viernes, 1 de diciembre de 2017

Nuestra Especie


La dispersa y fragmentada aparición de restos fósiles de humanos y especies próximas a lo largo de las últimas décadas plantea múltiples interrogantes. ¿Cómo evolucionamos hasta llegar a ser el hombre moderno? ¿Somos los neandertales, con los que convivimos miles de años en Europa, y los humanos modernos la misma especie? Hasta hace algún tiempo solo podíamos contar con la forma de los restos fósiles encontrados así como con los objetos que fabricaron. Ahora la genética molecular comienza a arrojar luz sobre este complejo puzzle.

El descubrimiento de los primeros restos de neandertales ocurrió hace mucho. En 1856 fueron encontrados en el valle alemán de Neander y estudiados por el anatomista Hermann Schaafhausen. 

Esto sucedió 3 años antes de que Darwin publicara El Origen de las Especies.

Pensar que los hombres descendíamos de esa especie o que teníamos un antepasado común resultaba inadmisible. Durante mucho tiempo ni siquiera estuvo claro que pertenezcamos a distintas especies, aunque la respuesta más aceptada hoy es que no.

Los neandertales vivieron en Europa desde hace unos 250.000 años hasta unos 30.000. Se han encontrado restos de unos 400 individuos. Eran más bajos y robustos con unas cejas prominentes, frente baja y una capacidad craneal similar a la nuestra, aproximadamente litro y medio.

Produjeron herramientas fabricadas en sílex y cuarcita como puntas talladas. Convivieron en Europa durante unos miles de años con los humanos modernos que emigramos de África mucho después y quizá fuimos la causa de su extinción.

Ernst Mayr definió en los 40 el concepto biológico de especie. Dos individuos pertenecen a la misma especie cuando pueden cruzarse y tener un descendiente que también es fértil. Así, cuando varios individuos de una especie se separan por un accidente geográfico como un río, siguen reproduciéndose por separado. Llega un momento en el que difícilmente pueden aparearse entre sí miembros de los dos grupos y tener una cría fértil. Entonces se dice que pertenecen a especies distintas. A veces pueden aparearse y tener una cría fértil, pero menos adaptada y el cruce de especies no forma una especie nueva.

¿Qué ocurrió con los neandertales y humanos? Con restos fragmentarios hemos conseguido un borrador del genoma de los neandertales. Resulta que los humanos europeos y asiáticos pero no africanos tenemos algo del genoma de los neandertales. Es decir, en algún momento, hace unos 40.000 años, siquiera en una ocasión las dos especies se cruzaron en algún lugar de Europa o Asia. 

Pero continuaron siendo especies distintas. El experimento no prosperó y los restos fósiles muestran a las claras la separación.

En un interesante artículo, Todo ocurrió antes, se explican los detalles de las fechas de los restos fósiles. En los últimos años la genética molecular está aportando una gran claridad a la evolución de las especies y entre otros conceptos se usa el del reloj biológico.

Si conocemos el genoma de dos especies podemos encontrar las distintas mutaciones que hay entre ellas. Si sabemos la velocidad a la que se producen las mutaciones podemos calcular hace cuánto tiempo se separaron o tuvieron un antecesor común. Esto nos ha llevado a datar los hechos de nuestra evolución y compararlos con las dataciones hechas por los paleoantropólogos. La secuencia es muy interesante.

Nos separamos de los macacos hace unos 30 millones de años. 

De los chimpancés hace unos 5 millones de años. De los neandertales hace medio millón de años. 

Los bosquimanos y el resto de los africanos hace 200.000 años. Los humanos que salieron de África lo hicieron en oleadas que comenzaron hace unos 100.000 años. Los europeos y asiáticos se separaron hace unos 50.000 años.

La fascinante historia de la evolución humana comienza a explicarse poco a poco en base a los restos de ADN que se pueden extraer de los restos fósiles que hemos ido dejando.


Una Terapia “Natural”


¿No te ha pasado que te vas un fin de semana al campo y cuando regresas te sientes mejor? ¿De buen humor, sin tanta ansiedad y con la mente despejada? Es obvio que salir de la ciudad de vez en cuando es bueno para la salud mental. Sin embargo, hace poco, un grupo de científicos decidió investigar si las flores, el pasto, los árboles y los animales en realidad sirven para tratar la depresión.

El campo de la ecoterapia —es decir, la idea de conectarse con la naturaleza para mejorar el bienestar— no es nada nuevo. En su libro de 1984 titulado Biophilia, Edward O. Wilson señala que la naturaleza está arraigada en nuestra biología y nuestra genética. Casi al mismo tiempo en el que Wilson estaba escribiendo su libro, doctores japoneses comenzaron a recetar baños en los bosques para mejorar la salud de la población. Por otro lado, en el siglo XIX, en Noruega, el poeta Henrick Ibsen acuñó el término "friluftsliv" (significa "vivir al aire libre"), que poco después se convirtió en un fenómeno cultural escandinavo. Sin embargo, hasta hace poco no existía evidencia científica contundente para respaldar la teoría de que la naturaleza es buena para la salud. Por suerte, el panorama está cambiando.

En abril de este año, Peter James y su equipo de la Universidad de Harvard publicaron un estudio sobre la relación entre la exposición a los espacios verdes y las tasas de mortalidad.
Observaron por un periodo de 8 años a 100.000 enfermeras que vivían en Estados Unidos, y descubrieron que las que vivían en las áreas más verdes tenían una tasa de mortalidad 12% menor en comparación con las que vivían en áreas urbanas. Para saber qué factores explican este fenómeno, recolectaron información médica sobre análisis de depresión y medicamentos antidepresivos. En consecuencia, se estimó que la mejoría en la salud mental, que se medía a través de una reducción en el nivel de depresión, explicaba casi el 30% de los beneficios de vivir alrededor de áreas verdes.
"No esperábamos la magnitud [de los resultados]", dice Peter. 

Sus resultados demuestran que la teoría de la "biofilia" de Wilson es cierta: "La naturaleza posee beneficios cognitivos directos, además de una cualidad restauradora. Hemos evolucionado con la misma naturaleza para disfrutar el hecho de estar dentro de ella".

Peter explica que no hay que mudarse necesariamente al campo. El estudio indica que cosas pequeñas como plantar más árboles en las calles o en zonas urbanas podrían tener un impacto positivo significativo en nuestra salud.

Un informe reciente de Natural England revela que participar en actividades en la naturaleza ayuda a las personas que sufren problemas mentales y puede contribuir a reducir los niveles de ansiedad, estrés y depresión.

