.

Puede que nuestro cuerpo cambie con el paso de los años, al igual que también cambian nuestras circunstancias personales o la forma cómo reaccionamos o nos comportamos ante los sucesos de la vida. Lo que no cambia es nuestra Esencia, la parte inmutable y eterna del ser. Cuando discuto con alguien sobre este tema, siempre doy el mismo argumento:


Lo que la persona es, es. No cambia ni cambiará nunca. Sin embargo, si definimos cambiar al hecho de manifestar algo latente que no se manifestaba antes, entonces la persona sí cambia. Pero aquello nuevo que ahora se manifiesta siempre estuvo, siempre estará. Y proviene del potencial infinito que yace en lo más profundo de cada ser.

Conciencia: El Ser Y El Hacer


Según el diccionario la conciencia se refiere a la capacidad que nos indica qué está bien o mal y apunta o a un concepto moral, a la ética, o cierto campo de la filosofía. Por nuestra parte sostenemos que la conciencia contiene revelaciones adicionales al concepto señalado
.
“La conciencia y lo que eres en verdad, son lo mismo”. La conciencia es “el despertar al sueño del pensamiento” nos apunta E. Tolle en su libro La Nueva Tierra.

Es posible establecer una distinción valiosa entre quién piensa, es decir el “pensador” y quién observa, el “observador”. En este caso si “logro observar lo que pienso” ¿Quién observa?

En este contexto despertar al sueño del pensamiento significa, abrir el camino a la observación de los pensamientos que la mente sostiene. Ser consciente de nuestro pensamiento y comenzar la desidentificación de la mente abre grandes perspectivas para el desarrollo personal.

Desde mucho tiempo atrás y en particular en el mundo post moderno, la conciencia humana se encuentra condicionada por las formas. Pensamientos, emociones y el mundo material –denominamos formas- asumen el papel principal y son el foco primordial de las personas. De este modo la identidad verdadera queda trastocada y comienza a aparecer la identidad adaptada que facilita la proliferación de las formas. Pero estas son siempre transitorias o efímeras.

Por esta dinámica el hombre post moderno –más que nunca- se encuentra perdido buscando felicidad y certezas entre las formas, que naturalmente son efímeras, no duraderas. De esta manera la felicidad se transforma en un bien escurridizo de escasa duración. Como consecuencia, la raza humana confundida respecto de su verdadera identidad, abandona la conexión con su esencia y queda  sujeta a la identificación con dichas formas. La resultante es acumulación de conocimiento y ausencia de sabiduría. Luchamos por el progreso y la acumulación dejando de lado la evolución.

Nuestra mente a través del proceso de pensamiento desarrolla un estado de conciencia, alcanzando de esta forma el conocimiento. Los humanos descubrimos así el yo. Sin embargo la mente tiende a independizarse de su Fuente interior (conciencia pura, no condicionada) procurando encontrar su identidad en la identificación con el mundo exterior –por su errónea percepción-, con sus propios procesos de pensamiento y las emociones resultantes. Es como si la mente se dijese a si misma: “Pienso, luego existo”

Como resultado de este devenir iniciado en la temprana infancia, las personas concluimos presos de nuestros deseos y la propiedad de las cosas materiales, intelectuales y emocionales. Son estas tres cosas o formas (lo material, el pensamiento y la emoción) y el proceso de identificación con ellas las que condicionan la conciencia. Este desarrollo produce deformación acerca de nuestra verdadera identidad y facilita la construcción un “yo falso” al que denominamos ego. 
Este yo se percibe realizado al conseguir presumiblemente el dominio o la propiedad de las formas, insistimos, sean estas materiales, intelectuales o emocionales.

La cultura moderna confirma e incentiva este proceder y de esta manera nuestro sentido existencial adquiere valor. ¿Qué es lo que se valora? Se valora en qué medida somos capaces de satisfacer nuestros deseos, alcanzar logros o cuanta habilidad para preservar la propiedad poseemos. 

A medida que crecemos físicamente y la sociedad continúa convalidando este comportamiento, cada vez más, el sentido de nosotros mismos, de quienes somos, se “fija” o identifica con las formas u objetos que el mundo exterior propone.

En resumen quedamos mentalmente presos de nuestro pasado buscando realizarnos en el futuro y tratando, mientras tanto de reducir la incertidumbre que nos genera el no saber si podremos o no, obtener y mantener lo que deseamos o adquirimos. Vivimos sumergidos en una constante sensación de temor asociado a la posibilidad de “perder nuestra identidad”. Este proceder arroja enormes dosis de infelicidad y es el resultado de la mente condicionada que denominamos egotista (apegada a la forma). También la podemos llamar inconciencia o identificación con el falso yo que ha confundido su verdadera identidad.

En cambio la conciencia no condicionada es pura conciencia, es lo que soy.
Es “Yo Soy”, es el Ser.
 
Es la Fuente que anida en nosotros. Es el origen y el fin. No tiene forma. Es informe. Es atemporal.
Lo maravilloso de esta revelación es que la conciencia no condicionada subyace todas las formas y puede ingresar al mundo a través nuestro. Es lo manifestado que impregna lo manifiesto.

Desidentificarnos significa recuperar nuestra verdadera identidad. Es el reencuentro definitivo para manifestar el Ser en el Hacer.