Cada uno de nosotros tenemos dos alternativas distintas para
decidir sobre que hacemos con nuestras vidas.
La primera alternativa es decidir ser menos de lo que lo que
somos capaces de ser. Ganar menos. Tener menos. Leer menos y pensar menos.
Intentar menos y tener menos disciplina. Estas son las elecciones que nos
llevarán a una vida vacía. Estas son las elecciones que, una ves hechas, nos
conducen a una vida de constante aprensión en lugar de una vida de maravillosa
anticipación.
Y la segunda alternativa?
Hacer todo lo que podamos! Convertirnos en todo lo que
podamos llegar a ser. Leer cada libro que podamos. Ganar tanto dinero como el
que podamos. Dar y compartir tanto como podamos. Esforzarnos y producir hasta
conseguir tanto como podamos. Todos tenemos estas alternativas.
Hacer o no hacer. Ser o no ser. Ser más o ser menos, o no ser
nada.
Como el árbol, sería un valioso reto para todos nosotros
crecer y crecer hasta alcanzar la altura completa de nuestras posibilidades.
Porque no intentar hacer todo lo que esté a nuestro alcance, a cada momento que
podamos, lo mejor que podamos, por tanto tiempo como podamos?
Nuestro objetivo final en la vida debería ser crear tanto
como nuestro talento y habilidades y deseos nos permitan. Conformarnos con
hacer menos de lo que podemos es fallar en la tarea más digna de emprender.
Los resultados son la mejor medida del progreso humano. No son las
conversaciones, ni las explicaciones, ni las justificaciones sino los
resultados! Si nuestros resultados son menores de lo que nuestro potencial
sugiere que podrían ser, entonces debemos esforzarnos hoy por convertirnos en más
lo que éramos ayer.
La mayor recompensa está siempre reservada para aquellos que
atraen gran valor hacia ellos mismos y al mundo que los rodea como resultado de
lo que han llegado a convertirse.
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