"En pocas palabras, trabajar al aire libre te saca de tus pensamientos y te regresa al mundo", explica Ed Harkness, uno de los empleados del proyecto. Según Ed, la mayoría de los participantes lo descubre a través de sus médicos de cabecera, la iniciativa de la NHS para mejorar el acceso a la salud mental y otros profesionales de la salud. "La cultura está cambiando y no somos los únicos que se dan cuenta de la importancia del cuidado preventivo", dice Ed. "No importa el clima, el tamaño o lo urbano del jardín, quien cultiva adquiere consciencia del aquí y el ahora. Tener tierra en las manos y repetir tareas como quitar la maleza o plantar hace que concentres tu energía, y te da la libertad de escapar del ruido que producen tus pensamientos y tus sentimientos

Claridad De Propósito



¿Cuál es la causa más común de estrés en nuestra vida? ¿Y la de los ataques al corazón? ¿Y la de muchas de nuestras enfermedades? Aunque pueda sorprendernos a primera instancia, la causa más común  de muchas de nuestras enfermedades es la falta de encontrar sentido a nuestra  vida. 

En el nuevo milenio mucha gente se preocupa por el mundo y nuestro  lugar en él. Nos hacemos muchas preguntas acerca de cómo conseguir la felicidad. Tan a menudo en nuestros días tenemos todo tipo de cosas que se supone son para hacernos más felices: Títulos, buen trabajo, casa, familia… pero  dentro de nosotros hay una voz apagada que nos continúa preguntando: ¿Es eso  todo? ¿Eso es todo lo que hay? …¡No puede ser! ¡Tiene que haber algo más! Algo  falta… pero ¿qué es? 

La respuesta de lo que nos falta es ‘claridad de propósito’. El poder saber responder a las siguientes preguntas: ¿Tiene sentido la vida?, ¿quién  soy?, ¿qué deseo?, ¿qué siento?, ¿cómo me satisfago?, ¿qué he venido a hacer aquí?, ¿qué pasa tras la muerte?... Para  la mayoría de nosotros, lo que la sociedad nos ha enseñado para poder responder  a estas preguntas nos lleva a callejones sin salida. Nos deja todas  esas preguntas sin respuesta. 

Podemos saber cómo encontrar sentido a nuestra vida a corto plazo con metas y logros, pero a largo plazo continuamos luchando con la misma profunda pregunta: ¿Cuál es el sentido de mi vida? La respuesta a esta pregunta es una de las más importantes en nuestra vida. Conocer  la respuesta nos pone los fundamentos para la real y plena satisfacción. 

Podría ser que tú fueras una de esas personas que podría llenar fácilmente una página hablando sobre lo que tiene sentido para ti en la vida. Pero si lo comparas con la vida que realmente estás viviendo, ves que hay algo más que una pequeña diferencia. Pues aunque la gente pueda llegar a definir lo que es una vida con sentido, la vida que vive nada tiene que ver con su ideal. 

Ésta  falta de propósito se manifiesta en nosotros como una perpetua angustia. Pues  aunque tengamos una vida con comodidades, podemos detectar una tristeza interior  que ha estado allí desde hace tiempo, una pena que no es fácil de identificar,  un vacío en lo profundo de nuestro ser…

Continuamente pensamos que si solo tuviera  algo más, entonces sí que sería feliz. Solemos decir: cuando termine mis  estudios…, cuando encuentre un trabajo…, cuando tenga un salario más elevado…, cuando tenga pareja…, cuando tenga hijos…, cuando mis hijos sean mayores…, cuando tenga una casa más grande…, cuando tenga un coche…, cuando tenga un coche  mejor…, cuando tenga una pareja mejor…, cuando me jubile… Y sin  darnos cuenta se nos ha escapado la vida.Pues aunque vayamos consiguiendo cada una de  esas cosas continúa  persistiendo el sentimiento de que algo nos falta, de que no sabemos exactamente  qué es lo que queremos hacer con nuestras vidas.

Podemos esperar pacientemente hasta que nos jubilemos… o hasta que llegue nuestra muerte, si es que ya nos hemos conformado con ‘lo que nos ha tocado vivir’. Pero también podemos elegir encontrar el sentido de nuestra vida ahora, en este momento de nuestras vidas. Podemos elegir dejar atrás nuestras enfermedades y sentimientos limitativos y empezar a disfrutar de la vida en su máxima expresión.

Para  ello habrá que dejar atrás años de condicionamiento, décadas de falsedad, y  enfrentarse a la verdad. La verdad que nos permitirá vivir en completa libertad.  La verdad que nos permitirá ‘ver la  vida tal como es’ y no  ‘tal como nosotros la vemos’, la  verdad que nos permitirá crear una gran diferencia en nuestras vidas y en la de  los demás. 

Asumir Compromisos



¿Cuál es la causa más común de estrés en nuestra vida? ¿Y la de los ataques al corazón? ¿Y la de muchas de nuestras enfermedades? Aunque pueda sorprendernos a primera instancia, la causa más común  de muchas de nuestras enfermedades es la falta de encontrar sentido a nuestra  vida. 

En el nuevo milenio mucha gente se preocupa por el mundo y nuestro  lugar en él. Nos hacemos muchas preguntas acerca de cómo conseguir la felicidad. Tan a menudo en nuestros días tenemos todo tipo de cosas que se supone son para hacernos más felices: Títulos, buen trabajo, casa, familia… pero  dentro de nosotros hay una voz apagada que nos continúa preguntando: ¿Es eso  todo? ¿Eso es todo lo que hay? …¡No puede ser! ¡Tiene que haber algo más! Algo  falta… pero ¿qué es? 

La respuesta de lo que nos falta es ‘claridad de propósito’. El poder saber responder a las siguientes preguntas: ¿Tiene sentido la vida?, ¿quién  soy?, ¿qué deseo?, ¿qué siento?, ¿cómo me satisfago?, ¿qué he venido a hacer aquí?, ¿qué pasa tras la muerte?... Para  la mayoría de nosotros, lo que la sociedad nos ha enseñado para poder responder  a estas preguntas nos lleva a callejones sin salida. Nos deja todas  esas preguntas sin respuesta. 

Podemos saber cómo encontrar sentido a nuestra vida a corto plazo con metas y logros, pero a largo plazo continuamos luchando con la misma profunda pregunta: ¿Cuál es el sentido de mi vida? La respuesta a esta pregunta es una de las más importantes en nuestra vida. Conocer  la respuesta nos pone los fundamentos para la real y plena satisfacción. 

Podría ser que tú fueras una de esas personas que podría llenar fácilmente una página hablando sobre lo que tiene sentido para ti en la vida. Pero si lo comparas con la vida que realmente estás viviendo, ves que hay algo más que una pequeña diferencia. Pues aunque la gente pueda llegar a definir lo que es una vida con sentido, la vida que vive nada tiene que ver con su ideal. 

