La discapacidad
intelectual implica una serie de limitaciones en las habilidades que la persona
aprende para funcionar en su vida diaria y que le permiten responder ante
distintas situaciones y lugares.
La discapacidad
intelectual se expresa en la relación con el entorno. Por tanto, depende tanto
de la propia persona como de las barreras u obstáculos que tiene alrededor. Si
logramos un entorno más fácil y accesible, las personas con discapacidad
intelectual tendrán menos dificultades, y por ello, su discapacidad parecerá
menor.
A las personas con
discapacidad intelectual les cuesta más que a los demás aprender, comprender y
comunicarse.
La discapacidad
intelectual generalmente es permanente, es decir, para toda la vida, y tiene un
impacto importante en la vida de la persona y de su familia.
Es importante
señalar que:
La discapacidad
intelectual no es una enfermedad mental.
Las personas con
discapacidad intelectual son ciudadanos y ciudadanas como el resto.
Cada una de estas
personas tienen capacidades, gustos, sueños y necesidades particulares. Como
cualquiera de nosotros.
Todas las personas
con discapacidad intelectual tienen posibilidad de progresar si le damos los
apoyos adecuados.
Hay muchos tipos y
causas diferentes de discapacidad intelectual. Algunos se originan antes de que
un bebé nazca, otros durante el parto y otros a causa de una enfermedad grave
en la infancia. Pero siempre antes de los 18 años.
Existen personas
con discapacidad grave y múltiple (limitaciones muy importantes y presencia de
más de una discapacidad) que necesitan apoyo todo el tiempo en muchos aspectos
de sus vidas: para comer, beber, asearse, peinarse, vestirse, etc.
Sin embargo una
buena parte de las personas con discapacidad intelectual tiene gran autonomía,
y no necesita muchos apoyos para llevar una vida normal.
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