La ilusión es la “chispa de la vida”, sin ella, la vida pierde color, todo se vuelve monótono,
apagado y nada tiene sentido. Recuperar la ilusión o volver a ilusionarnos
conlleva buscarla, y salir del momento apático en el que vivimos.
La ilusión, hace que cada momento
de la vida sea especial y único, además vivir con ilusión nos permite
adelantar el momento deseado, ya que la ilusión nos motiva a visualizar, a
proyectar y desear lo que queremos vivir, de manera que lo disfrutamos antes de
que llegue.
“No rechaces tus sueños. ¿Sin
la ilusión el mundo que sería?”
-Ramón de Campoamor-
¿Dónde habita la ilusión?
La ilusión habita en aquellos instantes de la vida que nos
acercan a nuestros proyectos. Se trata de desear conseguir algo, y poner
toda nuestra energía en conseguirlo. La ilusión es ese sentimiento interno
que nos hace disfrutar antes de que nuestro deseo se haya
cumplido. Podemos potenciar la “chispa de la vida”, si nos proponemos
hacerlo cada día.
La Ilusión habita en nuestro
interior y en la forma en la que hacemos las cosas. Podemos vivir nuestro día a día, de
forma monótona, sin ganas, rutinariamente, en automático, es decir, sin ilusión
por vivir.
Vive cada instante con la misma ilusión que cuando eras
niño, expresándolo a quienes te rodean, sacándole la parte buena de lo que
vives hoy, aprendiendo, disfrutando y sintiéndote en el camino de conseguir lo
que te propones.
Agradece a la vida cada instante, bueno o malo, porque
todos nos hacen aprender y mejorar en la vida, y esto también forma parte
de la vida que estás deseando vivir, ya que para llegar a dónde te propones,
también tienes que crecer y aprender para poder conseguirlo.
Ilusiónate, emociónate, sorpréndete por todo lo que te
ocurre, la vida sigue siendo tan mágica como cuando eras pequeño, sólo tienes
que querer que sea así y sentirlo, y entonces recuperarás la ilusión de la
infancia, con la madurez del
adulto.
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