Ésta  falta de propósito se manifiesta en nosotros como una perpetua angustia. Pues  aunque tengamos una vida con comodidades, podemos detectar una tristeza interior  que ha estado allí desde hace tiempo, una pena que no es fácil de identificar,  un vacío en lo profundo de nuestro ser…

Continuamente pensamos que si solo tuviera  algo más, entonces sí que sería feliz. Solemos decir: cuando termine mis  estudios…, cuando encuentre un trabajo…, cuando tenga un salario más elevado…, cuando tenga pareja…, cuando tenga hijos…, cuando mis hijos sean mayores…, cuando tenga una casa más grande…, cuando tenga un coche…, cuando tenga un coche  mejor…, cuando tenga una pareja mejor…, cuando me jubile… Y sin  darnos cuenta se nos ha escapado la vida.Pues aunque vayamos consiguiendo cada una de  esas cosas continúa  persistiendo el sentimiento de que algo nos falta, de que no sabemos exactamente  qué es lo que queremos hacer con nuestras vidas.

Podemos esperar pacientemente hasta que nos jubilemos… o hasta que llegue nuestra muerte, si es que ya nos hemos conformado con ‘lo que nos ha tocado vivir’. Pero también podemos elegir encontrar el sentido de nuestra vida ahora, en este momento de nuestras vidas. Podemos elegir dejar atrás nuestras enfermedades y sentimientos limitativos y empezar a disfrutar de la vida en su máxima expresión.

Para  ello habrá que dejar atrás años de condicionamiento, décadas de falsedad, y  enfrentarse a la verdad. La verdad que nos permitirá vivir en completa libertad.  La verdad que nos permitirá ‘ver la  vida tal como es’ y no  ‘tal como nosotros la vemos’, la  verdad que nos permitirá crear una gran diferencia en nuestras vidas y en la de  los demás. 

Nuestra Energía



Las personas trasmiten a los demás sus vibraciones, positivas o negativas. Si sueles acompañarte de personas con buenas vibraciones, tu mente se llenará de energía, aumentará tu poder mental y estarás siempre con una actitud positiva.

"Caminamos en el mundo intercambiando 
energías"

Las personas vivimos intercambiando energías, ya sean estas positivas o negativas, lo sentimos claramente por ejemplo, cuando nos saludan con una amplia sonrisa y un abrazo sincero, las tensiones acumuladas se liberan en ese

momento, sentimos una especial armonía, lo que nos invita a devolver una resonancia de sonrisas. 
Pero si nos encontramos con una persona, que ni bien nos saluda  inicia un discurso de críticas, lamentando que todo le sale mal , que las personas tienen que ver con todo lo malo que le sucede. Notamos que a medida que pasa el tiempo nos vamos contrayendo, el oxígeno comienza a disminuir, la atmósfera se torna densa, nos preguntamos ¿Fue constructiva para ambas partes la conversación?, algo sucedió, ya no nos sentimos tan bien, algo se fue, se escapó. 

Fue nuestra energía que la dejamos ir  y permitimos el ingreso de una  carga inútil de energía negativa.

Sobre el mismo suceso, podemos revertir tal situación haciendo fluir un campo energético positivo, trasmitido a través de nuestras palabras, pensamientos y acciones, recirculando la energía para que ésta se cuele y se convierta en útil y constructiva para todos.  ¿De qué manera? Reorientando la conversación hacia la búsqueda de luces, de soluciones, siendo concretos, empáticos y eficaces en dicha transmisión

La vida cotidiana es una constante de interacciones con otros en el mundo, ocurre una transferencia de energía mental, lo hacemos a través de nuestras emociones, acciones, necesidades, sentimientos, así como tensiones, estrés y emociones negativas.


Confianza


Tener la capacidad de confiar en los demás es una parte muy importante de nuestra vida. Incluso, no tan solo es necesario confiar en los demás, sino también en uno mismo. Pero, para algunas personas confiar en los demás es todo un reto.

Especialmente cuando se conoce a una nueva persona, ya que surge una crisis de confianza. Ahí es exactamente cuando surge el miedo a confiar en los demás. Pero eso quiere decir que al mismo tiempo existe un problema de confianza en uno mismo que es importante resolver.

“Tienes que confiar en los demás aunque a veces traicionen tu confianza, pues de lo contrario la vida sería imposible”.
-Orson Scott Card-.

Ante todo, reconoce la necesidad de confiar de nuevo, ya que algunas personas se engañan al creer que no necesitan tener relaciones estrechas en su vida, y eso no es cierto, los seres humanos se necesitan mutuamente y requieren socializarse, ya que de otra forma, su vida estará vacía.

Muévete en ambientes donde veas que hay confianza entre las personas, siempre hay alguien en quien puedas confiar; sólo necesitas encontrar la persona adecuada.

Hay que entender que una persona no tiene que satisfacer todas tus necesidades, lo que importa es que todas tus necesidades sean satisfechas, y lo puedes lograr confiando en distintas personas con diferentes necesidades.
Busca personas  dignas de confianza, que traten bien a sus semejantes; si es aficionada a contar los detalles íntimos de la vida de otras personas, es probable que traicione también tu confianza, pero si no habla mal de otras personas, es poco probable que hable mal de ti a los demás.

Encuentra personas, fomentando la confianza con lentitud; comparte pequeñas confidencias y espera a ver qué pasa; si habla de ellas  a los demás, no confíes en él, pero si la persona demuestra que es fiel en las cosas pequeñas, puedes sentirte  seguro de confiar en él.

“Un pájaro posado en un árbol nunca tiene miedo de que la rama se rompa, porque su confianza no está en la rama sino en sus propias alas”.
-Proverbio-.

Pero, sobre todo, aprende a confiar en ti mismo, ya que en muchas ocasiones el miedo a confiar en otra persona se debe al miedo a uno mismo, a no ser capaz de manejar una traición. No tengas prisa, ten paciencia, ya que después de haber sido traicionado, puede ser un reto,  aprender a confiar de nuevo. Date el tiempo y el espacio que necesitas.

Es el momento de empezar a confiar en ti mismo. Porque la falta de confianza en los demás no es más que un reflejo de la falta de confianza que tienes en ti.

No es necesario que asumas riesgos para demostrar que confías en ti mismo, pero puedes realizar actividades que te enseñan cosas sobre ti mismo. No es necesario que asumas riesgos para demostrar que confías en ti mismo, pero puedes realizar actividades que te enseñan cosas sobre ti mismo.
 Empieza a confiar en los demás y, sobre todo, en ti mismo.

