Filosofía
PosVerdad: El Aporte
De Spinoza
“La
digitalización de los intercambios sociales lleva a que los sujetos se aíslen y
se comuniquen con quienes ya piensan como ellos. De esta manera comparten sus
creencias sin importar si la noticia que difunden es falsa o verdadera”
Spinoza sostiene
que la falsedad en sentido absoluto no existe, puesto que la razón es incapaz
de producir ideas falsas por sí misma. Lo que llamamos ideas falsas son
producto de la finitud de nuestra capacidad cognitiva, por lo tanto, más que
falsas, son “inadecuadas” al objeto que se refieren.
Por ello Spinoza plantea
tres géneros de conocimiento. El primero es el de la imaginación. Pero debemos
preguntarnos ¿La idea imaginativa es falsa? Nos dice Spinoza, ya que supone
exigirle a la imaginación una tarea que está más allá de sus posibilidades. El
ejemplo que da es el del sol. No es un error percibir que el sol está a una
distancia muy corta; el error consiste en creer que efectivamente se halla a
esa distancia, ya que aun sabiendo que la distancia es mayor, vamos a seguir
percibiendo como si el sol estuviera cerca. En este sentido, el error consiste
en tomar la imaginación como si fuera un conocimiento cierto, ya sea porque se
tomen como ideas adecuadas o impulsado por los prejuicios. En definitiva, la
imaginación induce al error y debe ser puesta al margen mediante una reforma
del entendimiento. Luego viene el segundo género de conocimiento: la razón. Si
la falsedad del conocimiento imaginativo proviene de su objeto, hay que buscar
la verdad en el objeto del conocimiento racional. La imaginación conoce, de
manera inadecuada, pero conoce las cosas singulares. La razón conoce las
propiedades comunes a la propiedad de la cosa y a la totalidad de las cosas. El
conocimiento reflexivo no es la pura reflexión sobre la forma de la verdad que
se encontraría en la idea adecuada, sino la reflexión sobre el orden que se
debe establecer entre las ideas, de manera que queden concatenadas de un modo
que pueda expresar, no ya la fortuita incidencia de los cuerpos exteriores en el
nuestro, sino el orden y conexión de las cosas; por ejemplo, en la ciencia.
“La cultura hegemónica, a través de los medios de comunicación y las
redes sociales, nos instalan en el conocimiento imaginativo donde nos prometen
que podemos tocar el sol con las manos”
El tercer género de
conocimiento lo llama: de la intuición. Si en el segundo grado de conocimiento
dejamos las cosas singulares para dar cuenta de las propiedades comunes, en
este tercer grado de conocimiento, valoramos las cosas comunes para conocer las
esencias de las cosas singulares.
Aclaremos: esto implica conocer las esencias
de las cosas singulares, no las esencias singulares de las cosas. No es un
conocimiento esencialista de las cosas singulares, sino un conocimiento
profundo de la relación entre las cosas singulares. Podríamos decir, utilizando
un lenguaje actual, que es un conocimiento ideológico, es decir, una
cosmovisión de las relaciones que se dan en el universo sostenido en la razón.
De esta manera, de la imaginación pasamos a las nociones comunes y de éstas a
las esencias comunes de las cosas singulares. No solo podemos conocer mejor,
sino también más cosas.
Vamos ganado perspectiva y comprendiendo el
funcionamiento del universo.
En esta
perspectiva, la cultura hegemónica, a través de los medios de comunicación y
las redes sociales, nos instalan en el conocimiento imaginativo donde nos
prometen que podemos tocar el sol con las manos. De allí la importancia de
generar formas colectivas que permitan encontrar ideas adecuadas que amplíen
nuestro conocimiento.
Es decir, una razón apasionada desde donde se puedan
construir espacios de transformación.
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