viernes, 29 de septiembre de 2017

Ser Mejores Cada Día


Yo soy de las personas que creé que para cambiar el mundo solo se necesita cambiar la mentalidad de las personas y si todos procuráramos ser mejores personas cada día, el mundo sería un lugar diferente, es por esto que me parece importante hablar sobre este tema y por eso dejo aquí algunos tips y reflexiones para mejorar como personas diariamente.

“Lo más fácil de ser en el mundo es ser tu mismo. Lo más difícil de ser en el mundo es lo que la otra gente quiere que seas. No dejes que te pongan en esa posición.”
-Leo Buscaglia

No vale la pena abstenerse de ser uno mismo(a) solo por presión social o por falta de confianza en tu mismo(a), eso, lo único que causa es que uno se sienta mal luego, lo que eventualmente lleva a frustración por no ser sincero(a) contigo mismo(a).

No juzgues, escucha a los demás y siempre da sin esperar nada a cambio

"Antes de hablar, escucha.
Antes de escribir, piensa.
Antes de gastar, gana.
Antes de invertir, investiga.
Antes de criticar, espera.
Antes de orar, perdona.
Antes de renunciar, intenta.
Antes de retirar, ahorra.
Antes de morir, da."
-William Arthur Ward

Descubrir tu pasión. Que para obtener triunfos en la vida la mayoría de las veces debemos esforzarnos, es una realidad. Pero esa búsqueda no tiene por qué representar un sufrimiento, ¿no te parece? Cualquiera sea la actividad que hagas, debería ser un disfrute para ti. En otras palabras, si amas aquello que estás haciendo, sin dudas el camino hacia tus logros será más placentero e incluso divertido. Piénsalo de esta manera: si no alcanzas los objetivos planteados… ¡al menos la habrás pasado bien!

Poseer una visión clara. Puede parecer demasiado obvio, pero para conseguir algo, primero debemos saber exactamente qué es lo que deseamos. Es fundamental tener bien clara la meta para así continuar firme en el camino y no desfallecer ante el primer obstáculo. Si no tienes claro qué buscas, poco podrás hacer para conseguirlo. Ese objetivo tiene que estar bien definido y debe ser tu motor, aquello que te dé el impulso necesario para continuar hasta alcanzarlo. 

No dejes que tu sueño se debilite; por el contrario, aliméntalo cada día.




Génesis Biológico

Filosofía

Con el resurgir, por un lado, de los prejuicios racistas, integristas y fundamentalistas y, por otro, con la acentuación de los procesos de deshumanización y de destrucción de las riquezas ecológicas y culturales del planeta, vuelve a resultar necesario reflexionar sobre la clásica cuestión de la unidad y diversidad del género humano (Daraki 1984). En este sentido, creo que el pensador francés Edgar Morin ha desarrollado, a lo largo de su extensa obra, interesantes reflexiones al respecto, algunas de las cuales expondré a continuación. 

Unidad biológica de la especie humana y crítica al humanismo idealista

La biología ha puesto de manifiesto cómo todas las poblaciones humanas descienden de un mismo grupo inicial (monofiletismo), poseen un origen común. A partir de esta unidad originaria, se produjo una diáspora y un proceso de diferenciación y de enfrentamiento entre culturas. La noción de hombre pasó de este modo (según Morin 1982: 188-189) a depender de un «doble conocimiento»: por un lado, existe un «saber natural», un «reconocimiento espontáneo», de la pertenencia del otro, del extranjero, a la misma especie que yo; por otro, se le niega al otro el calificativo de hombre, reservándolo sólo para los miembros del grupo y, en casos de conflicto y enemistad, el otro es calificado de «perro», «cerdo», etc., insultos que pretenden reducirlo al estado animal y excluirlo de la humanidad --reducido a animal, se justifica que sea tratado como tal--. La unidad de la especie humana ha sido continuamente cuestionada a lo largo de la historia por el etnocentrismo, el sociocentrismo y el racismo. Frente a estas tendencias, el humanismo ha afirmado la idea de la unidad del hombre y ha considerado al hombre como un ser superior, digno de honra y respeto y poseedor de un elenco de derechos (derechos humanos) inalienables. Las ideas humanistas de unidad del hombre y de derechos humanos, en tanto que suponen una defensa de la igualdad y de la libertad de todos los hombres y en tanto que han servido de fundamento para diversas reivindicaciones y luchas emancipatorias (abolición de la esclavitud, emancipación del proletariado, liberación de los pueblos colonizados, etc.), son elogiables y han resultado positivas.

Ahora bien, la idea humanista de la unidad del hombre es, según Morin, criticable, entre otras razones, porque no ofrece «un fundamento bioantropológico de la unidad humana» (Morin 1982: 191).

El humanismo considera que, por esencia, el hombre no pertenece a la naturaleza; lleva a cabo una «divinización del hombre», lo separa de la naturaleza y lo concibe como un sujeto absoluto en una naturaleza, mero universo de objetos, que ha de ser conquistada y dominada. Lleva a cabo esta escisión porque es deudor del paradigma disyuntor que separa y opone el anthropos biológico del anthroposcultural. El humanismo idealista funda al hombre aislándolo de la naturaleza; no funda la unidad del hombre en la idea de naturaleza humana, en la unidad biológica de la especie homo, sino que la postula por derecho y de modo ideal. La idea de la unidad del hombre postulada por el humanismo es una noción ideal, constituye «una tentativa abstracta y jurídico-moral para fundar la unidad del hombre al margen de toda consideración biológica, es decir, de la idea de naturaleza humana» (Morin 1982: 190).

Al prescindir de la idea de naturaleza humana, la idea humanista de unidad del hombre adolece de «una especie de vacuidad física y biológica» (Morin 1982: 190). Al ser biológicamente vacío, el humanismo rellena su concepto de hombre con la imagen y el prototipo de hombre preponderante en el Occidente moderno, produciéndose así «la identificación de la idea del hombre con el concepto supuestamente racional del hombre blanco, procedente del mundo occidental, técnico, adulto, masculino; de suerte que el «primitivo», el no industrial, el joven, la mujer, etc., figuraban como tipos inacabados, no consumados, imperfectos, pervertidos o decadentes de la humanidad» (Morin 1982: 190). De este modo, la supuesta unidad e igualdad de los hombres termina autodestruyéndose y la imagen de hombre concretizada sirve a la explotación y al dominio de unos pueblos sobre otros, de unos hombres sobre otros u otras (mujeres).

Según Morin, al humanismo idealista le subyace el temor a que la biología pudiese, como pretende el racismo biologicista, revelar diferencias jerarquizantes entre los hombres y las «razas». Este temor inconsciente --e infundado-- le conduciría a rechazar la dimensión biológica y a afirmar que el hombre es esencial y fundamentalmente cultura y que mediante ésta se superan las posibles diferencias biológicas y se establece la igualdad de todos los hombres sujetos de derechos humanos. 