Convivencia


He leído la noticia sobre el hallazgo del bebé abandonado en un contenedor de San Sebastián  y me ha venido a la cabeza esa frase que dice “capaz de lo mejor y de lo peor”. Una frase con larga tradición y tan cierta como cruel. Dispar, bipolar o quizá dos caras de la misma moneda, pero a grandes rasgos, los seres humanos, podríamos definirnos así: capaces de crear vida donde no la hay, capaces de quitarla sin sentido. Y aunque nos rodeemos cada día de cientos de noticias que relatan actos, crueles por un lado y fantásticos por otro, en ocasiones, hace falta un alto en el camino y replantearnos muchas cosas al enterarnos de que hay madres y padres que son capaces de dejar abandonados a sus hijos. No a los nuestros, sino a los suyos.


He leído la noticia sobre el hallazgo del bebé abandonado en un contenedor de San Sebastián y me ha venido a la cabeza esa frase que dice “capaz de lo mejor y de lo peor”. Una frase con larga tradición y tan cierta como cruel. Dispar, bipolar o quizá dos caras de la misma moneda, pero a grandes rasgos, los seres humanos, podríamos definirnos así: capaces de crear vida donde no la hay, capaces de quitarla sin sentido. Y aunque nos rodeemos cada día de cientos de noticias que relatan actos, crueles por un lado y fantásticos por otro, en ocasiones, hace falta un alto en el camino y replantearnos muchas cosas al enterarnos de que hay madres y padres que son capaces de dejar abandonados a sus hijos. No a los nuestros, sino a los suyos.

Puede parecer demagogia, ya que no creo que nadie, sin una causa de peso o aparente, pueda ejercer tanta crueldad sobre alguien tan indefenso y dejarlo abandonado en el sitio más indigno que pueda existir para una persona, en la basura. Pero no hay excusa para tanta crueldad. Sin duda, siempre hay una solución para todo, sea mejor o peor.

Solo pido que de la misma manera que lloramos al ver actos de solidaridad que hacen de este mundo un lugar mejor, hagamos lo mismo cuando nos convertimos en Mr. Hyde y somos capaces de lo peor. Aunque más que lamentarnos, deberíamos hacer lo posible para evitarlo. Hoy, alguien, ha empezado con mal pié en la vida. Pero sin duda, y a pesar de todo, tiene todo el camino por delante. Mis mejores deseos para ese nuevo ser humano.




jueves, 30 de noviembre de 2017

Intensamente


Esta reflexión para vivir intensamente nos permitirá entender que muchas veces andamos haciendo las cosas sin darnos cuenta sea por instinto, por rutina, por cumplimiento, por necesidad y al fin y al cabo sin realmente sentir lo que hacemos. Este es un estado que si reflexionamos nos daríamos cuenta de que estamos viviendo a medias cuando realmente la vida es demasiado grandiosa para vivirla así.

La vida ha de ser para sentirla a todo su potencial. Es para que si queremos a alguien lo sintamos, se lo digamos y se lo demostremos. Por ejemplo, amamos nuestra pareja y sabemos que nos ama también, pero quizás la relación esta algo fría, por el día a día, las circunstancia, las complicaciones lo que causa que ambos estemos distraídos y no nos demos cuenta de todo lo que nos amamos, por lo que haría falta ponerle intensidad a la relación lo que haría nuestras vidas más gratificantes y al mismo tiempo nos daría más fortaleza y motivación para sobreponernos a nuestras adversidades.

Del mismo modo si queremos a una hermana, hermano o amiga, amigo, a nuestros padres a nuestros primos, por qué no decírselo y demostrárselo sin reservas, sin ataduras, es algo sencillo pero que realmente no tiene precio y es totalmente gratis. Aunque la otra persona no estaba necesitando o esperando esta confirmación de cariño, podemos tener por seguro que esa persona lo apareciera y si lo está necesitando podríamos hacer una gran diferencia positiva en esa persona que es importante para nosotros.

Además no podemos distraernos en perseguir sueños y fantasías menospreciando todo lo valioso que ya tenemos. Hay que evitar flojeras y distracciones que nos alejan de sentir las cosas que realmente queremos, Si nos dejamos distraer puede que solo podamos reaccionar al momento de la verdad cuando alguna circunstancia no nos deja otra opción que hacer lo mejor que podemos y debemos.

Cada día es un día para estar vivo. Aprovechemos este día para dar el cien por ciento, completamente y totalmente. No hay por qué dar menos de lo mejor que podamos dar de nosotros mismo. En cada momento de esta vida, podemos decidir vivir con un objetivo, con pasión, con riqueza y alegría.

De vez en cuando tomemos un momento para contar nuestras bendiciones y luego procurar ocuparnos en seguir aprovechando esa bendiciones. Seguramente hay muchos motivos absolutamente válidos para que estemos negativos. Pero esto no significa que tengamos que abrazar esos motivos negativos. Todo lo contrario, por qué no decidirnos por estar positivamente inspirados por todo lo que vemos, oímos y experimentamos. Dejemos que esa inspiración nos empuje con cuidado y alegremente a encontrar los modos de hacer una diferencia para nuestro mundo, para nosotros mismo y la gente alrededor de nosotros.
La vida cada día es un regalo que no tiene precio, porque no abrimos este regalo con entusiasmo y aprovechamos al máximo esa gran oportunidad que tenemos de crear algo de gran valor y significado.

Por qué solamente procurar y tratar por lo que valoramos, vivámoslo.


Por qué desear y hablar de nuestros sueños trabajemos por ellos.

miércoles, 29 de noviembre de 2017

Longevidad


La redefinición del umbral de inicio de la vejez está adquiriendo protagonismo por sus implicaciones en el diseño de políticas públicas y en la propia percepción social de la vejez. Mantener como hasta ahora la edad fija de los 65 años (edad cronológica) tiene indudables ventajas: es un umbral arbitrario pero generalmente aceptado; sobre él se ha fundamentado el cómputo de personas definidas como mayores y se ha definido el proceso de envejecimiento demográfico; todos los estudios, planes y previsiones lo han estado utilizando durante décadas sin apenas discusión; además,  es fácil de calcular y tiene la ventaja indudable de que todo el mundo conoce su edad y si ya ha traspasado ese umbral.

Pero tiene inconvenientes. Provee una imagen incompleta del envejecimiento y puede ser causa del diseño de políticas poco acertadas. La edad cronológica no tiene en cuenta que se están produciendo progresos en las condiciones de vida, de salud, de habilidad funcional y de esperanza de vida de la personas. Con la utilización de esa edad fija no se valoran bien los cambios internos en la distribución por edad de la población, ni los costes sanitarios, debido a que la mayor parte de éstos ocurren en el tramo final de la vida, tramo que es cambiante pues la esperanza de vida sigue aumentando y se espera que continúe esta tendencia en el futuro. Tampoco hay una evidencia biológica que apoye ese umbral.

