“El hombre se
autorrealiza en la misma medida en que se compromete al cumplimiento del
sentido de su vida.”
Me despierto
abriendo suavemente los ojos. Hago una respiración profunda, inhalo y exhalo
sintiendo cada parte de mi cuerpo recobrar su actividad después del sueño.
Estiro mis brazos y
mis piernas en la cama mientras tomo conciencia de
lo que me rodea, del espacio y el tiempo en el que estoy.
Descubro unos
juguetones rayos de sol colándose entre las rendijas de las persianas de mi
habitación. Sonrío desde el corazón a la luz de un nuevo amanecer
.
Doy gracias
mentalmente por un nuevo día, y comienzo la mañana con ilusión porque recuerdo
que mi vida tiene un sentido y un propósito.
¿Sabes tú cuál es
el sentido y propósito de tu vida?
Llegamos a este
mundo “sin pedirlo” y sin entender muy bien las razones por las que estamos
aquí, si tenemos algún propósito o misión que
cumplir. Al nacer nuestros padres no tienen un manual de instrucciones para
educarnos, ni nadie nos regala un mapa de la ruta a seguir. Vamos creciendo,
construyendo nuestro camino en cada despertar.
No hay uno de
nosotros que no se haya equivocado, muchos nos hemos sentido perdidos, sin
saber cuál ruta de las muchas disponibles tomar. Esa sensación de vacío, esa aflicción que te causa el no saber
cuál es tu lugar, qué se espera de ti, qué es lo mejor que puedes realizar con
tu vida, quizás te resulten sensaciones familiares.
Vivimos en una sociedad saturada de estímulos externos (las modas,
los estereotipos, las tecnologías, las ideologías y un largo etc.) a los que
respondemos automáticamente, sin embargo pienso que debemos detenernos, buscar
un poco de silencio para permitir escuchar nuestra propia voz interior, en
lugar de estar respondiendo constantemente a las
expectativas y llamados del exterior.
¿Sabes tú cuál es
el sentido y propósito de tu vida?
Llegamos a este
mundo “sin pedirlo” y sin entender muy bien las razones por las que estamos
aquí, si tenemos algún propósito o misión que
cumplir. Al nacer nuestros padres no tienen un manual de instrucciones para
educarnos, ni nadie nos regala un mapa de la ruta a seguir. Vamos creciendo,
construyendo nuestro camino en cada despertar.
No hay uno de
nosotros que no se haya equivocado, muchos nos hemos sentido perdidos, sin
saber cuál ruta de las muchas disponibles tomar. Esa sensación de vacío, esa aflicción que te causa el no saber
cuál es tu lugar, qué se espera de ti, qué es lo mejor que puedes realizar con
tu vida, quizás te resulten sensaciones familiares.
Vivimos en una sociedad saturada de estímulos externos (las modas,
los estereotipos, las tecnologías, las ideologías y un largo etc.) a los que
respondemos automáticamente, sin embargo pienso que debemos detenernos, buscar
un poco de silencio para permitir escuchar nuestra propia voz interior, en lugar
de estar respondiendo constantemente a las expectativas y
llamados del exterior.
¿Te has planteado
alguna vez qué le da sentido a tu vida, cuál es tu propósito fundamental?
Si no es así,
tranquilo, aún estás a tiempo de hacerlo. No es de extrañar que muchas personas
no se cuestionen el sentido de sus vidas. Convivimos en
un mundo en el que a menudo nos centramos más en lo que hacemos y tenemos que
en lo que somos.
Reflexiona sobre esto: Cuando conocemos a alguien
no le preguntamos: ¿Quién eres? sino ¿Qué haces?
Probablemente esta
sea una de las raíces de la confusión de muchos individuos, que
identifican su valor y el de los demás, con lo que hacen y lo que tienen,
pero el sentido de la vida no mora en lo que hacemos ni en
lo que tenemos, sino más bien en quiénes somos.
Si me preguntas, te
diría que el sentido de nuestras vidas está en encontrar el equilibrio interno,
esa paz interior que se traduce en bienestar y armonía,
que no significa que siempre nos sintamos felices, pero sí siempre involucra la
coherencia entre lo que queremos que sea nuestra vida y lo que hacemos cada día
para que así sea. Cuando encuentres aquello que te permita estar en
concordia con tu realidad, sentimientos y acciones, entonces habrás encontrado lo que da propósito a tu existencia.
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