Sin embargo, según Morin, contrariamente a lo que puedan creer el humanismo idealista y el racismo biologicista --inconscientemente el primero y con pretensiones científicas el segundo--, lo que la biología moderna pone de manifiesto y proclama es la unidad biológica (no sólo morfológica, anatómica y fisiológica, sino también genética, cerebral y psicoafectiva) de la especie humana.

Es, pues, posible dar «un fundamento bioantropológico de la unidad humana». 

No se puede prescindir de la idea de naturaleza humana, es decir, de la idea de «unidad biológica de la especie humana». 

El Acceso A La Lectura


Al cerebro le cuesta menos leer en papel
Algunos estudios reflejan preferencia por el formato impreso frente al digital. Los más jóvenes, «nativos digitales», se adaptan a ambos

Hace 25 siglos, Sócrates veía en la palabra escrita una amenaza para la oratoria y la memoria, que decrecería al plasmar las ideas en un papel. Entonces la lectura estaba reservada a unos pocos.

A medida que se extendía, muchos ojos perdían facultades a la luz de una vela por el nuevo entretenimiento. Y tal vez la vista cansada de la madurez lo estaría menos sin la lectura. Pese a esas desventajas, la lectura fue un enorme avance y un gran reto para el cerebro.

Ahora el soporte digital amenaza con desplazar al papel. El cambio suscita quejas parecidas a las del filósofo, como mayor dificultad para memorizar y comprender cuando se lee en una pantalla, y mayor fatiga visual.

Hace apenas dos siglos, nada comparado con nuestra historia evolutiva, la mayoría de la gente no sabía leer.

Cambiar el formato de lectura no parece tan grave para el cerebro, razona Luis Miguel Martínez Otero, responsable del grupo de Neurociencia Visual del Instituto de Neurociencias de Alicante (CSIC-UMH).

Es más, el cerebro no «viene programado de serie» para leer. Cada vez que alguien aprende a hacerlo, ya sea un niño o un adulto, ciertas regiones destinadas a otras funciones, como el reconocimiento de caras y objetos, se «reconvierten» para interpretar palabras, sostiene el neurocientífico francés Stanislas Dehaene.

La plasticidad de nuestro cerebro hace posible ese cambio, que mejora en gran medida su rendimiento. Por eso, «lo importante es leer», como destaca Martínez Otero.

«Es cierto que ha habido trabajos mostrando la “superioridad” de la lectura en papel. Si exceptuamos los más antiguos, cuando la resolución de la pantalla y la forma de las letras era de menor calidad, o trabajos con deficiencias metodológicas, las posibles diferencias no están tanto en los aspectos propiamente cognitivos, como los procesos básicos de la lectura, como los movimientos oculares, que son los mismos en papel y pantalla. Las diferencias son más bien metacognitivas», explica Manuel Perea, experto en psicolingüística de la Universidad de Valencia y del Basque Center on Cognition, Brain, and Language de San Sebastián.

Menos referencias
Son precisamente esos aspectos, más subjetivos, los que suponen ciertas limitaciones para los que no somos «nativos digitales». Todos tenemos la experiencia de imprimir las páginas que vemos en la pantalla para leerlas más a gusto y captar mejor los detalles, especialmente si hemos de interiorizar su contenido. Algo acorde con el formato en el que aprendimos a leer. «En mi propia experiencia, al menos para los no nativos digitales, la limitación está a la hora de leer libros electrónicos de texto o de referencia. En este caso, yo prefiero el papel y un marco de referencia, como el índice o poder pasar páginas», apunta Perea.

Por otro lado, el formato electrónico, con hipertexto (enlaces, como los que puede encontrar en este artículo) permite ahorrarse la visita al diccionario o a otro de consulta y acceder a contenidos extra de inmediato. Pero es cierto que implica estrategias de lectura diferente. Para Perea «la cuestión no son las posibles diferencias entre leer en papel o pantalla, sino cómo mejorar la lectura digital, dado parece inevitable la transición».

Pese a todo, muchos niños disfrutan leyendo con sus padres un cuento en papel a la hora de dormir. Aunque el formato digital permite incluir vídeos y sonidos. El mundo está cambiando en esta era digital y nuestro cerebro, como siempre, logrará adaptarse a ese nuevo reto.


jueves, 28 de septiembre de 2017

El Tiempo Que se Escurre



El tiempo se escurre entre los dedos como los granos de arena. Que este nuevo día sea el inicio de tu vida, el día en que tomas la decisión de concentrarte en lo más importante para ti. Toma la decisión de invertir más tiempo con quienes dan sentido a tu vida.” 
― Robin Sharma

“Vivimos en un tiempo que se escurre por las manos, un tiempo líquido en que nada es para persistir. No hay nada tan intenso que consiga permanecer y convertirse verdaderamente necesario. Todo es transitorio. Tiempo en que las relaciones comienzan o terminan sin contacto alguno. Analizamos al otro por sus fotos y frases de efecto. No existe el intercambio vivido. Experimentamos al mismo tiempo un aislamiento protector vivenciando una absoluta exposición. Tiempos en que se vive en secreta angustia, el cuerpo se inquieta y el alma sofoca. Hay vértigo impregnando las relaciones, todo es vacilante, todo puede ser deletreado: El amor y los amigos.”
- Zygmunt Bauman

 Es la educación la que nos salvará y salvará a nuestros pueblos. La reflexión sobre lo que se lee y lo que se aprende iluminará los caminos de la conciencia. La disposición de suplantar un viejo pensamiento por uno nuevo y la creación constante de ideas nos van a liberar de la tiranía de la ignorancia”
Ana Cecilia Blum


La Libertad Y Las Oportunidades


¿Eres una persona libre?, ¿conoces a gente libre? Probablemente, no tengas ni idea de qué quiere decir ser una persona libre, pero hoy lo descubrirás. Lo positivo de ser alguien libre es que las oportunidades en tu vida serán atraídas por ti. ¿Cómo puede ser esto posible?

Ser libre implica ser una persona con libertad en todos los sentidos, una persona sencilla, una persona que es como es y no como quieren los demás que sea. Ser libre, en definitiva, es ser tú mismo, sin apariencias ni máscaras…

La gente libre vive la vida de una manera especial, de una forma única. Hoy sabrás de qué manera viven su vida para, si lo deseas, seguir sus pasos y atraer las oportunidades que la vida te brinda.

Aplica la ley de la atracción
Son muchas las personas que creen en la ley de la atracción, otras en cambio la cuestionan y dicen que en realidad no existe. ¿Tú qué piensas al respecto? Desde luego, en este caso, podemos aplicar la ley de la atracción, pues ser libre atraerá oportunidades, pero ¿sabes qué más se puede atraer?
Tener carácter atrae: pues cuando tienes carácter, eres tú mismo. Siempre y cuando seas tú mismo, atraerás, en este caso a gente similar a ti, a gente positiva para ti.

