sábado, 26 de agosto de 2017

Bienestar Social


En términos generales, la palabra bienestar permite designa aquel estado que atraviesa un individuo y que se caracteriza por la satisfacción y la felicidad.

También es habitual que se use el concepto de bienestar para referirse a la situación económica cómoda y holgada que dispone una persona y que por caso le permite mantenerse sin problemas y además por ejemplo realizar viajes, compras de bienes, entre otros.

Ahora bien, en este sentido es importante destacar que en la percepción del bienestar tendrá mucho que ver la subjetividad, es decir, no todos disponemos de los mismos gustos e inclinaciones y por tanto lo que a alguien le reporte bienestar a otro puede no significarle lo mismo.

Por Bienestar Social se designa al conjunto de factores o elementos que participan a la hora de determinar la calidad de vida de una persona y que en definitivas cuentas son también los que le permitirán a esta gozar y mantener una existencia tranquila, sin privaciones y con un constante en el tiempo estado de satisfacción.

Entre estos factores se incluyen, e incidirán casi de la misma manera, aspectos económicos, sociales y culturales. Si bien es cierto que lo que se entiende por bienestar posee una importante carga subjetiva que le imprimirá cada individuo con su propia y singular experiencia, porque es claro, lo que para uno es bienestar para otro puede no serlo, existen factores objetivos para determinarlo y que son los que nos permitirán hablar y distinguir cuando hay o no hay una situación de bienestar.

Entonces, básicamente, en la concepción del bienestar social se incluyen todas aquellas cosas que inciden de manera positiva para que un sujeto, una familia, una comunidad, puedan alcanzar el objetivo de tener una buena calidad de vida.

Un empleo digno, en el cual se respete la percepción de un salario acorde al trabajo, capacitación y esfuerzo que se desempeña, más el merecido lapso de descanso que le corresponda a cada cual por ley y por la tarea que realiza, recursos económicos para poder satisfacer las necesidades básicas como ser de educación, vivienda, salud, tiempo de ocio y entretenimiento, son las principales cuestiones que nos hablarán del bienestar o no en el cual vive una persona, una sociedad.

Existen diversas maneras para medir el bienestar, desde un punto de vista estrictamente económico, porque sin dudas más allá de cualquier tipo de consideración, a favor o en contra, es lo que nos permitirá acercarnos al logro de una situación de bienestar global en la que se incluyan todos los otros aspectos, el social, el cultural, entre otros, el Producto Interior Bruto (PIB) de una Nación será el que asociado con el nivel de distribución de la riqueza al cual haya llegado dicha sociedad, nos dirá si hay o no bienestar, porque un alto PIB con una real distribución en materia de riqueza, provocará que el bienestar este extendido en la sociedad, pero si por el contrario, el PIB no es significativo y la concentración de la riqueza en unos pocos es lo que manda, entonces, no podremos hablar de bienestar en la sociedad en cuestión.

Asimismo, los índices de precios, las canastas básicas, bien medidos, claro está, no los dibujos que muchos gobiernos hacen para favorecer sus gestiones y el índice de desempleo de una Nación, nos permiten saber del bienestar o no que existe en una sociedad. Porque por ejemplo, si en un determinado país, las estadísticas oficiales, nos dicen que una familia tipo (matrimonio y dos hijos) puede vivir con $ 2.000 mensuales, nos permitirá saber cuántas familias disponen de bienestar y cuántas no, porque fácilmente quienes no dispongan de ese valor en su bolsillo cada mes no dispondrán del mencionado bienestar, tocando la carencia.

Pero también y ya saliéndonos de lo estrictamente económico, hay otras formas para determinar el bienestar de una comunidad: la esperanza de vida al nacer, la tasa de alfabetización, la cantidad de libros que se publican al año, el número de personas que pueden acceder a la Universidad, la disponibilidad que existen de algunos bienes de consumo considerados no dentro de las necesidades básicas, como ser una computadora, un teléfono celular, entre otros.

En tanto, el responsable máximo que tendrá en sus manos que una sociedad logre el tan ansiado bienestar es el estado, quien, mediante diversas políticas y medidas tendientes a corregir los vicios y las inequidades que se suscitan, promueva el bienestar para cada uno de los habitantes de la nación y por eso, además, tendrá la exigencia de él mismo poder generar y multiplicar riquezas.

Distribuir eficientemente la renta y promover el desarrollo de servicios públicos que les garanticen a las personas la resolución de temas básicos como ser la salud y de manera gratuita, por supuesto que contribuirán ampliamente a implantar un contexto de bienestar social.

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