Esta frase es muy cierta. Si quieres ser un
profesional, tienes que parecerlo. Si vas al nutriólogo esperas que esté
delgado, si te entrenan en algún deporte, esperas que esté saludable y en
forma. Si te detiene un policía de tránsito esperas que traiga un uniforme
cuando te detiene.
De otra forma, si no eres congruente entre lo que proyectas
y lo que haces, puede hacer que disminuya tu credibilidad. Las personas
hacemos juicios en base a poca información y aun cuando no sabemos la historia
completa, asumimos que sí.
Pararte frente a un escenario no es fácil, y tratar de
transmitir un mensaje y persuadir a otras personas a que ejecuten una acción
después de escuchar tu presentación, tampoco es sencillo. Me pareció un
buen ejemplo de alguien que explicó con detalle, por qué es importante y cómo
hacer una presentación, y lo pregonó con el ejemplo
.
Hay personas que crecen hasta llegar a puestos claves
en las organizaciones, y que tienen que mantenerse ahí proyectando un liderazgo
fortalecido. Deben tener las cualidades que hagan que un grupo de
personas lo sigan y le sean leales. No todos cumplen al 100% con la
mayoría de los requisitos que se esperan de un líder. Sin embargo, es fácil
trabajar en mejorar ciertos comportamientos y tu forma de comunicarte para poder
lograrlo.
Con esto me refiero simplemente, a que puedes llegar a la cima en
base a tus aptitudes, tus conocimientos y experiencia pero también debes tener
una capacidad para relacionarte con otros. Las personas cerca de ti,
esperan y exigen mucho más cuando llegas a tener niveles altos en la
organización.
Estás en la mira de una lupa altamente magnificada y estarán
constantemente observando y haciendo juicios de lo que haces. Si no cuidas
cumplir con exigencia todo esto, puede ir mermando la credibilidad de tu
liderazgo. Es importante no sólo ser un líder, también debes parecerlo.
Trabajar constantemente en mejorar tus habilidades para relacionarte, tu forma
de comunicarte con otros, ser accesible y considerado, permitirá que no
sólo lo seas, sino que también lo parezcas.
Si llegas a este nivel y no cuidas tus formas al
comunicarte, si eres desordenado, tu arreglo personal no es adecuado, impuntual
y desconsiderado hacia otros, puede afectar el cómo otros te ven y es
importante cuidar estos detalles para seguir siendo un buen líder.
Recuerda de rodearte siempre de personas más listas que tú. Podrán
realizar actividades para las que tienen mejores aptitudes que tú,
fortaleciendo así el trabajo en equipo que se verá reflejado en el resultado
de tus metas.
Tener duda de darle crédito a otros por que parezca que no eres
tan buen jefe, solo es señal de inseguridad y disminuye tu mensaje profesional.
SI tienes que hacer presentaciones en público dada la
naturaleza de tu puesto, puedes trabajar en perfeccionar estas habilidades de
comunicación. Si después de varios intentos, descubres que no es lo que
mejor puedes hacer, no eches a perder tu liderazgo forzando la situación. Es
mejor que reflejes que eres un profesional y escoger a alguien en tu lugar que
lo haga mejor.
Eso también transmite la inteligencia y sabiduría de un
buen líder. Reconocer que no puedes hacer todo el trabajo y que no tienes
miedo a que esto parezca que eres débil, hace más efectivo tu habilidad
para tomar decisiones.
Si para ser hay que parecer, cuida entonces tu apariencia,
tu forma de comunicarte, tu comportamiento y si esto significa rodearte de un
grupo de personas con habilidades que te hagan brillar como líder, entonces
hazlo y demuestra que eres congruente con lo la imagen que proyectas.
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