Y si bien algunas
personas encuentran en esta frase algo de tranquilidad, la realidad es que este
comportamiento no es más que un sinónimo de pasividad y resignación.
Si eres de los que
piensa que tu destino ya está definido y premeditado, no existe razón alguna
por la cual debas tomar acción y levantarte cada día, ¿para qué hacerlo?
Si vas a asumir que
tu vida es una novela, ten presente que somos nosotros, tú y yo, los que la
estamos escribiendo a medida que la vamos viviendo, y solo hasta que
experimentemos cada instante y decidamos qué significado le queremos dar y
qué tanto nos vaya a afectar; los momentos serán eventos insignificantes y poco
determinantes en nuestro “destino”
.
.
Imagina que un terremoto en tu ciudad mata a miles y miles
de personas. Si tu solución es preguntarte por qué sucedió esto, tu propuesta
resulta ser un ejercicio bastante inútil, lo que realmente debes cuestionarte
es ¿qué voy a hacer al respecto? Debes ser consciente que ser exitoso
es una decisión tomada por ti.
Puedes ayudar a los sobrevivientes. Puedes mejorar
el plan contra los desastres naturales. Construir un computador que
pronostique los terremotos. O puedes simplemente sentarte y decir: Todo
ocurre por alguna razón.
La realidad es que tus acciones, hoy y mañana,
aumentarán o disminuirán la felicidad y tu grado de satisfacción en este
mundo, así que ten presente que es tú responsabilidad hacer la diferencia
.
.
Y la próxima ocasión que se te presente un desastre en tu
vida, recuerda que son tus decisiones y acciones las que verdaderamente
van a importar. Así que, en vez de decir “todo ocurre por alguna razón” empieza
a creer y actuar pensando que “todo lo que hago es por alguna razón”.
Asume la evidencia de los efectos reales de tus pasos y
no insistas en lo que creías que tenía que haber pasado.
Trabajar desde el ego produce más ego, confusión, cansancio
y angustia. Habrás elegido el camino duro de la enfermedad para aprender. Si
no aprendes por la vía de la comprensión lo harás por la vertiente áspera de la
experiencia. Es así.
Hacerlo desde el susurro de tu esencia te encamina hacia el
sendero de tu auténtica dimensión, recibirás permanentemente y de manera exacta
lo que necesitas para crecer y vivir de verdad. Perfecto.
¿Crecer hacia dónde? Hacia tu serena felicidad, que es el
objetivo de tu vida y el estado que te encuentras al aceptar la cuestión de que
eres humano.
Hugo W Arostegui
Hugo W Arostegui
No hay comentarios:
Publicar un comentario