En las fuentes originales está escrito, “No existe una
brizna de hierba debajo que no tenga un ángel arriba que la mueva y le diga,
‘¡Crece!’”.
En
realidad es así. Todo lo que ocurre en nuestro mundo, se materializa de acuerdo
a la dirección e influencia específica del mundo superior.
Pero no
podemos trazar esas influencias. No podemos decir qué raíz ni
qué fuerza del mundo superior, influye en nuestro mundo ni qué efecto
específico quiere lograr esa fuerza. No vemos el mundo superior; no entendemos
su programa ni su influencia sobre nosotros.
Desde el
mundo inferior, el mundo superior puede ser alcanzado sólo si gradualmente
llegamos a asemejarnos a la naturaleza del mundo superior; no hay otra forma.
Hasta que entendamos el completo y complejo sistema de influencia sobre
nosotros, de arriba hacia abajo y lo revelemos de abajo hacia arriba, no
alcanzaremos nada.
La ley de
raíz y rama apunta al hecho de que existe una conexión entre
la raíz superior y la rama inferior:
en cada átomo, en cada acción, en todos los niveles de la materia inanimada,
vegetal, animal y humana, en pensamientos, en fuerzas -en todo.
Pero no
observamos esta conexión y no podemos decir qué raíz es la causa de cuál efecto
en nuestro mundo ni cómo podemos hacer alguna clase de cambios en la raíz, a
partir del efecto, con el fin de mejorar el resultado final y su impacto en
nosotros. En realidad, esto es el tema de estudio para los cabalistas.
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