Algunos científicos predicen que el primer humano que llegará a cumplir 1.000 años ya ha nacido. Otros, sin llegar a afirmaciones tan provocadoras, afirman que la mayoría de los niños y niñas nacidos actualmente llegarán a soplar más de 100 velas. Lo cierto es que ninguna otra dinámica social ha mostrado tal constancia en su evolución a largo plazo, como lo ha hecho la longevidad. Durante el último siglo y medio, hemos ganado 6 horas de vida por cada día que sobrevivimos. En la España de 1900, la esperanza de vida de un recién nacido era de casi 35 años. En la actualidad hay que esperar a cumplir 50 años, para tener por delante la misma expectativa de vida de un recién nacido de entonces. Cabría preguntarse si, en términos de expectativas de vida, estamos envejeciendo o rejuveneciendo.

La extraordinaria prolongación de las trayectorias de vida individuales nos está transformando en sociedades más añejas. Sociedades no solo con población de más edad, sino también de más edades, transitando por períodos de vida apenas explorados por generaciones previas. Son los centenarios y supercentenarios los grupos de edad que más están aumentando. Este escenario ofrece algunos de los más sugestivos retos a los que se enfrenta la investigación científica en la actualidad. Una de las grandes cuestiones es la relativa a los límites de la vida humana. ¿Hasta dónde podemos seguir ganando vida?  Sabemos que la longevidad humana se encuentra entre la de Zeus -eterno- y la del salmón -que muere tan pronto como se reproduce-. Pero tenemos pocas más evidencias al respecto, aunque sí muchas hipótesis y algunos debates apasionantes.

A primero de enero de 2017 viven en España 12.183 centenarios, dieciséis veces más que en 1970, según los datos provisionales publicados por el INE (Cifras de población, 29-6-2017). Su evolución se ha mantenido estable hasta principio de este siglo, pero en los últimos años aumenta notablemente, y lo hará aún más en las próximas décadas. En 2066, fecha máxima de la última proyección de población del INE, habrá 222.104 centenarios (Figura 1). A partir de 2050, el número de centenarios crecerá fuertemente como consecuencia de la llegada de las cohortes del baby-boom (los nacidos entre 1958-1977), y de las cohortes previas que también eran voluminosas.


El nuevo informe An Aging World: 2015 del Instituto Nacional del Envejecimiento (NIA, por sus siglas en inglés) prevé que el porcentaje de personas mayores aumente hasta casi el 17% de la población mundial para el 2050 (1.600 millones).

El Saber Decir


Filosofía

El hombre, animal retórico
Cinco principios fundamentales, que yo llamaría aspectos o caminos de investigación, propone Jørgen Fafner para lograr una comprensión amplia y adecuada de la retórica: la concepción de lo humano, la concepción de lo que es el lenguaje, la credibilidad (pístis), la habilidad (que yo llamo arte) y la oralidad (Fafner [1997]). Es un esquema muy útil al que me adhiero sin reservas. 

El primer principio o aspecto, el principio antropológico de la retórica, encaja bien con la concepción que yo sostengo de la retórica como disciplina fundamental. La tesis de partida para esta concepción antropológicamente fundamentada de la retórica puede encontrarse en un lugar tan leído como mal meditado y analizado de la Política de Aristóteles {1253a 7-18}:

«Está claro por qué razón el ser humano es un animal social en mayor medida que cualquier abeja o cualquier animal gregario: la naturaleza no hace -como es usual decir- nada en vano y entre los animales solamente el ser humano está en posesión de logos. El sonido producido por la voz es signo de dolor y de placer y por eso también los animales lo tienen, pues su naturaleza les permite sentir dolor y placer y dar a conocer ese sentimiento entre ellos; pero el logos permite manifestar lo provechoso y lo nocivo, así como lo justo y lo injusto siendo atributo exclusivo del ser humano, a diferencia de otros animales, el tener conocimiento de lo bueno y lo malo, lo justo y lo injusto, etc. Y la participación en estas cosas es lo que da su origen a la sociedad doméstica y a la sociedad civil.»
Este pasaje central representa el punto de partida de una antropología y de una teoría de la acción comunicativa que puede medirse con la de Habermas aventajándola. 

El logos griego, que significa tanto la acción de pensar como la de hablar (ratio et oratio, como diría Cicerón, jugando con las palabras, para reconstruir el viejo concepto griego que la ratio latina convierte en unilateralmente cognitivo) es lo que caracteriza y distingue al hombre del animal, por un lado, y de Dios por otro. Estudiar la facultad discursiva del ser humano es lo mismo que estudiar al propio ser humano, pues la facultad de palabra es la diferencia específica del ser humano y comprender al hombre es comprender lo que supone el hablar. Con esto se constituye la retórica, 
concebida como la investigación científica  del uso de esa facultad, en lo que Jørgen Fafner llama una ciencia fundamental (Fafner [1997]), yo diría que el más fundamental de nuestros conocimientos teóricos.

Aun cuando Aristóteles comienza su tratado de retórica señalando que la retórica es la contrapartida (antístrofos) de la dialéctica -siendo la dialéctica, junto con la analítica, los nombres que Platón y Aristóteles utilizaran para referirse a lo que llamamos lógica- la tradición ha querido asociar la retórica a la poética más bien que a la lógica. 

Se ha dicho que la concepción occidental de la racionalidad y de la ciencia habrían sido muy diferentes si los escritos retóricos de Aristóteles hubieran sido clasificados entre los escritos que Andrónico de Rodas denominó Órganon, es decir entre sus escritos lógicos. Yo creo sin embargo  que la explicación que cabe es justamente la inversa: la concepción de la ciencia, la racionalidad y la lógica dominante en Occidente, una concepción en la que la inspiración platónica ha mantenido una influencia decisiva hasta nuestros días, ha influido también en los compiladores que clasificaron los escritos aristotélicos. El desprecio platónico de la mera opinión cotidiana (dóxa) y su admiración por el pensamiento exacto de la matemática siguen vigentes en nuestra cultura. La retórica, que parte de la actitud lingüística espontánea del hombre en su entorno, era menospreciada por Platón.


Se nos ha enseñado a considerar a Aristóteles como el padre de la lógica y del lenguaje científico; pero cuando el Estagirita, en el pasaje citado, describe al logos (entendido no ya como mera racionalidad, sino como facultad de expresar el pensamiento en palabras) como la propiedad diferencial del ser humano, no habla para nada de un conocimiento «verdadero». 