Estar comprometido atrae las oportunidades: si te encuentras comprometido con algún sueño, alguna meta, esto atraerá las oportunidades. El compromiso hace que atraigas cosas positivas a tu vida. No todo el mundo logra comprometerse de verdad con lo que de verdad quiere.

Superarse cada día atrae: prepararse, formarse, superarse como persona cada día, aprender de los errores… todo esto atrae cosas buenas a nuestra vida. Cuanto más capacitado estés, más atraerás.

La química atrae: la química o el feeling es lo que atrae, ¿por qué tenemos química o feeling con algunas personas y con otras no? Cuando hay química atraes a la gente y las puertas empiezan a abrirse.

La gente libre interiormente atrae las oportunidades: esta es la parte más interesante, ser libre de corazón será lo que te pueda traer las mayores oportunidades para tu vida. Busca en tu interior, sé tú mismo… sé libre.

Aunque no creas mucho en la ley de la atracción, piensa en una cosa… ¿verdad que cuando haces cosas buenas te pasan cosas buenas? Y, ¿verdad que las cosas negativas atraen negatividad. Tenemos el poder de atraer todo lo que queramos, pues nuestras emociones, lo que pase por nuestra mente, determinará lo que nos pueda ocurrir. ¿Estás preparado para atraer las oportunidades?

“Los grandes hombres recorren senderos que para el común de los mortales son desconocidos. ¿Y sabes una cosa? Ser positivo trae buena suerte.”

-Valerio Massimo Manfredi-

El Poder De La Mente


Todos tenemos el mismo cerebro, es decir, está compuesto por los mismos elementos.
No son idénticos pero si tienen la misma estructura y lo que realmente los diferencia es la mente.

¿Pero que es la mente?
La mente es la forma como usas el cerebro, es decir, el cerebro es el órgano y la mente es la forma como lo usas.

Y es allí donde radica la gran diferencia. En la mente, en la forma en que usamos el cerebro.
Esa mente o esa mentalidad no es más que un patrón de pensamiento que fue forjado por las creencias que se fueron almacenando durante tu crecimiento.

Y eso es lo que está determinando tu realidad actual, esa forma en que usas tu cerebro es lo que te mantiene atascado(a) o te permite progresar, también se conocen como creencias limitantes.
La mente o mentalidad es tu conjunto de pensamientos actuales, siempre está funcionando y no descansa nunca.

Recuerda que la ley de la atracción dice que todo lo que piensas lo atraes a tu vida, entonces la clave está en dirigir esos pensamientos por el mejor camino posible ya que siempre estarás pensando. Esta es una de las claves para ser feliz

Afortunadamente esa mentalidad o esa manera de pensar se pueden cambiar para que así puedas entender como desarrollar el poder de la mente.

Toma el control de tu mente, de tus pensamientos y sentimientos.

Recuerda que tú eres el responsable de todo lo que ocurre dentro de ti.

Rechaza todo pensamiento y sentimiento negativo, utiliza la ley de la sustitución para neutralizar los pensamientos y sentimientos negativos.

Aprende a establecer y a llevar a cabo tus metas, defínelas con claridad y elabora un plan de acción para cumplirlas.

Se honesto(a) contigo, aprende a relajarte y a disfrutar de tus logros.

Tener el control de tu mente es lo mismo que tener poder mental, el saber dirigir tus pensamientos y alinearlos con tus metas es lo que te va ayudar a desarrollar y aplicar el poder de la mente.

Llego la hora de que tomes el control de tu mente y comiences a construir el futuro que hasta hoy te ha parecido inalcanzable.


Lo Que Natura Non Dat…


«Quod natura non dat, Salmantica non præstat» (en español: Lo que la naturaleza no da, Salamanca no (lo) otorga) es un proverbio latino que significa que una universidad no puede darle a nadie lo que le negó la naturaleza. 

De este modo, ni la inteligencia, ni la memoria ni la capacidad de aprendizaje son cosas que una universidad pueda ofrecer a sus alumnos.

Se ha creído erróneamente que esta frase corresponde al lema de la propia Universidad de Salamanca, lo cual es un error, ya que los lemas de las universidades son frases alentadoras, promotoras del estudio y de la propagación del conocimiento y las ciencias. 

El lema de la Universidad de Salamanca es: «Omnium scientiarum princeps Salmantica docet» («Los principios de todas las ciencias se enseñan en la Universidad de Salamanca»).
El emblema aparece esculpido en la piedra que recibe al visitante en el edificio de las escuelas menores de la Universidad de Salamanca.

Esta aseveración condena a los que, a pesar de estudiar, no presentan una gran capacidad intelectual o no ostentan una cultura general muy frondosa. Aquello que la genética ha negado no podrá ser reemplazado por la mejor educación. Se puede exhibir un importante curriculum vitae, pero ello no garantiza ser un erudito ni, mucho menos, una persona inteligente. 

Con Salamanca se apunta a la célebre Universidad ubicada en esa ciudad española, creada en 1218. La expresión se atribuye al filósofo y escritor hispano Miguel de Unamuno (1864-1936), quien ocupara el cargo de rector en dicha casa de altos estudios.

Desde el tiempo de nuestros abuelos, fue tema de discusión si la gente era tonta o mala porque no estudiaba o porque sus problemas los traían de nacimiento. Y se discutía que al malo y al tonto había que conducirlos por el camino del conocimiento para hacer de ellos personas buenas, útiles, brillantes.

Otros, decían que el malo lo era porque ya había nacido con alma mala, que más bien necesitaba redención, que le hablaran de las cosas de Dios.

Sin embargo, una tercera opinión decía que si se era tonto de nacimiento, bien poco se podía hacer por un individuo y remataban con el dicho del encabezado que reza: Lo que natura no da, Salamanca no lo presta; en alusión a la prestigiosa y antigua Universidad de Salamanca, España.

Hay alumnos que ponen sus codos en el pupitre, pero su mente está en otra parte: Dice el dicho que no hay peor sordo que el que no quiere oír.

Hay estudiantes que en vez de poner sus ojos en el pizarrón, ponen su mirada al interior de su mundo atormentado por la problemática propia de la adolescencia y se sienten negados para aprender; y no porque no puedan, sino porque como dice otro dicho de origen bíblico: no hay peor ciego que el que no quiere ver.

Así las cosas, para lograr la superación personal hay que poner en juego, la voluntad, el esfuerzo, y sobre todo, procurar una mente sana y despejada, de lo contrario, no se esfuerce: pues lo que natura no da, Salamanca no lo presta. O como dice mi compadre Pancho: me sales más caro que un hijo tonto en el Tecnológico. O sea, de qué sirve que te tenga en la escuela más cara, si tú nunca pondrás nada de tu parte.

