El escepticismo antiguo no es simplemente un discurso
teórico, ni tampoco un sistema, es sobre todo una forma de vida que el filósofo
elige, es también una práctica de liberación personal, cuya finalidad es lograr
alcanzar la felicidad. Para este propósito se utilizan una serie de técnicas
escépticas como son la suspensión del juicio (epoje) y la ataraxía. Una vez
alcanzado se produce una transformación en la forma de ver del mundo y en su relación
con él, que podría definirse como indiferencia.
El
prototipo de sabio escéptico es su fundador Pirrón de Elide, cuya renuncia a
las cosas mundanas, su indiferencia y su forma de vivir causaron tal admiración
entre sus conciudadanos que según cuenta Diógenes Laercio, "por su respeto
se dio decreto de inmunidad a los filósofos".
"Nada
es más", este es el lema del movimiento escéptico: ninguna cosa es más, ni
más cierta, ni más falsa, ni mejor, ni peor. Después tratar de hacer todo lo
posible por conseguir un criterio para saber la verdad, el resultado es que
ningún argumento resulta claramente definitivo para desvelar las apariencias,
por tanto lo más acertado es suspender el juicio, a partir de esta decisión uno
consigue liberarse de la inquietud. Esto da paso a una nueva forma de ver el
mundo, de relacionarse con la realidad y romper así las ataduras dogmáticas.
El
escepticismo comparte una característica importante con otros movimientos de la
época, y es que la actitud vital de sus miembros es tan importante como su
doctrina teórica. A grandes rasgos el escéptico después de examinar
cuidadosamente todas las proposiciones concluye que no hay ninguna verdad que
se pueda considerar definitiva, por lo que recomienda la suspensión de todo
juicio (epojé). Una vez suspendido el juicio, el siguiente paso es conseguir la
ataraxía, es decir, la serenidad de ánimo, la imperturbabilidad necesaria para
poder llegar a la felicidad.
Pero la suspensión del juicio no quiere decir que
haya que abandonar toda investigación, ni toda crítica.
“Sképsis”,
es la palabra griega que da origen al movimiento y significa hacer una
reflexión cuidadosa de lo que se observa, “skeptikós” son los que miran o
examinan cuidadosamente. El escepticismo tiene dos partes: una teórica, que es una
teoría del conocimiento, o epistemología, según la cual no hay ningún saber
firme, y otra práctica, que es una actitud que consiste en no apegarse a
ninguna opinión y suspender el juicio.
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