miércoles, 16 de agosto de 2017

Persistencia


La gran mayoría de nosotros al leer biografías de personas de éxito nos damos cuenta que muy a menudo aparecen las palabras como: Perseverancia, Persistencia y Tenacidad. Es un hecho que cuando se adoptan este tipo de rasgos y los incorporamos a nuestra vida diaria, estamos mucho mejor preparados para afrontar los retos y para superar cualquier adversidad, es lo que llamamos la Actitud del Éxito
.
Todos tenemos experiencias de cuando éramos niños respecto a lo de perseverar en las cosas. La primera vez que montaste en bicicleta o los primeros intentos de aprender a nadar, si pudiste vivir estas experiencias, son ejemplos claros en los que todavía serías incapaz de hacer esas cosas si no hubieras demostrado perseverancia. Al igual que existen estos ejemplos, verás que hay muchos en tu propia vida.

Sin embargo, cuando crecemos y nos convertimos en adultos, a menudo estamos involucrados en otro tipo de desafíos y, aunque muchos de nosotros hemos mantenido la perseverancia de entonces, otros han tomado la decisión de abandonar lo que se proponían a la primera señal de dificultad que han encontrado en su camino.

Claros ejemplos de esto en tu vida podrían ser: un trabajo que has dejado poco después de comenzar sin realmente darle una oportunidad a este o el hecho de realizar un trabajo de bricolaje casero que parecía trivial y que desististe, porque mostraba señales de ser demasiado difícil mientras lo estabas realizando.

Por la razón que sea, a veces los adultos estamos tan conscientes de la necesidad desesperada de no sentirse tropezar que abandonamos a la primera señal de un obstáculo que se avecina con tal de no sentirnos mal. Sin embargo, en última instancia, las personas que siguen probando cuando las cosas no son favorables, al final son las que cosechan las mayores recompensas y acaban consiguiendo lo que querían.

La gran mayoría de nosotros nos estancamos en un estado de inercia continua, no progresamos, estamos siempre en el mismo lugar. Quizás sea porque tenemos demasiado miedo de encaminarnos en algo nuevo ya que es muy probable que nuestro entorno (amigos, familia, compañeros de trabajo…) puedan llegar a burlarse de nuestras ideas o de nuestros planes cuando se los comentamos.

Las personas que no creen en los planes de otras, piensan que saben quiénes son y por su propia clasificación y, bajo sus propios paradigmas, creencias y formas de ver la vida, realizan una evaluación o un juicio que, en general está dirigido a ti, pero en realidad lo que están haciendo es describirse a ellos mismos.

Por lo tanto, cuando decidas dar un paso hacia la realización de un cambio radical, en tu vida personal o profesional, para enfocarte en hacer algo completamente diferente, ten presente y se muy consciente que vas a recibir críticas y juicios de otras personas respecto de tus nuevos objetivos y aspiraciones, y que es algo completamente normal. Estas personas tienen la sensación de que los vas a dejar atrás. Seguramente también encontrarás a personas en tu entorno que se alegrarán genuinamente del paso que vas a dar, precisamente esas personas ya han realizado cambios en su vida como el que vas a emprender tú, y por eso empatizan contigo y te comprenden perfectamente.

La forma de enfrentar esto es tener absolutamente claro que nada te va a desviar de tu propósito de alcanzar nuevas metas. Acércate a las personas que sí están aprobando tus deseos de alcanzar tus metas, se alegran y te apoyan en ello. Aunque no es aconsejable dejar de lado a los viejos amigos es bueno que seas consciente de que no te deben afectar los comentarios negativos, procedente de ellos, que puedan obligarte a desviarte de tu camino. O sea ¡se tenaz! (Tenacidad)

No te pongas excusas que te inmovilicen y te hagan abandonar. Si tienes dificultades, párate en el camino, identifica los obstáculos, analiza la situación y encuentra una solución para cada uno de ellos, después continua hacia adelante. O sea ¡Persevera! (Perseverancia)

A pesar de errar, de fallar o de tener que cambiar de rumbo por no ir en la dirección correcta, es importante que insistas en mantener tu objetivo vivo dentro de ti. Cuando no estás avanzando, entonces, ¡prueba, prueba, prueba… y prueba! Es necesario aprender de los errores para que te puedas convertir en lo que quieres ser. Para ello, hay que vivir ciertas experiencias que son lecciones y aprendizajes para que tu propio cambio se lleve a cabo. Continua a pesar de los obstáculos. O sea ¡Persiste! (Persistencia)

Concéntrate en lo que puedes hacer frente a lo que no puedes. Sigue adelante, pero recuerda que a veces no es un camino corto, así que avanza a tu propio ritmo y sobretodo no te compares con otros. No sientas ningún tipo de rencor o de resentimiento hacia aquellos que intentan poner en cuestión tu capacidad para conseguir lo que te propones, simplemente perdónalos y sigue adelante, ya que albergar un rencor solo te llenará de energía negativa que no sirve a ningún propósito útil y además te dejará poca para poder moverte hacia adelante.

Tanto la Perseverancia, como la Persistencia y la Tenacidad son cualidades que comparten un rasgo común: todas enfocan la energía en tu objetivo y aunque puedas ver obstáculos en el camino estos quedan desenfocados para ti porque tu atención y por ende tu energía, está puesta en tu meta.




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