Muchos estudiantes conocí que traían sobre sus espaldas una carga social y económica que no les dejaba avanzar para llegar a la ansiada meta que habían soñado. Problemas como la pobreza que no les daba para cubrir cuotas ni de una escuela pública y vivían siempre con hambre y mal vestidos. 

Otros, con problemas morales por padres desordenados o de familias desintegradas; siempre inmersas en un medio social que los arrastraba a la violencia o a los vicios como puerta de escape.

Algunos resistieron heroicamente para mantenerse en el camino; pero otros, sin apoyos de ninguna especie, renunciaron a todo convencidos que habían nacido para macetas y jamás pasarían del corredor.


Practicar Lo Positivo


La superación personal se alcanza cuando se tiene debidamente fundamentada una mentalidad positiva y orientada al éxito.  Cuando tú tienes el deseo de realizar un proyecto, una idea, una actividad determinada, esta idea  es creada dos veces: una en su mente y otra, cuando se lleva a la práctica.

Si tienes el talento de visualizar lo que deseas hacer, por ejemplo, disfrutar de unas vacaciones en balneario, tu mente crea la idea de la playa, la brisa, y el mar y tu probablemente caminando por la arena bajo un radiante sol.  Cuando  las cosas se dan y puedes disfrutar en la vida real de ese paseo por la playa, la idea la habías concebido en tu mente!  Así funcionan las cosas en la vida! eres y tienes lo que inicialmente piensas!

Tu superación personal depende entonces de lo que inicialmente crees en tu mente. Siendo las cosas así, que puedes crear, recrear y visualizar lo que deseas, comienza por crear imágenes mentales positivas, de éxito, felicidad, abundancia, salud, dinero, amor y todas las bendiciones que ofrece la vida. 

Muchas personas hacen lo contrario. Crean las cosas dos veces pero de manera negativa: por ejemplo,  realizar un negocio. El primer pensamiento que acude a la mente, invadido probablemente de inseguridad, les dice que ese negocio va a fracasar.  Cuando se llega el momento de hacer el negocio, este efectivamente fracasa.

Los estudios científicos han comprobado que la mente tiene poder, que lo que  se crea en ella, es lo que realmente,  se produce en la realidad.

Crea riqueza en tu mente para que obtengas prosperidad.

Concibe imágenes de felicidad para que tu vida sea siempre feliz.

Pon en tu mente seguridad en ti mismo para que actúes con confianza y seguridad en la vida real.

Vive rodeado de gente positiva en tu mente para que en el diario vivir, estés rodeado de gente positiva.

Cierra grandes negocios en tu mente para que mañana estés  firmando grandes negocios.

Disfruta de tu billetera llena de dinero en tu mente para que cuando vuelvas a la realidad, este llena de dinero.

Sigo insistiendo que para alcanzar el éxito en todo lo que te propongas,  debes aprender a desarrollar el Arte de la Mentalidad Positiva, colocando imágenes con emoción y convicción de lo que deseas en la vida. 

Esta técnica de autoayuda es poderosa: Borra de TU diccionario palabras tales como Imposible, no se puede, poco probable, nunca, jamás Solamente TU tienes el control sobre tu mente y sobre los resultados que deseas obtener.  Dios te dio el poder de elección, entre lo bueno y lo malo, y de hecho te creó como un ser de luz no de oscuridad.  TU ELIGES!

No  recuerdo quien dijo alguna vez:  ” Bien sean cosas buenas o malas que escojas para tu vida, cualquiera que escojas, esa es tu realidad.”   Así que elige muy bien!

Aunque es tu decisión elegir el colocar pensamientos positivos o negativos, es mi deber, a través de estas palabras motivarte a que elijas pensamientos positivos para que tu vida sea positiva en todo sentido.   


Estudiar Y Trabajar, Sí Se Puede


Estudiar y trabajar al mismo tiempo exige un gran esfuerzo. Pero se puede. Requiere ser organizado, metódico y con una gran fuerza de voluntad, y cuando el objetivo se cumple, la recompensa es doble.

Lo ideal es tener unos padres sobrados dispuestos a financiarnos la carrera, la ropa, las vacaciones, el coche, las cañas en los bares… Pero las circunstancias no siempre son las ideales. Unas veces la vida no es fácil para los padres y hay que contribuir a la economía familiar; otras, se nos pasó la época de vivir a pensión completa en la casa paterna, hemos ido cumpliendo años y repitiendo cursos hasta que hemos encontrado el camino que buscábamos; hay casos en los que es mejor buscarse la vida compartiendo piso con amigos que prolongar una mala relación con papá y mamá; puede ser que necesitemos estudiar en la etapa adulta porque las condiciones de trabajo nos exigen una puesta al día en los conocimientos… En fin, que las razones son muchas y que no pocas personas se ven abocadas a la titánica tarea de estudiar y trabajar al mismo tiempo.

No vamos a negar que con lo duro que es estudiar y lo insoportable que resulta a veces levantarse cada mañana para ir al trabajo, juntar las dos cosas puede parecer una proeza. 

Pero se puede. El primer pensamiento en nuestro punto de mira debe ser:


«Si otros pueden, yo también puedo».

miércoles, 27 de septiembre de 2017

Superación



La vida es un continuo ejercicio de superación. Todos queremos alcanzar la máxima felicidad posible, y sabemos que esta pasa por lograr ser mejores personas, pero solemos fallar al enfocar nuestras decisiones vitales. En general, las personas no actúan de forma injusta –o directamente mala– con sus congéneres de forma consciente: lo hacen porque creen que están haciendo lo correcto, aunque no lo sea, o porque no han valorado las consecuencias que sus decisiones tienen sobre otras personas.

Muchas veces estamos tan enfrascados en lograr el éxito (a todos los niveles), que nos olvidamos de mejorar la forma en que tratamos a los demás, y a nosotros mismos. Nunca seremos felices si no logramos antes ser mejores personas y la bondad, como todo en esta vida, se puede educar y entrenar. 

Dice el refrán que “es de bien nacidos ser agradecido”, lo que no dice es que, además de ser positiva para los que nos rodean, la gratitud es una herramienta poderosa para sentirnos bien con nosotros mismos y así mismo el aspecto de nuestro carácter más fuertemente asociado a la satisfacción vital. La gratitud nos puede ayudar a superar los traumas y el estrés, aumenta nuestra autoestima y nos ayuda a disolver las emociones negativas.

La mayor expresión de gratitud es el altruismo: hacer el bien sin esperar nada a cambio. Numerosos estudios han demostrado que la solidaridad está directamente relacionada con el bienestar, la salud, y la longevidad. Los actos de bondad hacen que nos sintamos bien con nosotros mismos y las emociones positivas que generamos hacen que tengamos una mayor capacidad de recuperación psicológica y física. Por ello, el voluntariado es una de las actividades más saludables que pueden realizar las personas mayores.

