miércoles, 6 de septiembre de 2017

Sintiendo La Inspiración


¿Cuántos momentos al día permitimos que cada mundo de las partes de nuestro cuerpo se perciba y se sienta?

El trabajo de la famosa meditación de las partes del cuerpo llega a proporcionarnos ese placer. Es la excusa perfecta para permitir que esos mundos se sientan atendidos, valorados y preciados por lo que son.

¿Puedes imaginar lo que es llegar a sentir que alguien te regale un espacio para sentirte y descubrirte?
Créanme, es un regalo más poderoso que una alianza de compromiso, pues ¿puede haber algo más bello que el compromiso de conceder este momento, el presente, aquí y ahora, para ti.

Otro rasgo a tener en cuenta, es la diferencia entre mundos y fronteras. La llamada tierra de nadie. Para comprender es necesario tomar cada detalle y los puntos de unión o separación son realmente imprescindibles. Nuestras articulaciones, como la palabra dice, articulan. Crean movilidad entre mundos, sin ellas los mundos no podrían tener movimiento ni experimentar cambios. ¿Habías sido consciente de que todo lo que mueve en tu cuerpo, mano, dedos, brazos, cabeza, torso, piernas, pies, etc; es una zona de inmovilidad? Si no fuera por los puntos en los que hay un punto de encuentro entre los huesos, seríamos un bloque. El espacio vacío entre mundos llenos, crea la capacidad de articulación tanto entre ellos como de forma independiente.

 Personalmente es un hecho que me fascina. Mundos independientes unidos por un territorio que ofrece su presencia al servicio constante del movimiento de dichos mundos.

 Es muy curioso cuando decimos por ejemplo, me duele la rodilla. Bajo esta visión yo diría, la vida de la rodilla está doliendo. ¿Qué tipo de conflicto hay entre la pierna y la entrepierna? ¿Qué tipo de circunstancia provoca la “manifestación” y la “protesta”?.

¿Cómo puedo sentir la conexión continua entre los mundos que me forman?
¿Qué sentido tiene el fluir en la vida? Sabemos que es algo necesario porque todos lo dicen pero ¿por qué?

Voy a acercarte a otro juego para llegar a la comprensión. ¿Alguna vez has tenido ante ti uno de estos cuadernos con una hoja llena de puntos?

En un principio esos puntos no se entienden, y creemos que no tiene sentido observar un montón de puntos puestos en un desorden caótico. ¿Pero qué ocurre cuando vas conectando un punto con otro? 

De pronto un lápiz comienza con un trazo continuo a unir puntos. Al finalizar todo se hace más claro. Esos puntos tenían relación entre ellos, sólo que no los habíamos tomado como conjunto interconectado.
Por sí solos son un caos, pero cuando algo los une, se convierte en algo armonioso que adquiere sentido.

Al igual que las estrellas en el firmamento ocupan una posición pero articulan un movimiento constante guardando una relación; nosotros podemos sintonizar con la frecuencia del movimiento constante articulado unificador.

Cuando la pretensión desaparece, y dejas de mirar sino que te permites penetrar en ese mundo, despareciendo, desintegrándote para formar parte de él…. Aparece el más bello de los insospechados mundos.

¡Una figura sale del cuadro!

¿Pero dónde estás tú en ese momento? ¿Lo has observado alguna vez?

Te podría asegurar que eres más parte de ese ser saliendo de ese papel que de tu propio cuerpo.

Es una bella experiencia de lo que es la quietud en la continuidad de la conectividad entre mundos.
Cuando todo cobra la viveza y armonía del puro estado de ser, comienza la desintegración y la fusión. Al aparecer la luz y formar parte de ella, tus mundos se desintegran de forma que se hace presente el lugar donde esa luz se crea.


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