La capacidad del logos supone en ese pasaje central la capacidad de distinguir entre lo justo y lo injusto, entre lo provechoso y lo perjudicial, más bien que entre lo verdadero y lo falso, a lo cual no alude explícitamente. Con esto, por lo menos en el pasaje citado, el logos aparece unido para Aristóteles no a la razón teórica, sino a la razón práctica, a una forma de pensamiento que no se dirige a la consecución de ningún conocimiento exacto o científico, sino a un conocimiento que oriente al ser humano en la elección de sus actos. 

Las Palabras Adecuadas



El uso de las palabras es todo un arte, de ello depende como quieres que reaccione tu interlocutor, o que sensación quieres provocar, por ello debes saber elegir con mucho cuidado lo que deseas decir, recuerda que toda persona ganadora no es otra que un gran comunicador.

Te voy a poner de ejemplo un cuento corto, para que aprendas a como una misma situación     (el sueño de un Sultán) puede ser interpretada de un mismo modo ( por los sabios correspondientes ), pero la diferencia puede estar en la forma de comunicar lo que se ha supuesto. .Es ahí que está  toda la clave…

…Un Sultán soñó que había perdido todos los dientes. Después de despertar, mandó llamar a un Sabio para que interpretase su sueño.

¡Qué desgracia Mi Señor! - exclamó el Sabio - Cada diente caído representa la pérdida de un pariente de Vuestra Majestad.

¡Qué insolencia! - gritó el Sultán enfurecido - ¿Cómo te atreves a decirme semejante cosa? ¡Fuera de aquí!

Llamó a su guardia y ordenó que le dieran cien latigazos.

Más tarde ordenó que le trajesen a otro Sabio y le contó lo que había soñado.

Este, después de escuchar al Sultán con atención, le dijo:

¡Excelso Señor! Gran felicidad os ha sido reservada.
El sueño significa que sobrevivirás a todos vuestros parientes.

Se iluminó el semblante del Sultán con una gran sonrisa y ordenó que le dieran cien monedas de oro.

Cuando éste salía del Palacio, uno de los cortesanos le dijo admirado:
¡No es posible! La interpretación que habéis hecho de los sueños es la misma que el primer Sabio.

No entiendo porque al primero le pagó con cien latigazos y a ti con cien monedas de oro.

Recuerda bien amigo mío - respondió el segundo Sabio - que todo depende de la forma en el decir... uno de los grandes desafíos de la humanidad es aprender a comunicarse.

De la comunicación depende, muchas veces, la felicidad o la desgracia, la paz o la guerra. Que la verdad debe ser dicha en cualquier situación, de esto no cabe duda, mas la forma con que debe ser comunicada es lo que provoca en algunos casos, grandes problemas.

La verdad puede compararse con una piedra preciosa. Si la lanzamos contra el rostro de alguien, puede herir, pero si la envolvemos en un delicado embalaje y la ofrecemos con ternura ciertamente será aceptada con agrado


martes, 28 de noviembre de 2017

La Opción Del Misticismo


Filosofía

Cuestionarse el origen de todo, el objetivo último de nuestras vidas, el más allá y todo lo que de ello se deriva, ha formado siempre parte de la existencia humana, más o menos pensante. 

Para ello, históricamente se han abierto siempre dos caminos divergentes, dos caminos que han separado durante siglos, dramática e irreconciliablemente, a la humanidad: el místico, puramente mágico, especulativo, irracional, intuitivo, ingenuo, feliz y esperanzador de las religiones, y por otro el cognitivo, experimental, científico, pensante, laborioso, mucho mas frustrante, de la filosofía. 

Dos concepciones opuestas, aun cuando tantos que pretenden jugar a dos bandas se empeñen en hacerlos compatibles, algo filosóficamente imposible ya que por concepto, si algo hay contrario a la ciencia es la fe, al menos en este campo. Para la fe la existencia de Dios es incuestionable, para la ciencia es simplemente desconocida.

La vertiente religiosa en el ser humano parece tener su origen hace al menos unos 60.000 años, sobre todo en cuanto a la relación de los vivos con sus antepasados, con otras vidas y en la existencia de un ente superior que dé salida a todos sus interrogantes.

Un ser todopoderoso, temible, a quien conviene calmar en su ira hacia los humanos, evitando así las catástrofes que permanentemente les asolan. Religiones politeístas o monoteístas de corte primario, como los adoradores del sol, casi todos relacionados con aspectos cosmológicos, justificaban e incluso impedían otra búsqueda más racional a sus preocupaciones.

Hacia 1.500 a.c., en Mesopotamia, concretamente en Ur, a orillas del golfo pérsico, un personaje llamado Abraham dice haber firmado un pacto con Dios que habría de convertirse en el nacimiento del judaísmo, la religión monoteísta de la que nacerían el cristianismo y el islamismo, las tres religiones más asentadas una vez descartada por el conocimiento cualquier creencia divina de tipo cosmológico.

En el fondo del Mediterráneo, el amplio mundo que hoy conocemos como la culta Grecia, que abarcaba entonces hasta Persia, duda y comienza a hacerse preguntas desde otra vertiente, desde la del conocimiento, desde la sabiduría, desde la libertad de sus pensadores, desde la filosofía, buscando explicaciones menos mágicas a las preguntas eternas, iniciando con ello un camino que poco a poco irá rompiendo tabúes, el camino de la razón, aportando a la humanidad por esa senda los mas amplios logros del conocimiento, la convivencia y la cultura.

Ciento cincuenta años antes, alrededor del 600 a.c. y en un corto periodo de 50 años, nacen en oriente Lao-tsé, Buda y Confucio, cuando en Persia imperaba el mazdeismo, la religión monoteísta-dualista (bien y mal) de Zoroastro.

Grecia, Roma, India, China y Persia, protagonizaron los inicios de la filosofía, el auge de los pensadores. A partir de ahí, paso a paso, el mundo mágico empieza a perder fundamentos en pro de la experimentación, el estudio y el conocimiento, dando con ello explicación, no sin grandes sacrificios, a la mayor parte de los dogmas hasta entonces acuñados.

La ciencia, una mezcla de observación, hipótesis, experimentación y teoría a través de la lógica y la razón, comienza a ser el instrumento para tratar de comprender y explicar el mundo que nos rodea. 

El mundo mágico, cargado de mitos, leyendas, tradiciones orales, las mas de las veces sin el mínimo rigor histórico, aun ejerciendo un poder extraordinario, empieza a dar paso al pensamiento racional, floreciendo así la filosofía, la mas alta manifestación de la capacidad del ser humano, un camino abierto a las distintas ciencias que han posibilitado que la humanidad, en un soplo de su existencia, haya florecido infinitamente mas que en los miles de años de su aparición en la tierra.

Desde entonces, religión y filosofía se han paseado por la historia en discordante vecindad, con errores, intransigencias mutuas, abiertas batallas las más de las veces y millones de víctimas de la intolerancia en el camino.