Las personas pesimistas no son peores personas, pero de forma casi inconsciente tienden a generar un entorno desmotivador que no es beneficioso ni para ellos mismos, ni para la gente que les rodea. Si queremos mejorar como personas, y ser más felices, debemos pues trabajar nuestra actitud frente a la vida, algo muy estudiado en los últimos años por la psicología positiva. Tal como promulga esta corriente de la psicología, la felicidad no es algo que se pueda alcanzar: no es una meta, es un estado que debe entrenarse todos los días. En el fondo, todo lo que nos rodea puede tener una lectura negativa, máxime en estos días en los que el pesimismo es abrumador. Si no buscamos una lectura optimista de las cosas la infelicidad será una constante y contagiaremos a nuestros seres más queridos.

No importa el dinero que ganes: nunca serás feliz si dedicas tu tiempo a hacer algo que no te gusta. Está claro que no todo el mundo tiene la suerte de trabajar en aquello que le resulta más atractivo, pero todos podemos cambiar a mejor. Para ello debemos trabajar la autoeficacia: la confianza y convicción de que es posible alcanzar los resultados esperados para cada meta propuesta. Evidentemente, no vamos a lograr todo lo que nos proponemos, pero el problema para muchas personas es que ni siquiera se plantean cambiar, por miedo a enfrentarse a las dificultades que puedan surgir, y acaban generando problemas inexistentes.

Este consejo no se debe aplicar sólo a nuestro trabajo. Quizás, tal como están las cosas, es poco realista encontrar un puesto más interesante que el que tenemos (aunque sí podemos realizar nuestra labor de una manera que nos resulte más satisfactoria), pero podemos hacer lo que realmente nos gusta en nuestro tiempo libre. Según un estudio japonés realizado entre jubilados, la tasa de mortalidad es significativamente menor en aquellas personas que practican una afición concreta. La ecuación es sencilla: si nos llena lo que hacemos, seremos más felices, y esta felicidad se contagiará a nuestro entorno. 

Es muy fácil distinguir a una persona que está haciendo lo que le gusta: irradia felicidad y contagia optimismo.



Calidad De Información

Asimilar El Enorme Caudal De Información

Ciudadano informado es el que se comprende a sí mismo y al mundo que le rodea y puede interactuar conscientemente con él.

No es fácil conseguirlo porque el objetivo de los medios de comunicación comerciales, más que informar al público, es obtener el máximo beneficio y cuidar sus intereses empresariales y políticos. 

La financiación de los medios comerciales procede en su mayor parte de la publicidad. En el caso de los de pago, en los medios importantes, son mayores los ingresos por publicidad que por la compra del consumidor. Por eso los intereses de las marcas anunciadas son fundamentales y sólo en casos de protestas sociales, algunos medios prefieren perder anunciantes que perder consumidores.

En esta situación, para estar bien informado hace falta saber procesar bien la información, conocer los medios, de quién son y cómo funcionan, elegir los que más nos interesan y reivindicar una información de calidad porque la pagamos, bien por la compra o bien por la vía de la publicidad que encarece los productos que compramos.

Es un “lugar común” hablar de la importancia de estar informado. La frase la escuchamos en varias partes, principalmente, en los medios de comunicación, también sucede en institutos educativos e incluso en nuestros círculos sociales.

Pero, ¿por qué es importante estarlo? Quizás pocas veces nos planteamos esa pregunta.
Hay muchas respuestas, puede ser que muchas sean totalmente válidas. Me concentraré en lo que se refiere a lo que va con la acertada capacidad para criticar, para entender a la sociedad en la que vivimos y para poder, legítimamente, estar conforme o inconforme con nuestro alrededor.

Es muy frecuente que protestemos, nos manifestemos o sencillamente tiremos pestes de nuestro país (por ejemplo), sin conocer el fondo de los diferentes asuntos.

Con lo que escuchamos o brevemente leemos por ahí, pensamos que ya tenemos los elementos necesarios para emitir juicios o tomar acciones de manera radical. Informarse requiere de un esfuerzo, de un análisis y de una reflexión.

Son muchos los que a su conveniencia dicen mentiras y lo hacen para lograr que la opinión pública esté de su lado, para tener poder.

¿Qué significa estar informado, en un mundo de abundancias en el que todos tienen algo que comunicar? Desde vallas publicitarias en las vías públicas y llamadas de teléfono comerciales en la privacidad del hogar, a noticias en tiempo real por la televisión y actualizaciones de redes virtuales; muchas son las tentativas de informarnos sobre aquello que los emisores consideran importante que los destinatarios sepan. 


La primera distinción que es necesario hacer en este ejercicio inquisitivo sobre el significado de estar informado, es entre cantidad y calidad. El rápido desarrollo técnico de los medios de comunicación nos ofrece por un lado un bombardeo informativo y por otro hay que distinguir cuántos de estos códigos se traducen en conocimiento y sirven para la mejoría ciudadana y moral. 

La Chispa Esencial


La ilusión es la “chispa de la vida”, sin ella, la vida pierde color, todo se vuelve monótono, apagado y nada tiene sentido. Recuperar la ilusión o volver a ilusionarnos conlleva buscarla, y salir del momento apático en el que vivimos.

La ilusión, hace que cada momento de la vida sea especial y único, además vivir con ilusión nos permite adelantar el momento deseado, ya que la ilusión nos motiva a visualizar, a proyectar y desear lo que queremos vivir, de manera que lo disfrutamos antes de que llegue.

“No rechaces tus sueños. ¿Sin la ilusión el mundo que sería?”
-Ramón de Campoamor-

¿Dónde habita la ilusión?
La ilusión habita en aquellos instantes de la vida que nos acercan a nuestros proyectos. Se trata de desear conseguir algo, y poner toda nuestra energía en conseguirlo. La ilusión es ese sentimiento interno que nos hace disfrutar antes de que nuestro deseo se haya cumplido. Podemos potenciar la “chispa de la vida”, si nos proponemos hacerlo cada día.

La Ilusión habita en nuestro interior y en la forma en la que hacemos las cosas. Podemos vivir nuestro día a día, de forma monótona, sin ganas, rutinariamente, en automático, es decir, sin ilusión por vivir.

Pero también podemos proponernos vivir cada instante, como si fuera único, poniéndole todas nuestras ganas, nuestra alegría, toda la ilusión, porque sabemos que estamos más cerca de conseguir aquello que queremos conseguir.

Vive cada instante con la misma ilusión que cuando eras niño, expresándolo a quienes te rodean, sacándole la parte buena de lo que vives hoy, aprendiendo, disfrutando y sintiéndote en el camino de conseguir lo que te propones.

Agradece a la vida cada instante, bueno o malo, porque todos nos hacen aprender y mejorar en la vida, y esto también forma parte de la vida que estás deseando vivir, ya que para llegar a dónde te propones, también tienes que crecer y aprender para poder conseguirlo.

