La empatía consiste en tener la capacidad de ponerse en el
lugar del otro.
La empatía básicamente es comprensión. Comprender el
punto de vista de la otra persona,
comprender su estado emocional y anímico,
comprender sus circunstancias personales y su historia de vida. La comprensión
nos ayuda a conocer al otro por lo que ese conocimiento profundo hace que
sea más nuestro y nos facilita la aceptación y la capacidad de perdonar a la
persona que tenemos en frente.
Ser empático no implica necesariamente estar de acuerdo con
el otro, ni supone abandonar nuestras creencias o valores. Puede darse el caso
de opinar de manera totalmente contraria al otro y estar en completo
desacuerdo, pero lo importante es intentar respetar su punto de vista y aceptar
como válidas y correctas sus propias opiniones, ideas o valores.
La empatía es una habilidad social básica. Y como cualquiera
de las habilidades sociales, no se nace con ella. Se puede entrenar,
modificar y mejorar.
“La empatía es la que nos convierte en arquitectos
de nosotros mismos, para salir del yo al tú, aceptarlo, amarle,
desearle felicidad y procurársela en lo posible. La empatía es la que hace
posible la socialización, porque ayuda al yo a humanizarse, a enriquecerse
y a lograr una convivencia mutuamente constructiva y gratificante con
el tú, y de ahí llegar al nosotros social de todos para todos.”
Bernabé Tierno
Ventajas de la empatía:
Favorece la afectividad, el cariño y la ternura
Desarrolla el diálogo y la conversación con los demás
Potencia la capacidad de respetar las opiniones del resto
Nos proporciona conocimiento sobre el otro y sus
circunstancias
Propicia la conducta prosocial y el altruismo
Con frecuencia, nos quejamos de los comportamientos y
actitudes de los demás considerándonos a veces el centro del universo y
pensando que somos los únicos que tenemos problemas. ¡Intentemos ponernos en el
lugar del otro!
Ponte las gafas de la empatía y observa que hay detrás de
las personas.
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