Ahora que todos nos deseamos lo mejor para nuestro futuro cercano, bien estaría que ello nos llevara a respetarnos más y a respetar las opciones personales de cada uno en mayor medida.

La religiones son una opción para muchos que todos debemos respetar, al igual que han de hacer quienes se sienten creyentes de algo o de alguien hacia quienes no ven en la fe la solución a sus inquietudes. Algunos se sienten tan afortunados por su carencia de fe en Dios alguno, como otros lo son por su absoluta e inquebrantable fe en su Dios. 

Si la historia no hubiera girado en torno a la intolerancia de unos y de otros, hoy el mundo sería más humano.

Mis mejores deseos de un mundo más libre y tolerante para todos.


Los Fantasmas Que Traemos Dentro


Pensar en una huida muchas veces es para todos una forma de sentirnos a salvo en otra parte. Desear alejarse de lo que nos hace daño, nos agobia y nos acorrala por dentro es un deseo que puede ser bastante corriente en nosotros. Sin embargo, si te identificas con ello, sabrás muy bien que huir nunca fue la solución.

Lo dice la canción, la huida no es la respuesta, puesto que siempre que deseamos huir lo hacemos de algo o de alguien, y cualquiera de las dos cosas siempre viene con nosotros allá donde vayamos. Si es algo que nos ha ocurrido, necesitaremos superarlo. Si es alguien lo que nos ha ocurrido, necesitaremos saber qué podemos hacer por nosotros mismos.

Reconocerlo es querer afrontarlo: los miedos, los cambios vertiginosos o las decepciones nos hacen sentirnos cobardes, inseguros y débiles. Querer huir, reconocerlo, es el primer paso para seguir adelante.

“No llames cobarde a alguien que tiene miedo, 
solo abrázalo y dile que, 
al revés de todo, 
los monstruos existen hasta que les pones nombre: 
solo los valientes lo hacen.”
-Elvira Sastre-

Así que tú, que has sentido alguna vez que querías marcharte y desaparecer en el mundo, eres un valiente. Has comenzado a afrontar el problema y pronto te darás cuenta de que aplazarlo, ignorarlo y huir de él solo va a posponer el enfrentamiento directo con aquello que duele.

En el momento en el que te das cuenta de que quieres dejar algo atrás e ir a otro lugar, te das cuenta de que no buscas alejarte del lugar donde estás, sino de los recuerdos que tiene dicho lugar. Sin embargo, aprenderás que los recuerdos van contigo y empapan las ciudades donde estés. 

No puedes huir de ti mismo, y si tratas de huir de alguien es porque en esa relación solo quedas tú.

Quizá puede que estés pensando que muchas veces posponer el enfrentamiento también nos ayuda a tomar aire y cambiar de perspectiva, pero entonces deja de ser una huida y se convierte en un periodo de reflexión y supervivencia: habrá que volver allí de donde queremos irnos y hacer lo que no habíamos hecho.

De hecho, lo normal es que, cuando la huida es de algo externo, no lo necesitemos realmente: superamos el problema sin mayor complicación. La que es realmente difícil es la huida de los fantasmas que tenemos dentro

A esos fantasmas nunca los vamos a ganar si no les plantamos cara y les ponemos nombre.



Las Vidas De Nuestra Vida


Filosofía

Los embates de la vida, con sus glorias y derrotas, ocasionan que a veces perdamos el camino. Ante la eterna duda de qué es aquello que motiva nuestra propia existencia y preguntas que rayan en los pensamientos de Meursault en El Extranjero, los seres humanos recurren a aquello que les da una certidumbre. Sea en la religión, la auto-ayuda, el hedonismo o la filosofía, cada uno de nosotros cuenta con un bote salvavidas que alivia esos cuestionamientos, aunque en esta ocasión nos ocuparemos de la filosofía.

Aunque apelemos al reduccionismo para comprender un poco mejor la esencia de los textos filosóficos, ello no demerita el poderoso conocimiento que estos esconden.

La obra de Friedrich Nietzsche puede dividirse en dos capítulos de su vida: el periodo negativo y el positivo. En el primero, el filósofo prusiano critica el cristianismo y los valores promovidos por esta doctrina religiosa, mismos que serán suplantados por la construcción de nuevos valores, en los que Nietzsche ahonda durante la segunda parte de su vida, y en la cual destaca la obra: “Así habló Zaratustra.

En cambio, como parte de su periodo negativo, Nietzsche escribió La gaya ciencia, un título en el cual aborda el concepto de poder, pero sobretodo del 'eterno retorno'; una concepción retomada por múltiples corrientes filosóficas que plantea una repetición del mundo en el cual éste se extingue para volver a crearse.



"¿Qué ocurriría si un día o una noche un demonio se deslizara furtivamente en la más solitaria de tus soledades y te dijera: 'Esta vida, como tú ahora la vives y como la has vivido, deberás vivirla aún otra vez, innumerables veces, y no habrá en ella nada nuevo; sino que cada dolor y cada placer, pensamiento, suspiro, y cada cosa pequeña y grande de tu vida deberá retornar a ti, y todas en la misma secuencia y sucesión -y así también esta araña y esta luz de luna entre las ramas y así también este instante y yo mismo-.¡La eterna clepsidra de la existencia se invierte siempre de nuevo y tú con ella, granito de polvo!?' ¿No te arrojarías al suelo, rechinando los dientes y maldiciendo al demonio que te ha hablado de esta forma? ¿O quizá has vivido una vez un instante infinito, en que tu respuesta habría sido la siguiente: 'Tú eres un dios y jamás oí nada más divino'? Si ese pensamiento se apoderase de ti, te haría experimentar, tal y como eres ahora, una transformación y tal vez te trituraría; la pregunta: '¿Quieres esto otra vez e innumerables veces más?' pesaría sobre tu obrar como el peso más grande. O también, ¿cuánto deberías amarte a ti mismo y a la vida para no desear ya otra cosa que esta última, eterna sanción, este sello?"

El planteamiento de Nietzsche no versa respecto a la sensación de ver tu vida pasar al final de tu vida, sino que la repetirás eternamente. Resultado de esa condición tras la muerte, ¿repetir tu vida es una condena o un regalo? En función de la respuesta, una persona podrá valorar su vida como buena o mala. Sin embargo, dicha valoración no reside en función de la felicidad, el bien hecho o el deber cumplido, sino en la experiencia de la vida como un gran instante enorme. 

Nietzsche ahonda en el planteamiento de que todo sucede siempre al mismo tiempo, no hay presente, pasado o futuro. En realidad, el logro de la felicidad humana consiste en no querer que nada de tu vida sea diferente, de ninguna etapa. Según el filósofo bávaro, cuando aceptas y amas el momento, es que has triunfado. Cada acción y decisión de tu presente determinará un evento que se repetirá eternamente. ¿Disfrutarías repetir aquello que vives hoy? He ahí el cuestionamiento.