Ilusiónate, emociónate, sorpréndete por todo lo que te ocurre, la vida sigue siendo tan mágica como cuando eras pequeño, sólo tienes que querer que sea así y sentirlo, y entonces recuperarás la ilusión de la infancia, con la madurez del adulto.



Yosoidad

"Antes de conocer esta cognitividad, esta yosoidad, ¿dónde está la ilusión? Antes de la consciencia, ¿dónde estaba la ilusión? La ilusión principal es sólo esta cognitividad yo soy. Antes de eso no había ninguna ilusión. Esta consciencia misma es la fuente de la ilusión. Esta ilusión o cono yosoidad no permanece como algo eterno."
Nisargadatta Maharaj

"Yo soy", "yosoidad", eseidad o consciencia son diferentes palabras que Nisargadatta utiliza para referirse a lo mismo: la sensación que los seres vivos tenemos de ser, de existir, de estar vivos. Este es un aspecto fundamental y al que N.M. se refiere de manera constante. Es muy importante entenderlo bien. De aquí en adelante te recomiendo que cuando se hable de "Yo soy", "yosoidad", eseidad o consciencia tengas presente que se está haciendo referencia a esa sensación de ser, de existir, a esa experiencia tan íntima. Esta "yosoidad" es la primera sensación que nos asalta cuando nos despertamos, y nos acompaña a lo largo de nuestro estado de vigilia. En cambio, cuando estamos en el sueño profundo, nos desmayamos o cuando decimos que una persona ha muerto, esta sensación no está ahí. Lo real es todo aquello que permanece siempre y que no experimenta cambio alguno.

Podemos deducir entonces que esta sensación de ser, esta "yosoidad", este "yo soy", es algo irreal, porque aparece y desaparece, no está siempre presente.

Sin "yo soy" no hay mundo
El mundo, y todo lo demás, surgen después del "yo soy". Sin "yo soy" no hay mundo. N.M. compara el "yo soy" con la semilla de un baniano, pequeña de tamaño pero potencialmente un árbol de grandes dimensiones. Asimismo, esta "yosoidad" hace aparecer el inmenso mundo y toda su "Maya". Cuando surge el "yo soy" aparece todo (estado de vigilia). Cuando el "yo soy" se sumerge, se sumerge todo (estado de sueño profundo, desmayo, muerte). Si el "yo soy" es irreal, todo lo que surge de él debe ser también irreal. Por lo tanto el mundo es irreal, es falso, es ilusión y engaño. Sí, es una frase tremenda, que a muchas personas no les va a gustar, porque para ellas el mundo es todo: sus esperanzas, placeres, ansias, sueños, recuerdos, experiencias y un larguísimo etcétera.

Hasta que no se vea con claridad que el mundo es irreal será imposible escapar de la miseria, el sufrimiento y el tormento.
Si el "yo soy" es irreal, y por tanto el mundo que procede de él también es una ilusión, ¿hay algo que sea real? Para afirmar que algo cambia debe haber un trasfondo sin cambio, que sea testigo de dicho cambio. Esté o no presente el "yo soy", siempre hay un trasfondo que es testigo de la aparición y desaparición de esta eseidad: lo Absoluto.

Siempre estuviste en el estado Absoluto, sin saberlo
Tú no sabías que eras, no sabías de tu existencia. Estabas en el estado Absoluto, que siempre prevalece. Sin necesidades de ningún tipo, sin imperfecciones, sin problema alguno. De repente se formó un cuerpo físico a partir de los cinco elementos y la "yosoidad", que está latente en ese cuerpo, empezó a mostrarnos un espejismo, a engañarnos desde el primer momento en que fue sentida. Esta "yosoidad" o consciencia nos muestra el mundo manifiesto, el mundo ilusorio al que ignorantemente consideramos como real. Nada de lo que experimentamos es real, y las experiencias solo tienen lugar mientras esta consciencia está aquí. Y esta consciencia estará aquí mientras haya un cuerpo vivo. 

Porque la consciencia necesita una forma física, un cuerpo, para poder manifestarse. Todo este juego de la consciencia es Maya, es un fraude. Entender esto es, ello mismo, estar a salvo de la muerte. La muerte del cuerpo hace que la consciencia no se pueda sentir más y, por tanto, tampoco el mundo podrá sentirse. Lo que queda entonces es lo que no desaparece nunca, lo que es antes, durante y después del surgimiento del cuerpo y la consciencia: lo Absoluto, lo Eterno. La "yosoidad", pues, es la fuente misma de toda miseria. Con ella aparece el sufrimiento, la imperfección, la esclavitud de la identificación con el cuerpo. 

La eseidad, esa sensación de ser, no es nuestra identidad, nosotros no somos eso. Pero es de gran importancia. Mientras esté disponible esa "yosoidad" (y lo estará mientras el cuerpo físico esté vivo), es nuestra mejor herramienta para llegar a conocer nuestra verdadera identidad: lo Absoluto.



martes, 26 de septiembre de 2017

Mente Positiva


Poseer una mente positiva es una cualidad de las personas triunfadoras, porque cuando prevalecen pensamientos positivos en un individuo, este podrá enfrentar las vicisitudes de la vida con valentía, determinación y sabiduría a fin de lograr metas que lleven a la autorrealización.

La mente positiva significa creer en ti mismo, saber que puedes lograr todo lo que te propongas, tener una visión positiva del mundo, concentrarte en las cosas buenas de la vida y las oportunidades que abundan por todos lados.

Ejemplos que demuestran que tienes una mente positiva:

La actitud que demuestras ante las dificultades:
Una persona con mente positiva ante las dificultades usarás expresiones de este tipo: ¡estoy seguro que hay una solución!, ¡usaremos este mal momento para impulsar el negocio!, ¡estos problemas me han abierto los ojos a la luz!, ¡me siento motivado, porque estos obstáculos han aumentado mi sed de éxito!, etcétera. Esta es una demostración de la importancia de la actitud mental positiva para superar adversidades.

Una persona con mente positiva está orientada al bienestar y cuando observa alguna información negativa, simplemente la deja pasar y no gasta su tiempo o energía en cosas que no abonan en nada su crecimiento personal.


Los libros de desarrollo personal tienen un impacto favorable en la construcción de una mente positiva. Entre más información leas con relación al éxito, las buenas relaciones, el uso de la inteligencia emocional, el cuidado de la salud y una vida plena. Llegará un momento en que esas ideas formarán parte de tu rutina diaria, hasta volverse creencias arraigadas a tu forma de ser.

Libertad Responsable


Según Nietzsche, libre es “lo que no es perturbado ni desviado en su dirección, lo que no es objeto de coacción alguna”. Y para hacer uso de esa libertad, dice que no se debe sentir vergüenza de uno mismo. Ese es el sentido de la libertad realizada.

