martes, 29 de agosto de 2017

Hagamos La Diferencia


“No es ni mucho menos “para destacar”, no van por ahí los tiros. El primer beneficiado de marcar la diferencia, de hacer las cosas mejor, que tu trabajo sea más imaginativo y entretenido, que tenga más calidad, que resulte menos monótono… eres tú”

Estamos tan acostumbrados a no demostrar nuestras emociones de bien, a no dejar ver que podemos ser amables, amorosos, a no darle importancia a ser diferentes, que el salirnos de esa rutina se nos antoja poco menos que imposible, más si le damos importancia a lo que nos dicta la moda; si la moda es llevar zapatos negros pues ahí vamos, son zapatos negros, si es ropa de color verde, pues que sean verdes. Por otra parte si la tónica es no desearle buenos días a un extraño porque nos preocupa lo que pensarán de nosotros, o no respetar una fila, o pasarnos una luz roja, total todos lo hacen; en resumen hacer y seguir haciendo lo que la raza o su conciencia nos indique y así vamos siguiendo a... a no sabemos quién. 

Atreverse a ser distinto, a hacer la diferencia es quizás el logro más interesante al que podríamos aspirar. La historia ha sido escrita por hombres y mujeres que en un momento dado hicieron algo distinto, rompieron parámetros para arriesgarse a proponer una nueva idea, a aclarar un concepto; seres humanos que se propusieron un reto iniciando una cruzada que marcó la diferencia en ellos y por ende en la humanidad.

Hacer la diferencia mostrando grandes o pequeñas cosas, no es tan importante como el sentir que lo hacemos desde nuestro corazón.

Si lo que vemos es un desorden, mala educación, impertinencia, deshonestidad, egoísmo, crítica, etc.
Tenemos la opción de poder de elegir y hacer la diferencia en pequeños actos como ceder el paso, abrir una puerta, ser amable, regalar sonrisas, expresarnos bien de los demás, en una palabra cumplir con el Nuevo mandamiento, que aunque tiene más de dos mil años resuena en nuestros oídos con un poder y vigencia de eco eternal: Amar, Amar, Amar. Se dice fácilmente más el realizarlo en conciencia es un reto, un reto al que todos podemos optar, amar y hacer la diferencia.


La humanidad  podría estar triste, mas si solo puedes consolar y hacer reír a un hermano, en él harás la diferencia. No nos desalentemos si sentimos que no podemos  salvar a todo el mundo, el amor es contagioso, hagamos la diferencia.

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