Unos “libros humanos”, de carne y hueso, están contando sus
historias de vida a estudiantes de secundaria de la República Checa que quieren
tener información de primera mano sobre la migración y la discriminación, y
ahuyentar los prejuicios generados por los estereotipos nocivos.
Erase una vez
un niño que vivía en un país muy, muy lejano. Este niño se vio obligado a
realizar un peligroso viaje a través de mares y tierras, hasta la República
Checa. Ahora ya es un hombre y está sentado aquí, como “libro humano”, contando
su historia a un grupo de estudiantes que se informan sobre su viaje y ponen rostro
a la migración. Ese país lejano existe, es Angola; y el héroe del cuento, una
persona real llamada Leonardo Teca.
Cuando le propusieron ser un “libro humano”, Leonardo aceptó
y se lo tomó como una aventura: “No solo estoy dando algo, también estoy recibiendo
mucho de esta experiencia: los niños y niñas tienen mucho interés en conocer mi
historia y entender por qué vine a la República Checa. Me encanta contarles mi
cultura y romper estereotipos. Además, tengo la oportunidad de aprender de
otros “libros”, nos hemos convertido en un gran grupo de amigos”, afirma
Leonardo.
En la escuela aprendimos que los libros son una fuente
inagotable de conocimiento. La vida también nos ha enseñado que podemos
aprender igual, o más, conversando con otra persona con curiosidad y respeto.
Amnistía Internacional República Checa ha unido lo mejor de ambos mundos en los
“libros humanos”, cuenta cuentos como Leonardo que participan en las actividades
de bibliotecas vivas que se realizan en los centros escolares.
Cada “libro
humano”, una persona con una extraordinaria historia de vida que contar,
pertenece a una minoría y vive en la República Checa. Según Jiří Bejček,
coordinador de Educación sobre Derechos Humanos de AI República Checa, este
país tiene precedentes de discriminación hacia las minorías y, a menudo, las
personas discriminadas son de origen romaní, refugiadas, musulmanas, con discapacidad,
o extranjeras en general. Las actitudes contra la población romaní son
especialmente frecuentes entre los estudiantes de secundaria.
Un buen día de noviembre de 2014, propusieron a un grupo de
miembros de Amnistía pertenecientes a distintas minorías que sufren
discriminación que fueran a un colegio de Praga para contar sus historias de
vida sobre desplazamiento y dolor, pero también sobre activismo y esperanza.
Leonardo, al igual que muchos otros “libros humanos”, participó en la
actividad.
Los
estudiantes, en pequeños grupos, pasaron 20 minutos con cada “libro humano”
para que les contara su historia personal. A pesar de estar en un ambiente
constructivo, Leonardo les explicó cómo algunas personas no llegan a “vivir
felices para siempre” y otras tienen que dejar su tierra para buscar una vida
mejor.
Tras participar en la actividad, Ágata, de 14 años, se animó
a decir que ya entendía lo duro que había tenido que ser para los refugiados
cruzar fronteras para huir de los importantes problemas que había en sus países
de origen.
Según Jiří
Procházka, otro “libro humano”, “los adolescentes no heterosexuales corren un
considerable peligro de suicidio y, gracias a esta actividad, ahora luchamos
juntos contra este problema
Ágata dice que
ya identifica las actitudes subyacentes tras el racismo y la discriminación, y
que entiende su efecto sobre las demás personas. ”Me alegra haber conocido a extranjeros
a través del taller Biblioteca Humana; ya no me da miedo hablar con ellos”,
añade.
La idea de las bibliotecas humanas se probó primero en unos
pocos centros escolares y, tras los primeros éxitos, se ha integrado en un
programa educativo más amplio que se implementa en más de 20 colegios del país.
El programa
consta de cuatro talleres en los que se conversa con estudiantes sobre las
consecuencias nocivas de los estereotipos.
A lo largo de
los dos últimos años, Amnistía ha reunido un “catálogo” de más de 40 “libros
humanos”, tanto de sus propias redes como en colaboración con otras
organizaciones no gubernamentales, que participan en estos talleres.
El año pasado
el programa contó con la participación de 10 centros escolares, a los que se
han sumado otros 10 durante la primavera de 2015.
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