Pero esta libertad puede ser cubierta por el temor de asumir con decisión nuestro propio destino y enfrentarnos a él, por lo que terminamos no haciéndonos cargo de nuestra responsabilidad como individuos.

Entonces se hace muy difícil asumir que podemos elegir libremente, sin condicionamiento externo alguno que nos acote el abanico de posibilidades. En caso de haber alguno, este condicionamiento hará que optemos por lo que nos haga sentir más seguros. Queramos o no siempre estamos condicionándonos, ya que perseguimos la seguridad, conciente o inconscientemente.

Cada uno de nosotros se maneja con un margen de maniobra que nos permite una segunda oportunidad. Siempre podemos animarnos a tomar otra de las alternativas que tengamos a nuestro alcance. El problema radica cuando nuestras limitaciones, es decir, las seguridades que anhelamos, no nos permiten arriesgar e intentar elegir otra de las posibilidades por temor a fracasar.

La libertad es una facultad natural que posee el hombre de obrar o no hacerlo, y de elegir la manera en que lo hace, siendo por ello responsable de sus propios actos.

Primero, hay que hacer una breve diferencia entre optar y elegir. Cuando uno opta por algo, lo hace entre varias posibilidades, seleccionando una por comodidad o seguridad más que por preferencia. En cambio cuando elegimos, estamos dando preferencia a esa posibilidad ya que existe un fin o un porque para decidirse por ella.

La opción es la facultad de elegir con un condicionamiento de por medio, en cambio la elección es absolutamente deliberada, teniendo plena libertad de acción para poder evaluar lo que queremos. Se opta por miedo, se elige porque se quiere.

La mayor parte de nuestra vida nos la pasamos optando, dejamos las cosas en manos del destino. Esto hace que no nos comprometamos con nuestra elección de vida, con lo que realmente queremos para nosotros.

Siempre creí que el compromiso pasa por uno mismo. Cuando uno se compromete con algo da su palabra. El compromiso es una elección. Salvo cuando optamos o dejamos que otro decida por nosotros, nos comprometemos por obligación.

Entonces llegó la hora de tomar las riendas de nuestro destino y empezar a elegir lo que realmente deseamos. Tenemos que comprometernos con nuestra propia libertad. La poca responsabilidad, el miedo y la comodidad hacen que no podamos llevar a cabo la vida que queremos.


Diálogo Social


El recurso del diálogo ha contribuido, según lo muestran los hechos, a resarcir diferencias y a fomentar los acuerdos a partir de la pluralidad; pero también y ante todo dicha  posibilidad, propia de los sujetos en calidad de hablantes debe estar dirigida al ámbito colectivo, de tal manera que se alcance a entender que en tanto se fomente la confianza y las acciones para facilitar el diálogo en todo orden, en particular en el social, se cumple con tareas básicas como: la prevención, la transformación de conflictos y la construcción de la paz. Se constata así como la mediación de la palabra y el establecimiento del diálogo propiciado desde y por diversos actores es quizá la mayor garantía para el alcance de la paz y en lo posible, para la recuperación de la credibilidad entre gobernantes y gobernados, en particular cuando se trata de sistemas democráticos.

Quizá ninguna otra actividad humana ha cobrado tanta importancia en los últimos tiempos, marcados por el conflicto y la dificultad para el acuerdo, como la del diálogo. Los sujetos en condición de hablantes y de seres de lenguaje hemos vivido gobernados por el “privilegio del diálogo”, circunstancia que ha operado más como intento que como realidad; a pesar del legado de dialogantes antiguos, para quienes la palabra siempre fue viva y cobró vida.

Sin embargo, en el actual panorama nacional e internacional son frecuentes los casos cuya salida a los conflictos se consigue por la fuerza, se desplaza a la palabra a una condición inferior e insignificante frente a las armas. Las guerras se explican por el temor a las armas; éstas, son las preferidas por quienes, en medio de documentos, persecuciones y legitimadas declaraciones, no ven otra alternativa más favorable a la solución de un conflicto, a diferencia de las palabras.

Casos recientes y de conocimiento mundial confirman esta afirmación, repetir esta patética realidad, es caer en una tautología.

La presente digresión encaminada a plantear algunas reflexiones en torno a la noción y a la práctica del diálogo y a la idea de que éste tenga alcances sociales partirá, entre otros, del referente teórico de la filosofía, pues esta disciplina tiene gran valor en la razón de ser de su discurso.

A la pregunta por la importancia de la filosofía puede resultarle persistente una preocupación hermenéutica fundamental que procure según plantean pensadores como Gadamer, la superación de la distancia entre el sentido de un discurso mantenido por quien escribe y por un lector que procura comprenderlo. 

Circunstancia que se registra cercana del ejercicio del diálogo, exaltado por la tradición humanista en oposición abierta al monólogo racional y reafirma, en cambio, la constante tendencia de un diálogo que se despliega en la comunidad, determinante del marco colectivo e histórico en que vive el individuo.



"Cosificación" De Las Personas


Nos comportamos con los demás como si fueran cosas, no personas. 

Nuestra relación con las personas es también como con las cosas.  Un marido se comporta con su mujer como si ésta fuera una cosa; la posee. La mujer se comporta con el marido como con una cosa. Si nos comportásemos con los demás como si fueran personas, no intentaríamos poseerlas, porque sólo las cosas pueden ser poseídas.

Una persona significa libertad. Una persona no puede ser poseída. Si tratas de poseerlas, las matarás, se volverán cosas. Nuestra relación con los demás no es realmente de yo a tú; en el fondo es una relación de yo a yo. El otro es sólo una cosa para ser manipulada, para ser utilizada, explotada. Por eso el amor se vuelve cada vez más imposible, porque amor significa considerar al otro una persona, un ser consciente, una libertad, algo tan valioso como tú.

Si te comportas como si todo fuera una cosa, entonces tú eres el centro y las cosas son para ser usadas. La relación se vuelve utilitaria. Las cosas no tienen valor en sí mismas: el valor es que puedes usarlas, existen para ti. Puedes relacionarte con tu casa: la casa existe para ti. Es una utilidad. El coche existe para ti, pero la esposa no existe para ti y el marido no existe para ti. El marido existe para sí mismo y la esposa existe para sí misma. Una persona existe para sí misma; eso es lo que significa ser una persona. 


Y si permites que la persona sea una persona y no la reduces a ser una cosa, poco a poco empezarás a sentirla. De lo contrario, no puedes sentir. Tu relación seguirá siendo conceptual, intelectual, de mente a mente, de cabeza a cabeza..., pero no de corazón a corazón".

El Valor Persona


Es un tema en el que nos vemos envueltos constantemente, no nos damos cuenta respecto a su presencia pero está ahí en todo momento. Estoy hablando del valor que te define como persona, aquello que te compara con todo los otros seres que hay a tu alrededor.

O quizá… ¿estamos partiendo desde un enfoque equivocado?
Desde luego que sí.

