Asimilar El Enorme Caudal De Información
Ciudadano informado es el que se comprende a sí mismo y al
mundo que le rodea y puede interactuar conscientemente con él.
No es
fácil conseguirlo porque el objetivo de los medios de comunicación comerciales,
más que informar al público, es obtener el máximo beneficio y cuidar sus
intereses empresariales y políticos.
La financiación de los medios comerciales
procede en su mayor parte de la publicidad. En el caso de los de pago, en los
medios importantes, son mayores los ingresos por publicidad que por la compra
del consumidor. Por eso los intereses de las marcas anunciadas son
fundamentales y sólo en casos de protestas sociales, algunos medios prefieren
perder anunciantes que perder consumidores.
En esta
situación, para estar bien informado hace falta saber procesar bien la
información, conocer los medios, de quién son y cómo funcionan, elegir los que
más nos interesan y reivindicar una información de calidad porque la pagamos,
bien por la compra o bien por la vía de la publicidad que encarece los
productos que compramos.
Es un “lugar común” hablar de la importancia de estar
informado. La frase la escuchamos en varias partes, principalmente, en los
medios de comunicación, también sucede en institutos educativos e incluso en
nuestros círculos sociales.
Pero, ¿por qué es importante estarlo? Quizás pocas veces nos planteamos esa pregunta.
Hay muchas respuestas, puede ser que muchas sean totalmente válidas. Me concentraré en lo que se refiere a lo que va con la acertada capacidad para criticar, para entender a la sociedad en la que vivimos y para poder, legítimamente, estar conforme o inconforme con nuestro alrededor.
Es muy frecuente que protestemos, nos manifestemos o sencillamente tiremos pestes de nuestro país (por ejemplo), sin conocer el fondo de los diferentes asuntos.
Con lo que escuchamos o brevemente leemos por ahí, pensamos que ya tenemos los elementos necesarios para emitir juicios o tomar acciones de manera radical. Informarse requiere de un esfuerzo, de un análisis y de una reflexión.
Son muchos los que a su conveniencia dicen mentiras y lo hacen para lograr que la opinión pública esté de su lado, para tener poder.
¿Qué significa estar informado, en un mundo de abundancias
en el que todos tienen algo que comunicar? Desde vallas publicitarias en las
vías públicas y llamadas de teléfono comerciales en la privacidad del hogar, a
noticias en tiempo real por la televisión y actualizaciones de redes virtuales;
muchas son las tentativas de informarnos sobre aquello que los emisores
consideran importante que los destinatarios sepan.
La primera distinción que es necesario hacer en este ejercicio
inquisitivo sobre el significado de estar informado, es entre cantidad y
calidad. El rápido desarrollo técnico de los medios de comunicación nos ofrece
por un lado un bombardeo informativo y por otro hay que distinguir cuántos de
estos códigos se traducen en conocimiento y sirven para la mejoría ciudadana y
moral.
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