Lo esencial no es la vida, sino cómo elegimos vivirla
La vida es una travesía en si misma, encierra los éxitos, los
fracasos, las alegrías y las tristezas, lo que agradecemos y
lo que nos resulta injustificable, lo que amamos y lo que nos despierta el
resentimiento, de alguna manera, la vida da para todo, existe, plena,
eterna y continuada, una y otra vez para grabar en nuestra alma, aquello que
realmente necesitamos aprender y que es parte de nuestra transformación y
nuestro progreso.
La diferencia radica en cómo
se vive la vida, las elecciones que tomamos, los caminos que recorremos, las
actitudes, los pensamientos, las ilusiones y los deseos, cómo recibimos aquello que se nos
concede, cómo agradecemos o simplemente jamás lo hacemos, el libre albedrío que
tenemos todos y que determina nuestras acciones, porque por más influencia que
tengamos en nuestra vida, siempre es bueno es nuestra la elección final.
Cómo elegimos vivir la vida, puede llegar a ser la gran
diferencia entre los seres, más allá de la conciencia lo la falta de ella, la manera en cómo vivimos la vida nos hace sentirnos completos o
vacíos, nos llena de fortaleza o enaltece la ignorancia y el temor, nos enseña el amor
compasivo y el desarrollo de las propias capacidades, o nos entrega al
sufrimiento y al resentimiento del pasado.
No vivimos para juzgar las
elecciones de los demás, más somos responsables de las propias, del bienestar o el daño que impartimos
a los demás, quiénes al igual que nosotros, luchan cada día por un nuevo
comienzo, por encontrar su espacio y su equilibrio, sin embargo, muchos se
pierden en ese recorrido, muchos no logran develar el verdadero sentido
del amor que nos une, que nos vivifica como seres humanos y por ende, no gozan de este beneficio
y del alivio que trae al alma, el lograr establecer una conexión genuina con el
ser interior, con la plenitud del presente y con la fuente inspiradora de la
vida.
Sembramos en nuestra vida,
aquello que esperamos cosechar, somos
propulsores de los cambios, de las innovaciones, de los riesgos que asumimos y
de los obstáculos que enfrentamos y superamos, a su vez, tenemos un camino espiritual
que cumplir, que nutrir y que abonar, pues cada existencia es
una nueva oportunidad de sumar a la vida, leyendo en el libro que nos ofrece,
en la mente clara y serena y en el conocimiento de sí mismo.
“¡Ojalá vivas todos los días de tu vida!”
Jonathan Swift
Jonathan Swift
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