Antes que nada me gustaría resaltar que el valor que poseen tanto las cosas como las personas es simplemente una ILUSIÓN. Te pediría que lo leyeses las veces que fuese necesario hasta que quedase grabado en tu mente, puesto que la valoración es simplemente una etiqueta que otorgamos pero eso no define en absoluto.

He querido resaltar este concepto porque he visto infinitas veces caer en la trampa a un incontable número de personas, incluyéndome a mí mismo. Tenemos una naturaleza innata de definir nuestra valoración dependiendo de las distintas opiniones y aprobaciones que recibimos del exterior. Cuantos más votos positivos acumulemos más valiosos somos, cuanto menos feedback positivo poseamos, menos valor tenemos.

Si funcionamos desde este encuadre, nos posicionamos desde un lugar de escaso poder sobre nosotros mismos, puesto que éste va a estar en manos de los demás que podrán determinar a su antojo lo valioso que eres. Estarás dependiendo de la validación externa.

Otro enfoque que surge en la batalla que se genera al estar en un mercado dónde el ser más preciado es el que gana, sería el de la soberbia. La persona que funciona desde esa realidad vive en un absoluto miedo e inseguridad sobre sí mismo, pero en unos límites inimaginables, aunque pueda parecer todo lo contrario. 

Éste se caracteriza por una actitud en dónde intenta a toda costa disminuir el valor de los demás, para poder vivir temporalmente en un lugar más elevado. Quien vive desde este paradigma ha de estar en una lucha constante y a su vez el poder sigue estando en el exterior, dado que los demás han de seguir teniendo una valoración menor respecto a él.


lunes, 25 de septiembre de 2017

Transhumanismo


¿Es el hombre la culminación de la evolución cósmica? Algunos visionarios de nuestra época lo niegan apasionadamente. Según ellos, el ser humano sólo significa un eslabón provisional e imperfecto dentro de una cadena ascendente que todavía no ha llegado a su final. Este final se encuentra más allá del hombre, por encima del hombre. El siglo XXI dará un salto cualitativo en el dominio de una tecnología cuasi-mágica y permitirá —¡al fin!— transcender al ser humano. Tal es el sueño de los transhumanistas.

 Por supuesto, todo esto suena a película de Hollywood y a ciencia ficción. Y, sin embargo, el lobby transhumanista presenta en sus filas partidarios completamente respetables. Sin ir más lejos, en nuestro país un autor tan conocido como Eduardo Punset defiende una visión del hombre y de su futuro que exhibe numerosos puntos de coincidencia con las tesis transhumanistas. 

Al fin y al cabo, ¿no ha dado ya el ser humano todo lo que puede dar? Así lo consideran Marvin Minsky, Ray Kurzweil y otros gurúes norteamericanos del transhumanismo, para quienes la nanotecnología y la biotecnología habrán de conducir, dentro de pocas décadas, al interfaz hombre-máquina, piedra angular del mito transhumanista. No ser ya sólo hombres, sino hibridaciones entre hombre y máquina, entre hombre y ordenador. Liberarnos —al menos parcialmente— de las servidumbres que nos impone la biología. 

Ampliar nuestras capacidades psíquicas y sensoriales. Explorar todo el espectro de los estados alterados de conciencia. Experimentar sensaciones antes nunca conocidas por el género humano. ¿Quién no se sentiría atraído por tales perspectivas? Tanto más cuanto que el hombre, tal y como ha existido hasta ahora, parece incapaz de abandonar ese fango de egoísmo, vulgaridad y violencia en el que anda chapoteando desde tiempo inmemorial.

Como es evidente, desde un punto de vista humanista, e incluso desde el simple sentido común, sería fácil efectuar una indignada crítica contra tales desvaríos: que si son síntomas de un nihilismo mal disimulado, que si vamos al Mundo Feliz de Huxley, que si Hitler va a triunfar con un siglo de retraso en su lucha por crear al Superhombre. Sin embargo, el transhumanismo —como todo mito, como toda idea que logra fascinar al espíritu humano— contiene una parte de aspiraciones legítimas. 

Es decir: la humanidad experimenta hoy un intenso deseo de autosuperación y el anhelo de “empezar una nueva época”, una etapa radicalmente distinta dentro de su historia milenaria. 

Cambiar desde la raíz el ambiente de nuestra cultura, nuestros hábitos de vida, el régimen íntimo de unas existencias individuales que se han acostumbrado a respirar en una atmósfera de conformismo desencantado. Librarse de la Matrix omnipresente que hoy nos atrapa y salir al fin de la caverna platónica, para contemplar la verdadera realidad. Y los transhumanistas han sabido captar precisamente este aspecto del Zeitgeist actual: los hombres de nuestra época aspiran a vivir en un mundo lleno de aventura y de misterio, diametralmente opuesto a esta gris rutina de existencias vacilantes y desnortadas que hoy conocemos. Sin embargo, y como sucede tantas veces, se acierta aquí en el fin, pero se yerra —y de una manera decisiva— en los medios.

Y es que, en efecto, por sí misma la tecnología —ni siquiera la tecnología “mágica” con la que sueña el transhumanismo— es incapaz de reeencantar el mundo. A mediados del siglo XIX, los entusiastas del progreso predecían, extáticos y exultantes, un siglo XX poblado de máquinas fantásticas que convertirían el mundo en un lugar “emocionante” y “maravilloso”. La máquina volante —nuestro avión— era entonces el paradigma de lo fascinantemente futurista; y aún más el proyectil que, como imaginó Verne, nos llevaría hasta la Luna. Ahora bien: hoy en día, miles de aviones surcan cada día nuestros cielos, y hace décadas que conquistamos nuestro satélite; pero, aun así, seguimos bostezando. Seguimos haciendo ricas a las multinacionales farmacéuticas que nos proporcionan nuestra imprescindible ración de antidepresivos. La melancolía es la seña de identidad del Occidente posmoderno. Ergo: es obvio que nos estamos equivocando en algo decisivo.

También se equivocan, desde luego, los transhumanistas. Necesitamos —es cierto— un nuevo entusiasmo, una nueva frontera, un nuevo impulso que nos devuelva la ilusión y la alegría. Ahora bien: este impulso no provendrá de la tecnociencia (¡que no es execrable en sí misma, de ningún modo!), ni de los kennedys y obamas de turno. Porque la única energía que puede renovar la faz del mundo procede del núcleo más íntimo de lo real. 

De la centella más interior del espíritu humano: más allá incluso de nosotros mismos. Donde todo recobra su aspecto más auténtico y maravilloso. Donde la vida humana vuelve a convertirse en lo que nunca debió haber dejado de ser: una fiesta llena de alegría. Donde descubrimos con estupor que aquí mismo, junto a nosotros, existe —ocultada por nuestra torpe mediocridad— otra forma de vivir y de construir el mundo.