Existen muchas dudas en relación a si la personalidad de un
individuo se puede modificar a lo largo de su ciclo vital o heredamos unos
rasgos de personalidad que nos acompañan a lo largo de la vida.
Considerando que la personalidad es estable, significa que
el temperamento que mostramos cuando somos todavía bebés de 3 a 12 meses en
relación a los niveles de actividad, de la sonrisa-llanto, miedo, malestar,
tranquilidad u orientación permanece estable a lo largo del tiempo.
¿Si de niños éramos muy sonrientes y con desparpajo lo
seguiremos manifestando de mayor?
Entonces como se puede explicar, que ante acontecimientos y experiencias especialmente las que tienen consecuencias
emocionales fuertes, supongan cambios en la personalidad.
Hay estudios que contradicen la estabilidad de la
personalidad a lo largo del ciclo vital, donde las características de nuestra
personalidad se pone a prueba según los acontecimientos y cambios que se van
produciendo en nuestras vidas de ahí que se produzcan cambios como los
siguientes:
Entre hombres y mujeres de 30 y 40 años, se muestra una
reducción en la necesidad de logro (hacer las cosas eficazmente y bien) y se
produce un incremento en la necesidad de afiliación (establecimiento y
mantenimiento de relaciones afectivas con otras personas), estudios Franz (1995)
También cambia la autoestima a lo largo del tiempo y con
ello nuestro temperamento. (Estudio de Block y
Robins, 1993)
El nivel de autoestima en las mujeres tiende a disminuir con
el tiempo, y en cambio en los hombres tienden a aumentar su nivel de
autoestima.
Las mujeres cuyo nivel de autoestima desciende se vuelven
más irritables, negativas, impredecibles y con cambios de humor, mientras que
aquellas mujeres cuyos niveles
de autoestima se conservan altos son consideradas como
sociables y con buen humor.
En el caso de los hombres con niveles alto de autoestima son
más relajados, sociables y de buen humor que los hombres con niveles bajos de
autoestima que presentan mayores niveles de ansiedad y
estrés.
Otro rasgo de personalidad que parece cambiar a lo largo del
tiempo es la dimensión de personalidad de Búsqueda de sensaciones (estudios M. Zuckerman), manteniéndose alto en la infancia y
adolescencia para ir disminuyendo conforme avanzamos en edad.
Un estudio muy interesante de Helson y
Picano en 1990, mostraron cambios de rasgos de personalidad como la
independencia en la que influía la situación y contexto. Por ejemplos las
madres separadas, la mujeres que trabajaban fueran del hogar y las madres sin
hijos mostraban un incremento en independencia con el paso del tiempo, mientras
que las amas de casa no mostraban ese incremento en el nivel de independencia,
por lo que el nivel social en este caso influye en los rasgos de personalidad.
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