Con los Ojos Abiertos


¿Dónde está la Verdad del ser humano? ¿Dónde está la Verdad de la Vida? Una como otra es una continua búsqueda, donde el ser humano siempre está comprometido. 

El alma humana siempre va unida a la muerte, con constantes renacimientos. Muertes que acompañan a la vida existencial del ser humano, trascendiendo a su Realidad, a la Verdad. 

En el proceso de la vida hay que discernir entre la multitud, con quien compartimos nuestra trayectoria, quienes nos halagan o quienes nos critican, eludiendo cualquier contrariedad: 
simplemente ser uno mismo. 

Cada ser humano debe protegerse y ser él ante cualquier circunstancia, sin engañarse ni dejarse influenciar por nadie. 

La calidad de su corazón es muestra de su naturaleza espiritual, aunque su irracionalidad e imperfección a veces le desorienten y desordenen. 
Pero, ¿qué es más hermoso que un corazón con luz? 

El ser humano debe permanecer vigilante ante su propia evolución: silencioso, discreto, sigiloso y avanzar atento de sí mismo. Debe estar en alerta de su contienda permanentemente, y encontrará su fruto y luz interior. 

lunes, 27 de noviembre de 2017

Los Libros Humanos


Unos “libros humanos”, de carne y hueso, están contando sus historias de vida a estudiantes de secundaria de la República Checa que quieren tener información de primera mano sobre la migración y la discriminación, y ahuyentar los prejuicios generados por los estereotipos nocivos.

Erase una vez un niño que vivía en un país muy, muy lejano. Este niño se vio obligado a realizar un peligroso viaje a través de mares y tierras, hasta la República Checa. Ahora ya es un hombre y está sentado aquí, como “libro humano”, contando su historia a un grupo de estudiantes que se informan sobre su viaje y ponen rostro a la migración. Ese país lejano existe, es Angola; y el héroe del cuento, una persona real llamada Leonardo Teca.
Cuando le propusieron ser un “libro humano”, Leonardo aceptó y se lo tomó como una aventura: “No solo estoy dando algo, también estoy recibiendo mucho de esta experiencia: los niños y niñas tienen mucho interés en conocer mi historia y entender por qué vine a la República Checa. Me encanta contarles mi cultura y romper estereotipos. Además, tengo la oportunidad de aprender de otros “libros”, nos hemos convertido en un gran grupo de amigos”, afirma Leonardo.
En la escuela aprendimos que los libros son una fuente inagotable de conocimiento. La vida también nos ha enseñado que podemos aprender igual, o más, conversando con otra persona con curiosidad y respeto. Amnistía Internacional República Checa ha unido lo mejor de ambos mundos en los “libros humanos”, cuenta cuentos como Leonardo que participan en las actividades de bibliotecas vivas que se realizan en los centros escolares.

Cada “libro humano”, una persona con una extraordinaria historia de vida que contar, pertenece a una minoría y vive en la República Checa. Según Jiří Bejček, coordinador de Educación sobre Derechos Humanos de AI República Checa, este país tiene precedentes de discriminación hacia las minorías y, a menudo, las personas discriminadas son de origen romaní, refugiadas, musulmanas, con discapacidad, o extranjeras en general. Las actitudes contra la población romaní son especialmente frecuentes entre los estudiantes de secundaria.
Un buen día de noviembre de 2014, propusieron a un grupo de miembros de Amnistía pertenecientes a distintas minorías que sufren discriminación que fueran a un colegio de Praga para contar sus historias de vida sobre desplazamiento y dolor, pero también sobre activismo y esperanza. Leonardo, al igual que muchos otros “libros humanos”, participó en la actividad.

Los estudiantes, en pequeños grupos, pasaron 20 minutos con cada “libro humano” para que les contara su historia personal. A pesar de estar en un ambiente constructivo, Leonardo les explicó cómo algunas personas no llegan a “vivir felices para siempre” y otras tienen que dejar su tierra para buscar una vida mejor.
Tras participar en la actividad, Ágata, de 14 años, se animó a decir que ya entendía lo duro que había tenido que ser para los refugiados cruzar fronteras para huir de los importantes problemas que había en sus países de origen.

Según Jiří Procházka, otro “libro humano”, “los adolescentes no heterosexuales corren un considerable peligro de suicidio y, gracias a esta actividad, ahora luchamos juntos contra este problema

Ágata dice que ya identifica las actitudes subyacentes tras el racismo y la discriminación, y que entiende su efecto sobre las demás personas. ”Me alegra haber conocido a extranjeros a través del taller Biblioteca Humana; ya no me da miedo hablar con ellos”, añade.
La idea de las bibliotecas humanas se probó primero en unos pocos centros escolares y, tras los primeros éxitos, se ha integrado en un programa educativo más amplio que se implementa en más de 20 colegios del país.

El programa consta de cuatro talleres en los que se conversa con estudiantes sobre las consecuencias nocivas de los estereotipos.

A lo largo de los dos últimos años, Amnistía ha reunido un “catálogo” de más de 40 “libros humanos”, tanto de sus propias redes como en colaboración con otras organizaciones no gubernamentales, que participan en estos talleres.

El año pasado el programa contó con la participación de 10 centros escolares, a los que se han sumado otros 10 durante la primavera de 2015.

Humanos Solidarios



En general, cuando hablamos de solidaridad, surge la idea de ayuda económica: dar dinero a los necesitados. O cuando menos de ayuda material: dar comida, vestimentas, etc. Pero estas ideas, aunque sí forman parte de la solidaridad, no lo hacen de forma completa. Hay tantas formas de actuar solidariamente como problemas humanos existen, y en cada uno de esos problemas humanos nos podemos entregar para colaborar y tomar por propias las cargas del otro.

Decir que la solidaridad es, en esencia, ayuda material, sería el equivalente a afirmar que todos los problemas se resuelven de esa manera; que el hombre sólo tiene necesidades materiales. Y el ser humano tiene realmente necesidades que no son materiales, como aquellas afectivas, espirituales, morales o sociales. 

Por lo tanto para estas necesidades, también puede y debe existir una actitud solidaria. Por ejemplo: es posible, si no podemos dar dinero para educación, que demos una parte de nuestro tiempo para educar a niños de escasos recursos; o que favorezca la integración social de una comunidad marginada.

Nadie puede amar a otro si no experimenta el amor a sí mismo, y nadie puede estimar a otro si no experimenta primero la necesaria dosis de autoestima; igual que nadie puede respetar la dignidad de los demás si no sabe defender la propia dignidad.